—Está acercándose.
— ¿Disculpe?
S. Coups queda más que perdido y atolondrado por el anuncio de Jungkook. Están haciendo un plan para poder distribuir de manera efectiva toda la gente que tienen a su disposición, un intento por adivinar qué lado van a atacar exactamente. Se ha vuelto un lío. Posiblemente dieron cuenta de que hay una fuga de su lado. Siguen teniendo el problema de un selkie rondando. Evidentemente lo tratan de eliminar, pero este siempre alcanza a huir con un cuarto o medio plan visto.
No lo suficiente para que Leedo pueda ganar una sola cruzada al cien por ciento, pero de todos modos deben hacer algo para solucionarlo.
Con la situación así, que Jungkook diga de repente que hay algo acercándose crispa totalmente al soldado que va sin casco y ya de por si con la ansiedad hasta las nubes. Viviendo en el fondo del océano ya se pueden imaginar que tan mal es estar así. Jungkook sale de la tienda y avanza hasta salir del campamento, con una patrulla de soldados siguiéndolo por pura precaución, esperando lo peor posible.
En diferencia de lo que ellos bajo el sentido común de la situación temían, lo que se aproxima es una ballena enorme, con percebes pegados en la parte inferior de su cuerpo, color grisáceo con un brillo azulino debido al agua. Jungkook sonríe, arrugando la nariz enternecido por el acercamiento del animal. Se aproxima con cuidado a ella hasta poner una mano en la trompa.
Una ballena enorme que hace lucir como un pequeño pececillo más de los tantos cardúmenes que circulan. Silba, un curioso sonido que a los demás les parece ligeramente extraño, pero que para esa ballena lo es todo. Jungkook cierra los ojos, sube más hasta quedar acostado encima de ella. Ama su melodía. Los terranos han intentado por años comprender como es posible una ballena así.
En lo único que han acertado es que es la ballena más solitaria... Hasta que Jungkook apareció.
La ha podido escuchar desde prácticamente siempre y ama su melodía. Tan única, armoniosa y perfecta. Suspira complacido. Es un respiro agradecido con lo tenso que ha estado. Levanta un poco, con la extrañeza de que luzca más feliz de lo usual cada vez que se encuentran. Suele ser encuentros muy espontáneos. A veces duran por días, la distancia más larga ha sido de dos años y siete meses.
— ¿Qué tienes? ¿Pasó algo bueno durante tu viaje? —Acaricia la superficie lisa, continua con el mismo ruido. La vibración y lánguido resaltar le hace pensar en una posibilidad que le arranca una sonrisa deslumbraste—. ¿Alguien más te oye? —Afirmativa—. Qué envidia me da contigo, lo conociste antes que yo.
Ríe antes de permanecer otro buen rato encima de Whalien, su linda ballena solitaria que aguarda el sagrado día en que aparezca otra ballena como ella para hacerle compañía. Que Wooyoung sea capaz de percibirla lo alegra en demasía. Quiere decir que heredó su don. Quiere decir que nadie va a negar que es efectivamente su heredero como muchos han estado queriendo intentar dejar caer.
Anhelan que deje de confiar en Jimin, afirmando que es un traidor y bien, está ahora de parte de Leedo para conseguir el dominio de más de lo que le pertenece. Tachándolo de terrano avaricioso como todos los demás. Que gran estupidez, como si Jimin fuese capaz de agarrar la corona teniendo semejantes pensamientos.
Jungkook no duda. Corona o no, don o no, sabe que ese niño es suyo. Jimin dijo que así es y le cree totalmente. No se dejaría tocar por nadie y si así fuese, se lo diría. Sabe que puede contarle esa clase de cosas haya una guerra o no.
Baja de Whalien y le despide de forma cariñosa. Espera que no le hagan daño en ningún momento. Usualmente es ignorada porque nadie es capaz de escucharla, pero quien sabe. Hay rarezas en el mundo últimamente y espera que entre ellas no signifique el sacrificio de su peculiar ballena. A medida que se aleja suspira y lamenta que Wooyoung y Jimin no estén aquí con él.
Quisiera haber escuchado como sonaba Whalien al darle la bienvenida.
— ¿Está bien, alteza? —cuestiona Coups, tardó un rato en entender la situación. Es la primera vez que ve a Whalien de cerca, como mucho hay rumores con respecto al raro espécimen.
—Sí. Tan solo quisiera que esto no estuviera pasando de la manera en que lo hace—El soldado asiente—. Lamento la interrupción ¿En que estábamos?
~ * * * ~
— ¿En serio no tienes problema con que duerma aquí?
—Para nada, entiendo que te sientes mal aún.
Mingi se deja abrazar y cobijar por Jimin. El heredero de Vanaheim ha tenido imposible el dormir solo. Su habitación es muy cercana al comedor y a donde transitan los vikingos al mando de las diferentes tribus. Considera tonto el asunto, pero le da miedo que repentinamente entren a su habitación a tocarlo o intentar violarlo como pasó hace unos días.
Por ello permanece en la habitación de Jimin, quien tiene siempre a "Axe" custodiando, a Youngjo evitando cualquier clase de abuso de otro a la Anfitrite y a Jeonghan que cuida a los dos bebés que ocupan una misma enorme y perfecta cuna de oro macizo.
Jimin no hace sino abrazar con fuerza y acunar al niño que como bien se ha dejado claro antes a muchos, considera su primer hijo o un pichón adoptado. Comprende perfectamente que tenga miedo, habiendo vivido su situación –menos turbia y tétrica habiendo sido apenas una persona-, se le es sencillo ponerse en su lugar. Aun sin la experiencia, lo entendería. Besa la cabeza de Mingi. El niño se duerme muy rápido. Tiene sueño pesado y bien, no tarda en subírsele encima casi usándolo de colchón.
Está acostumbrado a dormir con peso y no variar la posición. Recuerda que, en ese aspecto, tuvo entrenamiento de geisha. Recto, boca arriba, sin mover la cabeza en lo absoluto o prepárate para que te castiguen dos horas enteras. Suspira entre sueños, acariciando la espalda de Mingi mecánicamente.
Pudo ser una noche apacible como tantas otras, realmente pudo haberlo sido, sin embargo, ocurre un problema y s que empieza a removerse incómodo. No por Mingi, el hecho de que a veces ni siquiera respira y debe sobresaltarse para conseguirlo o se angustia. Simplemente el cuello lo está matando. El collar le está haciendo daño. Lleva una de sus manos ahí, tan solo haciéndose más daño al momento de hacer contacto.
Abre los ojos, se queda mirando el techo y palpa esa zona de su anatomía ¿Un collar? ¿De qué es este collar? Ya no recuerdo ni siquiera cuando me lo puse. Tose y se remueve, logra poner a Mingi a un lado y sentarse en la cama. Toma respiros por la boca, desesperado de que la sensación no se vaya y sin entender la contradicción que forma en su mente.
Tengo que quitarlo, me duele, me duele...
No hay nada que quitar.
M-me está quemando.
No lo hace. No hay nada.
Me... me va a matar...
No hay nada que pueda matarte.
Sacude la cabeza. Logra visualizar a Youngjo en la esquina de la habitación. El sirviente se aproxima y se acuclilla frente a él, intentando ofrecer su ayuda sin saber qué hacer por él. Esa gargantilla la quita quien la puso y nadie más. Se supone que Jimin desconoce que la lleva puesta. Como si fuese una nueva parte de su cuerpo.
—Cuida... Cuida de ellos ¿Si? Tengo- N-necesito salir.
— ¿Salir a dónde...?
—Solo cuídalos. —Pide y él asiente. Jimin sale por la ventana y a pesar de que le toma un rato, alcanza la superficie. Tose y toma bocanadas de aire, la quemadura ahora se siente peor. Lloriquea con las manos a su cuello sin entender que lo que sucede a ciencia cierta.
Porque es tan repentino tan siquiera. Se hunde hasta el cuello, solo su cabeza sobresaliendo del agua. Visualiza una isla pequeña sin mucha vegetación. Nada en dirección a esta. Tiene gruesos trozos de hielo, una caída considerable a un lado y arena por otro. Se hace el cabello atrás con las manos y hunde los pies descalzos en la arena. Camina más hasta finalmente levantar la cabeza y quedar mirando fijamente al cielo.
La luna es enorme, casi parece que está viviendo un sueño. Avanza entre la maleza, creyendo que encontraría la punta de la isla y en su lugar, hallando un pequeño estanque cristalino donde la luna se refleja de forma desigual. Quizá en otra fase diese totalmente ahí. Gira ligeramente la cabeza.
—Ve a él... con el brillo de luna. —vuelve a levantar la mirada. Avanza hacia allí y antes de poder tocar escucha cuervos graznando. Da vueltas en sí mismo ¿De dónde salieron? No estaban aquí hace un momento. Está seguro de eso.
Da un grito agudo y espantado por lo que casi le empuja y tira al suelo. Entre los graznidos y agitar de alas con espesas plumas negras distingue un gruñido. Toma lentamente la falda de su ropa de dormir, retrocediendo en pasos cortos viendo a los ojos al enorme animal que está frente a él.
No ha visto lobos reales en su vida, pero está más que seguro que no son así de grandes. Debe medir un metro setenta en cuatro patas, si ese animal se levanta en dos patas seguro es del tamaño de un árbol. La bestia exhibe sus colmillos, con traslucidos hilos de baba cayendo.
— ¡AY! ¡YA BASTA! —quejumbra sacudiéndose por la parvada de cuervos repentinamente en contra suya, rasguñándolo, jalando su cabello y ropa. El lobo corre en su dirección y logra esquivarlo por pura suerte, sin llegar a caer en el agua. Antes de poder tocarla siquiera el lobo retorna y lo embiste lejos.
En este oscuro cielo, las estrellas empiezan a aparecer
Jadea, ve al lobo que se aproxima, la parvada de cuervos es tan densa que cubre la luz de la luna sobre la superficie cristalina que no logró tocar mínimamente. El animal anda a paso tranquilo, sin dejar de mostrar sus dientes y casi advirtiendo que lo devoraría. Jimin trata levantarse sin éxito alguno, demasiado aturdido por el golpe que lo dejó contra un árbol.
Al estar de frente, no puede sino quedarse mirando aún más los ojos que no parecen de lobo. Son sorprendentemente humanos, entrecerrados, logra que luzcan pequeños. Frunce la cara ¿Está alucinando? En un parpadeo, a quien ve a es Leedo, con largos pendientes de plata guindando de sus orejas.
Mientras que yo te sigo extrañando
Solloza, adolorido por su cuello, lleva las manos a este, con él hombre encima suyo, invadiendo totalmente su espacio y admirando muy de cerca la agonía de la Anfitrite fuera del agua. Tose y gorgorea sin un sentido, empuja el hombro a Leedo.
El sol está desapareciendo.
No es realmente él, concluye, su voz suena demasiado lejana, no dice nada, es una imagen que no existe más que en su mente. Como si no tuviera ya suficiente de ello. La ropa que viste es de color negro y lo más resaltante es la piel de lobo color carbón sobre sus hombros. Algo dentro de él dice que debe entrar al pequeño estanque. Que de esa manera el dolor en su cuello va a desaparecer y él no podrá hacerle ningún lado. Toma un puñado de arena y a la tira en la cara. Para el próximo vistazo, vuelve a ser un animal y el corre hacia el estanque, aguantando a los cuervos que están en el mismo plan de impedir su avance.
Un roce.
Un miserable roce que apenas hizo una onda. El lobo se abalanza encima del monarca, cubriéndolo por completo, presionándolo contra el suelo y alejándolo así del agua. El lobo lo muerde sin llegar a clavar del todo sus colmillos, arrastrándolo sin más. Jimin consigue zafarse por pura suerte y a pesar de que el impulso continua hacia aquel lugar, decide ir a la costa y entrar en el mar. Sin tentar su suerte a un segundo intento que pudiera acabar por convirtiéndolo en la presa del lobo.
Curiosamente, este no entra al agua, permanece moviéndose inquieto en la orilla, de un lado a otro sin parar. Los cuervos de la misma forma no descienden lo suficiente para hacerle daño como hasta hace unos instantes. Se restriega el rostro con ambas manos y respira por la boca con la adrenalina aun haciendo efecto en su sistema.
—No... no entras al agua ¿Eh? —Señala con una sonrisa confiada—. Aunque... Ese estanque... es importante ¿No? Por eso no quieres que vaya ahí—El lobo gruñe y por más saltos que da, para sorpresa del coreano, la tierra tiembla debido a esto—. Eres... como una versión pequeña de Fenrir.
Hasta donde recuerda, Fenrir es hijo de Loki –no pide mucha coherencia de porque Loki tuvo de hijo a un lobo-, y Loki es dios del engaño. Toca su cuello nuevamente, con la quemadura persistiendo con menor fuerza hasta hace un instante. Cerca del estanque, se hizo mayor daño. Casi temiendo a que fuese a entrar ahí e intentando empujarlo fuera.
— El dios predilecto lo va a apoyar. Ve a él con brillo de luna y arranca el corazón, solo así habrá una sanación. Hazlo pronto o finalmente los cuervos y lobos se lo llevaran... ¡ES ESTO DE LO QUE HABLABA! —exclama antes de levantar los brazos en gesto triunfante—. ¿Cuál es el corazón? Tiene que haber alguna cosa que sea el corazón...
"A menos que la profecía sea hacia alguien que debe salvarme."
Retrocede y regresa hasta hundirse en el agua para retornar a Vanaheim. Medita todo lo ocurrido. Los significados que puede haber y la falta de información que tiene con respecto a posibles reliquias en Vanaheim. Similar a la corona de Anfitrite, el tridente de Poseidón, el cristal de Hera. Si la cueva de Jormundgander existe, no es tan extraño encontrarse y llevarse tan mal con una representación de Fenrir.
En la cual vio a Leedo. Una criatura capaz de destruir al mundo con su mordida y él ve a quien más le tiene la vida hecha un fiasco. Detiene su movimiento por un momento. Puede sea metafórico. La herida de la mordida no duele y está sanando tan rápido que parece no existir.
Leedo es el lobo que va a destruir su mundo.
Jungkook.
Wooyoung.
Soonyoung.
Hoseok.
Jin.
Namjoon.
Mingi.
Corea.
Atlantis...
Leedo puede destruirlo todo.
— ¿¡Que es el corazón!? —Replica jalándose el cabello. Es lo único que no tiene claro. Hay algo aquí que deben quitar o arrancar, pero ¿El qué? Pierde la paciencia. Decide mejor continuar con su camino y dormir ahora que el collar deja de arder. Desconoce porque lo hizo para empezar. Que inoportuno, queriendo joderle la noche.
Al llegar Mingi sigue dormido, Youngjo lo recibe con una reverencia ligera antes de volver a su camuflaje usual. Jimin se recuesta en la cama tras tomar al par de bebes para que duerman con él. Tener a sus pequeños con él. Cierra los ojos y da un suspiro. Demasiada aventura por hoy.
Tal vez mañana y con ayuda de Jackson pueda conseguir una forma de ir a esa isla y entrar a ese estanque que el lobo protegía tan celosamente.
. . .
—Finalmente.
Leedo se deja caer en una rodilla antes de tener que apoyar ambas manos en el suelo. Jadea a más no poder. Jala la piel que tiene en los hombros para tirarla a un lado. Está agotado a rabiar. Seoho le acaricia el cabello y los hombros tensos a su rey en tanto que los demás tratan desesperadamente de recobrar la energía perdida.
—Eso fue más agotador de lo que pensé que sería. —admite Keonhee.
—Tal vez hubiera sido menos si Youngjo estuviera aquí para ayudarnos. —quejumbra Dongju. Notablemente molesto por ese detalle. Leedo niega con la cabeza.
—Yo le pedí que se quedara allá, de otro modo los bebés perderían la dosis que les toca de sangre negra—Levanta con ayuda de Seoho que le limpia el sudor. Todos en una sala llena de aire—. Sin Jimin ahí es más fácil.
Su plan de asesinar al par de niños es tan sencillo que peca en ello. Le ordenó a Youngjo inyectar cada niño un mililitro exacto de sangre negra. Tienen defensas fuertes a pesar de la edad, pero si repite esto por cierto tiempo más la propia reproducción de ese veneno, los niños acabarían por morir de manera "natural". Jimin creería que el frío los mató o quien sabe que pasaría por su mente.
Claro, con lo que no cuenta es que Youngjo está haciendo de todo menos eso. Realmente aprovecho el rato para hacer dormir a Wooyoung, quien se había despertado, quería jugar y el sirviente se entretuvo haciéndole muecas para conseguir su objetivo.
— ¿Qué tiene de malo ese estanque? Da lo mismo ¿No es cierto? —cuestiona Keonhee, entender que hay de especial es igual de complicado que entender las reliquias de sus dioses.
Como el hecho de que Loki tenga tantas en su haber. Esa gema, el "corazón" es una de tantas.
—Ha pasado tanto tiempo que Jimin ya ha cumplido el plazo que Artemisa estima para la virginidad. La luna, el agua—bufa antes de masajear su hombro—. El collar va a caerse si llega a entrar ahí y recibir la luz de la luna.
— ¿Por qué? Eso no tiene-
—Pureza. El corazón de Loki contamina su mente y ahora su cuerpo por su voluntad de estar en contra de su efecto. Si está ahí, Artemisa lo purificaría. Aun cuando está alejado de su alcance. —responde Seoho. Keonhee restriega su rostro con una mano ¿Por qué todo con este hombre debe ser tan jodidamente complicado? Insiste, es más fácil simplemente matarlo. Seguro que Jungkook perdería el juicio si eso ocurre.
Tal como ahora su hermano está fuera de esto. Desfigurado y deprimido por la falta de su conyugue.
—Eso desaparecería la gema ¿Cierto? Por eso pudo-
—Estoy cansado.
Seoho lo ayuda a apoyarse y así andar. La valkiria irgue como puede al hombre más alto y más corpulento. Al llegar a la habitación Leedo lo mantiene sujeto, Seoho abre ligeramente los ojos, ese brillo tan peculiar de su usualmente inexpresiva mirada. Leedo da un atisbo de risa por percatarse de ese detalle. A veces Seoho luce como un pequeño niño. Acaricia el rostro de este.
—Lo hiciste muy bien.
—No podía hacerlo de otra manera.
El ritual para invocar a Fenrir y tener una materialización de este es complicada. Hubo un sacrificio, uno donde Seoho fue quien se bañó en la sangre mientras Leedo usaba la piel, los dos bailando al mismo compas y misma tonada. Similar a la armonía, pero invocando muerte. El problema de ello es que Fenrir no puede entrar al agua. Está lejos de su capacidad.
—De todos modos, lo hiciste perfecto. —Elogia, consigue ruborizarlo—. Mi fiel valkiria.
—Sabe que estoy para lo que pueda necesitar, solo ordene lo que desee.
—A veces eres tan enfermizo.
Ríe, divertido y es que Seoho es muy obsesionado con su persona. Loco por tener sus órdenes. Acaba dormitando y por atraerlo más a sí mismo. Seoho no pone ninguna clase de traba a ello y acaba por dormirse junto al monarca.
Jimin duerme con quienes quiere proteger a como dé lugar, dando mil vueltas a posibilidades del futuro tan críptico que el mismo profetizó mientras Leedo duerme con quien está dispuesto a llenar el océano de sangre por él. Quien se atrevió a tanto solo por sus órdenes y está dispuesto a mucho más.
Asesinar a la Anfitrite.
Asesinar a los dos herederos al trono.
Asesinar a Poseidón.
Desafiaría a los mismos dioses por él.
~ * * ~
— ¿Dónde está ese lugar?
Soñó con un estanque, con la luna reflejada en él. Un sitio tan hermoso que solo puede ser donde un dios da su bendición a quien se atreva a llegar hasta ahí. Vio a Jimin en el extremo opuesto. Por más que lo llamó, esa figura tan hermosa y etérea no lo escuchó. Su bella Anfitrite usando pijama, cabello suelto y la comprensión nula a la situación.
Y entonces ya no lo pudo ver más. Los cuervos cubriendo la luna, el lobo haciéndole daño, empujándolo lejos de su alcance. Pudo entrar al estanque aun cuando Jimin no y pasar esto por alto sería un enorme fallo de su parte. Tarda poco en empezar a escribirlo con lujo de detalles.
Namjoon puede saber algo.