Libre.
Sole no sabía cuanto tiempo llevaba sentada en el suelo de aquella habitación, lo que si sabía era habían pasado dos días luego de aquella espantosa noche.
Su celular no dejaba de sonar, tenía tantas llamadas de Gabriel, de sus hermanas, de su madrastra, no quería saber nada de nadie.
Luego de haberse ido con Gabriel habían llegado hasta su casa, el había querido que se quedara junto a el, pero ella simplemente no pudo, no quería estar cerca de nadie, así que aún en contra de sus deseos lo había abandonado.
Con los años había hecho tantas amistades, tantos colegas hoteleros que no le fue difícil conseguir una habitación lo mas lejana al lugar que había sido su hogar los últimos años, ahí se había ahogado en alcohol, sentía tanta furia con ella misma, quería olvidar por un rato quien era.
Un sonido fuerte y constante en la puerta fue lo que hizo que se levantara, no recordaba haber ordenado más alcohol, al abrir la puerta se encontró con tres pares de ojos que la veían con varios sentimientos fluyendo entre ellos, el principal, la preocupación.
-¡Sole! Al fin te encontramos...- Sonia fue la primera en entrar y abrazarla.
- Creímos que estarías en México o algo así.- admitió Marissa con la misma preocupación de su madre.
Gala fue la ultima en entrar, tenía tantas cosas que quería decirle y ninguna era positiva.
-¿Qué hacen aquí?-
-¿ Eso es lo único que tienes que decir?- dijo Gala con la barbilla apretada y los nudillos blancos por el control que trataba de no perder.
- El dueño de este lugar es viejo amigo de Marcelo, el fue quien lo llamó y le informó de tu estado...- dijo Sonia de manera condescendiente.
-¿Marcelo sabe que estoy aquí...?- preguntó Sole al borde del llanto.
- Si, el se preocupó mucho al escuchar que llevabas dos días metida aquí y bebiendo alcohol como si fueras un pirata...- dijo Marissa al ver el resto de botellas vacías en el suelo.
-¿Qué estás haciendo aquí, hija? - Sonia hizo que se sentara en la cama pues Sole parecía que se rompería en cualquier momento.
- El me pidió que me fuera...-
-¿ Y por qué pidió tal cosa?- quiso saber Gala furiosa.
- ¿No lo saben?- Sole no entendía nada.
- Marcelo ha sido muy discreto con el resto del personal sobre tu ausencia, sobre todo con tu hija...- dijo su hermanastra.
- Pero no con nosotras, no entiendo como pudiste hacerle eso Sole... Marcelo te ama, tienes una hija junto a el. ¿ Por qué volviste a enredarte con Gabriel?- Gala la veía sumamente decepcionada, como si fuera la misma niña de años atrás.
- No es lo que estás pensando, Gala...-
- Entonces explícame... ¿ cuanto tiempo duró tu aventura?-
-¡No fue una aventura!- gritó Sole cansada de ser tratada como una cualquiera.
- Hijas, tranquilas... debemos hablar con calma. Sole no estamos aquí para juzgarte, queremos que sepas que cuentas con nosotras...- Sonia quería poner paz entre las hermanas, parecía que todo aquello había revivido los problemas del pasado.
-Gala, ella no nos debe ninguna explicación. Su vida privada es solo de ella y en todos estos años ha demostrado ser una madre ejemplar, una mujer que siempre pone a su familia por encima de ella. Déjala en paz.-
Gala sabía que Marissa tenía razón, pero no podía entender como su hermana y su ex marido se habían vuelto a relacionar luego de tantos años, sentía que era un error nuevamente, pues de nuevo ese amor lastimaba a alguien inocente.
-¿Desde cuando?- insistió la pelirroja.
- Duró un año.- admitió Sole dejando perplejas a Sonia y a su hermana mayor.
- ¿ Terminó?- quiso saber la mayor.
- Al menos para mi, Gabriel está muy afectado y Marcelo ni se diga... canceló nuestro compromiso y me pidió que me fuera...- dijo Sole entrecortadamente.
- ¿ Qué pasará con el hotel? ¿Con tu hija?- Marissa sintió real preocupación, era injusto despojar a su hermana de todo aquello que le había costado mantener en pie por años.
- No lo se...- admitió Sole con angustia.- El me pidió permanecer con Alba un tiempo para poder conocerla bien y el hotel es lo que menos me importa.-
- No puedes quedarte siempre aquí, al menos podrías instalarte en la casa que teníamos en Roma...- propuso Gala incapaz de seguir viendo a su hermana en ese estado.
- Debes comer algo, arreglarte, parecer una persona. ¿ que le dirás a tu hija?- Sonia trató de hablar suavemente , pues la muchacha que estaba a su lado parecía solo una niña triste.
- Dios... no se que le diré a mi hija, ni siquiera se si podré verla a los ojos.-
-Eres su mamá, Soledad. Ella te ama y tu la amas a ella, lo que pasé entre Marcelo, Gabriel y tu no importa, ella es tuya.-
Sole abrazó con fuerza a su hermanastra, sabía que de todos era la única que la comprendía.- Siento tanta furia conmigo, nadie habría sufrido si hubiera detenido todo a tiempo...-
-Eres humana y todos cometemos errores, y los tuyos no fueron hechos con mala intención, fueron hechos en base al amor. Amaste a dos hombres, nadie puede culparte por eso.-
Sole respiró hondo, sabía que su familia tenía razón, debía ponerse en pie como siempre lo había hecho, debía hablar con su hija, abrazarla y darle tantos besos como fuera posible.
-Tienes razón, necesito que Alba me vea fuerte como siempre.-
- Que bueno es escuchar eso porque Alba te está esperando en la recepción.- dijo Gala un poco menos furiosa.
-¿Trajeron a Alba?- preguntó Sole entre sorprendida y molesta.
-¿Que esperabas? Tu hija no ha sabido de ti en dos días, no deja de preguntar por su mamá...-
-Gala, cálmate...- insistió Marissa.
- Tienes razón, yo igual muero por ver a mi hija...-
- Anda, ve y date un buen baño, trajimos algo de ropa para ti...-
Sole asintió y entró a la ducha, minutos después salió luciendo como una persona nuevamente, su familia le ayudó a arreglarse y en menos de lo que pudo notar se veía radiante como siempre.
Sole bajaba rápidamente las escaleras, seguida de sus hermanas y quien era una madre para ella, apenas entrar en la recepción la cabellera característica de su hija apareció, la niña sintió la mirada de su madre y al verla corrió hacia ella.
-¡Mamá!-
-Ven aquí mi vida...- Sole tomó a la niña en brazos y la apretó fuertemente .
- Mi papá dijo que habías salido de viaje, ¿por que no me dijiste nada?- quiso saber la niña enfurruñada.
- Fue algo de emergencia cariño...-
-¿Volverás hoy a casa con nosotros?-
-¿Nosotros?- preguntó Sole confundida.
- Con papá y conmigo... y mis tías y mi abuela...- Fue entonces cuando Sole notó a varios metros de distancia a Marcelo hablando con el dueño del hotel, su ex prometido escuchaba atento lo que el hombre le decía y su gesto era de evidente preocupación.
- Yo tengo que hacer otro viaje mi vida... tu estarás con papá unos días.-
-¿Estás enojada con papá?-
-¿Que? No mi amor, claro que no...-
-¿Entonces por qué te vas? Papá dijo que el se haría cargo del hotel y tu te quedarías conmigo, lo recuerdo bien lo dijo cuando volvió con nosotras...-
Sole sonrió por lo inteligente que era su hija, sin embargo tenía que seguir su plan pues a decir verdad, realmente necesitaba alejarse de todos, eso incluía a su pequeña pelirroja.
-Este será el último viaje, te lo prometo. Cuando vuelva tu y yo estaremos juntas como siempre...-
-¿Me lo juras?-
-Te lo juro...-
-¿Por el meñique?-
Eso hizo reír a Sole quien después de besar con cariño y de manera ruidosa las mejillas de su hija, unió sus meñiques en ese ritual sagrado para ellas.- Por el meñique, mi duende.-
A lo lejos Marcelo vio aliviado como la dueña de su vida estaba a salvo, tan hermosa como siempre, con esa ropa parecía más a la muchacha que había conocido años atrás. Un pantalón oscuro, una blusa verde que resaltaba más su pálida piel e intensificaba el color esmeralda de sus ojos y una chaqueta ligera de mezclilla, se veía tan joven y hermosa a la vez. El cariño que su ex mujer y su hija compartían era simplemente hermoso, un lazo formado por amor, el nunca podría romper eso, por mas que sus padres se lo aconsejaran, incluso Oli su fiel amiga le había sugerido algo así y a el le parecía simplemente aberrante, Alba era la luz de sus ojos, pero también lo era para Sole y el hecho de que ambos ya no fueran una pareja nunca sería motivo para apartarla de su hija, eso era algo que nunca permitiría.
-Me alegra saber que estás bien...-
Sole se estremeció al escuchar su voz, tan grave y profunda, al ver esos ojos azules e intensos como el mar en medio de una tormenta, todo el era arte y ella lo amaba, siempre lo haría.
- ¿Por qué no estaría bien?- quiso saber la niña aún en brazos de su madre.
- Porque tu mamá comió muchos dulces y le cayeron mal.- intercedió rápidamente Marissa.
- Es por eso que tu no debes comer tantas golosinas, angelito- Gala apoyo a sus hermanas en esa mentira.
La niña veía a todos buscando señal de mentira , pero el tener a sus papás juntos otra ves hizo que se olvidara del tema.
- Mi amor acompaña a tu abuela un segundo, debo hablar con tu mamá.- la niña abrazó fuertemente a su madre, detestaba que se fuera de viaje y no verla por días.-
- Ve con la abuela Sonia, nena. Tu papá y yo debemos hablar cosas de adultos...-
La niña acepto renuente y desapareció del panorama rápidamente.
Al estar solos nuevamente, Sole trató de no verlo a los ojos ni al resto de su cuerpo, era increíble como luego de solo 2 días alejados todo su ser lo extrañaba.
- La cuenta está saldada, ya podemos irnos de aquí...-
-¿Podemos...?- preguntó Sole con un atisbo de esperanza naciendo en ella.
- Gala me dijo que pasarás unos días en Roma, en la antigua casa de tu madre...-
Sole asintió con pesar, el seguía manteniendo esa postura, definitivamente había terminado con ella.- Tal vez esté ahí, aún no lo decido...-
-¿Irás más lejos?- quiso saber el sin poder disimular su interés.
- Roma está a solo 6 horas, eso no es lejos...- dijo ella divertida.
- Para tu hija eso es sumamente lejano...-
Sole asintió.- ¿ Crees que podamos hablar a mi regreso?-
-Ya estamos hablando.- dijo el sin sentirse capaz de escuchar detalles de aquella historia que seguía doliendo, más a cada segundo que estaba junto a ella.
-No. Tu hablaste, realmente no me escuchaste...-
- Sole, por favor. Es muy difícil para mi estar frente a ti sabiendo todo lo que pasó entre Gabriel y tu.-
Eso fue como una bofetada para ella, pero no se iba a dejar amedrentar.- Realmente no sabes nada...-
- No es el momento ni el lugar.- zanjó el.
Sole suspiró derrotada.- Tal vez tengas razón, debo dejarte en paz algunos días...-
- ¿Algunos días?- preguntó el con el corazón latiéndole a un ritmo peligroso.
- Es evidente que no me escucharás en estos momentos, ya hablaremos cuando vuelva... resulta ser que tienes razón en alejarme, yo en verdad necesito estar lejos de todos, estoy sumamente cansada, no han sido fáciles los últimos años, ¿sabes?-
Marcelo la escuchó más atento, por fin sentía que estaba siendo completamente honesta, hasta podría jurar que se veía mas ligera, solo las ojeras y la leve hinchazón en sus ojos denotaba algo malo, pero ella estaba comenzando a brillar como el deseaba.
-¿Qué necesitas? ¿Qué puedo hacer por ti?-
Sole estaba tan enojada con el, con ella misma, con la vida en general.
Estaba dispuesta a alejarse y poner en orden sus pensamientos, que se estaban tornando más confusos conforme pasaba más tiempo a su lado.
-¿Podrías criar a una niña tu solo? Y de paso asegurarte que el hotel siga siendo productivo y atractivo para el publico... y esperarme 5 años sin saber si volveré... ¿todo esto sin perderte en el camino?...-
Marcelo se quedó perplejo ante esas palabras que a pesar de haber sonado serenas, lo habían golpeado con la fuerza de un huracán.
- Sole, yo...-
Ella sabía que eso lo pondría a pensar en los próximos días, tal vez en su regreso el podría perdonar su error , no lo sabía. Lo que si sabía era que lo amaba y mucho e iba a extrañar estar lejos de el, así que sin importarle si la alejaba o no, lo abrazó con fuerza y se separó tan rápido que no le dio tiempo de reaccionar.
- Cuida mucho de mi bebé, ella y tu son mi mayor tesoro...- y sintiéndose más valiente para sorpresa de ella misma y sobre todo de el, lo besó. Fue un beso corto y fugaz, pero intenso y aún cuando ella se alejó el la siguió sintiendo en sus labios.
Fuera del hotel sus hermanas la esperaban con la niña que esperaba ansiosa la salida de sus padres.
-Aquí están las llaves de tu auto, tu bolso con tarjetas y pasaporte, las maletas están en el auto, buen viaje...- Marissa sabía que Sole necesitaba hacer ese viaje, así que la abrazó con fuerza deseándole de corazón que hallara respuestas.
-Gracias hermana.-
-Ayudaremos a Marcelo a cuidar a la niña en lo que el se pone al corriente con el hotel, así que vete tranquila cariño.- Sonia veía con tristeza a la muchacha, en el fondo rogaba porque aquello no terminara como su matrimonio con el padre de las chicas.
-Me mantendré en contacto todo el tiempo, no quiero que estén preocupadas...-
-¿Podré dormir más tarde?- preguntó Alba rápidamente.
Sole se puso en cuclillas para estar a la misma altura de su hija y la abrazó fuertemente.- Te voy a extrañar mi amor, y no, no puedes dormir tarde. Papá estará a cargo hasta que yo vuelva, así que pórtate bien y cuídalo mucho ¿ si?-
- Esta bien, voy a cuidar a papá.-
Sole abrazó una vez más a su pequeña y después abordó su Nissan versa y partió sintiéndose un poco más en paz, era hora de encontrarse , de escuchar su corazón, de buscar paz y sabiduría para remediar los errores que había cometido.