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Mi luz en la oscuridad.

Días habían pasado de su operación, se encontraba de nuevo en Villa Nascosta.

Marcelo había tenido que salir para asistir a unas conferencias anuales de hoteleros y antes de irse la había dejado al cuidado de una enfermera que el conocía muy bien, apenas dos días después la jóven le había llamado anunciándole su despido, confundido envió a otra chica de la misma agencia, pocos días después sucedió lo mismo, preocupado decidió regresar a su hogar, ahí lo recibió una preocupada Olimpia.

- Me aseguré de que comiera pero no me deja revisarla, incluso me pagó en efectivo, lo siento Oli no puedo hacer más por ella y debo irme...- Olimpia trataba de convencer a la enfermera de no irse, era la tercera que Sole despedía.

- Vamos Alina no puedo contratar a otra, no te vayas...- la mujer sintió pena por la chica, pero si ella no dejaba que la atendieran era muy difícil cuidarla.

- Trataré de enviar un reemplazo, no puedo hacer más.- Marcelo había escuchado todo atentamente.

- Que sucede Olimpia porque se están marchando las enfermeras de Sole?- Olimpia maldijo en su interior, el se enojaría era un ogro con todo lo que tuviera que ver con Sole.

- Que haces aquí no deberías estar en Roma?-

- Responde lo que pregunté...- la enfermera decidió intervenir asumiendo que el era el tutor de la muchacha.

- La señorita no ha dejado que limpiemos sus heridas, nos ha estado despidiendo, nos paga en efectivo y nos pide que nos vayamos...-

- Pero de esa operación han pasado días, puede haber una infección...- Marcelo se preocupó realmente, era algo muy serio.

- Lo sé señor, pero la muchacha no nos deja acercarnos y así no puedo trabajar.-

- Venga conmigo, ahora mismo la atenderá...- Olimpia camino tras ellos preocupada, Sole era necia, muy terca a la hora de no permitir que la cuidaran, pero ella no conocía a Marcelo enojado, eso se iba a poner feo.

Marcelo golpeó con una calma engañosa la puerta de Sole, la enfermera y Olimpia compartían una mirada que expresaba la preocupación por ver a esos dos seres enfrentarse.

- Oli ya cené y no necesito nada más...-

- Abre la puerta Sole, debemos hablar.- un silencio invadió el lugar y Marcelo se preocupó más si era posible.

- Estoy cansada, mañana hablaremos...-

- Abre la puerta ahora Sole.-

- Marcelo vete, quiero estar sola...- Marcelo apoyo su frente en la puerta, habría preferido que ella no conociera esa parte de él, pero como se lo había prometido no iba a dejarla sola aunque ella lo pidiera.

Sacó una llave maestra que usaba en casos de emergencias y abrió, Sole se encontraba sentada en la cama dándole la espalda, al sentirlo entrar lo miro sorprendida y algo avergonzada, desde que había salido del hospital no había dejado que nadie la viera, era muy duro no tener esas partes de su cuerpo, ni siquiera ella podía verse y mucho menos dejaba que los demás la vieran, las enfermeras habían tratado de limpiar esa zona pero ella no las dejaba, Marcelo la miró molesto y ella no se dejó asustar.

- Me han dicho que no dejas, que no permites que te limpien, tienes idea de lo peligroso que eso es?- Sole se puso nerviosa con su cercanía.

- No las necesito puedo hacerlo yo...-

- Perfecto entonces tú te has hecho las curaciones?- Oli y la enfermera negaron como si les hubiera preguntado a ellas.

- Marcelo sal de aquí por favor y llévatela no quiero a nadie aquí...-

Amor bajo llave.Where stories live. Discover now