Narrador Omnipresente:
La recuperación de Alis fue inmediata, como dijo ella no fue nada grave, los golpes que recibió simplemente le pillaron por sorpresa.
Pasaron algunas semanas más, y se podría decir que Dazai empezaba a decir que Alis engordaba, ella no le hizo ni caso, quería ver cuánto tardaría el joven detective en saber de su embarazo, en cuanto a Lilith, ella estuvo actuando como si fuera la hija de estos dos.
Se la pasaban hablando y divirtiéndose como una familia, aunque algo aterrador parecía acercarse.
_Y luego me choqué con ese niño, era muy malo, no me pidió disculpas y eso que lo hice yo -dijo con un puchero- a que es malo Onii-san -refiriéndose a Dazai-
_Muy malo
_Por cierto, ¿Nee-san y tu estáis casados?
_¿Mmn? No, ¿por qué lo dices?
_Eso -apuntó al anillo del mayor-
_Oh, esto sirve para saber donde nos encontramos cada uno, es un signo de amor -sonrió tontamente-
_Parece más bien acoso -dijo la menor-
_¿Tu crees? -dijo con sorpresa fingida- ahora me toca preguntarte algo a ti, ¿por qué siempre llevas ese conejo de felpa contigo además de vestidos blancos?
_¡No llames conejo de Felpa a Chisa! Y Chisa piensa que me queda bien los vestidos blancos
_Oh, ya veo
El castaño se quedó perplejo, pero siguió caminando con la pequeña Lilith hasta un parque, sus sospechas hacia la niña seguían ahí y pensaba poder descubrir porque esa sensación de mal estar al pasar tiempo con la pequeña.
Pero nada, parecía ser una niña normal y alegre, demasiado normal y sospechoso para Dazai.
_Con Alis-nee-san me divierto más, ella juega conmigo -infló sus mejillas mirando a Dazai- me compra helado y no me mira con cara de tonto
_¡Oye! -dijo un poco indignado-
La niña le sacó la lengua para después salir corriendo. El mayor la miró, para después negar y correr en busca de la niña.
Así pasaron los días y como no, las bromas sobre la panza de Alis por parte de Dazai no paraban, aunque apenas se notase que llevase 2 meses. Un día de la nada, la agencia recibió una especie de invitación para ir a un lugar, concretamente a un viejo almacén, de la agencia solo fueron 5, Alis, Dazai, Kunikida, Tanizaki y Atsushi, y también Lilith fue por petición suya, Alis se negó, pero pudo que la niña la seguiría si fuera necesario.
Para su sorpresa se encontraron a Chuuy, Akutawaga, Gin, Hirotsu y Higuchi en el lugar también, estos dos bandos pensaron que fueron ellos los que lo citaron, pero de un momento a otro, llegó Fitzgerald acompañado de Louisa.
Todos se miraron entre ellos, esperando a que alguien empezase a hablar.
Pero Lilith se puso en el centro de los dos bandos y sonrió.
_Me alegra de que hayan venido todos
_¿Fuiste tu la que envió esas cartas? -alzó la ceja incrédulo Chuuya-
_Hai, muchos de ustedes queréis esto -del conejo de felpa saca un libro-
_No me digas que esa es la novela -dijo impresionado Dazai-
_¡Bingo! -sonrió- aunque como en todas las leyendas, algo debe de estar mal
_Y eso es...
_Esta novela -la enseñó- es simple decoración -lo tira al mar que estaba al lado-
Yo soy quien concede los deseos. En principio el bando de Guild estuvo buscando al tigre -apuntó a Atsushi- por su resplandor, normalmente aparecería sólo delante de él.
Pero me pareció una persona aburrida -suspiró- Así que de todos los presentes, elegiré a alguien -sonrió abiertamente-
Todos seguían mirando la escena incrédulos, ¿elegir a alguien? ¿En qué estaba pensando la niña?
Además de que había citado a las personas, tal vez, más temibles de Yokohama.
Se podía ver la tensión en el aire, poder hacer cualquier deseo realidad era algo... Simplemente que todos deseaban.
_Así que ahora, os dejaré elegir quien tendrá el honor de tener tres deseos
Continuará_