- Esto no me agrada - nos dice él apenas abre el libro.
-¿Qué pasa querido? - le pregunta su esposa.
- El capítulo se llama "El beso del dementor" - le responde y el lugar queda en silencio.
- Esperen... sobreviví a eso - nos dice Sirius - Ustedes nos dijeron que yo muero dos años después de haberlos conocido.
- Es cierto...
- ¿Entonces a quién besaron? - nos pregunta Lily.
- Hay que leerlo para saberlo - les dice Harry.
No había formado nunca parte de un grupo tan extraño.
Los de nuestro tiempo comienzan a reír al escuchar esa oración.
- Que lindos... se creen normales - nos dice Ginny haciendo reír al resto.
- Me refería a ese momento - le digo en cambio.
- Y nos creemos normales - agrega Ron.
Crookshanks bajó las escaleras en cabeza de la comitiva. Lupin, Pettigrew y Ron lo seguían, como si participaran en una carrera. Detrás iba el profesor Snape, flotando de manera fantasmal, tocando cada peldaño con los dedos de los pies y sostenido en el aire por su propia varita, con la que Sirius le apuntaba. Con Harry y Hermione cerrabamos la marcha.
Era difícil volver a entrar en el túnel.
Lupin, Pettigrew y Ron tenían que ladearse para conseguirlo. Lupin seguía apuntando a Pettigrew con su varita. Los veía avanzar de lado, poco a poco, en hilera. Crookshanks seguía en cabeza. Harry iba inmediatamente detrás de Sirius, que continuaba dirigiendo a Snape con la varita. Éste, de vez en cuando, se golpeaba la cabeza en el techo, y tenía la impresión de que Sirius no hacía nada por evitarlo.
- Estabas en lo cierto - me dice Remus.
- No me molesta, hubiera hecho lo mismo - le dice Severus.
- Ahora que ya sabes si secreto y esa tonta broma no fue hecha, van a empezar a tolerarse como personas civilizadas - les dice Lily.
- Nosotros con Draco hemos tenido encuentros hasta peores que los suyos - les dice Harry - Y como les pueden decir los niños nos toleramos y hasta él es el padrino de uno de mis hijos.
- Si nosotros pudimos, ustedes también podrán - admite Draco.
- No prometemos que vayamos a ser mejores amigos, pero no lo molestaremos más - le dice James.
- Igual de mi parte - responde Snape.
- Eso ya es algo - les dice Lily.
—¿Sabes lo que significa entregar a Pettigrew? — le preguntó Sirius a Harry bruscamente, mientras avanzaba por el túnel.
—Que tú quedarás libre — le respondió Harry.
—Sí... — le dijo Sirius —. No sé si te lo ha dicho alguien, pero yo también soy tu padrino.
—Sí, ya lo sabía — le respondió Harry.
—Bueno, tus padres me nombraron tutor tuyo — le dijo Sirius solemnemente —, por si les sucedía algo a ellos... — Harry esperó. ¿Quería decir Sirius lo que me imaginaba?— Por supuesto —prosiguió Black —, comprendo que prefieras seguir con tus tíos. Pero... medítalo. Cuando mi nombre quede limpio... si quisieras cambiar de casa...
—¿Qué? ¿Vivir contigo? — le preguntó, golpeándose accidentalmente la cabeza contra una piedra que sobresalía del techo — ¿Abandonar a los Dursley?
— Claro, ya me imaginaba que no querrías — le dijo inmediatamente Sirius — Lo comprendo. Sólo pensaba que...
—Pero ¿qué dices? — exclamó Harry; con voz tan chirriante como la de Sirius —. ¡Por supuesto que quiero abandonar a los Dursley! ¿Tienes casa?¿Cuándo me puedo mudar?
- De cierta forma, prefiero que te crié Sirius que Petunia - le dice Lily.
- Y no lo dejaríamos solo - agrega mi madre.
- ¿Enserio me dejarían como el tutor del niño? - les pregunta Sirius sin poder creerlo.
- Sólo a ustedes tres les dejaría el cuidado de mi hijo - le responde James.
Sirius se volteó hacia él. La cabeza de Snape rasco el techo, pero a Sirius no le importó.
—¿Quieres? ¿Lo dices en serio?
—¡Sí, muy en serio!
En el rostro demacrado de Sirius se dibujaba la primera sonrisa auténtica que había visto en él. La diferencia era asombrosa, como si una persona diez años más joven se perfilase bajo la máscara del consumido. Durante un momento, pude reconocer en él al hombre que sonreía en la boda de los padres de Harry.
- Sirius como una figura paternal es difícil de imaginar - comenta Remus.
- Fue muy bueno e hizo lo mejor que pudo - le responde Harry - Hasta su último momento me estuvo protegiendo.
- ¿Tú lo viste? - le pregunta preocupado James.
- Estaba a su lado...
A Harry se le corta la voz, nunca le es sencillo hablar de ese momento. Lo abrazo y acaricio su espalda para tranquilizarlo.
- Harry, lo que haya pasado ese día no fue tu culpa - le dice Sirius haciendo que él se suelte de a poco y lo mire - Es más... eso ya no importa, naceras y creceras teniendonos a todos. Volveremos loca y a tu madre y escaparemos cuando quiera regañarnos... para eso dejaremos a tu padre como ofrenda.
Sus palabras lo hacen reír y respirar más aliviado.
- Ese día fue uno de los peores que tuve que pasar y en verdad no deseo repetirlo - le dice Harry.
- Y no sucederá.
No volvieron a hablar hasta que llegamos al final del túnel. Crookshanks salió el primero, disparado. Evidentemente había apretado con la zarpa el nudo del tronco, porque Lupin, Pettigrew y Ron salieran sin que se produjera ningún rumor de ramas enfurecidas.
Sirius hizo salir a Snape por el agujero y luego se detuvo para ceder el paso a nosotros tres. No quedaba nadie dentro. Los terrenos estaban muy oscuros. La única luz venía de las ventanas distantes del castillo. Sin decir una palabra, emprendemos el camino. Pettigrew seguía jadeando y gimiendo de vez en cuando.
—Un paso en falso, Peter; y... — le dijo Lupin delante de nosotros, amenazador; apuntando con la varita al pecho de Pettigrew.
Atravesamos los terrenos del colegio en silencio, con pesadez. Las luces del castillo se dilataban poco a poco. Snape seguía inconsciente, fantasmalmente transportado por Sirius, la barbilla rebotándole en el pecho. Y entonces... Una nube se desplazó. De repente, aparecieron en el suelo unas sombras oscuras. La luz de la luna cayó sobre todo el grupo. Snape tropezó con Lupin, Pettigrew y Ron, que se habían detenido de repente. Sirius se quedó inmóvil. Con un brazo nos indicó que no avanzáramos. Vi la silueta de tío Rem. Se puso rígido y empezó a temblar.
- Díganme que eso no sucederá - nos pide Remus muy preocupado.
- No nos hiciste daño a nosotros - le digo enseguida para calmarlo.
- Sirius supo que hacer y nos protegió - agrega Harry.
- No tocaste a ninguno de nosotros - le repite Herms.
- Ves Remus, no te mortifiques por algo que no es tu culpa - le dice James.
—¡Dios mío! — le dijo Hermione con voz entrecortada — ¡No se ha tomado la poción esta noche! ¡Es peligroso!
—Corran — nos gritó Sirius —. ¡Corran! ¡Ya!
Pero con Harry no podíamos correr. Ron estaba encadenado a Pettigrew y a Lupin. Salté hacia delante, pero Sirius me agarró por el hombro y me echó hacia atrás.
—Dejádmelo a mí. ¡CORRAN!
- ¿Iban a intentarlo? - nos pregunta Bill.
- Ron estaba en problema, no le íbamos a dar la espalda - le responde Harry.
- Él no habría hecho eso con nosotros - agrego.
- Claro que no, aunque no recuerdo mucho de ese momento - comenta Ron.
- Salieron bien y eso me calma - le dice su madre.
Oímos un terrible gruñido. La cabeza de Lupin se alargó, igual que su cuerpo. Los hombros le sobresalian. El pelo le brotaba en el rostro y las manos, que se retorcian hasta convertirse en garras. A Crookshanks se le volvió aerizar el pelo. Retrocidemos. Mientras el licántropo retrocedía, abriendo y cerrando las fauces, Sirius desapareció del lado de Harry. Se había transformado. El perro grande como un oso saltó hacia delante. Cuando el licántropo se liberó de las esposas que lo sujetaban, el perro lo atrapó por el cuello y lo arrastró hacia atrás, alejándolo de Ron y de Pettigrew. Estaban enzarzados, mandíbula con mandíbula, rasgándose el uno al otro con las zarpas. Me quedé como hipnotizada. Estaba demasiado atenta a la batalla para darme cuenta de nada más. Fue el grito de Hermione lo que me alertó. Pettigrew había saltado para agarrar la varita caída de Lupin. Ron, inestable a causa de la pierna vendada, se desplomó en el suelo. Se escuchó un estallido, se vio un relámpago y Ron quedó inmóvil en tierra. Otro estallido: Crookshanks saltó por el aire y volvió a caer al suelo.
—¡Expeliarmus! — exclamó Harry, apuntando a Pettigrew con su varita. La varita de Lupin salió volando y se perdió de vista —. ¡Quédate donde estás! — gritó Harry mientras corría.
Demasiado tarde. Pettigrew también se había transformado. Con Harry vimos su cola pelona azotar el antebrazo de Ron a través de las esposas, y lo oyó huir a toda prisa por la hierba.
- Rayos... la profecía se cumplió - comenta Teddy.
- Lemento lo sucedido, sino hubiese sido por mi culpa, Peter no hubiese escapado y no habría lastimado a Sirius.
- Remus, sino hubieses ido esa noche, no hubieras sabido que tu mejor amigo era inocente y me ayudaste a creerle - le responde Harry - Y lo de Colagusano era inevitable.
- No te culpamos de nada de lo sucedido esa noche - agrego.
Escuchamos un aullido y un gruñido sordo. Al volverme, vi al hombre lobo adentrándose en el bosque a la carrera.
—Sirius, ha escapado. ¡Pettigrew se ha transformado! — le gritó Harry.
Tenía heridas en el hocico y en la espalda, pero al oír las palabras de Harry volvió a salir velozmente y al cabo de un instante el rumor de sus patas se pierde.
Con Harry y Hermione nos acercamos aprisa a Ron.
—¿Qué le ha hecho? — preguntó Hermione.
Ron tenía los ojos entornados, la boca abierta. Estaba vivo. Oímos su respiración. Pero no parecía reconocernos.
—No sé.
- Nos dio un buen susto verlo así - les dice Herms - Pero Pomfrey iba a poder sanarlo.
- Idiota, no puedo creer que te haya hecho eso - le dice Bill.
- En tus cartas nos contaste la mitad de la historia - agrega Charlie.
- Y debe ser porque en realidad creí que me había desmayado - le responde Ron - Recuerdo haber forcejeado con él y luego estar dormido.
- Nosotros no tuvimos tiempo para explicarle a detalle lo que le ocurrió.
Harry miró desesperado a su alrededor. Black y Lupin habían desaparecido... No había nadie cerca salvo Snape, que seguía flotando en el aire, inconsciente.
—Será mejor que los llevemos al castillo y se lo digamos a alguien —nos dijo Harry, apartándose el pelo de los ojos y tratando de pensar —. Vamos...
Escuchamos un aullido que venía de la oscuridad: un perro dolorido.
- Soy más parecido a un lobo que a un perro cualquiera - me dice Sirius indignado.
- Pertenecen todos a la misma familia - le respondo en cambio.
- Y se escuchaba como un perro adolorido - le comenta Harry bromeando y luego se calla.
- Respiren hondo para lo que se viene - les digo a todos.
—Sirius — murmuró Harry, mirando hacia la negrura.
Teníamos un momento de indecisión, pero no podíamos hacer nada por Ron en aquel momento, y a juzgar por sus gemidos, Black se hallaba en apuros.
Con Harry nos echamos a correr; seguidos por Hermione. El aullido parecía proceder de los alrededores del lago. Corrimos en aquella dirección y noté un frío intenso. El aullido se detuvo. Al llegar al lago vimos por qué: Sirius había vuelto a transformarse en hombre. Estaba en cuclillas, con las manos en la cabeza.
—¡Noooo! — gemia —. ¡Noooooo, por favor!
Y entonces los vimos. Son los dementores. Al menos cien, y se acercaron a nosotros como una masa negra. Se dieron la vuelta. Aquel frío ya conocido chocaba en nuestro interior y la niebla empezaba a oscurecernos la visión. Por cada lado surgían de la oscuridad más y más dementores. Nos estaban rodeando...
- ¿Más... más de cien dementores? - nos pregunta mi padre pálido de la impresión.
- Ninguno de los tres dominaba el hechizo del todo en ese momento - agrega Al.
- Tuvimos mucha suerte, supongo - le responde Harry.
- ¡Pero eran demasiados para tres niños! - exclama mi abuela.
- Somos más fuertes cuando estamos unidos - le respondo.
- Abuelo, sigue - le pide Harry.
— ¡Expecto patronum! — grité levantando mi varita y alcancé hacer un escudo, pero no era suficiente.
—¡Hermione, piensa en algo alegre! — gritó Harry levantando la varita:
—¡Expecto patronum! ¡Expecto patronum!
Black se estremeció. Rodaba por el suelo y se quedó inmóvil, pálido como la muerte.
—¡Expecto patronum! ¡Ayúdame, Hermione! ¡Expecto patronum!
—¡Expecto...! — susurraba Hermione —. ¡Expecto... expecto!
- Estaba muy asustada y nunca había estudiado ese hechizo, ni mucho menos lo había intentado hacer - comenta Herms.
- Es entendible, ese hechizo es muy complejo y agotador - le responde McGonagall - No habrá sido fácil tener que concentrarse con tantos atacando.
- Todo era un caos - le respondo.
- No me agrada eso - nos dice Lily - Sólo me tranquiliza verlos aquí.
Pero no era capaz. Los dementores se aproximaban y ya estaban a tres metros escasos de nosotros. Formaron una sólida barrera en torno a nosotros tres, y siguieron acercándose... porque mi barrera cayó.
—¡EXPECTO PATRONUM! — gritaba Harry, intentando rechazar los gritos de sus oídos —. ¡EXPECTO PATRONUM!
Un delgado hilo de plata salió de su varita y bailota delante de él, como si fuera niebla. En ese instante, noté que Hermione se desmayó a su lado. Harry no parecía poder aguantar por más tiempo, ni yo tampoco, debía esforzarme para salvarlos.
- El llevar al límite tu magia también puede ser peligroso para tu salud - Me dice mi abuelo.
- En ese momento no tenía otra opción - le respondo.
- No puedo imaginarlos en tal situación - agrega James - Es una locura.
- No tanto como el basilisco que se pudre bajo el suelo - le responde Sirius - Estos niños son por demás de fuertes.
—¡Expecto...! ¡Expecto patronum!
Harry cayó de rodillas, con la mirada perdida, pero con su varita en alto. Al verlo así, de esa manera tan quebrada, algo me dio la fuerza necesaria para protegerlos.
—¡Expecto patronum! - grité con una voz más firme.
Mi varita temblaba en mi mano y de la punta de mi varita salió un poderosa luz blanca que tomó forma de un enorme león que corrió hacia los dementores que estaban sobre Sirius y luego hacia los que estaban sobre mis amigos.
- No me sorprende tanto que tu patronus tomé esa forma - me dice James - Eres la heredera de los leones más fuerte.
- Y sin dudas debe ser un león enorme - agrega Remus.
- Gracias padrino y si, tío Rem, es bastante grande - le respondo - Pero eso es gracias a mi familia y amigos, por ellos tengo tantos recuerdos felices.
Era demasiada la energía, que estaba poniendo, pero si me rendía estaríamos perdidos. Mis piernas fueron las primeras en rendirse y caí de rodilla, pero sin bajar mi varita. Mi cabeza dolía y mi vista se nublaba.
Haciendo acopio de todas mis fuerzas, levanté la cabeza unos centímetros y vi entre la luz a un animal que galopaba por el lago. Con la visión empañada por el sudor, traté de distinguir de qué se trataba. Era brillante como un unicornio. Haciendo un esfuerzo por conservar el sentido, lo vi detenerse al llegar a la otra orilla. Durante un instante vi también, junto al brillo, a alguien que daba la bienvenida al animal y levantaba la mano para acariciarlo. Alguien que me resultaba familiar. Pero no podía ser posible...
- ¿A quién? - pregunta Sirius.
- No lo dice - le responde el abuelo de Harry cerrando el libro - Así termina el capítulo.
- ¿Entonces apareció otro Patronus corporeo a salvarlos? - nos pregunta Lily.
- Si, así fue...
- ¿Y quien es? - nos repite Sirius.
- Lo sabrán mañana - le respondo - Hay que cenar a ir a descansar porque mañana vamos a terminar el libro.
- De acuerdo, pero dinos que sucedió con ustedes para estar más tranquilos - nos dice mi padre.
- Snape nos encontró a todos desmayados y despertamos en la enfermería - le responde Harry.
N/A: Es un capítulo corto, pero se los compensare porque el próximo es bastante largo y lo estaré subiendo entre mañana o pasado mañana.
Gracias por leer. 😄❤😍😘