Rojo cual pecado (Blossick)

By UFOnarue

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Cada uno de ellos ya tenía una vida, alguien con quien compartirla y el fruto de un amor real a la vista de t... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI.

Capítulo X

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By UFOnarue

¡Muchas gracias a la gente que deja comentarios y sigue la historia!

Disclaimer: The PowerPuff Girls o cualquier personaje de esta historia no son de mi propiedad.

Capítulo 10. Mañana juntos.

El verano finalmente llegó en un par de días y prácticamente todos los compañeros de Blossom junto a ella y sus hermanas terminaban su último año de carrera. Como era algo obvio Blossom consiguió sin mucho esfuerzo obtener su tan preciado título de ciencias químicas y estaba muy emocionada -y a la vez algo nerviosa- de poder trabajar junto a Dexter y su padre en el laboratorio científico de Townsville, todavía no era algo seguro, pero tampoco dudaba que la fueran a rechazar.

Por otro lado, Brick iba a peor con Princesa, su relación se estancaba aún más. Aunque Princesa insistiera en acercarse a él, Brick cada vez se apartaba más y trataba de estar lo menos posible cerca de ella, creía que sus celos se volvían cada día más intensos cuando salía y eso lo irritaba de sobremanera, no le importaba lo más mínimo sus sentimientos a pesar de que muchas noches la escuchaba llorar en el baño, se tapaba la cabeza con la almohada y dormía como si nada. El mismo no se consideraba un ser sin corazón, pero era cierto que las emociones tan humanas le importaban más bien poco, y de por si Princesa no le importaba, en su mente solo había una cosa y era conseguir el amor de su querida pelirroja de ojos rosas como fuera.

Un día más, la pareja de casados volvió a discutir y Brick decide marcharse al lugar que suele frecuentar cuando era de mañana y los bares y discotecas no estaban abiertos, el parque del centro de Townsville. Pero antes de todo esto, la imagen de la chica de sus sueños pasó por su mente y tuvo una enorme necesidad de verla de nuevo así que alzó el vuelo y se dirigió hacía su casa esperando que con suerte su hermano no estuviera allí también. Muy dentro de él tenía la esperanza, de que después de la noche que pasaron en esa ducha, Blossom no lo odiara tanto como él pensaba. Podía estar casi seguro ya que hasta Dexter se lo confirmó.

—Bien Brick, tranquilidad... —ya se encontraba en frente de la puerta del apartamento de la pareja, toma valor y toca un par de veces.

¡Deja de estar tan nervioso, ella lo va a notar, estúpido!

Una chispa de emoción destellaba en su mirada, a decir verdad, estaba demasiado ilusionado por verla, había pasado solo una semana desde la última vez que la vio, pero a él le pareció una insufrible eternidad. Removió su cabello algo ansioso, nadie abría la puerta. Volvió a tocar con algo de desesperación. Nadie, al parecer estaban fuera. Llamó a Dexter buscando una respuesta de donde se encontraba Blossom, pero tampoco contestaba el celular por lo que supuso que estaría trabajando.

Con algo de desilusión y mosqueado finalmente decidió irse al parque y relajarse. En otra ocasión la buscaría, probablemente por la noche otra vez.

*

—¡Sí, muchas gracias! Volveré mañana con todo listo. — se despide con gran felicidad mientras sale del laboratorio casi tropezándose en el intento y justo cuando cierran la puerta a sus espaldas comienza a dar pequeños saltos de alegría cual niña —¡Al fin! ¡He conseguido que me acepten en el laboratorio, me siento tan orgullosa de mí misma! —gritaba sin contemplación, cuando se dio cuenta de que ya estaba alejada del recinto y toda la gente de alrededor se le quedaba mirando, se tapó la boca con algo de vergüenza y se fue rápido con su hijo riendo desde el carrito donde lo llevaba. Ese día era especial para ella así que lo iba a gozar con tranquilidad paseando por la ciudad y disfrutando de la hermosa mañana -aunque algo calurosa- que hacía.

Llega hasta un parque muy bonito, recuerda como de pequeña, ella y sus hermanas pasaban mucho tiempo por aquí jugando y como en varias ocasiones hacían funciones muy divertidas, en una de ellas hubo un payaso muy extraño que volvió toda la ciudad en blanco y negro y Bubbles y sus hermanas la arreglaron coloreando y cantando. Fue un día bastante interesante.

Paseaba tarareando cantarina mientras su pequeño jugaba con uno de sus pequeños peluches en forma de llavero, paró cuando escuchó que se le cayó uno de estos y al recogerlo y levantar la vista, pudo ver lo que parecía un hombre tumbado en el pasto que daba al lago del parque, entrecerró los ojos.

—¿Ese no es... Brick? — dijo al reconocer la típica gorra roja del joven sobre su cara. Se acercó con cautela hasta él sin pensarlo mucho, algo preocupada por si le había ocurrido algo, después de todo con esas tendencias suicidas que últimamente tenía... Se inclina un poco hacía él, su respiración era acompasada y por la pose que tenía con los brazos haciendo de almohada debajo de su cabeza y la gorra tapando esta, supuso que simplemente estaba durmiendo. — Parece que está muy relajado... ¿qué estará soñando? —no supo cuánto tiempo estuvo ahí parada viéndolo descansar, tranquilo. Le pareció tan inofensivo en ese estado.

Se sonrojó con fuerza repentinamente cuando su mirada bajó sin querer hasta sus labios entreabiertos, la imagen directa de sus bocas chocando, de cómo sus cuerpos desnudos se pegaban bajo el agua de la ducha vino a su mente y por un momento tuvo ganas de que la tierra se la tragara.

¿Por qué cada vez me cuesta más alejarlo de mis pensamientos? ¡Blossom, reacciona!

Se levantó como un resorte y tomó el carrito para irse de ahí lo más rápido posible antes de que Brick despertase, no se había dado cuenta, pero seguramente había pasado minutos observándolo. Su corazón pega un brinco cuando siente que alguien la toma del brazo deteniéndola. Blossom se voltea lentamente lamentando no haberse marchado mucho antes.

—¿Tan rápido te vas, moñitos? —preguntó el joven acomodándose la gorra, pero sin soltar el brazo de la chica. La mira con una pequeña sonrisa y se levanta del pasto sacudiendo su ropa. —Después de haber estado tanto tiempo entretenida con mi cara, me esperaba al menos un besito de tu parte.

Blossom vuelve a convertirse en un tomate con patas y totalmente avergonzada se gira y comienza a andar más rápido ignorando las atrevidas palabras del muchacho. Pero no se aleja demasiado cuando tiene que parar sus pasos topándose con el cuerpo de Brick a pocos centímetros de su cara. Es cierto que ella era una chica de piernas esbeltas y alta, pero Brick le sacaba casi una cabeza de altura.

—¿P-puedes apartarte, Brick? —se maldijo internamente por tartamudear.

—Claro que no.

—No tengo ganas de discutir, así que por favor te pi-

—Acompáñame a por algo de tomar, hace muy buen día ¿no quieres aprovecharlo?

Se quedó sin palabras, algo confundida. Pestañeó un par de veces, esperando las risas por su parte, pero, todo lo contrario, Brick parecía ir en serio, hasta parecía amable sonriéndole a ella. Asintió con duda, sin saber muy bien si hacía lo correcto después de todo lo ocurrido.

—¡Genial! —tomó a Blossom del brazo otra vez y la arrastró hacía la heladería más cercana mientras que ella tiraba del carrito con algo de dificultad. Brick parecía emocionado, es más, creía que en unos minutos había mostrado más felicidad que en todo el tiempo conociéndolo.

Llegaron a la mentada heladería del parque y ambos pidieron chocolate con fresa. Se acomodaron en una de las mesas que había fuera y tomaron su helado. A Blossom le causaba algo de gracia ver a Brick saborear su cono, parecía un niño.

—Están buenos ¿verdad? Suelo venir mucho por aquí y esta heladería es la mejor de la ciudad sin duda. —dijo con algo de ilusión comiendo a bocados.

—¿Te gusta mucho lo dulce? —preguntó Blossom con una ligera sonrisa, ya no se sentía incómoda como muchas veces que se quedaba a solas con él. Parecían amigos y todo.

—Bueno... no tanto así, pero el chocolate es como una droga para mí. —admitió algo avergonzado al darse cuenta de que seguramente se veía algo infantil en ese momento. Blossom rio suavemente, llevándose una cucharada a la boca y saboreándola. Brick por un momento se quedó embobado con esa sonrisa.

—Tienes razón, esta delicioso. —asintió comiendo un poco más. Blossom levantó la vista y vio que Brick se le quedaba mirando con una intensidad que la derretía. Sintió un picor en sus mejillas algo inquieta y giró la cabeza hacia otro lado. —Y, dime... ¿qué hacías ahí acostado? —intentó cambiar de tema para que Brick dejara de mirarla de esa manera.

Él desvió la mirada y volvió a comer, parecía pensarse lo que iba a responder. Esto extrañó un poco a Blossom.

—Uhm... suelo venir por aquí a menudo, casi siempre cuando estoy de mal humor o... cuando me peleo con la princesita. —se encogió de hombros. Su rostro volvió a ser inexpresivo.

—¿Otra vez...?

—Seh.

Apretó los labios en una fina línea. Recordó cuando la hija de Brick fue a hablar con ella contándole todo lo que pasaba entre sus padres y el hecho de que no veía a su padre feliz. Se removió en su silla un poco nerviosa por lo que iba a preguntar.

—Brick... ya sé que te lo he preguntado otras veces, pero... ¿tú la amas? —preguntó con una curiosidad culposa. Brick negó casi al instante, volviendo a verla a los ojos y la única respuesta ante eso de la pelirroja fue asentir con algo de incomodidad. No le sorprendía lo que contestó, para nada, pero igualmente no esperaba que le diera una respuesta tan fría y rápida.

Escuchó como su hijo despertaba de su sueño y sollozaba levemente, miró su reloj de muñeca y supuso que el pequeño ya tenía hambre así que lo tomó entre sus brazos dispuesta a darle de comer. Aunque en el momento que se iba a levantar la blusa, levanta una ceja ante la mirada curiosa del pelirrojo.

—¿Podrías voltear?

—¿Por qué? No voy a ver nada que no haya visto antes... —sonrió con coquetería.

—No seas idiota y date la vuelta si no quieres que me ponga agresiva. —contestó ella casi desmayándose de la vergüenza por lo que acababa de decir en voz alta ese hombre. Intentó intimidarlo, pero con él no le salía.

—Uy, me gusta que te pongas agresiva... —se tapó los ojos mientras se daba la vuelta con media sonrisa burlona.

—Estúpido...

Blossom comenzó a darle el pecho a su hijo que ya había empezado a llorar. Brick no pudo aguantar la curiosidad y sin que ella se diera cuenta volteó un poco la cabeza y ahuecó uno de sus ojos entre sus dedos, viendo de reojo como la madre amamantaba a su criatura y la miraba con amor. Admiró la escena, a pesar de que Blossom tuviera prácticamente al descubierto uno de sus pechos, él lo único que sintió fue una enorme ternura y deseó que algún día ella pudiera hacer lo mismo con un hijo suyo y de ella, de ambos, de los dos.

Una vez que la joven terminó dejó de nuevo a Holly en su asiento y ya dispuesta a marcharse, se levanta y toma el manillar del carrito. Brick algo alertado la imita y también se levanta de su asiento.

—Bien, pues yo me tengo que ir ya. Nos vemos, Brick. —se despide con la mano y comienza a andar en dirección a la salida del parque. El pelirrojo corre tras ella y vuelve a detenerla tomándola del brazo.

—¡Espera! No hemos terminado de hablar, todavía nos queda un asunto pendiente.

—¿Qué quieres decir?

—Sobre... lo de hace una semana, de noche, en tu casa...

Blossom retrocedió unos pasos al darse cuenta de lo que se refería el chico, tragó duro y empezó a sentirse muy ansiosa. Se soltó con algo de brusquedad del agarre del pelirrojo, sonrojada y con el ceño fruncido, algo molesta por haber tenido que recordar eso nuevamente.

—Olvídate de eso Brick, no tenemos nada que hablar.

Y vuelve a intentar marcharse casi corriendo, pero Brick nuevamente la acorrala haciendo a un lado el carrito del bebé. Intenta atraparla entre sus brazos, pero Blossom se echa para atrás antes de que él pudiera tocarla.

—¡Deja de evitarme, maldita sea! —Brick comenzaba a impacientarse por el rechazo de la joven, no podía hacer ningún movimiento porque si no ella corría asustada, como si le tuviera miedo. Aprieta la mandíbula con fuerza y la toma de los hombros. —Blossom, entiéndeme por favor... yo, yo... yo simplemente y aunque me llene de rabia, no puedo dejar de pensar en ti. Te has vuelto mi manía, mi pasión, todo el tiempo quiero estar contigo. Y lo peor de todo es esa noche, esa maravillosa noche que pasamos antes de que tomaras la decisión más estúpida de tu vida... casarte con Dexter... esa noche está clavada en mi corazón como una espina que me dejaste cuando después de todo decidiste quedarte con él. Me ilusionaste, me hiciste sentir lo que siempre busqué en ti... para luego irte con mi hermano. Sí, ya se, era tu novio, pero yo... pensé que entre nosotros había algo especial. Me rompiste el corazón, pero nunca podría arrepentirme de aquello, jamás, porque para mí fue lo mejor que me pudo pasar en esta vida. — sus palabras eran fluidas y llenas de pasión. Blossom lo miraba a los ojos escuchando cada sonido que salía de su boca con sus cinco sentidos al máximo, su pecho latía con fuerza. —Dime que tu sentiste lo mismo, por favor dime que sí, aunque me estés engañando, necesito creer que por lo menos pude estar en tu corazón por un momento, por un segundo. —Blossom no podía creerlo, simplemente no podía creer que le pidiera eso. Y era aún peor el hecho de que ella tampoco lo negaba.

Brick sonríe un poco y la besa. Blossom no se resiste en ningún momento y el beso se desenvuelve con ternura, pero al poco rato ella se separa lentamente con un pequeño sonrojo en las mejillas y la vista fija en el suelo.

—Alguien nos podría ver, Brick... —susurra avergonzada. Brick mantenía esta vez una enorme sonrisa.

No lo ha evitado, no lo ha rechazado. Ha sido por poco tiempo, pero ella ha aceptado el beso... creo que ya puedo morir en paz después de esto.

Pensaba embobado sin dejarla de ver con cara de tonto enamorado. Blossom al ver que no reaccionaba mira rápidamente a todos lados, agarra el carricoche y a Brick de la mano, llevándoselo tan rápido como la luz de ahí hasta un banco algo escondido del parque, donde con suerte, ese día estaba totalmente vacío. Brick seguía en el quinto cielo.

—¡Brick, reacciona! — exclama algo nerviosa intentando no alzar mucho la voz, como si estuviera haciendo algo prohibido. Pasa las manos por delante del rostro de Brick, chasqueando los dedos y este finalmente parece despertar, pestañeando algo confuso.

—Uh... perdón.

—¿¡Qué te pasa, dios!? Se supone que me odias, que nos odiamos. Cuando me dijiste que estabas enamorado de mi pensaba que estabas loco, delirando porque intentaste matarte justo antes de recobrar la conciencia. Me dices que soy lo más importante para ti, que me necesitas... y yo, yo no sé que como reaccionar ante esto, idiota ¡vuelve a odiarme, maldita sea! ¡ódiame, yo necesito que me odies como siempre! —le gritó con desesperación. Ella no podía continuar con este juego estúpido, le estaba haciendo daño y era algo que no podía suceder. JAMÁS.

—Blossom, yo nunca te odié, te lo dije, estoy enamorado de ti desde que era pequeño y mis sentimientos nunca cambiaron. —la toma de ambas manos, acariciándolas. — Jamás podría odiarte, mi flor de cerezo... —la pelirroja sintió que su corazón se salía de su pecho de lo rápido que latía. Unas inmensas ganas de llorar porque su moral quería esfumarse de una vez al escucharlo hablar, su mente se nublaba. —Nunca te odié, pero... estaba muy resentido contigo por que tú empezaste a evitarme y rechazarme cuando nos veíamos. Estaba demasiado dolido y enojado contigo... pero sobre todo estaba celoso de mi hermano, de que acabaras eligiéndolo a él y eso solo me enfurecía más, entonces por eso empecé a comportarme odioso y cruel cada vez que tenía oportunidad... tienes que entenderme que nunca quise hacerte daño con mis palabras, pero mi rencor me ganaba. Y no puedes pedirme que te odie, porque eso es completamente imposible, no puedo odiar algo que he amado toda mi vida. —Brick le habló con tanta sinceridad que la abrumaba. Se acercaba lentamente a ella con la intención de volver a probar sus labios, pero Blossom no pudo aguantar más la situación. Todo esto la llenaba de dudas y sentimientos de culpa, tenía que marcharse de ahí. Así que cuando Brick estaba a pocos centímetros de su boca, la chica se levantó con brusquedad dispuesta a huir.

—Tengo que irme Brick, no estoy bien, esto no está bien.

Brick igualmente se levanta y se acerca un poco, pero manteniendo la distancia para no asustarla y que saliera corriendo.

—Ya no aguanto más esta tortura de vida Blossom, te necesito a mi lado.

Blossom niega efusivamente con la cabeza, no podía continuar en ese lugar, a su lado, cada vez tenía menos control sobre sus acciones. Se da la vuelta y comienza a andar para alejarse. Brick algo asustado porque ella lo rechazara definitivamente intenta ir detrás.

—No me sigas Brick, necesito pensar esto ¿está bien? Tengo que pensar...

Brick se detiene en seco, sudando frio.

—¿Me... darás una respuesta? —preguntó con temor. Blossom se quedó en silencio y suspiró con dificultad, volvió a alejarse con su hijo en el carrito.

—Sí, pero te pido por favor que me des el tiempo que necesite, no me agobies.

Brick pudo observar cómo, a pesar de estar dándole la espalda, sus manos se movían temblorosas por el manillar del carricoche y su voz era más aguda de lo normal. La chica de ojos rosas nerviosos salió corriendo del parque dejando a un Brick sonriente y esperanzado.

—Confío en ti, moñitos...

*

Blossom llega a casa con rapidez y tras dejar a su niño en la cuna, se cambia y se pone el pijama, no le apetecía comer, tan solo estar ahí, acostada y sentirse protegida bajo la fina sábana. Su mente estaba revuelta y su estómago también, sentía pinchazos en su vientre y escuchaba su corazón latir más y más llenando el silencio de la habitación.

Había pasado todo lo que restaba de día pensando y pensando, se había tomado unas cuantas pastillas para él dolor de cabeza, su cerebro funcionaba a mil imaginando las una y mil situaciones que podían pasar si aceptaba a Brick... como amante, porque esa era la única palabra que podría describir esa relación. Se sentía tan asquerosa, sabía que no podía hacer algo así, que estaba mal y que no podía hacerle algo tan horrible a Dexter... pero siempre, muy dentro de ella, estaba el hecho de que Brick... tal vez significara más para ella de lo que pensaba, de lo que quería admitir, igual estaba muy ciega para verlo, pero todo lo que él describía al hablar de ella, sobre sus sentimientos, era algo tan parecido a lo que ella sentía cuando pensaba en él, y él nunca desaparecía de su cabeza ¿Y si ella nunca se hubiera casado con Dexter? ¿Y si hubiese ocurrido algo más entre los dos? ¿Y si... realmente ella sentía algo más por Brick? ¿Algo más allá que atracción física? Un montón de cuestiones que no podía resolver se acumulaban y la irritaban.

Qué pensar, qué sentir ¿Qué debo sentir? ¿Debería rechazar a Brick? Bueno, eso sería lo correcto y decente, lo que alguien como yo debería hacer, pero... siempre hay un pero. ¡NO LO SÉ! ¡MI CABEZA VA A ESTALLAR! Pero y si yo... ¿realmente llegué a enamorarme de Brick sin darme cuenta? Sus ojos rojos intensos como el fuego, prohibidos... sería como caer en el mismísimo infierno... y Dexter. Dexter es tan amable, cariñoso, atento conmigo... todo lo contrario a ese idiota. Aunque bueno... tampoco le di una oportunidad nunca. Le pedí que no me agobiase, pero necesito verlo. Siento una necesidad tan horrible de que me bese de nuevo... NO, NO ¡ESO NO! Ay, por qué tendré que cuestionarme tanto las cosas...

El sonido de su celular la sacó de sus pensamientos. Lo agarró cerrando los ojos con fuerza y los abrió con parsimonia para ver el nombre de quien la llamaba. Dexter. Suspiró aliviada, pero sabía que en realidad deseaba que hubiera sido otra persona.

—Dime, cariño.

—Blossom, hoy estoy hasta las cejas de trabajo, no me esperes despierta ¿está bien? —pudo sentir la voz algo agitada de su marido tras el aparato, parecía algo apurado por hacer algo. Bufó algo cansada, otra vez volvería a dormir sola.

—Sí, está bien, no te preocupes. Intenta no sobre esforzarte ¿vale?

—Claro Blossy, dale un beso a Holly de buenas noches de mi parte. Adiós, cariño. —y colgó.

La pelirroja se quedó viendo la pantalla de su celular por unos segundos, estaba desilusionada por que más que nunca necesitaba a Dexter a su lado para recordarle que no podía hacer ninguna locura. Abrió la agenda de contactos y buscó por la B...

Hasta ella misma se contradecía, ya nada de lo que salía por su boca tenía sentido.

Llamó a Brick y le pidió que fuera a su casa a hablar. Lo invitaría a cenar y arreglarían las cosas. Estaba cansada de pensar tanto las cosas, iba a hacer lo que le mandara el corazón por una vez, para bien o para mal, iba a sincerarse con ese cabeza de zanahoria que la estaba volviendo loca. En el buen y mal sentido.

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