Leonid hizo todo lo posible por terminar tres días de trabajo en dos días. Lo que no pudo anticipar fue un cambio repentino cuando el acuerdo estaba por hacerse. Se vio obligado a quedarse en Haicheng durante una semana. Cuando finalmente terminó su trabajo, abordó el avión esa misma tarde para regresar rápidamente.
Ya estaba oscuro cuando llegó a casa. Padre e hijo ya habían terminado su cena. Ren Zhouyuan estaba limpiando los palillos y los tazones, mientras An-An lo seguía, de vez en cuando sostenía un plato o dos en un intento de ayudar. Ya casi habían terminado de limpiar cuando escucharon el clic en la puerta.
Después de vivir aquí unos días, aparte del cambio en el entorno, no hubo muchos ajustes en su horario. Por lo general, solo él y An-An estaban en la casa. Entonces, aunque Leonid no había dicho de antemano cuándo volvería, Ren Yuanzhou solo dudó por un momento antes de darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
Inexplicablemente se sintió un poco nervioso. Aunque siguió limpiando la mesa, la tela arrugada en su mano reveló sus sentimientos. Al escuchar los sonidos de la puerta principal, An-An se agachó detrás de Ren Zhouyuan, con las manos fijas alrededor de sus pantalones mientras sus grandes ojos miraban hacia la puerta principal, temerosos de que apareciera algún tipo malo.
Después de unos segundos, apareció el chico malo, un gran oso.
El gran oso avanzó unos pasos. Su fuerte presencia hizo que Ren Zhouyuan suspirara y dejara todo, frente a él para saludarlo.
Con la mente girando, trató de pensar en algo que decir, y finalmente no logró nada más que "Bienvenido".
Algo brilló en los ojos de Leonid tan rápido que fue difícil leer su estado de ánimo. Miró a Ren Zhouyuan, luego miró a An-An. Algunas emociones fuertes inexplicables se estrellaban contra su corazón.
"Volví". Miró a los ojos a Ren Zhouyuan. Luego se puso en cuclillas, fijando sus ojos en An-An.
Esta era la primera vez que se encontraba cara a cara con An-An. Incluso de antemano recordó haber pensado que An-An era un niño bastante adorable. Ahora se sentía aún más fuerte. Sus ojos y nariz eran claros y bien definidos, su rostro como una escultura. No se parecía en nada a la mayoría de los niños extranjeros con la cara llena de pecas. Sus suaves mejillas lo hicieron querer darle un beso al niño.
A pesar de su emoción interior, Leonid todavía tenía una expresión fría. El nerviosismo lo hizo morder el interior de sus mejillas, con solo su mirada abrasadora insinuando lo que realmente estaba sucediendo dentro de su mente. Abrió la boca pero no sabía qué decir, y finalmente se conformó con el silencio. Solo sus ojos permanecieron fijos en An-An.
Lamentablemente, An-An no pudo leer sus emociones. El hombre que tenía delante no solo era un extranjero despreciado, también parecía que estaba listo para comérselo. Era toda una cabeza más alto que su papá también. El pequeño An-An sintió una intensa sensación de peligro y se agachó aún más detrás de Ren Zhouyuan, escondiendo su rostro detrás de las piernas de Ren Zhouyuan para evitar tener que dar una sola mirada.
Leonid sintió como si hubiera sido mojado en agua fría. No había esperado esta reacción, y miró impotente a Ren Zhouyuan.
Al ver que su hijo estaba reaccionando exactamente como se esperaba, Ren Zhouyuan quiso reír tanto qué sintió pena. Le dio unas palmaditas a An-An en la cabeza y le indicó que se acercara al frente. Pero An-An envolvió sus brazos alrededor de sus piernas, girando de lado a lado para evitar mirarlo a la cara.
Ren Zhouyuan estaba exasperado. La costumbre de su hijo de que no le gustaran los extranjeros era más profunda de lo previsto. Originalmente pensó que después de tomar suficientes clases con maestros extranjeros, podría curarse de esta inclinación. Inesperadamente, había vuelto con toda su fuerza cuando vio a su propio padre.
Fingiendo que estaba enojado, puso una cara seria para regañar a An-An. "An-An, ¿es esto lo que papá te enseñó? ¿Vas a ser un niño malo sin modales?"
Raramente decía cosas como esta. Normalmente, An-An probablemente se presentaría y se disculparía incluso si todavía estaba haciendo pucheros, pero esta vez pisoteó y se negó a mostrar su rostro.
Un poco preocupado de que pudiera estar llorando en silencio, Ren Zhouyuan no se atrevió a regañarlo nuevamente. Un minuto más tarde, cuando todavía seguía en esa misma posición, estaba un poco preocupado. Dándose la vuelta y arrodillándose, lo levantó en sus brazos.
Pasó un tiempo discutiendo con An-An antes de que lograra verlo bien. An-An no estaba llorando, pero tenía el ceño fruncido y la boca fija en un puchero. Al ver esto, Ren Zhouyuan se tranquilizó. Balanceándose de un lado a otro, dejó que su tono se calentara sin revelar la identidad de Leonid. "¿No te enseñó papá? Se cortés y di el nombre de las personas. An-An, ¿estamos siendo groseros?"
Al apretar los labios, An-An obviamente estaba disgustado. Señaló a Leonid, gritando: "¡No me llamó!"
Ren Zhouyuan estaba realmente enojado ahora. "An-An!" el grito.
An-An retrocedió inmediatamente. Mordiéndose el labio, trató de controlarse pero no pudo hacerlo, finalmente estalló en lágrimas en el hombro de Ren Zhouyuan, con sus pequeños puños tamborileando sobre su espalda, "¡Papá es un mentiroso! ¡No quiero a este extranjero! Quiero ir a casa…"
Leonid los miraba. No podía entender su chino, pero al ver que An-An de repente se echó a llorar y gritaba cada vez más fuerte, no pudo evitar sorprenderse, preguntando qué estaba pasando con una mirada inquisitiva.
Ren Zhouyuan tenía dolor de cabeza. Ya había adivinado que a An-An podría no gustarle Leonid, pero no esperaba que fuera así. Le lanzó una sonrisa exasperada a Leonid, diciéndole que el niño estaba haciendo un berrinche y que necesitaba calmarlo. Al escuchar esto, Leonid le indicó que hiciera lo que tenía que hacer.
Con An-An en sus brazos, Ren Zhouyuan volvió a la habitación. Estaba llorando tan fuerte que comenzó a tener hipo, las lágrimas corrían por su rostro, su cara y nariz enrojecidas en un estado lamentable.
Tomó unas servilletas para ayudar a An-An a limpiarse la cara. "¿No le enseñó Papá a An-An a ser cortés con los extraños? Dijiste que ibas a ser un buen chico, ¿por qué no escuchaste hoy?"
Sollozando, An-An dijo con un puchero: "E-ese hombre es un extranjero".
"¿Y qué, es un extranjero no un anciano?" Ren Zhouyuan se pellizcó la nariz. "¿No son los profesores de Vichy extranjeros también?" An-An siempre era bueno con ellos también, así que ¿por qué no hoy? Al ver que An-An estaba preparando una réplica, se apresuró a interrumpirlo. "No intentes seguir inventando excusas, solo estás siendo malo y estás inventando excusas. El hecho de que papá no te regañara en el pasado no significa que odiar a los extranjeros sea correcto. Necesitas cambiar este hábito".
Respirando bruscamente, An-An comenzó a llorar de nuevo. "¡An-An no quiere a los extranjeros, no quiero a los extranjeros!"
Al ver lo terco que era, Ren Zhouyuan sintió que le latía la cabeza.
Por supuesto que podía ver lo que estaba pasando. An-An ya había dicho estas cosas antes, pero esta vez estaba reaccionando especialmente fuerte. Pensando que acababa de preguntarle a An-An sobre su otro padre y luego se mudó, ahora que el niño vio a Leonid aquí era demasiado listo para no adivinar quién era.
Eso era exactamente por lo qué Ren Zhouyuan tenía dolor de cabeza. No sabía si él y Leonid podrían continuar, pero ahora que lo había comenzado, los tres estaban unidos en el corto plazo. Ahora que todos se mudaron, An-An no podría tratar a Leonid así para siempre.
Pensando en la expresión de Leonid, recordó que nunca había visto a ese tranquilo hombre tan ansioso. Incluso si An-An no lo aceptaba, seguía siendo su otro padre.
Hizo todo lo posible para consolar a An-An, pero An-An era increíblemente terco. La desagradable mirada en su rostro fue suficiente para hacer que Ren Zhouyuan quisiera reír y enojarse con él.
Había estado hablando durante tanto tiempo que tenía los labios secos y todavía no podía convencerlo, por lo que finalmente se rindió. "Muy bien, dime. ¿Qué hace falta para que le prestes atención?"
Al apretar los labios, An-An abrió y luego cerró la boca, con los ojos oscuros parpadeando, antes de mencionar una condición que incluso a Ren Zhouyuan le resultó difícil.
"¡Si habla chino, ya no sera un extranjero!"