Ahí estaba ella. Con su peculiar vestimenta de colores negro y rojo, sus botas estilo militar, su cabello hasta los hombros de color castaño oscuro, ojos color miel y uñas ligeramente largas de color negro. Sus brazos seguían cubiertos desde su muñeca hasta sus hombros por vendas de color blanco y su tamaño seguía siendo igual de pequeño que siempre.
-¡Rose!- todos gritaron al mismo tiempo, provocando que los nuevos visitantes saltaran en su lugar y Rose se congelara, girándose en su lugar para ver a sus hermanos de frente.
-¡Jefesita!- Mike fue el primero en correr en su dirección y los demás hermanos le siguieron el paso.
-¡Rose!- los cuatro hermanos envolvieron a la morena entre sus manos y ocultaron sus rostros en el regazo de la chica, quien tenía la manos elevadas a la altura de su pecho y veía a los muchachos confundida.
-Chicos- el semblante de Rose se suavizó y envolvió a los chicos con las alas negras que hizo aparecer para abrazarlos a todos.
-¡Te extrañamos mucho!- dijo Shirou entre pequeños llantos.
-No te vuelvas a ir, sin ti, el gremio no funciona igual- dijo Bayo apretando más a su hermana.
-Tu trabajo es horrible, no lo quiero, te lo regalo- al decir eso Kaylor, Rose no pudo evitar reír.
-Jefesita, no vuelvas a irte por tanto tiempo- Mike sorbió su nariz y Rose acarició su cabeza con dulzura.
-Tranquilos mis amores, ya no volveré a irme tanto tiempo- los cuatro chicos levantaron sus miradas.
-¿Lo dices en serio?- Shirou vio con un ligero brillo en sus ojos a la morena y ella asintió.
-Sólo necesitaba un tiempo para reflexionar y sentirme mejor- las alas negras de Rose desaparecieron y sus hermanos se alejaron de ella para darle espacio.
-¿Y estás mejor?- le preguntó Kaylor y Rose formó una mueca con sus labios.
-He estado peor- Kaylor frunció el ceño y se percató de que debajo de los ojos miel de su hermana, habían unas marcadas ojeras de la notable falta de descanso y los llantos constantes que tenía por las noches.
¿Cómo sabía eso? Conocía a su hermana más que nadie, y fue por eso que aceptaron que Rose tomara esa misión que le tomaría muchos años. Después de que Alex se fuera, Rose no dejaba de llorar en las noches a escondidas de sus hermanos, siempre estaba de mal humor y era mucho más estricta que antes.
-De verdad que no pueden estar sin mí- Rose vio el desastre que ya había en las mesas, el tablero era un desorden con los incontables pedidos y notó el humo que no dejaba de salir de la cocina.
Rose negó tomando su cadera y tronó sus dedos. La figura de la chica desapareció, sorprendiendo a los invitados que la estaban acompañando.
-¿Viste eso, Yuya?- dijo el joven de cabello azul tomando el brazo del nombrado.
Rose apareció en el tablero de misiones, sus manos se movieron a gran velocidad y, en segundos, el tablero ya estaba limpio de las misiones marcadas con rojo y dejando únicamente las misiones que estaban disponibles para los integrantes en general.
-Mike, ya sabes que hacer- Rose le entregó el resto de pedidos que tenían letras rojas y Mike asintió.
Una brisa golpeó a los presentes y, nuevamente, la chica había desaparecido. La morena llegó frente a la barra y pasó su mano frente a ella como si estuviera saludando al pobre Shoto, quien tenía la cara con manchas negras. El humo desapareció, el insoportable sonido de emergencia se detuvo y el rostro de Shoto se limpió.
-Gracias, Rose- el bicolor se inclinó con respeto y la morena sonrió.
-No hay de qué- Rose tomó una bandeja vacía-. Ahora, ¿puedo pedirte un favor?- Rose alzó su ceja y Shoto asintió-. Bien- la morena le lanzó una bandeja y tronó sus dedos.
Rose, junto a Sebastian y Shoto, se movieron entre las mesas de forma que apenas si podían captar su cabello moverse por la velocidad a la que iban. En menos de un minuto, las mesas ya estaban en orden, con sus pedidos y limpias para los nuevos clientes.
-Bien, ya pueden manejar lo demás- Rose les guiñó un ojo, lanzó la bandeja que contenía un par de vasos y Sebastian lo atrapó sin problema con los trastes encima intactos-. Y ustedes- Rose puso sus manos sobre su cadera-. Tenemos que hablar- los cuatro hermanos asintieron y avanzaron en dirección a las escaleras-. Ustedes también- Rose les indicó que la siguieran, pero los chicos estaban con sus ojos completamente abiertos y Yugo fue el primero en lanzarse sobre la morena.
-¡Eso fue increíble- dijo el oji-azul tomando su brazo con emoción.
-Ahora entiendo porque eres la maestra del gremio- dijo Yuto colocándose en su lado derecho y Rose sonrió.
-Son años de práctica y poder adquirido, no ha sido fácil llegar hasta aquí- Rose vio con nostalgia el lugar mientras subían hacia su oficina.
-Bueno, ya que estamos todos aquí, quiero hacer presentaciones rápidas- Rose se recargó en su escritorio y vio a todos los presentes en su oficina, los cuales ocupaban casi todo el espacio-. Chicos, ellos son mis hermanos, Mike, Kaylor, Shirou y Bayo- señaló a sus hermanos, quienes asintieron con su cabeza tranquilamente.
Yuya y el resto de los chicos se sintieron intimidados. No era por su gran estatura o el semblante serio que los caracterizaba; el aura que los envolvía era igual de oscuro que el de Rose, aunque en un nivel muy bajo si los comparamos.
-Hermanitos, ellos son Yuya, Yugo, Yuri, Yuto y Shun- Rose señaló a los cuatro chicos que se parecían entre si y al mejor amigo de Yuto, quien era el más alto de los cuatro.
-Mucho gusto- dijo Yuto con sus brazos cruzados.
-Es un honor conocer por fin a los hermanos de Rose- Yugo aplaudió emocionado.
-¿Quién es el chico que iguala a Rose en el Duelo de Monstruos? Quiero tener un duelo con él- al decir eso Yuya, los hermanos de Rose se vieron entre ellos y después a su hermana.
-Bien, ya que hemos hecho las presentaciones- Rose se sentó en su silla, sintiéndola un poco ajena-. Shirou, muéstrales sus nuevas habitaciones- de su escritorio, abrió uno de los cajones y, de una caja de metal, sacó cinco llaves de tamaños y estilos distintos-. Toma, sabrás cual llave le pertenece a cada uno de ellos- Shirou se acercó y tomó los objetos de hierro-. Chicos, pónganse cómodos, duerman un poco, tomen un baño y, si lo desean, pueden pasear por el lugar. Nos vemos ya en la cena, están en su casa- Rose les guiñó un ojo y los cinco nuevos inquilinos asintieron confundidos.
Shirou salió por la puerta y, detrás de él, los invitados salieron de uno por uno. Dejando únicamente a Bayo, Kaylor y Mike en la habitación.
-Bien, ya con esto, todo lo referido a la cocina, las compras y cosas externas de menor importancia, están cubiertas- Rose le entregó unos papeles a Mike-. Bayo y Mike, ya pueden volver a sus labores- ambos hermanos asintieron y salieron en silencio-. Kaylor- el moreno tragó saliva y le vio con el semblante serio-. Te felicito por estos diez años- la morena se levantó de su silla y fue en dirección al montón de cajas que estaban apiladas a un lado de sus libreros-. A pesar de las adversidades, pudiste dejar todo en orden para que yo pudiera revisarlo sin problema- la morena tomó una de las cajas que estaban por encima de la última, movió tres de ellas sin problema y las dejó a un lado-. Es todo, puedes irte, tengo mucho trabajo que hacer- dicho eso, tomó la caja con la fecha más antigua y volvió a su escritorio para empezar a organizar y sellar los papeles.
-Rose- sin verle a la cara, la morena hizo un gesto con su cabeza para invitarlo a que hablara-. Te fuiste por mucho tiempo. Tú dijiste que sería poco y llegamos a creer que no volverías- la morena dejó salir un leve suspiro.
-Me tomó más tiempo de lo esperado, es todo- sus manos empezaron a temblar mientras tomaba el juego de papeles.
-Hermana, de verdad. No vale la pena que hagas todo esto sólo porque se fue- Rose golpeó la mesa, provocando que Kaylor cerrara sus ojos esperando un posible golpe.
-Puedes irte- dijo Rose entre dientes.
-Pero...- Kaylor dio un paso hacia atrás al ver el rostro molesto de la morena.
-Dije... Que... Puedes... Irte- sus dientes rechinaron con fuerza y Kaylor tragó saliva.
-Lo siento- Kaylor se inclinó ligeramente y salió de la habitación.
-¿Ahora qué?- preguntó furiosa al escuchar que llamaban a la puerta después de ver que Kaylor se había ido.
-¿Se puede?- al escuchar la voz de Yuto, la respiración de Rose se relajó.
-Pasa- vio como el peli-negro entraba y regresó su atención a los papeles-. Cierra la puerta por favor- el chico vio el objeto de madera con asombro mientras la emparejaba; se veía viejo y los diseños muy antiguos, pero se sentía como nueva-. Creí que dormirías un poco- Rose selló un par de papeles y los metió a una carpeta nueva.
-Quería agradecerte por todo- la morena sonrió de lado y siguió con su labor, ignorando por completo a Yuto, quien daba una vuelta por la oficina-. Fue muy lindo de tu parte recrear nuestras habitaciones. De alguna forma, me hace sentir en casa-.
-Bueno, quería que se sintieran cómodos- la morena siguió moviendo sus manos y de reojo, vio como Yuto se acercaba lentamente a su mueble favorito-. Siéntate- le dijo en tono frío y Yuto se detuvo, viéndola sin alguna expresión en su rostro.
-Bien- contestó sin entender su cambio tan repentino y tomó asiento frente a la morena-. Oye, cuando me hablabas de tus hermanos, contabas a más, ¿qué ha pasado con los demás?- Rose se detuvo un par de segundos y siguió moviendo cosas en su escritorio.
-Shio está a cargo del reino de Argath, ¿no recuerdas que te lo dije?- le vio alzando una de sus cejas y Yuto asintió.
-¿Y el otro?- la morena se detuvo abruptamente y se puso de pie.
-Es hora de cenar, vamos- Rose tomó a Yuto de la mano y salieron de la habitación para ir al encuentro con el resto.
Ambos chicos llegaron al segundo piso y Yuto pudo ver una enorme mesa que cruzaba casi todo el comedor principal del gremio; eso no estaba así antes y el chico se sorprendió al ver ya a sus contra-partes sentados en algunos lugares y los hermanos de Rose entre ellos. Cada uno de los integrantes en aquella mesa, platicaba como si se conocieran desde siempre.
Rose vio como Yuya hablaba con su hermano Kaylor sobre el Duelo de Monstruos, Yugo estaba con Mike y su esposa Megumin, Shun curiosamente tenía una calurosa conversación con Shirou y Bayo, y por último, estaba Yuri que se encontraba enseguida de su hermano Kaylor, pero permanecía en silencio escuchando la conversación de ellos dos.
-Venga Yuri, prometiste convivir- Rose tomó asiento a un lado suyo, provocando que las mejillas del chico se pintaran.
-Lo hago- el chico vio de reojo a Yuya, quien le mostraba sus cartas a Kaylor, y alzó una de sus cejas-. Pero sabes que soy de pocas palabras- Rose vio a Yuri aguantando la risa y el chico cerró sus ojos con pena.
Después de esa pequeña conversación, Sebastian y Shoto llegaron a la mesa sirviendo múltiples platillos para los presentes. Cuando ya todos tuvieron sus bebidas, platos y cubiertos, Kaylor se puso de pie y tomó su copa llena de lo que parecía ser agua.
-Propongo un brindis- alzó su copa y todos lo hicieron igual-. Por una nueva amistad y el regreso de nuestra hermana- Rose vio a su hermano ligeramente sonrojada-. Porque sin ella, el gremio es un desastre- todos rieron por esas palabras-. ¡Salud!- al igual que Kaylor, el resto hizo lo mismo y le tomaron a sus bebidas.
Entre pláticas y algunos juegos, la cena pasó con armonía y felicidad. Rose veía a sus hermanos y sus nuevos amigos conviviendo, incluso Yuto platicaba con Mike y Shirou. Sus labios dibujaron una sonrisa tonta y se recargó sobre su mano viendo a todos; si un día debía irse, quería guardar esa imagen en su mente para cuando se sintiera sola y recordarlo por toda la existencia.
-¿Rose?- Yuto le habló y la morena sacudió sus pensamientos, volviendo así a la realidad.
-¿Si?- la morena le dio el último trago a su negra bebida y se acercó al chico; el impulso fue algo brusco que Yuto tuvo que tomarla de los hombros.
-Oye, tranquila- Yuto sonrió al ver el rostro adormilado de la morena.
-Creo que el vino preparado especialmente por mí, me ha pegado un poco- respondió Rose en un tono divertido y riendo al sentir su cuerpo ligero-. Eres tan cómodo- Rose se recargó en el hombro de Yuto.
-Rose...- Yuto vio como ahora Rose le veía de cerca por tener su barbilla en su hombro.
-Eres tan hermoso, Yuto- las mejillas de Yuto se sonrojaron; era la primera vez que decía su nombre de esa forma y parecía salir de su pecho. Rose juntó sus labios en un divertido beso.
-¡Hey! Eso a su cuarto o su oficina- les dijo Kaylor molesto y todos en la mesa rieron.
-Vamos hermano, tú no les dices nada a Megumin y Mike- la pareja nombrada asintió entre risas por la torpe voz de Rose.
-Pero ellos están casados, es totalmente distinto- Kaylor alzó una de sus cejas.
-Mira...- Rose se detuvo y sus ojos cambiaron repentinamente a negro.
La morena se puso de pie y vio en dirección al techo, todos se levantaron de su lugar alarmados al ver como la piel de Rose se hacía más blanca y un aura negra salía de ella.
-¿Rose?- Yuto tomó el brazo de la chica, pero la apartó de golpe al sentir que le quemaba.
-¿Qué es esto?- la voz de Rose apenas si se pudo escuchar y sus hermanos se pusieron en modo de alerta.
-¿Qué está pasando?- Kaylor vio como su cuerpo lentamente iba desapareciendo y notó que a todos los presentes les pasaba lo mismo.
-Kaylor- Mike intentó acercarse a él, pero había desaparecido-. No me sueltes- el chico tomó a Megumin de la mano y ambos sintieron como sus cuerpos eran succionados por una fuerza desconocida.
-¡Shun! ¿Qué está pasando?- Yuya vio sus traslúcidas manos y después al chico, pero este ya había desaparecio-. ¿Yuto?- ambos chicos se vieron y desaparecion en segundos.
Rose vio una luz surgir del punto más alto de su edificio, el brillo se intensificó y la morena cubrió sus ojos con sus brazos, ya que la iluminación le empezaba a quemar. De un momento a otro, sintió como todo su cuerpo era atraído por una fuerza ajena y, esta misma fuerza, la expulsó de golpe. Su cabeza chocó contra algo y sus brazos cayeron a los lados.
-Rose, ¿estás bien?- esa voz se escuchó a la lejanía y Rose intentó abrir sus ojos, pero un misterioso brillo se lo impedía.
-Mi bolso...- dijo Rose entre jadeos.
-Déjame- esa voz, sabía perfectamente que era su hermano Kaylor y pudo distinguir que estaba buscando algo en la bolsa que siempre cargaba-. Toma- sintió como le obligaban abrir su boca y tomar un espeso líquido.
-Hay que mejorar el sabor- Rose tosió y se sentó al recuperar su energía.
La mayor talló sus ojos y tonó su cuello, sobó el lugar donde había recibido el golpe al llegar a su nuevo destino y dejó salir un suspiro.
-En serio, ¿quién lo hizo?- al abrir los ojos, Rose visualizó a todos con los que estuvo cenando; le veían confundidos-. ¿Qué?- se puso de pie de inmediato y vio a su alrededor sintiendo como algo en su pecho se aceleraba-. No...- llevó sus manos hacia su boca con espanto.
-¿Qué ocurre? ¿Dónde estamos?- Yuya jaló el brazo de Rose alterado.
-Esto es...- Shirou guardó silencio al ver el cambio en Rose.
-Yuya, Yugo, Yuri, Yuto y Shun, detrás de mí- Rose vio a los chicos y cumplieron la orden desorientados-. El resto, rodeen a los chicos, yo iré al frente- en segundos, los hermanos de Rose se acomodaron a su alrededor y Megumin quedó junto a Rose.
Rose avanzó sin decir una sola palabra y todos le siguieron en silencio.
Los jóvenes avanzaron por un largo camino de arena dorada, algunas partes iban de caída y en otras ocasiones debían escalar dunas altas. El sol iluminaba el desértico espacio, pero no les quemaba la piel o sentían calor.
Cuando la paciencia de Yuya y Yugo iba a terminar, a los lejos pudieron visualizar un pequeño poblado y, en el otro extremo, tres enormes pirámides. Yuto vio a Rose y se percató de que no se encontraba del todo contenta por estar ahí; sus ojos rojos veían con mucha molestia el lugar a donde se dirigían.
Sus pasos fueron guiados con sumo cuidado por aquel misterioso poblado, que estaba integrado por varias personas que se veían felices, tranquilos y vestían batas blancas con un listón dorado en su cintura. Al pasar por entre los pobladores, al ver a Rose, cada uno de ellos se inclinaba ante su presencia con mucho respeto y no le veían a los ojos; como si se tratase de un ser divino con el cual no podían cruzar miradas.
Después de un buen tramo de tiempo caminando por el pueblo, llegaron a lo que parecía ser un enorme palacio del mismo color de la arena que cubría todo el desierto y, los que no eran hermanos de Rose, vieron sorprendidos y con miedo ese enorme edificio de piedra café. Rose caminó y cruzó la barrera que protegía el palacio, sin importarle que dos guardias se encontraban ahí; posiblemente para cuidar quien entraba o salía. De igual forma, los guardias no se inmutaron ante el atrevimiento de la chica y sólo se inclinaron ante su presencia como el resto de personas.
Del otro lado de esa muralla reforzada, un hermoso jardín lleno de palmeras, árboles y flores de varios colores, se abría paso; en el centro corría un claro río que regalaba al ambiente un sonido relajante. El cuerpo de Yuya fue empujado por Kaylor, ya que el chico se había distraído viendo como su rostro se reflejaba con claridad en esa refrescante agua.
Todos los presentes subieron un gran grupo de escaleras y, por el cansancio que se empezaba a notar en sus cuerpos, se percataron de que Rose estaba acelerando el paso. Al terminar de subir esa difícil y empinada escalinata de gran tamaño, llegaron a un pequeño pasillo adornado por varios pilares y lo que parecían ser dos hombres sentados en unos tronos de piedra café; y frente a ellos, un par de puertas cerradas de mármol rojizo se encontraban por entre la enorme pared del palacio.
Rose caminó aumentando la velocidad de sus pasos, los guardias se inclinaron en señal de respeto a su presencia y, sin importarle su atrevimiento, abrió las puertas con fuerza. Eso provocó que adentro se escuchara un fuerte estruendo y un grupo de personas, que vestían túnicas de color crema, collares, anillos y cetros de oro, vieron a todos con espanto.
En el centro de ese enorme salón, un joven hombre de cabello puntiagudo y de color negro con las puntas de un magenta oscuro, piel morena, ojos carmín, una corona de oro con piedras de colores en su cabeza; varias joyas descansaban en sus brazos, dedos y cuerpo por encima de una elegante túnica de color blanco; el joven hombre se encontraba sentado sobre un trono de mármol café y sus ojos vieron a una sola persona en cuanto el grupo de desconocidos entró.
-Tú- los ojos de Rose se encendieron y su cuerpo avanzó, empujando con rudeza a los hombres y mujeres que posiblemente estaban hablando con el joven hombre.
-¿Qué le ocurre a Rose?- preguntó espantado Yuya al verla de esa forma.
-¿Qué no reconoces al joven que está en el trono?- Yuto vio a Yuya y el chico negó con su cabeza.
-Después de muchos años, después de tantas noches que sufrí por tu maldita partida, y ahora, que te he superado, ¿decides romper las reglas?- Rose llegó con el muchacho y lo tomó de sus finas ropas con furia-. ¿Qué quieres?- lo sacudió entre sus manos y el joven siguió con su semblante serio-. ¡Contéstame, cobarde!- las manos de Rose empezaron a temblar-. Porque después de tantas veces que te necesité... Ahora que ya no necesito de ti...- su voz se cortó y unas lágrimas rojas cayeron por sus mejillas.
-A mi también me hace feliz verte de nuevo, Rose- el chico llevó su mano hacia la mejilla de Rose y la morena lo soltó, provocando que su cuerpo chocara con la dura piedra de su trono.
-Pues a mí no, Atem- los ojos de Rose veían con odio los del faraón, quien no dejaba de sonreír.
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¡Hola, hola chicos! ¿Cómo han estado? Espero que muy bien. Ya he vuelto con un nuevo capítulo para ustedes como lo prometí en el anterior. ¿Qué les ha parecido? La verdad, me ha emocionado mucho hacer este cambio tan repentino. La idea de que Rose y el faraón se volvieran a ver después de muchos años, y que el encuentro no fuera del todo feliz, me ha gustado mucho. ¿Ustedes qué piensan?
Bien, aquí les dejo el adelanto del siguiente capítulo:
"Rose y Atem, después de casi medio siglo se vuelven a encontrar. Pero, a diferencia del chico, la mayor no está del todo contenta con ello. Este reencuentro sólo significa una cosa: Problemas."
Bueno, es todo por mi parte. Espero que hayan disfrutado del capítulo como a mi me gustó escribirlo. No olviden darle a la estrella y comentar lo que les ha parecido. Muchas gracias por todo su apoyo, les mando un abrazo y nos vemos próximamente para un nuevo capítulo.
Atte: Lina<3