El cachorro miro sus pies al sentir como estos se humedecían.
- ¿Por qué? – susurro confundido mas que asustado. El estar con sus dos tíos ya lo había acostumbrado un poco a la sangre. Miro hacia atrás esperando encontrarse con alguien, pero el silencio en la casa fue lo único que le dio la bienvenida
Se apresuro a caminar a la habitación de su tío encontrándola completamente vacía.
- ¿Tío Mori? - susurro en voz alta hacia el pasillo. Pero el eco solo resonó sin darle ninguna respuesta al niño. Se sentía incomodo con sus pies sucios por la sangre que había - Espero que no se enojen conmigo – murmuro al ver como al caminar por la alfombra había dejado marcas de sangre con sus pies
Arrugado la nariz ante el espeso olor a cobre que comenzaba a impregnarse en el pasillo
Camino por el pasillo evitando que sus pies descalzos tocaran nuevamente la sangre. El niño pensó que hubiera sido buena idea colocarse zapatos. Aunque ya era muy tarde para regresar y colocárselos.
Un poco más inquieto se dirigió a la escalera para buscar en el primer piso. El sonido de alguien caminando alrededor de la cocina lo hicieron ponerse alerta.
Dudo unos segundos, ¿Debía bajar las escaleras? La sangre en la casa no le daba confianza, pero ¿Y si su familia estaba en peligro? No...no podía dejar que se lastimaran
Bajo lo más rápido que pudo con su pequeño tamaño. Quedándose apoyado en la baranda de la escalera sin lograr encontrar con la mirada a nadie
- ¿Quién es? - aun cuando su voz trato de sonar firme, solo se sintió como un cachorro asustado. Si la persona responsable de este desastre fuera un asesino seguro se hubiera reído.
Los pasos que se escuchaban se detuvieron de golpe. Antes de comenzar a avanzar rápidamente hacia el cachorro. Quien sin querer cerro los ojos, no es que fuera admitir que estaba un poco asustado.
Aunque no había motivos para preocuparse
- ¿Cariño? - la suave voz de mujer resonó en el pasillo a medida que se acercaba a Chuuya. Junto con el sonido de metal cayendo al suelo
El cachorro de inmediato abrió los ojos, reconocia ese tono de voz, no había modo de que en su mente no resonara el eco del recuerdo Su cola se movió emocionada al escuchar esa dulce voz, tan cálido y lleno de amor.
- ¡Mamá!
Kouyou que ya estaba a la vista se apresuró a sostenerlo en brazos. Llenado de besos su pequeño rostro entre risas felices del niño más pequeño
- ¡Mamá! ¡Ya! - a pesar de su queja el cachorro tenía una sonrisa alegre en el rostro
Por fin estaba de regreso…
- Mi bebé, no sabes cuánto te extrañe - dijo cuando termino de mimarlo. Sus ojos brillaban al ver a su hijo. Evaluando con atención cada detalle nuevo en el cachorro
- ¿Más que el cielo y las estrellas? - contestó el niño frotando su rostro contra su madre para demostrarle que también la extraño y sobre todo para captar el olor tan familiar lleno de calma
- Más que el cielo, las estrellas y todo lo que venga después - dijo la mujer sin dudar- Estas tan grande- la mujer parece tener algunas lágrimas en los ojos - Siento haberme perdido estos meses de tu crecimiento, mi niño- le susurro abrazándolo con más fuerza - Perdóname, mamá tenía que trabajar - aunque era algo más complicado como para que Kouyou se fuera a trabajar sin su hijo. Normalmente lo habría llevado con ella, pero la misión a la que se ofreció voluntaria era algo que si o si debía hacer sin su niño cerca. El peligro había estado en cada esquina
El cachorro sostuvo el rostro de Kouyou con su pequeña mano como consuelo.
- Esta bien, Mamá- la sonrisa feliz en su rostro no se quitaba- Yo entiendo
La mujer se secó las lágrimas de emoción que habían escapado sin querer. Sin perder en ningún momento la elegancia que tanto la caracterizaba
- Estoy tan orgullosa de mi Chuuya - le dijo abrazándolo de nuevo - No te volveré a dejar solo, cariño – había sido tan difícil estar lejos de su amado hijo
El cachorro estaba tan feliz. Su madre estaba de vuelta. Su mente quizás no comprendía del todo lo que era el tiempo, pero sabía que había pasado mucho tiempo desde la última que vio a su mamá
Por otro lado...
- Mamá ¿Porque hay sangre en el pasillo? - pregunto señalando al espacio del suelo que también tenia varias gotas de sangre
Notando de paso la katana que su madre solía usar cubierta de sangre en el suelo
La bella mujer parpadeo haciéndose la desatendida. Sobre todo, teniendo en cuenta que la sangre era claramente producto de su katana
- No lo sé, cariño ¿Qué tal si le preguntamos a tu tío Mori? - contestó esta con una sonrisa cariñosa que no perdió incluso cuando su tono se volvió más amenazante - Eso sí, cuando lo logre encontrar
- No está en su habitación- contestó Chuuya sin entender las segundas intenciones de su madre
- ¿Sabes donde suele ir a estas horas de la noche, querido? – pregunto la mujer sosteniéndolo en su cadera con facilidad. Al mismo tiempo que recogía la katana sucia.
Con un rápido movimiento la guardo y limpio sin soltar en ningún momento a Chuuya
Chuuya pareció pensar en ello. Su tío nunca se iba sin avisarle o despertarlo para llevarlo con el
- A veces Ranpo-Onichan llama cuando hay… ¿Información relevante? – dijo repitiendo lo que le decían cuando uno de sus tíos se iba sin avisar – por eso no está…quizás - Explico finalmente el cachorro
La mujer en todo momento mostro una mirada calmada
- Entonces es cosa de Ranpo-kun el que se haya salvado mi querido hermano- dijo la mujer con un tono dulce que no demostraba la verdadera amenaza que brillaba debajo del glamur
Chuuya lo ignoró. Estaba feliz, no tenía razones para sospechar de su madre.
Kouyou miro de reojo hacia la cocina pensando en como había tenido que acabar con las intrusos que habian querido acabar con su familia. Sin querer había hecho un lío
Volvió a mirar los bellos ojos de su hijo. Su pobre bebé había sufrido tanto. Tenia tanto miedo de soltarlo de nuevo
- ¿Hice mucho ruido? No quería despertarte – trato de ser silenciosa en todo momento
Chuuya negó con la cabeza
- Ya estaba despierto, mamá – contesto este como explicación. Si no hubiera sido por el sueño que tuvo ni siquiera hubiera notado que algo ocurría en la casa
Kouyou lo miro preocupada
- ¿Qué haces despierto a esta hora? - le comento sin soltarlo - ¿No te he dicho que es importante que los niños duerman las horas adecuadas?
El cachorro se sonrojo avergonzado ante la suave reprimenda
- Tuve un sueño extraño - contestó el niño recordando el sueño que había tenido - La gente sufría mucho y me decían algo - comento este confundido. - Pero...No logré escucharlos…tampoco ayudarlos y entonces desperté
La mujer lo evaluó extrañada por las palabras que le decía. Un sueño extraño para un niño tan pequeño
- ¿Crees que significaba algo, Chuuya? - pregunto mirando a su hijo con cariño
El niño asintió lentamente
- Yo creo que si- comento este con una sonrisa.
Se sentía feliz, tenia tanto que decirle a su madre
Aunque no tuvo tiempo para comenzar a hablar, ya que, Kouyou respiro sorprendida
- ¿Mamá?
- Te ensuciaste los pies – comento esta con un leve fruncimiento de ceño al ver como en sus pequeños pies resaltaba el color rojo. Siguió evaluando al pequeño hasta llegar a su cola que se movía feliz de un lado hacia otro – Y también tu cola
El cachorro miro su cola sorprendido. Si, se había ensuciado. Quizás la arrastro sin querer por el suelo, a veces lo hacía sin querer.
- Sucio – repitió el niño sin saber que hacer del todo
No había sido su culpa, así que no tenia que disculparse. Pero se sentía avergonzado de haberse presentado a si frente a su madre.
Aunque Kouyou comprendió de inmediato lo que sentía su hijo, no era como si no tuviera practica en ello.
- No importa cariño – dijo la mujer comenzando a subir las escaleras con el niño en brazos- Fue mi culpa el que te ensuciaras
- ¿Por qué? – pregunto el niño apoyando su mentón en el hombro de su madre
- Eso no es importante y tampoco es algo que tengas que saber – comento Kouyou con calma – Vamos a limpiarte, Chuuya, aunque, no justifico el que estés descalzo ¿No te he enseñado que te puedes resfriar? Te deje unas pantuflas para cuando quisieras andar sin zapatos, y sobre todo…
Kouyou continúo regañándolo con un tono tan suave que casi no parecía un regaño hacia el niño.
Chuuya la abrazo con más fuerza. Estaba bien, no importaba que lo regañara, al menos podía escucharla de nuevo.
Luego de un rápido baño y que Chuuya tuviera puesto un nuevo pijama. Kouyou se sentó con el pequeño en el sillón de la sala, la cual solo era iluminada por los pequeños rayos de sol que se vislumbraban a la lejanía.
El cachorro no había dejado de contarle como lo había pasado mientras Kouyou no estaba. Esto por petición de la mujer, aunque el pequeño tampoco se quejaba
- Atsushi es mi amigo, mamá, es más pequeño que yo y… ¡Es un tigre blanco! ¡No es eso genial!
La mujer escuchaba atenta todo lo que le decía su hijo sin dejar de secarle el cabello, cola y orejas con el secador
- Que bueno que tienes un nuevo amigo, cariño – comento está apagando el secador. Toco con sus manos para ver si ya estaba seco. Sonriendo al notar que el pequeño ya estaba listo - ¿Es amable contigo?
- ¡Mucho! – contesto el pelirrojo sonriente, moviendo sus orejas por la sensación que había dejado el secador- ¡Tío Mori me lo presento! Así que nos hicimos amigos
La mujer sonrió encantada
- Me alegro mucho mi niño, y dime ¿Cómo te has llevado con los otros niños de la manada?
Chuuya hizo una mueca de desagrado ante eso. Kouyou parpadeo sorprendida ante eso, aunque pudo comprenderlo de inmediato. Seguro se debía a las bellas orejas y cola de su hijo
- Mi hijo es el más hermoso del mundo – dijo la mujer con orgullo hacia Chuuya, este se sonrojo – Asi que no tienes que sentirte menos que nadie
El pequeño asintió feliz.
Su estómago sonó sin querer al siguiente segundo
Miro a Kouyou con sus grandes ojos. La mujer le sonrió comprendiendo
- Espérame un segundo – le dijo está levantándose del sillón
Chuuya la miro alejarse algo asustado. Pero para su tranquilidad Kouyou regreso a los pocos segundos con un vaso de leche con una bombilla amarilla.
El cachorro la recibió encantado. Bebiendo con lentitud
- Ven aquí, cariño – comento está abriendo los brazos para que se pusiera en sus brazos
El cachorro lo hizo sin quejarse. Acomodándose en los brazos de su madre que solo quería mimarlo hasta que se durmiera. Aun cuando estaba amaneciendo, su hijo llevaba despierto desde horas que no debía
Chuuya bebía tranquilo del vaso de leche. Aun había algo que debía decirle a su madre.
- ¿Mami? – comento este cuando termino de beber el vaso de leche. La mujer lo dejo en el suelo, antes de continuar mimando las orejas de lobo de su hijo
- ¿Si, bebé? – comento está atenta al cachorro
- También…- el niño parecía algo dudoso sobre como decir la siguiente parte. Estaba asustado de que su madre también reaccionara mal. Pero…el estaba feliz con contarlo – Yo…conocí a mi compañero
La mujer dejo de inmediato de acariciar las orejas de su hijo. Mirándolo confundida
- ¿Compañero? – repitió esta sin entender del todo - ¿Quieres decir otro amigo?
El niño negó rápidamente con la cabeza
- Compañero – como explicación se llevo la mano al corazón - Alma
Kouyou no creía que fuera lo que estaba pensando
- Eres muy pequeño – contesto esta con una sonrisa suave – Los niños no pueden conocer a sus compañeros ¿Seguro que no te refieres a otro amigo?
- Es también mi amigo, el primer amigo que hice cuando llegué, mamá – comento el cachorro con una sonrisa dulce
- ¿Es tu compañero ese tigre blanco que tanto mencionas? – comento Kouyou sin creerle del todo
Chuuya levanto sus orejas alerta ante eso. Frunció un poco el ceño sin querer, aunque cambio rápidamente el gesto
- Nop – explico este igual de tranquilo que su madre – Mi compañero se llama Dazai
La mujer se sobresaltó cuando el cachorro dijo eso. Frunciendo levemente el ceño
- ¿Cómo mi hijo sabe ese nombre? – susurro esta consternada
- Mi compañero – explico el niño de nuevo encontrándose con la mirada de su madre
- Si es una broma, Chuuya…
El niño negó rápidamente con la cabeza. Tomando entre sus manos las de su madre
- Mamá, Dazai si existe y él…
Chuuya se había quedado dormido en los brazos de Kouyou luego de contarle todo lo que podía sin romper ninguna promesa que había hecho con Dazai.
La mujer lo miraba pensativa, cuando estaba a punto de tomar una decisión la puerta de la entrada se abrió dejando ver a un casando Mori.
Los ojos de ambos se encontraron
Para ninguno de los dos paso por alto el sobresalto del jefe de la manada.
Había ido donde Ranpo luego que este dijera que tenía información de la desaparición de su hermana. Pero cuando llegó Ranpo solo le sonrio y le dijo que le debía la vida por su magnífica intervención.
Ahora sabia el porque...
- Mi bella Kouyou ¿Cuándo llegaste?
La mujer acaricio con suavidad el cabello de su hijo que descasaba cómodo
- Buenos días, hermano – contesto esta con su tono el tono de suave de siempre – He estado esperando por ti
- ¿Es así? – Mori dio un paso atrás sin querer. Las hermanas también eran algo aterrador
La bella pelirroja volvió a mirarlo fijamente, antes de levantar con suavidad el pequeño brazo de Chuuya, donde destacaba la pulsera que Dazai le había regalado antes de irse. El color rojo resplandecía en la joya
- ¿Qué tal si me explicas como llego esto aquí, hermano?
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¿Ven que no era triste? 😂😂😂 tengo que darles paz...por ahora
Esto es una actualización random, porque la verdad estoy ocupadísima, tengo prueba el martes, el miércoles, el jueves y el viernes.
Pero mientras estudiaba recordé que tenia este capitulo casi listo y por pura maldad no lo publique kjakjajakja La inspiración llega en los peores momentos.
Con esto cumplo con la encuesta, eran dos capítulos que prometí y cumplí
Por cierto
¿Rip por Mori? Jkajkajkajk
Besos~