.51 La huida de la Señora Gorda.

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- Si hacemos esto rápido podremos leer un capítulo más que es uno muy especial - les digo antes de pasarle al pequeño Teddy a Remus.

- De acuerdo, yo leo el siguiente - dice Sirius.

- ¿No crees que sea una mala idea de que leas durante este libro? - le pregunta mi madre.

- Tiene razón - agrega la Señora Potter - No quiero que leas como ensucian tu persona cariño.

- Este capítulo es algo tranquilo con sus menciones - les digo y le paso el libro a Sirius - Pero leeras solo este durante todo el libro.

- Hecho, este se llama "La huida de la Señora Gorda".

- ¿La del cuadro? - pregunta confundido James.

- Sí, pero eso pasa casi al final - le responde Harry - Empieza padrino.

Para el sábado por la mañana, me levanté temprano y preparé mi bolso con un par de libros, el cuadro de Godric y mi varita.

Era bastante temprano para que hubiera demasiados alumnos fuera de la cama. Desayuné, sin mis amigos y cerca de la hora me encamine hacia el despacho del profesor Lupin.

Había sido una de las mejores clases que había tenido, no hice tanta magia como esperaba, pero era debido a que primero Godric quería enseñarme algunos trucos de como sostener mi varita para un combate.

Tío Rem, nos observaba interactuar en silencio, Godric era un poco intenso para sus enseñanzas y le gustaba muy poco que otros que no sea yo lo corrijieran. Tal vez sean sus viejos hábitos de su época, aunque lo positivo era que tío Rem también aprendía conmigo.

- ¿Aprenderé de combate escuchando las clases de Godric Gryffindor? - pregunta y es muy tierno como sostiene al bebé.

- Aprenderás muchas cosas y me ayudarás aprender algunas otras cosas - le respondo.

- Eres al único que no importa compartir mis clases con Hannah - le dice Godric.

- Es un gran elogio viniendo de él - le digo en broma - Yo solo recibo regaños.

- ¿Y por qué será?

En muy poco tiempo, la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras se convirtieron en la favorita de la mayoría. Solo Draco y su banda de Slytherin criticaban al profesor Lupin:

- Mira cómo lleva la túnica - solía decir Malfoy murmurando alto cuando pasaba el profesor.

- Pero al menos tiene más cerebro que todos ustedes juntos - les decía igual de alto.

Pero a nadie más le interesaba que la túnica del profesor Lupin estuviera remendada y raída. Sus siguientes clases son tan interesantes como la primera. Después de los boggarts estudiamos a los gorros rojos, unas criaturas pequeñas y desagradables, parecidas a los duendes, que se escondían en cualquier sitio en el que hubiera habido derramamiento de sangre, en las mazmorras de los castillos, en los agujeros de las bombas de los campos de batalla, para dar una paliza a los que se extravían. De los gorros rojos pasamos a los kappas, unos repugnantes moradores del agua que parecían monos con escamas y con dedos palmeados, y que disfrutaban estrangulando a los que ignorantes que cruzaban sus estanques.

- Detesto esas cosas - comenta Harry.

- ¿Te cruzaste con algunos de ellos fuera de esa clase? - le pregunta Lily.

- Sí, durante el siguiente año en el torneo - le responde sin mentirle.

- Hannah...

- Nos quisieron atacar, pero nos libramos de ellos y solo recibimos unos rasguños - le explico a mi padre antes de que intenté regañarme - Para lo que fue esa prueba, la sacamos barata.

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