Amor Mentiroso [+18]

By GCRodri

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Todo pasa por una razón. No busques el por qué ni cómo ni dónde... Pero en algunas ocasiones tu vida se sient... More

Amor Mentiroso (+18)
AVISO
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
NOTA DE AUTORA
Capítulo 37.
NOTICIAS.
WATTYS 2015

Capítulo 31.

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By GCRodri

NUEVO CAPÍTULO!!! AAAAAAHHH!!! Estoy emocionada porque le dediqué mi tiempo a este capítulo ya que los anteriores fueron algo "pobres" con respecto a contenido :// Pero este les prometo que va a ser una sorpresa.... se puede decir que es mi regalo de Reyes para ustedes :3 Antes de que se me olvide tengo que agradecer a @OliviaCooper-7 porque ella ayudó un poco y como le prometí que sería una sopresa le voy a dedicar el capítulo!! <3 Espero que les guste y no olviden dejar sus votos y comentarios! También quiero agradecer a tod@s por leer la novela, realmente creí que no iba a subir tantos los leídos pero cada día que entro me sorprende cada vez más y es todo gracias a ustedes <3 FELIZ AÑO NUEVO!!! (creo que me adelanté un poco) Os ama, GCRodri <3

Pdt: en multimedia os dejé el nuevo chico.... espero que os guste x.x También dejé la canción de Climax para aquell@s que quieran escucharla :3

_____________________

Los siguientes días fueron tranquilos, y eso me extrañó. El domingo apenas recibí alguna llamada de Chris o Steven así que decidí dejarlo pasar y darme por desapercibida el día. El lunes en cambio encontré a Steven en su puesto de siempre con sus Levi’s  y un jersey que se ajustaba a su musculoso cuerpo, cuando intenté acercarme a él su lejanía me detuvo; en la oficina no tuve mucha más suerte, Dominic estaba en todas partes en las que yo estaba pero aún así lo ignoré lo mejor que pude… Clare en cambio estuvo todo el día molestándome con el tema y así pasaron el martes y miércoles. Chris había llamado el miércoles en la noche para indicarme donde quedaba la casa de Dominic y ofreció a que él mismo pasara a recogerme pero me negué rotundamente. Estaba loca si creía que iba a volver a quedarme a solas con él. En cuanto colgó dejé el móvil sobre la mesa y me adentré en mi habitación.

Solo iba a ser una noche así que no tenía que ir muy arreglada, además iba a estar con Chris y Dominic… Teniendo a Chris al lado de mí, ella podía superarme en elegancia vestida con un simple pijama de conejitos. Saqué vestidos y ropa que vi adecuadas para la ocasión, los dejé sobre la cama y miré cada uno detenidamente. Cogí un vestido negro que llegaba un poco por encima de las rodillas pero tenía una abertura en la parte derecha así que lo descarté inmediatamente. Otro verde tenía la espalda al descubierto y no quería tener el recuerdo de lo que eso lleva… Descartado. Empecé a mirar uno por uno y cada vestido que cogía, alguna excusa le encontraba para no vestirlo.

Rendida caí sobre la cama y solté un suspiro cansada- esto es imposible... - me dije a mí misma, había mirado más de 20 vestidos y ninguno me parecía adecuado para la ocasión. Me levanté y me dirigí arrastrando los pies hacia el armario- veamos que podemos encontrar- empecé a pasar prenda por prenda hasta llegar a un trozo de color oscuro escondido en lo más profundo del armario, tiré de él y lo saqué. Ni siquiera recuerdo cuando había comprado este vestido pero me pareció perfecto. Era completamente de un color granate ningún estampado ni nada, era muy simple respecto a eso; la cintura era ajustada y la falda era de vuelo, tenía un profundo escote pero no era exagerado sino más bien elegante. Lo dejé a un lado y busqué unos zapatos que fueran a juego con él, empecé a sacar pares y pares de zapatos y no recordaba tener tantos tacones como los que tenía frente a mí. Me senté en el suelo con las piernas cruzadas y miré los zapatos ¿dónde estaban mis zapatillas? Unos Louboutins  negros llamaron mi atención y los agarré. Si pudiera casarme con unos zapatos, estos definitivamente serían los elegidos “Deja de pensar estupideces”- aguafiestas... - insulté a mi propia conciencia.

Lo tenía todo preparado por fin y era bien entrada la  madrugada cuando eso sucedió. Dejé el vestido colgado en la puerta del armario junto a los tacones y me metí en la cama, debería de descansar un poco ya que mañana me quedaba un largo día por delante. Había olvidado que sería diferente a todos los años, Chris, adoraba a mi amiga y la amaba pero ¿cómo se le ocurrió hacer algo así? Y esperé menos de Dominic… él simplemente tenía que echarlo de mis pensamientos. Abracé la almohada y cerré los ojos para conciliar el sueño pero estuve más de dos horas dando vueltas en la cama sin poder dormir. El miedo empezaba a apoderarse de mí.

 

Abrí lentamente los ojos y parpadeé seguidamente acostumbrándome a la luz solar. Anoche olvidé bajar las persianas. Miré el techo y me dí ánimos para lo que se avecinaba hoy. Salí de la cama desperezándome y caminé hacia el baño, cuando hice todas mis necesidades me di una rápida ducha y cambié mi pijama por unos pantalones deportivos y una sudadera, calcé mis deportivas y agarré algo de dinero y el iPod junto a lo auriculares. Mis ganas de salir a correr se hicieron presentes, además era una mañana soleada para no aprovecharla. Recogí mi pelo en una coleta de caballo antes de salir del apartamento y bajé las escaleras. De acuerdo puede que viva en la quinta planta pero así es empezar una buena mañana. No esperé encontrarme a Steven en el vestíbulo, fui tonta si llegué a pensar siquiera algo así.

-Hey, creí que tenías el día libre hoy- comenté acercándome al mostrador. Él levantó la mirada del periódico y frunció el ceño- ¿Stev? ¿estás enojado conmigo?

-¿Debería?- contestó volviendo a llevar su atención al periódico.

Me apoyé en el mostrador y me incliné hacia él- ya, de ahí proviene el mal humor de estos últimos días … ¿qué hice ahora? venga suéltalo porque sea lo que sea que hice, lo siento.

-¿Por qué Dominic salía de tu apartamento la otra noche?- eso fue directo. Ahora entendía la razón de su enfado.

-Él… él… necesitaba… si, necesitaba algunos consejos para su cita con Chris- “muy buena excusa, lo más seguro es que se lo haya creído”- Ya sabes, los hombres y sus problemas para entender a las mujeres- intenté bromear ya que el ambiente se estaba empezando a volver tenso.

-¿A esa hora? Amelia era casi entrada la madrugada ¿quieres que me crea esa excusa barata? - espetó dejando el periódico a un lado y fijando de nuevo su atención en mí. Me removí en el sitio y miré nerviosa a los lados ¿qué iba a decirle? “Dominic me visitó para echar un polvo rápido” “Lo siento pero follé con él esa noche y la anterior” “Me acosté con el novio de Chris y contigo” Suspiré frustrada cuando vi que Stev seguía esperando una respuesta a su pregunta.

-Es más complicado de lo que parece- contesté finalmente, por lo menos no solté una de las respuestas que vagaron por mi mente.

-Amelia quiero que seas sincera conmigo- dijo bajando la voz, se veía tan decaído y todo por mi culpa- ¿hay algo de lo que tenga que preocuparme?

Rápidamente negué con la cabeza y estiré mi brazo agarrando una de sus manos entre las mías- Stev no hay nada de lo que preocuparse…. te lo prometo- le dediqué una sonrisa tranquilizadora- siento que no te haya prestado la atención que te mereces- me disculpé acariciando su mano e inclinándome más sobre el mostrador hasta quedar a escasos centímetros de su rostro- pero prometo compensártelo ¿de acuerdo?

Stev pareció dudar unos segundos pero finalmente sonrió y se inclinó posando sus labios sobre los míos- diviértete esta noche.

-Por supuesto que me voy a divertir ¿como no podría?- dije fingiendo la emoción, Stev soltó una risa- Seguramente estaré en la cama a las diez y no podré dormir porque la pareja feliz estará en su nido de amor follando como conejos.

Ahora Stev reía a carcajadas- recuérdame que le pregunte a Chris la próxima vez que la vea- dijo aún entre risas. Sonreí, me sentí mucho mejor que antes.

-Shh ni una palabra a nadie… ya sabes como se pone cuando escucha que hablamos de su vida sexual con Mister Adonis- bromeé, me incliné dándole un último beso a Stev y me separé- diviértete con tu familia y siento no haber aceptado tu invitación.

-No es nada cielo- mi corazón se encogió al escuchar decir esa simple palabra de los labios de Stev- otra vez será- agarró un mechón de mi pelo y lo puso tras mi oreja- no robo más de tu tiempo, parece ser que despertaste deportiva.

Podía sentir mis mejillas teñirse de rojo- supongo que mañana Chris me arrastrará de compras así que ¿qué te parece quedar el sábado?

-Nos vemos el sábado- me dio un último beso y salí del edificio, sintiéndome mejor de como me había despertado.

Coloqué los auriculares en mis oídos y le di al botón para que las canciones se reproduciran aleatoriamente.  Empecé con paso suave y fui aumentando poco a poco, la primera canción que apareció no tuvo más que ser Climax de Usher. Las imágenes de la noche con Dominic vinieron a mí y nublaron mi mente… ¿Por qué entre más de 2000 canciones tenía que sonar ésta? Cuando llegué a Central Park paré apoyándome en mis rodillas para recuperar algo de aire.

Wow ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que salí a correr? Miré alrededor y encontré un pequeño café, caminé hacia el recinto y entré. El olor a café y donuts me inundó. Tenía que esperar una pequeña cola de personas que pedían en el mostrador pero no me importó. Mientras esperaba fijé mi mirada en la ventana, aún era temprano pero las parejas paseaban de un lado para el otro; los niños corrían por el gran parque o algunas personas paseaban a sus mascotas. Siempre me había preguntado qué es lo que les había traído a esta ciudad. Nueva York era increíble. Todo el mundo sabía eso. Pero las personas que venían a esta ciudad sólo tenían un objetivo: empezar desde cero sus vidas.

Me fijé en una joven pareja que parecía discutir, la chica golpeó con fuerza el pecho de él y volvió a gritarle pero él solo se quedó ahí parado mirándole y de un momento para el otro la estaba estrechando y besando como si fuera la última vez que fuera a probar esos labios. Se podía ver la pasión del beso.

-Señorita- escuché carraspear a alguien tras de mí y me volteé a mirarlo. Era un joven rubio, bastante atractivo, lo que más llamaba la atención de él eran esos increíbles ojos grises- le toca- señaló delante de mí formando en su rostro una sonrisa daleada.

-Yo..emm.. lo siento- sacudí la cabeza y me volví hacia la chica tras el mostrador que me miraba con desprecio- un latte macchiato por favor- pagué.

La chica asintió y con un gesto me señaló que esperase al otro lado, volteé los ojos cuando su actitud cambió con el chico que iba tras de mí. Esperé impaciente mi café ya que la pequeña perra empezó a coquetear con chico rubio- no quiero ser una aguafiestas pero hay personas que necesitan su café y su descarado intento de ligar no está funcionando así que por favor deja de hacer el ridículo y deme mi café de una santa vez.

La dependienta me miró mal y dejó con un fuerte golpe frente a mí- gracias- agradecí con una sonrisa forzada. Me di la vuelta con mi café en mano y me encaminé hacia la salida.

-¡Hey! Disculpe- alguien gritó tras de mí, me volteé y volví a encontrarme con chico rubio- gracias por lo de ahí dentro.

Fruncí el ceño sin entender de qué cojones estaba hablando- mmm ¿por qué me das las gracias?

-Por salvarme de esa pesada- rió nervioso. Oh se veía muy adorable. Podía apostar a que era un estudiante de universidad por su vestimenta y forma de dirigirse hacia mí.

-Oh ¿eso? no fue nada, necesitaba mi café antes de que pudiera estrangular a esa mujer con mis propias manos- reí.

-Déjeme invitarla a tomar algo así podré-

Lo corté ante de que siguiera- mira lo siento, pero no creo que sea buena idea… mi novio es muy celoso y no quiero tener ningún tipo de problemas con él….- mentí alejándome de él- seguro que encontrarás a otra chica que acepte tu invitación.

Empecé a andar con paso ligero antes de que pudiera alcanzarme de nuevo. Cuando quedamos finalmente mi café y yo caí sobre un banco del parque, me lamenté por no haber comprado una rosquilla de chocolate por culpa de la idiota del café. Tomé tranquilamente mi café hasta que me di cuenta de que era de volver. Corrí de vuelta parando alguna que otra vez en las tiendas para mirar el escaparate.

Cuando volví al edificio Stev no se encontraba en su puesto, supuse que ya había vuelto a casa. Subí corriendo las escaleras hasta la quinta planta y lo que encontré frente a mi puerta me sorprendió. Un gran ramo de rosas blancas tapaba el cuerpo de la persona que lo sostenía, caminé con miedo esperando no encontrarme con alguien no deseado porque si fuera así ya sabía yo dónde meter esas flores pero fui sorprendida por una gran sonrisa en el rostro de Stev.

-¿Qué…- no pude continuar porque Stev me había atrapado en sus brazos.

-Esta es mi forma de decir lo siento- se disculpó, mi ceño automáticamente se frunció, debería de dejar de hacer eso si no quería que me salieran arrugas- esta mañana fue algo duro y te incomodé- hizo una mueca. Me lo comía. Él era tan adorable.

-No tenías por qué malgastar tu dinero en las flores- lo regañé cogiendo el ramo y mirando detenidamente y entusiasmada las rosas. Eran preciosas.

Vi como rascaba su nuca y me dedicó una sonrisa cómplice- no las compré… más bien las tomé prestadas de Melissa.

Solté una carcajada ¿realmente había robado las flores a esa loca? Lo agarré del jersey y tiré de él hacia mí juntando nuestros labios- gracias- sonreí sobre sus labios.

-También pedí algo de comer, supuse que no tendrías nada preparado y apenas tienes tiempo hoy- ¿podía existir un chico más atento y perfecto que Steven?

-Me aseguraré de recompensártelo el sábado- le di un corto beso y abrí la puerta de mi apartamento.

 

Stev me ayudó a recoger todo antes de que se fuera, sus padres vivían en la ciudad así que él no tenía ningún problema en llegar tarde en cambio yo tenía que empezar a prepararme. Saqué una pequeña maleta de mano y metí un pijama, nada provocador y ropa de recambio. Entré en el baño y me di el lujo de darme una larga y relajante ducha. Me envolví en una toalla y volví a la habitación, cogí el vestido y empecé a vestirme. Esta vez gracias a Dios llevaba ropa interior en todas las partes que deberían ser cubierta. Nunca más dejaré que Clare me elija la ropa interior. Me coloqué bien el vestido y calcé los tacones negros, me miré en el espejo y no estaba mal. Miré mi pelo y sus indomables ondas ¿qué hacía con él? empecé a jugar con los mechones de pelo y a recogerlo de distintas formas hasta que decidí por un recogido al estilo romano.

Miré el reloj y en cinco minutos tenía que salir del apartamento. Cogí la chaqueta negra y un pequeño bolso junto a la maleta de mano.  Me adentré en mi Mini Cooper y agarré el volante poniendo el coche en marcha. Dos horas de camino. Dos malditas horas. Me había encontrado atrapada en dos atascos. Me adentré en un camino de tierra y condujo con cuidado, mi Mini no estaba preparado para este tipo de camino. A lo lejos vi una casa y conforme me acercaba esa casa se volvió en lo más parecido a una mansión. UNA MALDITA MANSIÓN ¿dónde me había metido Chris? Aparqué frente a la casa y un hombre uniformado se adelantó a abrir mi puerta.

-Usted debe de ser la Señorita Clarck- dijo educadamente. Asentí y me extendió la mano para que le diera las llaves- el señor Di Giovanni le espera dentro.

-Gracias- le di las llaves con recelo, y agarré mi pequeña maleta. Una mujer se encontraba en la puerta de entrada con dos mujeres más jóvenes que la primera y sonreían hacia mí. Poco a poco me fui acercando y agarraron mi maleta, una de ellas me miró de arriba hacia abajo y frunció el ceño ¿qué le pasaba a ésta ahora?

-Sígame señorita Clarck- dijo la más vieja. Seguí a la mujer hacia el interior de la casa y mi boca cayó al suelo. Esto era inmenso- El señor Di Giovanni le espera en esa sala, puede pasar o puedo enseñarle la habitación donde pasará la noche.

-No se preocupe... - le miré sin saber cómo referirme a ella ¿cuál sería su nombre?

-Carla, llámeme Carla- contestó a mi pregunta no formulada- Stella se encargó de llevar sus pertenencias a la habitación. El señor me pidió que le ayudara en lo que necesitase.

-Gracias Carla por su generosidad pero creo que me las apañaré por mi misma- le sonreí con dulzura y ella me devolvió la sonrisa.

-Entonces me retiro señorita, cualquier cosa podrá encontrarme en la cocina- y con eso se dio la vuelta y caminó hacia una de las salas que supuse que era la cocina.

Miré a mi alrededor y quedé fascinada con la casa. Tenía que admitir que Dominic había tenido gusto construyéndola o comprándola. Unas grandes y extensas escaleras de mármol se extendían frente a mí, parecía sacado de cuento. Desvié la mirada a unas grandes puertas y caminé hacia ellas, intenté abrir y para mi sorpresa la puerta cedió. Una gran sala llena de estanterías las cuales estaban repletas de libros me dieron la bienvenida. Wow. En medio de la sala se encontraba un sofá de cuero negro frente a una chimenea de ladrillo, dirigí mi mirada a una mesa de billar que se encontraba a la derecha y junto a esa más estanterías llenas de trofeos, en la izquierda un gran ventanal iluminaba toda la estancia. Definitivamente esta era una de mis salas favoritas.

Cerré la puerta con sigilo y me di la vuelta, el vestíbulo, donde me había dejado Carla seguía vacío. Empecé a caminar hacia la sala donde supuestamente se encontraba Dominic ¿dónde se estaba Chris? Después de todo fue ella la que insistió en que viniera y ahora era ella la desaparecida. Agarré el pomo de la puerta e inspiré, no sabía con quién o con qué podría encontrarme ahí dentro.

-Vaya, vaya….¿Quién es esta hermosura?- me volteé hacia esa voz masculina. Mis ojos recorrieron el cuerpo de pies a cabeza, vestía unos vaqueros y un jersey bastante ajustado. Mi mirada paró en su rostro y quedé embobada de tal hombre. Sus ojos azules, los cuales me parecieron muy familiares, me miraban fijamente reconociéndome detenidamente. Un pequeño rastro de barba cubría su perfecto rostro y esos labios se extendieron en una seductora sonrisa. Mierda. Este hombre era la perfección personificada- ¿le gusta lo que ve señorita? Porque si es así, podemos arreglar esto arriba.

-Amelia- me volteé hacia esa voz tan conocida y a la vez tan adictiva. Mis ojos vagaron por todo su cuerpo y me removí nerviosa. Su atuendo informal seguí con él, vaqueros y jersey ¿qué les pasaba a estos hombres? Alterné mi mirada entre los dos hombres- veo que ya conociste a Marco.

-Encantando de estar a su servicio señorita Amelia- dijo agarrando mi mano y depositando un beso con delicadeza en ella.

-Tiene novio- comentó Dominic, mi mirada fue directamente hacia él ¿a qué venía todo esto? Pero Dominic miraba fijamente a Marco.

-¿Qué me he perdido?- pregunté más confusa que antes. Miré a ambos hombres y juraría que se estaban desafiando con la mirada. Una guerra entre dos titanes.

-Déjeme presentarme correctamente- dijo Marco volviendo a tener su atención en mí, noté a Dominic más cerca o ¿era solo mi presentimiento? Aaah estaba empezando a volverme loca- Soy Marco Di Giovanni.

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