Rojo cual pecado (Blossick)

By UFOnarue

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Cada uno de ellos ya tenía una vida, alguien con quien compartirla y el fruto de un amor real a la vista de t... More

Capítulo I
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI.

Capítulo II

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By UFOnarue

Capítulo 2. Incómodo.

Esas semanas habían sido casi como un sueño para ella. A pesar de que el primer día fue toda una decepción, a partir de ahí solo pudo disfrutar su estancia en las montañas. Los días se pasaban rápido, iban a pescar y en la tranquilidad del ambiente se comían a besos, exploraban los alrededores de la cabaña, muchas veces podían encontrar pequeños animalitos; comían comida casera y fresca en un restaurante cercano, por las noches hacían fogatas y luego, antes de dormir, volvían a su nidito de amor.

Pero a pesar de eso, Blossom siempre sentía algo vacío en todo aquello. ¿De qué le servía si al volver del viaje todo iba a ser como antes? No vería a Dexter casi nunca y, aunque siempre la llenaba de amor, volvería a su vida aburrida y monótona. Ella lo quería y lo atesoraba, pero sentía sus años de juventud perdidos, metida en casa y ahora más sola que nunca, por que viviría con él y él prácticamente vivía en ese laboratorio. Para ella, su vida de superheroína acabó en el mismo momento que Dexter entró en su mundo y ya no volvió a usar sus poderes ni sentir la libertad de volar por el cielo.

Después de todo, ser una chica normal no era tan genial como pensaba cuando era solo una niña de cinco años.

*

Al acabar su luna de miel en dos semanas, los recién casados volvieron muy de madrugada a la ciudad, pasaron a recoger a su hijo a la casa de su padre y sus hermanas y directamente fueron al departamento que Dexter tenía alquilado.

—Esta bien querida, cierra los ojos porque te voy a dar una sorpresita. — dijo mientras aceleraba un poco el coche, ansioso por llegar a su nuevo hogar.

—¿Una sorpresa? Eso es muy raro viniendo de ti. — contestó la pelirroja bastante sorprendida.

—¡Oye! ¿Qué quieres decir con eso?

—Nada nada, no te molestes. —rio suavemente y seguido cerró los ojos— está bien, espero que, para ser tu primera sorpresa, sea algo agradable.

—No te preocupes, te va a encantar. —Dexter aparcó y bajó del auto. Blossom ya se imaginaba que iba a ser, pero prefirió no decir nada. —Esta bien, toma mi mano y sígueme. —así ella, tomando a su hijo en su pecho, salió del coche y ambos entraron al edificio, subieron por un ascensor y al llegar hasta la planta donde estaba su apartamento, Dexter se apresuró a abrir la puerta.

—Vamos Dexter ¿Puedo abrir los ojos ya? — preguntó anhelando ver como era su nueva casa. Así el chico le dijo que sí y al despegar los parpados, miró hacia todos lados curiosa cuando entraba dentro de la casa. —¡Dexter, es mas bonita de lo que imaginé!

Blossom era amante de lo minimalista, era algo fresco, limpio y ordenado y al parecer Dexter le había leído el pensamiento una vez más. Recorrió todo el piso junto a su esposo y estaba maravillada, lo que más le gustó fue su habitación, con un gran ventanal, un baño propio y un escritorio ya decorado con fotos de ellos. Se giró hacia su marido y lo besó con suavidad.

—Gracias Dexter, este será nuestro hogar perfecto. — le dijo sonriendo genuinamente. Sin esperárselo el comenzó a bajar sus labios por su cuello provocándole escalofríos.

—Aprovechemos y estrenémoslo debidamente. — habló el pelirrojo casi sin pensar. Blossom se separó de el para dejar al niño en la cuna que ya estaba preparada al lado de la cama y se lanzó a su boca.

—Es una idea genial, no me esperaba menos de ti. — le susurró sobre sus labios antes de volver a besarlo.

Se dejaron caer sobre la mullida cama, Blossom disfrutaba de sus besos en el cuello, siempre sentía cosquillas por ese lugar, era tan agradable cuando dejaba un pequeño rastro de saliva... Dexter pasó sus manos por debajo de la camisa de la pelirroja y acarició con la yema de sus dedos el abdomen de la chica, provocando que se estremeciera mientras volvía a sus labios. Entonces desabrochó uno por uno los botones mientras él bajaba dando picos por su pecho por cada botón que quitaba. Blossom se dejaba hacer, pero cada vez el calor inundaba más su cuerpo y tuvo que volver a tomar la cara del chico para besarlo de una manera más intensa. Él se quitó la camiseta de un movimiento rápido e hizo lo mismo con la de ella, y comenzó a masajear sus pechos por encima del sostén. Estaba por desabrochar su pantalón a petición de su insistente esposa...

Pero se vieron interrumpidos por el sonido del timbre. Alguien llegó en el momento menos idóneo.

Blossom suspiró algo frustrada. Acababan de llegar a su nueva casa hace menos de una hora y ya había alguien que se había enterado. Y encima cortando su momento de golpe.

Dexter se disculpó con ella con una mirada avergonzada y ella negó con la cabeza.

—No te preocupes, ya tendremos otro momento más tarde. —Ella le restó importancia, sonriendo con picardía y Dexter le devolvió la sonrisa. —Anda, ve a abrir. Mientras yo aprovecho y me meto a duchar, ya estoy algo sudada. —rio con pillería y enseguida se adentró en el baño de la habitación.

Así pues, Dexter se puso rápidamente la camiseta y corrió a abrir la puerta cuando escuchó que tocaban al timbre nuevamente. Abrió, sin esperar para nada quién había ido de visita.

—Ah... Brick, que sorpresa ¿Qué haces aquí? — preguntó, aunque se sintió algo estúpido ante la respuesta tan obvia con la que le contestó.

—He venido a visitarte hermanito, pasaba por aquí y vi tu coche aparcado en la salida. —dijo Brick desinteresado, entrando en la casa sin antes haber sido si quiera invitado a pasar. Se tiró sobre el sofá, mientras observaba alrededor con una mueca aburrida. —Vaya sitio mas feo has elegido ¿no? Todo blanco y soso.

Dexter que miraba algo sorprendido como su hermano se metía como si estuviera en su propia casa, suspiró con resignación cerrando la puerta tras de si y se sentó en el sofá justo en frente de él.

—No digas eso, esto lo elegí porque sé que a Blossom le gusta este tipo de decoración.

—Ah ya, Blossom...

Se quedaron en un silencio algo incomodo para el chico de lentes, mientras su hermano seguía observando desinteresado la casa.

—Uhm... ¿Quieres tomar...? —su celular comenzó a sonar, al ver la pantalla se levantó rápidamente y se disculpó con Brick con una seña, mientras se metía dentro de la cocina.

Brick ni siquiera le prestó atención, su mente estaba en otro lado ¿Dónde estaba la chica de ojos rosas? Se levantó desganado y se movió por el salón tocando algunas cosas, se topó con un cuadro de mesa de la pareja y su hijo, donde a su parecer, se veían estúpidos sonriendo así. La cerró y la dejó recostada boca abajo sobre el mueble. Siguió examinando la casa, que se le hacía enana comparada con la mansión en la que vivía con Princesa. Estaba consciente de que era un mantenido, pero eso no le podía importar menos. Recorrió el pasillo, ojeando el par de habitaciones que había todavía vacías.

¿Dónde se ha metido esa maldita pelirroja?

Al final del corto pasillo había otra habitación y sin pensarlo, abrió la puerta que estaba entornada lentamente y se asomó, primero la cabeza y al ver que no había nadie, solo el niño en la cuna, se metió entrometido. Le llamó la atención el sonido de una ducha y de una voz melodiosa cantando sin timidez. Nada más voltear vio la habitación de donde salía esa dulce voz, también estaba medio abierta, así que sin dudarlo se asomó en ella y casi se queda sin aliento. Sus pulsaciones se aceleraron, cada vez más rápido cuando el cuerpo que se encontraba tras las cortinas se movía tan solo un poco. Su mente se nubló en cuanto el cuerpo de la chica se dejó asomar para tomar el champú. Tuvo la necesidad de entrar y no iba ni a cuestionárselo.

—¡Brick, ya he terminado! ¿Dónde te has metido? — la voz de Dexter lo llamaba desde la sala.

Parpadeó un par de veces y se mordió el labio cuestionándose lo que había estado a punto de hacer. Cerró la puerta sin hacer ruido, no sin antes regalarse un poco más la vista con el cuerpo de Blossom.

Volvió a la sala, Dexter le preguntó dónde estaba y el simplemente respondió que necesitó ir al baño.

Casi al instante de que Brick se fue de la habitación, Blossom salió de la ducha y se asomó por la puerta mientras se secaba el pelo, al escuchar a su bebé llorar. Se vistió rápido y fue a consolarlo. Qué extraño, la puerta estaba cerrada ¿Alguien había estado ahí?

—No deberías hacer eso, te he dicho mil veces que no es bueno para tu salud, Brick. —le reprochó Dexter a su hermano, al ver como este sacaba un cigarrillo de su bolsillo, un mechero y comenzaba a fumar.

—Ay cállate, no eres mi mamá. —respondió con una sonrisa burlona, Dexter suspiró negando con la cabeza. Brick volvió a su seriedad habitual. —Además, esto me relaja.

—Cómo, ¿te encuentras mal? ¿acaso te sucedió algo?

—...Me volví a pelear con Princesa. —respondió sin gana.

—¿Qué ocurrió esta vez?

—Esa estúpida quiere tener otro hijo, está obsesionada con embarazarse de nuevo. Y me harta, así que me fui. Por eso vine aquí realmente, no fue del todo una coincidencia.

—Brick... no deberías hablar así de ella, es tu esposa...

—...

Nuevamente el silencio entre los dos. Dexter se sentía algo desanimado por su hermano, realmente comenzaba a pensar que el... no quería a su mujer.

—Ayer... fue el cumpleaños de madre. —comentó el menor, intentando romper la atmosfera pesada que se había formado cambiando de tema.

—Hugh, no me hables de esa miserable. —contestó Brick apagando lo poco que quedaba de su cigarro en una servilleta mientras sacaba otro de la cajetilla y lo posaba en su boca, volviendo a aspirar el humo.

—Pero, Brick...

—Nada, esa mujer no se merece ni que la llames mamá. A ver cuando te entra en la cabeza Dex. —dijo masajeándose las sienes, hablar de esto solo conseguía ponerlo aún más malhumorado.

Blossom salió de la habitación para buscar algo de comer, cuando escuchó una voz que conocía perfectamente. Se escondió detrás de la pared y decidió escucharlos por curiosidad al ver que hablaban de la familia de su marido, de la cual sabía poco casi nada, ya que él pocas veces hablaba de eso y cuando ella intentaba sacarle algo, siempre le daba largas o cambiaba de tema.

—Yo... estaba pensando en ir esta tarde y dejarle unas flores, quería pedirte que me acompañaras.

Repentinamente Brick se levantó dando un golpe con su mano sobre la mesa, asustando a los dos presentes que lo miraban con los ojos muy abiertos.

—¡Ya es suficiente, Dexter! ¡Esa mujer nunca te quiso, entiéndelo, tu no le debes nada, ni siquiera unas pobres flores! —exclamó en un gruñido el pelirrojo, con la mirada furiosa y el cuerpo en tensión, a punto de resquebrajar la mesa de cristal donde estaba su mano apoyada.

—...

Al ver que había perdido un poco la compostura, volvió a dejarse caer sobre el sofá, bufando con molestia y consumiendo su cigarro con más ansiedad.

—Esta bien, lo siento, me escandalicé un poco. —devolvió su mirada a su hermano, el cual estaba cabizbajo rascándose la nuca. —pero Dex, tienes que entender por qué me pongo así. Yo te quiero hermanito, y me da mucha rabia que esa... mujer, nunca haya sido capaz de aceptarte en nuestra familia por ser hijo de otra.

Blossom se llevó ambas manos a la boca, ahogando un pequeño gritito de sorpresa al enterarse de tremenda noticia. Ahora todo tenía sentido... Dexter era adoptado, por eso es que no compartía los poderes de Brick, por eso no era un sobrehumano, como ellos dos... pero a ella siempre le decía que él era el hijo que nació cuando su padre conoció a su madre, después de haber creado a Brick. Después de todo, su padre y el Profesor eran amigos y compañeros de laboratorio. ¿Por qué le ocultaba la verdad de esa manera?

—...Lo sé, soy consciente de como ha sido conmigo. Pero entiende, ella ha sido la única madre para mi desde que me abandonaron. —intentó que Brick entrara en razón, sentía como se comenzaban a empañar sus gafas por las lágrimas. Brick al ver esto, rodó los ojos y volvió a apagar el cigarro ya consumido. Se acercó a Dexter y lo abrazó, dejando de lado su super orgullo.

—Ya, cálmate cabeza hueca. Te prometo que lo haremos como tu quieras, pero no llores, sabes que no se merece ni una lagrima tuya. —se estremeció un poco al ver como Dexter se aferraba a el aún mas fuerte y lloraba en su hombro, el simplemente le acariciaba el cabello y le susurraba que no pasaba nada.

—Gracias Brick, te quiero demasiado hermano. —dijo el chico de gafas empapadas, separándose una vez que se hubo calmado un poco, mientras limpiaba sus cristales.

A la chica tras la pared, también se le escaparon un par de lagrimas al ver a su marido de esa manera, pero a la vez, sintió una tremenda ternura con esa escena que acababa de presenciar. Nunca pensó que Brick pudiera tener un lado algo más humano y cariñoso. Definitivamente, esa misma noche haría que a Dexter se le fuera de la cabeza toda esa tristeza.

—Ahora, creo que es hora de marcharme.

—Dexter, voy a preparar algo de comer ¿qué te apetece?

La pelirroja apareció en la sala, disimulando que acababa de salir de la habitación. Le sonrió dulcemente y se hizo la tonta, al ver como su marido limpiaba aún más rápido sus gafas y volteaba la cara para limpiar sus lágrimas, intentando que ella no se diera cuenta. Le pareció tan adorable en esos momentos.

—¿No piensas saludar, Pinkie? —preguntó Brick mientras volvía a sentarse, y seguramente sin intención de volver a levantarse de ese sofá. Ella volteó molesta al hombre que alargaba sus labios es una sonrisa socarrona, como de costumbre. Aun así, debía de admitir, que después de ver esa escena fraternal y como Brick sacaba su lado amable, se sentía más receptiva con él.

—¿Cuándo vas a dejar de ponerme apodos? —se cruzó de brazos, algo malhumorada.

—Jamás.

—Idiota.

—Cabeza de zanahoria.

Blossom estuvo a punto de tirarse a su yugular y ahorcarlo hasta matarlo, pero Dexter la detuvo con su voz.

—Blossom, Brick vino a visitarnos ¿Por qué no se queda a comer con nosotros?

—¿¡QUÉ¡? ¡POR SUPUESTO QUE NO, NO VOY A-

—Claro que sí, con mucho gusto acepto tu invitación. Es más, por ser recién casados, haré yo la comida. Ya sabes que cocino como nadie en el mundo. —su nariz parecía alargarse de soberbia mientras se encogía de hombros riendo.

Este tipo es un prepotente.

—¡Genial! Que ganas de volver a comer tus platillos, cocinas delicioso.

Blossom parecía hacerse pequeña ante esa conversación, no podía decir nada porque Dexter se veía realmente ilusionado. Mientras ella se alejaba para no escuchar como su marido no paraba de elogiar a su hermano mientras este solo reía y asentía como todo un ególatra narcisista. Le estaba provocando arcadas así que se encerró en su habitación hasta que no la llamaron para comer. Lo peor es que durante la comida, Brick no paraba de meterse con ella, picarla. No apartaba la mirada de ella lo cual solo la hacía sentir aún más incómoda de lo que estaba. Y Dexter seguía en sus quince de no dejar de lamerle el culo.

En resumen, no paró de hablar de Brick durante toda la tarde hasta que tuvo que, prácticamente, echarlo a patadas de su casa por que el tenía cero intenciones de marcharse.

Aún así, se sintió feliz de algún modo, su relación de hermanos mejoraba y ella por alguna razón, comenzaba a sentir menos rechazo hacia el pelirrojo de la gorra roja.

*

A la mañana siguiente, pensó en ir al laboratorio de su padre para ayudarlo en su trabajo un rato, pero antes decidió dar un paseo por el centro comercial con Holly para ver si compraba algo de ropa de bebé. El niño ya estaba creciendo y necesitaba un nuevo guardarropa.

Se paseó por algunas tiendas, se detuvo en librerías mirando los nuevos libros de sus sagas favoritas para hacer una reserva y también paró para tomar un helado y de paso dar de almorzar al bebito. En una de las tantas tiendas por las que pasaba, hubo una la cual le llamó en especial la atención, la ropa era muy llamativa pero bastante cara. Por curiosidad decidió entrar y mirar un rato, no iba a comprar nada, porque no le llegaba el presupuesto, pero aun así quería echar un vistazo.

Mientras se entretenía en la sección de patucos, pudo escuchar perfectamente como una voz chillona y desagradable reclamaba en la caja.

—¿¡Cómo se atreve a venderme esta cosa tan horrible!? ¡Ni loca haría que mi bebé llevara algo como esto! ¡Me ofende que siquiera me lo recomiende, creía que esto era una tienda de lujo y con porte, no una tienducha con gente que no tiene ni idea de moda!

Blossom se acercó a la escena algo irritada por el estruendo que estaba montando esa persona que solo gritaba como si no hubiera nadie aparte de ella. Y como era de esperar, no era nadie mas que Princesa. Dichosa Princesa, montando dramas en todos lados. Blossom decidió que era hora de intervenir, su sentido de la justicia no podía permitir una injusticia como esa, y la tocó en el hombro, haciendo que la chica de cabellos rizados se girara agresivamente.

—¿¡Quien se atreve a tocarme!?

—Princesa, deberías bajar un poco el tono de tu voz. Te recuerdo que estamos en un lugar público y tú solo estas dejándote en vergüenza. Otra vez.

—Pero que tenemos aquí...—esta vez Princesa se llevó una mano a la cintura, sonriendo de lado y viendo a Blossom descaradamente de arriba abajo, siempre sintiéndose superior. —La niña recién estrenada. —Blossom alzó una ceja sin entender a que se refería. Aclaró su garganta y la miró aburrida.

—Cuando vas a aprender a tener algo de modales. Por mucho dinero que tengas no significa que puedas gritarle a quien se te venga en gana.

—Querida, tu mejor cállate y metete en tus asuntos ¿sí?

—Lo haría si no te pusieras a gritar como una verdulera vulgar por cada lugar al que vas. Por si no lo recuerdas yo era una de las heroínas de Townsville hasta no hace mucho y mi deber es...

—Ya ya, ya te entendimos. ¿Qué haces aquí? Este no es lugar para pobretonas muertas-de-hambre como tú.

Blossom, puso los ojos en blanco, ignorando sus palabras, se dio media vuelta con la intención de volver a lo suyo. Holly ya estaba despertando y en seguida se pondría a llorar. Lo raro era que no se hubiera despertado antes con los griteríos de esa mujer.

—Espera un momento, preciosa ¿A dónde vas? ¿Quién te crees para dejarme hablando sola? —Morebucks la agarró del brazo y Blossom casi al instante se soltó de su mano.

—No me toques.

—Ay tranquila, siempre con ese humor tan amargado ¿Es que tu marido no te dio una buena noche de bodas? —Princesa se llevó una mano a la boca, intentando aguantar la risa. Blossom apretó los puños con fuerza y estuvo a punto de girarle la cara, cuando Princesa volvió a hablar. —¿No te preguntas por qué estoy aquí, en una tienda para bebés? —sonrió de lado nuevamente, marcando los hoyuelos en su mejilla. La chica de ojos rosas alzó una ceja.

—No, ni me interesa saberlo, gracias.

—Estoy esperando otro hijo de mi Bricky. ¿No es una gran noticia?

Blossom directamente se volteó y se fue ignorando los gritos de la pelirroja llamándola y reclamándola por haberla dejado con la palabra en la boca de nuevo. Sus mejillas empezaron a arder, instintivamente cerró los puños emblanqueciendo sus nudillos y frunció el entrecejo arrugando la nariz, mientras caminaba rápidamente con la vista en el suelo.

Un pinchazo en el pecho y una bofetada mental.

¿Por qué se había sentido tan jodidamente mal y enfadada por lo que le había dicho esa mujerzuela? ¿Por qué sentía ganas de patearle el trasero y borrarle esa estúpida sonrisa suya de un puñetazo? Era una tonta, Blossom era realmente una tonta.

Pateó algunos postes antes de ir al laboratorio con un niño algo asustado contemplando el comportamiento de su mamá.

***

Holitaaas~ Bueno, espero que os haya resultado entretenido este capítulo, y muchas gracias a las personas que se atreven a dejar un review y leer hehe ;v; Perdonadme si veis alguna fallas en el argumento o en la historia en si, esto solo es un hobby que muy de vez en cuando me entretiene, por eso no estoy acostumbrada a escribir yvy

Aun así, ¡espero vuestras respuestas que me ayudan mucho para la imaginación, nos vemos pronto con el siguiente capítulo! 

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