Leyendo: "Harry Potter, una h...

By Mitologia_13

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Obviamente, se leerá la historia de Harry Potter en el pasado con las tres generaciones, pero será diferente... More

1. Volviendo al pasado (Parte 1)
2. Volviendo al Pasado (Parte 2)
3. La mágica verdad.
4. Hogwarts.
5. Fortaleciendo nuestra amistad.
6. Halloween.
7. Quidditch.
8. Navidad.
9. Nicolas Flamel.
10. Norberto, el ridgeback noruego.
11. El bosque prohibido.
12. A través de la trampilla.
13. El hombre de las dos caras.
14. Gryffindor
15.Obligaciones en vacaciones.
16. Cumpleaños en la madriguera.
17. Borgin y Burken. (Parte 1)
18. Borgin y Burken (Parte 2)
19. De regreso a Howgarts (Parte 1)
20. De Regreso a Hogawrts (Parte 2)
21. Los "sangre sucia" y una voz misteriosa. (Parte 1)
22. Los sangre sucia y la voz misteriosa (parte 2)
23. El cumpleaños de Muerte (parte 1)
24. El cumpleaños de Muerte (parte 2)
25. Inscripciones en la pared (parte 1)
26. Inscripciones en la pared (parte 2)
27. Una blugger loca (Parte 1)
28. Una blugger loca (parte 2)
29. El club de duelo (parte 1)
30. El club del duelo (parte 2)
31. Poción Multijugos.
32. El diario secreto (parte 1)
33. El diario secreto (parte 2)
34. Cornelius Fudges (Parte 1)
35. Cornelius Fudges (Parte 2)
36. Aragog (parte 1)
37. Aragog (parte 2)
38.La cámara secreta (parte 1)
39. La cámara secreta (parte 2)
40. El Heredero de Slytherin. (Parte 1)
41. El Heredero de Slytherin. (Parte 2)
42. La recompensa de Dobby.
43. 1G vs 2G
44. Black.
45. El reencuentro.
46. Dementor (parte 1)
47. Dementor (parte 2)
48.Pozos de té y garras de hipogrifo.(Parte 1)
49. Pozos de té y garras de hipogrifo. (Parte 2)
50. El Boggart.
.51 La huida de la Señora Gorda.
.52 La derrota.
53. El Mapa de Merodeador.
.54 Sorpresa en Navidad.
.55 Patronus.
56. Gryffindor contra Ravenclaw
57. El rencor de Snape.(parte 1)
58. El rencor de Snape (parte 2)
59. La final de Quidditch.
60. La profecía de la Profesora Trelawney.
61. El perro, el gato y la rata.
62.Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
63. El Vasallo de Voldemort.
64. El beso del dementor.
65. El secreto de Hermione.
66. Más lechuzas mensajeras.
67. Último día.
.68. Disciplina mental.
.70. Bagman y Crouch.
.71. Los Mundiales de quidditch.
.72. La marca tenebrosa.
.73. Alboroto en el Ministerio.
.74.El expreso a Hogwarts.
.75. El torneo de los tres magos.
.76. Ojoloco Moody.
.77. Maldiciones imperdonables.
.78.Beauxbatons y Durmstrang.
.79.El Cáliz de fuego.
.80. Los cinco campeones.
.81. La comprobación de las varitas.
.82. El colacuerno húngaro.
.83. La primera prueba.
.84.El Frente de Liberación de los Elfos Domésticos.
85. Una prueba inesperda.
86. El baile de Navidad.
87. La primicia de Rita Steeker.
88. El huevo.
.89. La Segunda prueba.
.90. El regreso de Canuto.
.91. La locura del Señor Crouch.
.92. El Sueño.
.93. El pensadero.
.94. La tercera prueba.
.95. Hueso, carne y sangre.
.96. Los Mortifagos.
.97. Priori Incantatem
.98. El suero de la verdad.
.99. Caminos separados.
.100. El comienzo.
SEGUNDA PARTE.

.69. El traslador.

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By Mitologia_13

- ¿Hasta que hora de desvelaron anoche? - les pregunto a Leo y a Teddy cuando nos sentamos a desayunar.

- No me dejaba dormir hasta que lo pudiera al día con todo lo que nos enteramos - me responde Teddy antes de beber de su café.

- No le prestes atención, siempre exagera - comenta Leo.

- Faltaba poco para que amanezca - le dice un poco molesto.

- Sabes que es el que más duerme - le responde Al.

- Leo, lo que quieras saber de ese tiempo me lo pudiste haber preguntado - le digo.

- No creo que le queden dudas - protesta Teddy.

- Es igual que si versión bebé, sino duerme estará molesto todo el día - comenta Harry dejando el biberón a un lado.

- No ha cambiado, sigue actuando como un bebé - le responde J.S y noto el cambio de color de cabello.

- Ten, esto te mantendrá animado - intervengo y le doy una taza de chocolate caliente.

- Gracias mamá Hann.

- Eres buena en eso - me dice mi madre.

- Lo que sé lo aprendí de ti.

- ¿Puedo leer el capítulo? - me pregunta Scorp.

- Claro, terminemos de desayunar y comenzamos - le respondo.

Luego de que todos ya estuvieran listos, hago aparecer los sillones y le paso el libro a Scorp.

- El traslados.

- ¿Qué es eso? - pregunta mi madre.

- Un medio de trasporte mágico - le responde Sirius - Los mocosos aún eran menores para que pudieran aparecerse.

- Recuerda que somos mayores que tú - le dice Ron.

- Solo por ahora.

Me desperté a media noche, tanto Hermione como los chicos seguían dormidos. Me levanté con cuidado de no hacer ruido y fui a revisar que Leo estuviera bien.

El pequeño luce molesto, pero aún no lo suficiente como para comenzar a llorar.

- Te he ganado pequeño - le dije al levantarlo - Vayamos por tu biberón, pero no hagamos ruido.

- Le estabas pidiendo un milagro - comenta Teddy aún con su taza en mano.

- James Sirius era peor - le responde Leo - Fue un bebé muy llorón y eso que tengo muchos sobrinos.

- Mi propia sangre me traiciona - le dice J.S avergonzado por las risas de los de su grupo.

- Definitivamente los nombres tienen algo que ver - comenta la señora Potter - James también lloraba mucho.

- ¡Mamá!

- Piénsalo hijo, Christopher también es un lindo nombre - le digo bromeando.

- Me quedo con mis nombres para torturar a todos - me responde.

- Me llenas de orgullo - lo felicita Sirius.

- Los mantendremos a raya para que no lo corrompen desde la cuna - nos dice Lily.

- Sospecho que ya nace con esos genes - le respondo - Sigue Scorp.

Iba a estar complicada en prepararle su biberón mientras que lo estaba cargando, pero ese problema se solucionó cuando alguien más entró en la cocina.

- ¿Qué traman los hermanos Gryffindor? - nos preguntó Harry.

- Por ahora nada malo - le respondí sonriendo - El pequeño tiene hambre y yo cubro el turno nocturno.

- ¿Necesitas ayuda? - me dijo acercándose.

- En realidad sí, ¿Lo sostienes mientras que hago su biberón? - le pregunté - Aún no tengo tanta práctica.

- Y yo no tengo mucha práctica con cargarlo, pero te quiero ayudar - me respondió.

- Es fácil - le dije acomodando a mi hermano en sus brazos - Ten cuidado con su cabeza y no tengas miedo, no tardaré.

No me respondió, sólo lo quedó viendo, notaba su temor.

- ¿Dime que fuiste un buen cuñado y no me dejaste caer? - le pregunta Leo.

- Claro que no - le responde Harry divertido - Pero fuiste el primer bebé que cargué y no sabía que hacer.

- Aparte no estaba lejos - le digo y miro al bebé en los brazos de mi pareja - Pero la llegada de Teddy le hizo perder el miedo.

Preparé el biberón enseguida y lo deje sobre la mesa.

- Te lo dejaría por más tiempo, pero va a llorar - le dije sentandome.

- Tienes razón - me dijo él y me lo entregó con mucho cuidado y se sentó al frente.

- ¿Te despertamos nosotros? - le pregunté y algo le sucedía.

- No, ustedes no - me respondió mirando sus manos con duda.

- Habla Potter, soy yo - le dije y lo vi sonreír antes de levantar su mirada.

- He estado teniendo pesadillas y me despierto con mi cicatriz ardiendo - me respondió.

- La última vez que eso pasó fue...

- Cuando estaba al frente de Voldemort - completó la frase Harry - Pero eso no es posible, no está por aquí.

- Lo dudo mucho - le dije segura, no quería pensar en lo contrario con Leo en brazos - ¿Por qué no me lo dijiste antes?

- Es sólo un mal sueño, pero se lo mencioné a Sirius en mi última carta - me respondió - Debo seguir pensando en lo sucedido con Colagusano.

- Estaremos bien, sabes que los cuatro nos respaldamos - le dije y noté que Leo se estaba durmiendo - Creo que hay que seguir su ejemplo e ir a descansar.

- ¿Y era sólo una pesadilla? - le pregunta James.

- No, se trataba de algo más que desconocía aún - le responde Harry.

- Todavía no entiendo porqué tenías que ser tú - le dice Lily.

- Por una profecía - le contesta su hijo - Sabrán con más detalles en el próximo libro.

Los días siguientes la pasamos haciendo nuestras tareas con las tutorías de Godric y tío Rem.

- Papá es inhumano - proteste apoyando mi cabeza hacia atrás mientras que mamá trenzaba mi cabello - Ni siquiera ha salido el sol.

- El Mundial lo vale y ustedes son menores para que se aparezcan - me respondió bebiendo su café - Y debemos ir a la Madriguera para dejar a tu mamá y a Leo.

- Odio madrugar - les dije y sentí el beso de mamá en mi cabello.

- Ten Gryffindor, esto te ayudará - me dijo Harry y me dio uno de mis chocolates favoritos.

- Potter te adoro - le respondí.

- Eso explica porqué siempre tienes uno cerca - le dice Leo.

- Odio madrugar...

- Pero ama los chocolates y eso la calma un rato - completa Harry.

Terminé mi desayuno con un mejor ánimo y mamá sonreía divertida mirando a papá.

- Instalé la chimenea para usar los polvos flu - nos explicó él - Y nos se olviden las mochilas.

- Está vez lo intentaré yo Potter - le dije y tiré de su mano.

- Muy graciosa, pero te lo consedo - me respondió.

Ron y Hermione nos seguían más despiertos y por detrás venían mis padres con Leo.

Al llegar a la Madriguera, nos recibió Molly con el cepillo en mano para que nos sacudamos. En la cocina estaban casi dormidos los gemelos y Ginny, mientras que el Señor Weasley hablaba con mi tío Rem que habrá llegado hace poco.

Tío Rem no iría con nosotros, se quedaría a cuidar de ambas y de Leo, pero además por precaución dejaría el cuadro de Godric, de haber algún problema se lo notificaria a Dumbledore.

- ¿Eran necesarias tantas precauciones? - me pregunta mamá.

- Tratándose de papá y de Hannah, eso es poco - le responde Leo.

- Con que Remus estuviera con ustedes me habrá relajado - le dice papá.

- Diviértete y ten cuidado - me dijo Godric - Recuerda llevar tu varita.

- Siempre la tengo conmigo - le respondí - Me siento mejor que este cuidando de todos, me siento inquieta y no me agrada.

- Todo estará bien, ve a divertirte con los demás - me dijo él.

- Eso no nos lo dijiste - me dice Herms.

- Me sentía un tanto paranoica e inquieta, no quería alarmar a ninguno - le respondo.

- Estábamos los cuatro iguales - comenta Ron.

-No habrá sido fácil para ustedes - nos dice mi abuela.

- No, solo queríamos un año tranquilo para reponernos - le responde Harry - Pero aprendimos por las malas que eso no iba a pasar.

—Tenemos por delante un pequeño paseo — explicaba el señor Weasley cuando los alcancé.

—¿Paseo? — se extrañó Harry —. ¿Vamos a ir andando hasta la sede de los Mundiales?

—No, no, eso está muy lejos — repuso papá, sonriendo — Sólo hay que caminar un poco. Lo que pasa es que resulta difícil que un gran número de magos se reúnan sin llamar la atención de los muggles. Siempre tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de viajar, y en una ocasión como la de los Mundiales de quidditch...

—¡George! — exclamó bruscamente la señora Weasley, sobresaltando a todos.

—¿Qué? — preguntó George, en un tono de inocencia que no engañó a nadie.

—¿Qué tienes en el bolsillo?

—¡Nada!

—¡No me mientas!

La señora Weasley apuntó con la varita al bolsillo de George y dijo:

—¡Accio!

Varios objetos pequeños de colores brillantes salieron zumbando del
bolsillo de George, que en vano intentó agarrar algunos: se fueron todos volando hasta la mano extendida de la señora Weasley.

—¡Les dijimos que los destruyeran! —exclamó, furiosa, la señora Weasley, sosteniendo en la mano lo que, sin lugar a dudas, eran más caramelos longuilinguos, inventos suyos —. ¡Les dijimos que se deshicieran de todos! ¡Vacien los bolsillos, vamos, los dos!

- ¿Qué hacían esos dulces? - les pregunta James.

- Crecer la lengua hasta quitar el hechizo - le responde George.

- Fue uno de nuestros primeros inventos - agrega Fred.

- Son muy listos - les dice Sirius - Tienen muy buenas ideas.

- Es un gran alago viniendo de ustedes - les dicen ellos.

Evidentemente, los gemelos habían tratado de sacar de la casa, ocultos, tantos caramelos como podían, y la señora Weasley tuvo que usar el encantamiento convocador para encontrarlos todos.

—¡Accio! ¡Accio! ¡Accio! —fue diciendo, y los caramelos salieron de los lugares más imprevisibles, incluido el forro de la chaqueta de George y el dobladillo de los vaqueros de Fred.

—¡Hemos pasado seis meses desarrollándolos! — le gritó Fred a su madre, cuando ella los tiró.

—¡Ah, una bonita manera de pasar seis meses! — exclamó ella —. ¡No me extraña que no tuviesen mejores notas!

El ambiente estaba tenso. La señora Weasley aún tenía el entrecejo fruncido cuando besó en la mejilla a su marido, aunque no tanto como los gemelos, que se pusieron las mochilas a la espalda y salieron sin dirigir ni una palabra a su madre.

—Bueno, pasenlo bien — nos dijo la señora Weasley —, y se portan como Dios manda — añadió dirigiéndose a los gemelos, pero ellos no se volvieron ni respondieron —. Les enviaré a Bill, Charlie y Percy hacia mediodía —añadió.

- No quiero que me llegue una lechuza con que se metieron en alguna pelea - nos dijo mamá - Hablo en serio Fredderick Gryffindor.

- Seré un buen ejemplo y dile eso también a tu hija sus amigos - le respondió con una sonrisa divertida antes de besarla y luego a Leo - Los amo.

- Más te vale - le dijo antes de darme un cuidadoso abrazo - Pasenlo lindo.

- ¡Stop! - grita Sirius y asusta al bebé - Lo siento enano, pero, ¿Por qué esa advertencia hacia Freddy?

- No lo sé - le respondo - Habrá sido por algo que vaya hecho de jóvenes.

- Y estoy segura que eso lo involucra a ustedes - les dice Lily.

- Es lo más probable - le responde James.

Luego de despedirnos, marchamos todos por frío y oscuro patio de los Weasley. Hacía fresco y todavía brillaba la luna. Sólo un pálido resplandor en el horizonte, a nuestra derecha, indicaba que el amanecer se hallaba próximo.

Con Harry, que habíamos estado pensando en los miles de magos que se concentrarían para ver los Mundiales de quidditch, apretamos el paso para caminar junto al señor Weasley y mi padre.

—Entonces, ¿cómo vamos a llegar todos sin que lo noten los muggles? - les preguntó.

—Ha sido un enorme problema de organización — nos dijo el señor Weasley con un suspiro —. La cuestión es que unos cien mil magos están llegando para presenciar los Mundiales, y naturalmente no tenemos un lugar mágico lo bastante grande para acomodarlos a todos. Hay lugares donde no pueden entrar los muggles, pero imagínate que intentáramos meter a miles de magos en el callejón Diagon o en el andén nueve y tres cuartos... Así que teníamos que encontrar un buen páramo desierto y poner tantas precauciones anti-muggles como fuera posible. Todo el Ministerio ha estado trabajando en ello durante meses. En primer lugar, por supuesto, había que escalonar las llegadas. La gente con entradas más baratas ha tenido que llegar dos semanas antes. Un número limitado utiliza transportes muggles, pero no podemos abarrotar sus autobuses y trenes. Ten en cuenta que los magos vienen de todas partes del mundo. Algunos se aparecen, claro, pero ha habido que encontrar puntos seguros para su aparición, bien alejados de los muggles. Creo que están utilizando como punto de aparición un bosque cercano. Para los que no quieren aparecerse, o no tienen el carné, utilizamos trasladores. Son objetos que sirven para transportar a los magos de un lugar a otro a una hora prevista de antemano. Si es necesario, se puede transportar a la vez un grupo numeroso de personas. Han dispuesto doscientos puntos trasladores en lugares estratégicos a lo largo de Gran Bretaña, y el más próximo lo tenemos en la cima de la colina de Stoatshead. Es allí adonde nos dirigimos.

- Cada Mundial se pone más intenso - comenta James emocionados.

- Aunque no creo que vaya haber uno que supere a este - comenta Ron antes de recibir un codazo por parte de su novia.

- ¿Por qué? ¿Qué va a pasar? - se apresura por preguntar mi padre y voltea para verme.

- Hubo... emmm... ¿disturbios? - le respondo con cierta duda - Sí, disturbios es una buena palabra para describir lo que paso.

- Ya lo sabrán - agrega Harry.

Papá señaló delante de ellos, pasado el pueblo de Ottery St. Catchpole, donde se alzaba una enorme montaña negra.

—¿Qué tipo de objetos son los trasladores? — les preguntó Harry con curiosidad.

— Bueno, pueden ser cualquier cosa — le respondió papá — Cosas que no llamen la atención, desde luego, para que los muggles no las agarren y jueguen con ellas... Cosas que a ellos les parecerán simplemente basura.

- Fueron muy listos en eso - les dice mamá.

- Aunque hubo muggles que han encontrado algunos y tuvieron que borrarles la memoria - le explica mi abuelo.

- Vaya, aunque si se prestará más atención podríamos descubrir más cosas de su mundo.

- Marlene, tu eres lista, pero no todos lo son - le responde Sirius.

- Gracias, ya me caes mejor para ser mi cuñado.

Caminamos con dificultad por el oscuro, frío y húmedo sendero hacia el pueblo. Sólo nuestros pasos rompían el silencio; el cielo se iluminaba muy despacio, pasando del negro impenetrable al azul intenso, mientras nos acercabamos al pueblo.

Tenía las manos y los pies helados. El señor Weasley miraba el reloj continuamente.

Cuando emprendimos la subida de la colina de Stoatshead no nos quedaban fuerzas para hablar, y a menudo tropezabamos en las escondidas madrigueras de conejos o resbalaban en las matas de hierba espesa y oscura.

A Harry le costaba respirar, y las piernas le empezaban a fallar cuando por fin sus pies encontraron suelo firme. Por mi parte no me encontraba mucho mejor.

—¡Uf! — jadeó el señor Weasley, quitándose las gafas y limpiándoselas en el jersey —. Bien, hemos llegado con tiempo. Tenemos diez minutos...

Hermione llegó en último lugar a la cresta de la colina, con la mano puesta en un costado para calmarse el dolor que le causaba el flato.

- Demasiado temprano para hacer ejercicio - comenta Herms.

- Ni que lo digas - concuerda con ella Ginny.

- Fue lindo dormir hasta tarde - nos dice Charlie bromeando.

- Charlie, la próxima vez caminaras con ellos - le dice si madre y se le borra la sonrisa.

—Ahora sólo falta el traslador — nos dijo el señor Weasley volviendo a ponerse las gafas y buscando a su alrededor —. No será grande... Vamos...

Nos separamos para buscar. Sólo llevabamos un par de minutos cuando un grito rasgó el aire.

—¡Aquí, Arthur! Aquí, hijo, ya lo tenemos.

Al otro lado de la cima de la colina, se recortaban contra el cielo estrellado dos siluetas altas.

—¡Amos! — dijo sonriendo el señor Weasley mientras se dirigía a zancadas hacia el hombre que había gritado. Los demás lo siguimos.

El señor Weasley le dio la mano a un mago de rostro rubicundo y barba escasa de color castaño, que sostenía una bota vieja y enmohecida.

—Éste es Amos Diggory — anunció el señor Weasley —. Trabaja para el
Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Y creo que ya conocen a su hijo...

- ¡Cedric! - grité antes de ir abrazarlo.

- Hola Hann - me dijo cuando nos separamos - También me alegra verte.

Unos carraspeos nos llamaron la atención y estuve tentada a reír por la expresión de papá al ver a mi amigo.

- Papá, él es Cedric Diggory, un buen amigo tejon - le dije.

- Fredderick Gryffindor - le dijo ofreciendo su mano y soltando una sonrisa por haber escuchado la palabra amigo.

- Papá eras muy celoso - le dice Leo riendo - Aunque mucho no cambias demasiado, sigues molestando a mi cuñado por haberte robado a tu niña.

- ¡Freddy! - lo regañan las mujeres de nuestra familia.

- Estoy en mi derecho - les responde - Es mi bebé.

- Mamá pone la misma excusa conmigo - le dice Leo.

- Un gusto señor - le respondió enseguida - Él es mi padre Amos Diggory.

- Sí, lo conocí cuando nos reunimos para hablar del traslador - le explicó papá antes de estrechar la mano del otro hombre.

- Aunque estaba ansioso de conocerte Hannah, Cedric habla mucho de ti - me dijo Amos y Cedric estaba muy rojo recibiendo miradas amenazadoras por parte de los gemelos.

- Espero que hayan sido cosas buenas - le respondí para aligerar el ambiente.

—Hola — saludó Cedric, mirándolos a todos.

Solo Hermione y Ginny se acercaron a saludarlo, los demás sólo movieron sus cabezas en forma de saludo.

- Inmaduros - los acusa Ginny.

- Siguen igual que en ese momento - le respondo.

- Voy progresando en eso - me dice Harry y el bebé se ríe - Pequeño traidor.

- Los amo así - le digo divertida.

—¿Ha sido muy larga la caminata, Arthur? — le preguntó el padre de Cedric.

—No demasiado — le respondió el señor Weasley — Vivimos justo al otro lado de ese pueblo. ¿Y ustedes?

—Hemos tenido que levantarnos a las dos, ¿verdad, Ced? ¡Qué felicidad cuando tenga por fin el carné de aparición! Pero, bueno, no nos podemos quejar. No nos perderíamos los Mundiales de quidditch ni por un saco de galeones... que es lo que nos han costado las entradas, más o menos. Aunque, en fin, no me ha salido tan caro como a otros...

Amos Diggory echó una mirada bonachona a los hijos del señor Weasley, a Harry y a Hermione.

—¿Son todos tuyos, Arthur?

—No, sólo los pelirrojos — le aclaró el señor Weasley, señalando a sus hijos — Ésta es Hermione, amiga de Ron... y éste es Harry, otro amigo...

—¡Por las barbas de Merlín! —exclamó Amos Diggory abriendo los ojos — ¿Harry? ¿Harry Potter?

—Ehhh... sí — le contestó Harry.

Harry ya estaba acostumbrado a la curiosidad de la gente y a la manera en que los ojos de todo el mundo se iban inmediatamente hacia la cicatriz en forma de rayo que tenía en la frente, pero seguía sintiéndose incómodo. Disimuladamente, me acerqué a él para que no se sintiera solo.

—Ced me ha hablado de ti, por supuesto — le dijo Amos Diggory —. Nos ha contado lo del partido contra tu equipo, el año pasado... Se lo dije, le dije: esto se lo contarás a tus nietos... Les contarás... ¡que venciste a Harry Potter!

- Lo siento, papá se emociona mucho - les dice Cedric.

- Está bien Diggory, tu padre es un buen hombre - le responde Harry.

- Pero sigues estando en la lista negra de papá - agrega J.S

- No me preocupa, Hann me protege - le responde bromeando.

A Harry no se le ocurrió qué contestar, de forma que se calló. Fred y George volvieron a fruncir el entrecejo. Cedric parecía incómodo.

—Harry se cayó de la escoba, papá — masculló —. Ya te dije que fue un accidente...

—Sí, pero tú no te caíste, ¿a que no? — le dijo Amos de manera cordial, dando a su hijo una palmada en la espalda —. Siempre modesto, mi Ced, tan caballero como de costumbre... Pero ganó el mejor, y estoy seguro de que Harry diría lo mismo, ¿a que sí? Uno se cae de la escoba, el otro aguanta en ella... ¡No hay que ser un genio para saber quién es el mejor!

- Papá, lo atacaron los Dementores y Hannah también salió herida de ese partido - lo interrumpió Cedric.

- No te quites valor Cedric - le dije con calma - Jugaste muy bien y fueron un duro oponente.

—Ya debe de ser casi la hora — se apresuró a decir el señor Weasley, volviendo a sacar el reloj —. ¿Sabes si esperamos a alguien más, Amos?

—No. Los Lovegood ya llevan allí una semana, y los Fawcett no consiguieron entradas —repuso el señor Diggory—. No hay ninguno más de los nuestros en esta zona, ¿o sí?

—No que yo sepa — le dijo el señor Weasley—. Queda un minuto. Será mejor que nos preparemos.

Mi padre nos miró a Harry y a Hermione.

—No tienen más que tocar el traslador. Nada más: con poner un dedo será suficiente.

- Suena fácil, no se perdieron ¿verdad? - nos pregunta mamá.

- Nos perdimos una sola vez, eso no quiere decir que nos pase siempre - le responde Harry.

- Estábamos con papá y dos adultos más, así que íbamos a estar bien - agrego.

- Eso me relaja - comenta Lily.

Con cierta dificultad, debido a las voluminosas mochilas que llevabamos, los once se reunieron en torno a la bota vieja que agarraba Amos Diggory.

Todos permanecimos de pie, en un apretado círculo, mientras una brisa fría barría la cima de la colina. Nadie habló. Pensé de repente lo rara que le parecería aquella imagen a cualquier muggle que se presentara en aquel momento por allí: once personas, entre las cuales había tres hombres adultos, sujetando en la oscuridad aquella bota sucia, vieja y asquerosa, esperando...

—Tres... — masculló el señor Weasley, mirando al reloj —, dos... uno...

Ocurrió inmediatamente: sentí como si un gancho, justo debajo del ombligo, tirara de mí hacia delante con una fuerza irresistible. Mis pies se habían despegado de la tierra; pude notar a Harry y a Hermione, cada uno a un lado, porque sus hombros golpeaban contra los míos. Íbamos todos a enorme velocidad en medio de un remolino de colores y de una ráfaga de viento que aullaba en mis oídos. Tenía el índice pegado a la bota, como por atracción magnética.

- ¿Cómo es que nosotros todavía no hemos usado trasladores? - les pregunta Sirius bastante indignado - Suena divertido.

- Es cierto, tenemos que intentarlo...

- Van hacerlo, bajo la supervisión de un adulto - interrumpe la Señora Potter a su hijo.

- Veamos si comportamiento primero y luego lo hablamos - les dice el Señor Potter.

- Es lo justo - comenta Remus.

Y entonces... Toqué tierra con los pies. Ron se tambaleó contra Harry y lo hizo caer. El traslador golpeó con un ruido sordo en el suelo, cerca de su cabeza.

Harry levantó la vista. Cedric y los señores Weasley y Diggory permanecían de pie aunque el viento los zarandeaba. Todos los demás se habían caído al suelo, en mi caso, papá me atrapó para no caer.

—Desde la colina de Stoatshead a las cinco y siete — anunció una voz.

- Hasta aquí el capítulo - nos dice Scorp.

- Pido el próximo - me dice J.S.

N/A: Perdón por la demora, estuve ocupada en otras cosas.

Pronto estaré actualizando.

Gracias por leer. 😄😘❤

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