El Libro de mi vida

By new_lyrics

16.5K 758 72

¿Y tú? ¿Qué harías si tuvieras un libro que te dice tu futuro... tu final? Antes, yo era normal... Tenía amig... More

Prólogo
2. La antigua yo
3. ¿Perfecta?
4. Solo es un libro
6. La primera página
7. ¡No lo creo!
8. No intentes cambiar lo inevitable
Aviso corto
9. No estás sola
10. No más miedo
11. Buscando pistas
Nuevo proyecto
12. Bienvenida a detención
13. Empieza el castigo
14. Todo va estar bien
15. ¿Todo fue un sueño?
16. Problemas y más problemas
17. ¿Alex?
18. Volvió
19. Hora de la verdad (parte I)
Avance: Hora de la verdad II
20. Hora de la verdad (parte II)
21. Amenazas
Acercándose al final
22. Sufrimiento (parte I)
23. Sufrimiento (parte II)
24. ¿Estoy viva?
Aviso: Final...
25. La última página
Epílogo (Final)
Agradecimientos
Contra el destino y ¡nota!

5. ¡Todo está mal!

617 34 1
By new_lyrics

Necesitaba despejar mi cabeza, me había pasado toda la tarde pensando en la nota que el profesor me había dado, nunca había sacado un cero. Todo eso era tan ridículo, ¡solo fue una pregunta! Sí, solo eso, una pregunta, no debería de preocuparme demasiado; las cosas iban a mejorar, tenían que mejorar.

Al día siguiente desperté "temprano", me vestí, peiné y lavé los dientes. Agarré mis cosa y bajé a desayunar, me extrañó ver a mi madre sola con la bebe; usualmente desayunábamos todos juntos ¿o es que me había levantado muy temprano?

−¡Hija! Qué haces aquí

−Vengo a desayunar −¿Qué más puedo hacer aquí?

−Pensé que ya te habías ido ¿No viste la hora?

No dije nada, solo dirigí mi vista al reloj que marcaban las 7:55

−¡No!

Sin más agarré mi mochila salí de la casa corriendo. "Cinco minutos, solo cinco minutos". Corrí lo más veloz que puede hasta el colegio, cuando llegué estaba vacío, todos estaban en sus salones y no me pare a ver la hora. Subí las escaleras y crucé el largo pasillo

−Señorita Moretz, tarde

−Me... me quedé dormida

Él sonrió con desgano como si no le hiciese gracia mi comentario, pero a los que sí era el grupo de la primera fila, incluido Esteban.

−Agarre su prueba y tome asiento

−¿Prueba?

−Sí, no me diga que no ha estudiado

No le iba a responder, sabía que no había estudiado y no le iba a dar la satisfacción de escucharlo. Tomé la prueba y me senté. No sabía absolutamente nada, mi cabeza estaba en blanco y los minutos pasaban. Faltaban diez minutos cuando estaba en la mitad de la práctica, ya para ese momento me había arriesgado a ver a los costados, pero parece que todos eran celosos con sus exámenes. ¿La señorita Moretz en este aprieto?

Hice el último intento y conseguí ver dos resultados de la chica de mi costado. Que bajo había caído.

−Señorita Moretz, ¿A dónde está viendo?

−A... ninguna parte

−Me pareció que veía el examen de su compañera

−No... yo no estaba

−¡No lo niegue y deme su examen!

Pero antes de pudiera reclamar me lo quitó delas manos. «Otro cero. Este día no puede ser peor. Pero tengo que ser optimista, no es como que vaya a jalar el curso, además es solo una materia; en las demás estoy con un mejor promedio ¿De quién habrá sido la idea de cambiarme de salón? Cuando lo encuentre... ¡Ni siquiera puede hacer amenazas! Necesito calmarme» Con la idea plantada en mi cabeza salí del salón al sonar el timbre.

Fui a cafetería a comprar algo pero estaba increíblemente lleno, de ver tantas veces la tremenda fila el apetito se me había ido. Por suerte había traído una botella en mi mochila, me moría de la sed y el sol no ayudaba mucho.

Tomé un tragó y me senté en las gradas de las escaleras, como siempre. Observaba el gran árbol en medio del patio, aquel con un montón de marcas que aquellos enamorados dejaron un día y no se borraron, donde los algunos buscan refugio del sol bajo sus ramas, donde algo no estaba bien, algo inusual me sorprendió, algo que parecía descansar debajo, mejor dicho alguien.

−No puede ser -susurré para mí misma− No, no eres tú

Justo enfrente de mi campo de visión estaba sentada plácidamente, con las rodillas cerca de su cuerpo y un libro en la mano, parecía que lo leía con suma atención, aunque si analizabas la imagen con detenimiento te dabas cuenta de que no era el libro lo que estaba observando, era el vacío, como si estuviese pensando y mirando a la nada mientras sostiene un libro entre sus manos.

Mi reacción fue lenta por un minuto pero luego conseguí pararme y caminar hacia el lugar, aún con un millón de preguntas en la cabeza y el corazón en la mono me acerqué, caminando, corriendo, estaba cerca.

−¿Andrea? -grité algo fuerte, pero dudo que alguien me escuchara.

Ella volteó y por medio segundo nos miramos, no fue un tiempo muy largo como para describir la situación, solo sé eso, que me miró; pero no fue más que eso pues algo me detuvo.

Por un minuto mi vista se nubló pero rápidamente volvió a la normalidad, esta vez tenía que reaccionar más rápido, "¡sin tartamudear!" me dije a mi misma, lástima que casi nunca me hago caso.

−¡Estúpida! Qué te pasa, fíjate por donde caminas -dijo Cristina con su característica voz

−Lo siento... yo -dije tratando de ver por sus espaladas hacia el gran árbol, pero no había nadie

La situación era que había salido disparada prácticamente sin ver al frente y me había chocado con una de las chicas del equipo de voleibol, la conocía muy bien y supongo que ella también amí.l

−¡Estúpida te es estoy hablando! Préstame atención

La vi de pies a cabeza empapada y yo con la botella de agua en mi mano completamente vacía; mi primera reacción fue soltar la botella y no arruinarlo como la última vez

−Yo , lo siento mucho

−¿Sabes cuánto cuesta esta ropa? ¡Se la lava en seco! Pero qué piensas... ahora tendrás que trabajar toda tu vida para pagarla.

−No era mi intención... los accidentes pasan...

−No te creo, lo hiciste apropósito, ¿Quieres venganza? Es por lo que pasó la otra vez ¿cierto?

Entonces las imágenes volvieron a mi mente, yo en el vestuario, yo hablando con Kym, yo junto a los tachos de basura, yo manchada de barro, o lo que fuera que aún no sale por completo de mi cabello.

−Sabes que yo no soy cómo tú... Yo no lo haría por venganza

−Pero yo sí -responde en un susurro

Y antes de que pueda reaccionar siento como un gran balde de agua helada me cae encima. Logro contener el grito para no llamar más la atención, si eso es posible pues todo el colegio me dirigía la mirada, algunos perplejos y muchos otros riendo, incluso algunos sacaron sus celulares para tomar fotos.

−¡Te lo tenías planeado!

−No de esta forma, la verdad, pero tengo que admitir que lo hiciste más fácil, ahora las dos estamos empapadas.

−¡Yo solo te maché la blusa!

−Estas admitiendo que lo hiciste a propósito

−Claro que no, ¡Pero qué te pasa! ¿Qué te hecho?

−Tú lo sabes

Dicho esto chasqueó los dedos y otra vez sentí la misma sensación del barro cubriéndome el cuerpo, cerré la boca y sin pronunciar palabra eché a correr. Corrí entre la multitud cada vez más grande, opacada por las cámaras corrí al vestuario y me encerré a un taquilla; con todo el papel que tenía me limpié la cara y vi mi reflejo en el espejo. Estaba hecha un asco, cubierta de barro de pies a cabeza y con las risas y murmullos en el exterior, ya no podía más, por más que me lo repetía una y otra vez no conseguía calmarme: Terminé por romper en llanto, me puse en posición fetal y lloré como nunca antes lo había hecho, ya no me importaba que alguien allá afuera me escuchara, ya no me importaba si me creían débil o si le di importancia a lo que pasó, ya no iba a fingir ser fuerte, nunca lo fui.

Escuchaba alguien aporreando la puerta, cuando pude dejar de llorar. Llegué a la conclusión de que era Matías exigiendo que le deje entrar, pero no iba a hacerlo, quería quedarme allí donde nadie podía verme y donde nadie pueda reírse.

−Por favor, déjame entrar

No respondí, seguía aporreando la puerta, a veces dejaba salir algún insulto pero sabía que no lo decía de verdad, siguió hasta que escuché una voz femenina que no tarde en reconocer, era Ky. Conversaron un rato, pero no quería escuchar su charla, me daba igual lo que diga.

−Te llamo luego para saber cómo estas -dijo Matías antes de irse

Tampoco le respondí, me quede mirando mi reflejo y de nuevo me puse a llorar, esta vez para sacarlo todo.

−No creo que haya sido para tanto

−¡Te fuiste a llorar a un baño!

−Ni me lo recuerdes... pero no le haré nada, sería rebajarme a su nivel, quiero que sepa que no me importa lo que me ha hecho.

−Pero si lo hizo

−¡Para! De acuerdo sí, pero...

−Escucha. Debes decírselo a alguien, contarle al director, tomar cartas en el asunto, entiende que esto no se puede quedar así.

Me quede pensando, tal vez... yo podría... ¡Basta no!
−No, voy a hacer nada

−Entonces vas a permitir que continúe con sus "venganzas"

−No, pero... tampoco me voy a sentir mejor haciendo algo

−Yo pienso que si

−Pues yo no ¿Vale?

−Bien, tú eres la agraviada -dijo por el teléfono, por alguna razón eso me hizo reír.

−Nos vemos mañana

−Eso espero -luego cortó.

Dejé el teléfono en la mesa y me eché en la cama, de nuevo miré el punto en el techo, aquel agujero me causaba mucha curiosidad. Allí podía pensar y analizar mi situación con tranquilidad; además era impresionante como puede aparecer un punto en medio de un techo blanco, algo así como que aunque pareciera que no hubiese nada si te fijas bien siempre hay algo, siempre hay un punto.

Pensé en lo que me dijo Matías, tal vez debería hacer algo, pero tengo mis razones para no hacerlo, Matías no las sabe, pero Kym sí. Tal vez se la haya dicho en el vestuario, pero si hubiese sido así no hubiese tocado el tema de hace un momento, entendería; entonces tal vez no lo hizo y aunque me decepcionó confió en que no lo haga.

Estaba a punto de quedarme dormida cuando siento un escalofrío en todo el cuerpo. Busco con mi vista lo que pudo ocasionarlo y me encuentro con la ventana abierta. Me acordaba que la había cerrado, pero últimamente no estoy muy consciente de las cosas que hago. Me dirijo a cerrarla sin pensar en lo que pasó ese día, aún no encuentro alguna explicación razonable; pero lo he dejado de lado y no quiero recordarlo más.

Con mucho esfuerzo logro mi objetivo y vuelvo a mi cama. Me cubro con una manta pues al parecer el cerrar la ventana no ayudó. Cuando estaba a punto de quedarme dormida un ruido hace retumbar el cuarto, la ventana se había vuelto a abrir pero bruscamente y al hacer contacto con la pared se rompió dejando caer montón de cristales en el piso, algunos llegaron a alcanzarme pero prácticamente no me hicieron nada.

Con el corazón aun latiendo a mil por hora me hacerlo a la ventana, o a la ex ventana, o al pedazo de fierro que quedó.

Me obligo a calmarme para buscar una escoba y un recogedor y arreglar el desastre; pero al parecer algo no quiere que salga de mi habitación, estaba volviendo a pasar lo de la otra vez. La puerta se cerró en mi cara y esta vez ni me preocupé en intentar abrirla.

No sé porque comencé a reír, sí ¡por supuesto! Era un sueño

−Seguro me quedé dormida y estoy soñando -digo en voz alta− Vamos despierta

Me toco y piñizco pero nada, puedo sentir el dolor, puedo palpar los objetos... Pero que estaba pasando.

−No, no, ¡No! -gritó, creo que me estaba empezando a volver loca, con todo el asunto de la mañana y el cambio de salón había perdido la cordura.

−Cálmate, cálmate, cálmate -me repetía

Solo tenía que calmarme y no darle mucha importancia, tratar de ignorar a... a lo que sea. Tomé un respiró y me concentré, pero algo rápidamente pudo sacarme de mis casillas, escuchaba mi nombre, pero en un leve susurro, como si alguien me llamara y me exigía que le preste atención. No había nadie más en mi habitación, aquel ruido se iba haciendo más notorio, más firme, más real. Empecé a temblar y mil dudas empezaron a correr por mi cabeza.

Mis respiraciones se hicieron más rápidas, podía sentir aquel llamado cerca de mi oído como su me lo estuviesen susurrando tan cerca y paró. Paró sin más y sin previo aviso. Me toco la frente y está completamente mojada, siento un tremendo alivio pero al mismo tiempo una horrible sensación de que hay más.

Las cosas empiezan a caer de las repisas, una por una, estrellándose contra el suelo y muchas otras rompiéndose, haciéndose añicos. Miro atónita ese espectáculo, hasta que todo se mezcla creando un gran caos. Ya no podía con mis nervios, sentía que me faltaba la respiración, quería gritar, pedir ayuda; pero había dos cosas que me lo impedían: Uno. Mi boca se sentía seca y el sonido no salí por más que lo intentara. Dos. ¿Pedir ayuda para qué? ¿Contra qué?

Y vuelven los susurros, mejor dicho uno que terminó por llenarme de miedo y conseguir que cayeran algunas lágrimas. "Soy Andrea"

No puedo más con el peso de mi cuerpo y antes de que pueda sorprender esa frase caigo al suelo y mi visión se apaga.

Despierto en el suelo con terrible dolor de cabeza, al parecer me había caído de la cama, al principio no recordaba nada, ni mi nombre, creo que era normal cuando uno recién se levanta y se da cuenta de su realidad. Las imágenes del sueño que tuve parecieron tan reales que apenas puedo creer que fue un sueño, o una pesadilla, o lo que fuera. Pero ya pasó y ahora puedo reírme, aunque la sensación de que no estoy solo se quedó en mi mente y nuevamente empiezo a temblar; me quedo quieta esperando a... a lo que fuera que pasara. El silencio me agobiaba y la perfecta calma no ayuda mucho, con mis sentidos en su máximo nivel me atrevo a dar un paso.

Y suena el maldito aparto para ponerme más nerviosa, vuelvo a la realidad y contesto la llamada. Era un número desconocido.

−Aló ¿Quién habla?

−Chica rubia, soy yo, Esteban -por un minuto no lo había reconocido, sonaba diferente en el teléfono

−¿Esteban? ¿Qué quieres ahora? Espera... ¿Cómo conseguiste mi número?

−Eso no importa, solo quería... yo... −no se entendía bien− ¡Es una broma verdad! -gritó más claro

−No grites, ¿Broma? Creo que estas borracho

−Estoy completamente sobrio, la que está loca ¡eres tú!

−Espera un momento... Esto es parte de uno de los juegos de Cristina ¿Verdad? -debía de serlo, no puedo pensar bien, el recuerdo del sueño que tube sihue rondando en mi cabeza.

−¿Cristina? Cristina... ¡No! Claro que no. Es sobre el libro... −tengo que admitir que eso me sorprendió− Todo era parte de un juego, de tu broma...

−¡Aguanta un momento! -lo interrumpí− Hablas del libro... del cuaderno negro con el que te quedaste aquel día

−Sí, de TÚ diario que TÚ me entregaste ese día -dijo haciendo énfasis en los "tú"

−Yo no te entregué nada, tú te lo quedaste y punto

−Pero era parte de tu plan

−¿De qué plan estás hablando?

−No te hagasla desentendida, sabes bien lo que hiciste. Nunca se puede confiar en una rubia.

−No he hecho nada -¿Qué tenía que ver que fuese rubia? Es algo estúpido- sería mejor que dejes de acusarme y me expliques porque no te entiendo nada

−Entonces... no es tu diario

Diario, este esta loco. Sogo considerando que Cristina esta detras de todo esto. No pienso caer de nuevo. Le voy a cortar y punto, no me interesa que tenga un problema o que este borracho.

−Yo no tengo diario y si lo tuviera no te lo daría -suspiro- ya basta, te voy a colgar...

−¡Espera!... -grita asustado- Entonces ¿no sabes de que estoy hablando?

-No he dejado de repetirtelo.

-En ese caso, es mejor que vengas a ver esto... -dice más calmado

−¿Ver qué?

−Lo que está escrito en el libro, tienes que verlo, pero creo que no te va a gustar.

Continue Reading

You'll Also Like

Los 8 elementos By Julit

Science Fiction

282K 19K 29
Weslyn es un país desconocido por la humanidad. Todos los habitantes, a los 12 años tienen que elegir un poder: Agua, Aire, Tierra, Fuego, Plantas...
366K 15.1K 46
Elia morirá durante el solsticio de invierno, pero antes debe descubrir quién es en realidad. ** Todo...
69.7M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
36.2K 2.5K 40
después de lo ocurrido en la mina MC , queda en shock respecto a lo que se entera por otro lado los chicos exigen muchas cosas a MC , pero una person...