8. No intentes cambiar lo inevitable

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 Aquella nota estaba escrita en un singular lenguaje, sí, el mismo con el que estaba escrito el libro, no fue un obstáculo para mí saber lo que significaba, pensaba en lo que podía decir aquella nota, estaba tan dolida por todo lo que me había pasado aquel día, ya era tarde, y llegué a la conclusión de que si lo leía iban a seguirme pasando cosas horribles, pero no podía dejar que aquella cosa, o lo que fuese, se riera de mí, no iba dejarlo así, iba a dar pelea; en ese momento no tenía ningún miedo, me había armado de valor para lo que me viniese encima (no sabía que lo que iba a venir era muy horrible, incluso para mi orgullo), descifré lo que decía la nota: "No intentes cambiar lo inevitable".

Eso una simple frase, algo que entendía muy bien; pues es obvio que aquel libro negro decía lo que iba a pasarme mañana, que los números representaban a los días que van a pasar, y que todo eso estaba a mi favor. Yo traté de cambiar lo que decía, yo traté de cambiar mi futuro, yo traté de cambiar lo inevitable, pues como no hacerlo si tienes tremendo libro a tu favor, no iba a parar, y aunque la nota me advertó algo que por testaruda no quise obedecer; yo iba aganar la siguiente partida.

Al llegar la noche el libro apareció nuevamente en mi mesa de mi habitación, lo agarré y lo vi; ahora estaba escrita la segunda página, sin dudarlo dos veces leí lo que decía, lo que iba a pasarme:

Esto es cada vez más horrible, hoy volvió a pasar lo mismo, esta vez fue mi hermana. Cuando salí del baño y estaba lavándome las manos, alcé la mirada; estaba a punto de irme; cuando en el espejo del baño vi a mi pequeña hermana, las puertas se cerraron bruscamente, estábamos ella y yo solas, no había nadie más; ni dentro de los baños, voltee para mirarle cara a cara, sin pronunciar palabra alguna, ella también me miraba sin hacer ningún gesto; caminé un par de pasos cerca de ella, me extendió la mano y me entregó una nota; al momento de dejar la nota en mi mano y bajar su brazo, sonrió de una forma horrible, la niña no parecía mi hermanita; su aspecto empezó a ponerse más y más horrible, hasta que desapareó.                                                                    694 

Eso fue lo que decía, los números que estaban en la parte inferior era el día 6 de setiembre del 2014, mañana, al leer lo que decía me quedé un poco asustada, pero prácticamente era lo mismo que me había pasado ese día, estaba preparada para eso, o tal vez, para cambiarlo un poco.

Al día siguiente me levanté muy temprano, el libro de nuevo había desparecido de mi escritorio, no me interesó mucho porque sabía que iba a volver a aparecer. Rápidamente fui al colegio y todo estaba como siempre, era una mañana normal y tranquila, había pasado toda la primera hora sin ir al baño, pues no pensaba hacerlo por el resto del día, aunque creo que él fue más astuto que yo, después del recreo empezó a dolerme la barriga, trataba de aguantar el dolor (sabía que no debía comer era salchipapa, estaba un poco misteriosa), aguanté lo más que podía, pero las náuseas son lo que me destruyen por completo, no quería vomitar, no quería ir al baño, pero ya no resistía, lo que sea era mejor que el dolor de barriga horrible que tenía, salí disparada hacia el baño, vomité un poco y como arte de magia me había parado el dolor de barriga.

Estaba allí sola en el baño, justo como lo había dicho aquel maldito libro, estaba frente al espejo cuando la vi, estaba mi hermana detrás de mí, se veía tan inocente, que no podía hacerme daño, voltee, y la mire a los ojos, y como es de suponerse me entregó otra nota, no pude más verla en ese estado la agarré de los brazos y le dije —no puedes hacer esto, reacciona, tu eres mi hermana o no, o solo eres un fantasma, di algo-, ella solo soltó una lágrima, esta vez no me miró mal, ni me mostró una sonrisa malvada, solo soltó una lágrima, UNA LAGRIMA, no podía creerlo, estaba anonadada, cuando ella me agarro, con mucha fuerza y aprovechándose de mi situación, me lanzó contra el suelo y se esfumó, todo fue tan rápido que apenas tuve tiempo de reaccionar, me levante poco a poco; en mi mano estaba la nota, y al ver el espejo estaba escrito muy grande con un color rojo oscuro: "Buen intento".

El Libro de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora