Jefe, quiero un hijo suyo ©

By ElenaPugaPascual

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"Jefe, quiero un hijo suyo" Sí, sé que no es lo mejor para decir cuando conoces a tu jefe por primera vez, pe... More

Jefe, quiero un hijo suyo ©
Capítulo 1. "¿Tienes un congelador donde entren tres kilos de helado?"
Capítulo 2. "Tus genes, tu nevera y tu jarrón"
Capítulo 3. "Una casa de cristal y una inquilina patosa"
Capítulo 4. "El hombre de hielo"
Capítulo 4 parte 2. "Por ahora, Grecia. Por ahora."
Capítulo 5. "Un beso"
Capítulo 6. "Eres mía"
Capítulo 7. "El Señor Cardovani se encuentra... indispuesto en este momento."
Capítulo 8."Puedes ponerlo"
Capítulo 9."Un loco, Grecia"
Capítulo 10. "Dulces sueños"
Capítulo 11."Solo no te eches para atrás."
Capítulo 12. "Lo siento"
Capítulo 13. "Cuando a mi me dé la gana" [MARATÓN 1/3]
Capítulo 14. "Paquete." MARATÓN 2/3
Capítulo 16. "Sorpresa"
Capítulo 17."Una oportunidad."
NOTA- Tenéis un nuevo capítulo.
Capítulo 18. "Cabrón rencoroso."
Capítulo 19."No pienso contaros."
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Capítulo 15."Yed" MARATÓN 3/3

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By ElenaPugaPascual

TATATATAAANN! AQUÍ TENEIS LA ÚLTIMA PARTE!!! ESPERO QUE OS GUSTE Y QUE DISFRUTEIS DEL NUEVO PERSONAJE ;)

LA SEMANA QUE VIENE MÁS ;)

Os adoro.♥

"Resiste Grecia, resiste" - Por más que me lo decía no podía evitar seguir acariciando al precioso osito en mis brazos. -"Tiene que currárselo más."

"Pero mira qué lindo es, te ha dado un super peluche y un ramo de flores silvestres. ¡Con una carta escrita a mano!"- La voz de la Grecia dulce luchaba en mi conciencia y , desafortunadamente, en estos últimos días había cogido bastante fuerza. Todos mis sentimientos habían cogido bastante fuerza desde lo de Karl en realidad, después de una ruptura como esa sería extraño que no me hubiese desequilibrado mentalmente, pero tampoco era normal coger cariño a una persona tan rápidamente... Dios, habían pasado días desde que conocía a Jace y solo unas horas desde que nos habíamos separado y yo ya sentía esa falta como un vacio en mi interior.

"Quieres llenar el hueco que dejó todo el lio de Karl con la seguridad que te da Jace, Grecia, no pienses cosas raras."

Hasta yo pensaba que ese pensamiento era estúpido. ¿Llenar un hueco? Aun que eso fuese así no cogería a cualquiera para el puesto, tampoco con tanta rapidez, simplemente... mi cerebro seguía bajo los efectos del alcohol, y como toda buena borracha que se precie necesitaba dar mimos, por eso le echaba tanto de menos. Simple y llanamente.

"Mentirosa"- Canto la Grecia Lujuriosa.

La silencie rápidamente. "O te callas o no hay más helado."

Los auto castigos siempre funcionaban. Y me alegraba de eso, ya tenía bastante con la Grecia dulce como para tener a otra más rondando en mi cabeza en ese momento.

Esta vez el timbre no sonó como si fuesen a atropellarme y antes de dirigirme a la puerta comprobé que estaba vestida.

-Mmm... buenas tardes.- Dijo el mismo pelirrojo que la última vez me había visto en tanga. No pude evitar sonreír divertida al ver como una sombra de decepción cubría sus ojos al verme...vestida.- Esto es para usted.

Como no, otro paquete.

-Gracias, guapo.-Dije antes de cerrarle la puerta a un pelirrojo boca abierto y sonrojado. Que mono.

Mientras me acercaba a la mesa del salón recapacite sobre la cantidad de esfuerzo y dinero que Jace debía de estar gastando en enviar a diez personas mi regalo y, aunque eso debería alegrarme según la Grecia Lujuriosa en estado vengativo, no lo hacía.

Abrí el cartón rápidamente, no es que hubiese llevado un cuchillo al salón por si esto volvía a ocurrir ni nada por el estilo pero bueno...

De nuevo el olor a flores llegó ligeramente a mi nariz. ¿Se habrían equivocado y me habrían dado dos veces el mismo paquete?

No era así.

Dentro de la caja había dos bolsas con ropa recién comprada. Un traje de negocios, un vestido negro de noche, unos pantalones vaqueros de mi marca favorita y una camisa azul eléctrico preciosa, ropa interior de encaje negro, y un pijama de seda. Como no, el Señor "Gasto dinero a tutiplé y me da igual" me había comprado zapatos a juego para cada cosa.

Pero eso no era lo importante. ¿Cómo diablos sabía mi talla de sujetador?¿Y la de mis pantalones?

Con una traicionera sonrisa en la cara, me olvidé de la ropa y cogí el pequeño ramo de flores para olerlo. Olía a libertad y un poco a Jace. Perfecto.

Cuando volví la vista a la caja, descubrí lo que el ramo tapaba. Un jodido iPhone y una carta.

¿Cuánto pensaba gastar en mi este hombre? ¿Acaso no había visto lo mucho que me dolía que hubiese insinuado que era una aprovechada?¿Qué hacía ahora comportándose como si fuese una y el estuviera tan feliz de ello?

Idiota.

Dulce idiota.

Por qué ese idiota lo hacía con buena intención y eso me derretía.

Me derretía al pensar que sería así con nuestros hijos, quiero decir. O sea, con nuestro hijo, quiero decir.

Mejor cállate, Grecia.

Cogí el móvil y para mi sorpresa estaba encendido y en funcionamiento, con una foto mía en la guardería junto a Petunia, de fondo. Parecía una madre, y de alguna manera me emocioné al pensar que Jace había querido sacar una foto de un momento así.

"¡No! Me da igual cuando adorable seas, deberás seguir esforzándote."

Al menos intentaba creérmelo. La intención es lo que cuenta, ¿No?

Posando por un momento el móvil, me centré en la carta, y los dedos me temblaron.

¿Sería tan dulce como la otra? ¿Sería su golpe de gracia para recuperarme? Quizá debería no leerla, así sería más difícil para él... pero es que la carta estaba tan malditamente cerca... y creo que me hablo, lo juró.

Abrió su solapa y me soltó un: "Ábreme, quieres leerme." ¿Y qué iba a hacer yo? La carta no tenía la culpa de nada.

"¿Te gustaron mis otros regalos?"

¿Qué manera es esa de empezar una carta? ¡Maldito egocéntrico! Ug.. Con un golpe en seco tiré la carta sobre la mesa, totalmente convencida de que lo mejor era no leerla.

A los dos minutos leía la siguiente frase como si me fuese la vida en ello.

"Espero que sí." Estúpido. Me obligué a murmurar. Por dentro mi estomago revoloteaba en mariposas. "Diablos, no sé cómo escribir cartas. ¿Crees que podrás ayudarme? Quizás...¿Contestándome? Seguiré tu ejemplo."

¡JÁ! Perro inteligente.

"¿No cuela no?"

No, no cuela, pero buen intento.

"Decidí mandarte otra caja porque bueno, dijiste que me llamarías, pero mientras pensaba en nosotros"

No pude evitar reír ante el repentino temblor en la tinta que creaba la palabra "nosotros". Jace se había puesto nervioso al escribirla.

" -que me maten si no lo hago el 80% del tiempo, diablos, vas a llevar a mi empresa a la ruina, mujer.- ,me di cuenta de que no tienes teléfono. Así que bueno, ahí tienes un móvil, para que me llames."

"Cuando te dé la gana"

Mi sonrisa creció. Dulcificándose también.

"Está configurado con tu número anterior y tienes toda la información de tu anterior teléfono en él."

¿Cómo cojones..?

"No te enfurezcas, no he mirado nada."

"Solo quiero que me llames. Y así poder verte."

"No debes preocuparte por qué diez personas tengas tus contactos"

Me cago en la puta. Solté la carta como si quemará y corrí a la puerta. Ahí dentro tenía muchas cosas, mensajes con mis amigas en las que insultaba a Karl, mensajes en los que me cagaba en todos mis compañeros, selfies en mitad de una mascarilla revitalizante, selfies en mitad de la depilación... mierda, hasta tenía selfies haciéndome la bizca y cubierta de nata. A la vez.

Nadie estaba picando en las otras habitaciones y, completamente desesperada, corrí devuelta a la carta. Era mi última salvación.

"porque he descubierto la manera de mandártelo solo a ti sin romper la promesa."

Hasta mi alma se relajó.

Sentándome tranquilamente en el sofá, con el cuerpo tan laxo que parecía que acababa de salir de una sesión de masaje turco, seguí leyendo.

"Solo tenía que enviarlo a la segunda habitación más cara. ¿Ves, no tuve que decir ni tu nombre, a que te encanta lo inteligente que soy?" Idiota. Sonreí. " Piensa que mi inteligencia va en los genes, nuestros hijos saldrían así de listos. *sonrisa sensual*"

Rompí en carcajadas. Jace Cardovani no acababa de intentar persuadirme con sus genes, no acaba de intentar seducirme por carta con una *sonrisa sensual*.

Pobres vecinos de habitación, posiblemente debían de pensar que dormían al lado de una loca porque sin duda mis carcajadas no eran normales.

-Estúpido hombre sensual.-Susurré con lagrimas en los ojos. Al final, solo él conseguía animarme así.

"Espero haberte hecho sonreír. Llámame pronto."

"Jace "Sensual y a la espera de un tal Grecia Cole" Cardovani."

No me dio tiempo a cerrar la carta cuando mi móvil ya estaba soñando.

Solo podía ser él.

Y contra todos los gritos mentales por parte de la Grecia Racional mi mano se dirigió volando hacía el teléfono.

-Eres un idiota.- Quise soñar enfadada pero la ternura se oía en cada palabra.

-Ay, ¿Problemas en el "paraíso"? Me alegro.- Rió mi voz preferida al teléfono.

Mire la pantalla para asegurarme.

-¿Yed?

-¿Hola? ¿Quién va a tener esta maravillosa y preciosa voz más que yo, la  genial e increíble Yedania?

 Benditas mejores amigas.

-Ya era hora, perra, te necesito. Ven aquí, ya.

-A sus ordenes mi capitana. ¿Tu casa?

-No, en el Palace di oro.

-¿Qué?

-PA.LA.CE DI O.RO.

-Jodida mierda. ¿Bromeas?

-No. Aquí, ya. Ven a la suite "Oro blanco".

Corté la llamada antes de que ella terminase su maldición.

Gracias a Dios mi mejor amiga venía al rescate.

Y bien... ¿Que os ha parecido el maratón? ¿Os ha gustado? ¿Cambiaríais algo?

Espero que os haya gustado y que disfruteis mucho de las vacaciones ;)

Un besito.

Os quiere.

Elena.

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