Amor bajo llave.

39.

Incertidumbre
Parte 1.

El grito de Alba alarmó a Sole, esta abrió la puerta y entró seguida de sus suegros y el doctor Federico.

- Que pasa cariño?- la niña la miró con la sonrisa más radiante que le pudo dedicar.

- El príncipe despertó mamá y te llamó el dijo tu nombre!- El corazón de Sole se detuvo, se quedó muda y las piernas se volvieron torpes y flojas como gelatina.

- Que...?-

- Vez hasta donde ha llegado tu mala influencia, ahora la niña miente!- El suegro de Sole veía molesto la escena, pero ella decidió ignorarlo por un momento.

- Federico crees que sea posible...?-

- Dame unos momentos, debo revisarlo...-

- Claro, ven aquí Alba dejemos que Federico trabaje...- la niña se negó a soltar la mano que ya había perdido la fuerza de su agarre.

- Y si vuelve abrir los ojos y no estamos?- Federico acarició la cabellera rojiza con cariño.

- Si el despierta serás la primera en saberlo, yo mismo iré a buscarte.- la niña sonrió conforme y caminó hacia su madre.

Largos minutos pasaron, Sole cargo a su hija en brazos y la abrazó tratando de calmar su acelerado corazón.

- Sole...-

Como si se hubieran dirigido a ellos los suegros de Sole también se pusieron de pie, Federico regresó con una cara que ella ya conocía, con el pasó de los años se había acostumbrado a falsas esperanzas y la decepción era algo que ya no dolía igual.

- Nada verdad?- preguntó ella ya conociendo la respuesta.

- Nada .- dijo Federico.

- Mamá no mentí, todo eso pasó...- Sole besó a su hija en la mejilla, ella era pequeña e inocente, creía en cuentos de hadas así que no era difícil creer que su imaginación era la culpable de aquello.

- Y yo te creo amor...- Sin embargo sus suegros ya no tenían paciencia para ese tipo de cosas, habían sido unos largos años con el dolor de saber que su hijo nunca volvería.

- Ya basta de fomentar esto, no vez el daño que causa en nuestra nieta?-

- Señor no es el momento ni el lugar para tener esta conversación...-

- Vámonos Grace, la próxima vez que sepas de mí será por nuestros abogados.-

La señora se levantó y siguió a su esposo no sin antes mirar a la muchacha con los ojos vidriosos por un segundo ella también había creído que su hijo había vuelto.

- Estarás bien?- preguntó Federico.

- Sí, no es la primera vez que me amenaza...-

- Debes entender lo que ellos sienten y considerar que tal vez es hora de terminar con esto...-

Por la madrugada, Sole observaba a su hija dormir, su cabello rojizo esparcido en la almohada era hermoso, su nariz era igual a la de Marcelo junto a sus ojos, sin embargo también era muy parecida a su difunta madre, una combinación hermosa de dos seres que ya no estaban con ella.

- No sabes lo que yo daría por regresarte a tu padre... pero estoy empezando a creer que tienen razón y debemos decirle adiós...-

Decir esas palabras en voz alta había sido sumamente doloroso, incapaz de seguir viendo a su pequeña mientras esa idea se hacía cada vez más posible, decidió salir y caminar un poco, la arena bajo sus pies, su suavidad la relajó un poco, algo alejada de casa se sentó a disfrutar la brisa marina.