Capítulo 10
Mi alarma sonó en la mañana, la apagué y me levanté. Fui al baño y tomé una ducha.
Una vez en mi habitación, me coloqué unos jeans tobilleros y una blusa fresca, unas sandalias planas y bajé. Mamá estaba haciendo mi desayuno.
-puré de papas y queso derretido-. Dijo sonriéndome.
-delicioso. Tengo clases en un rato, Cole viene por mí.
-¡qué raro!-. Sonreí.
A las 9:00 am subí por mi bolso donde tenía las cosas del ballet.
Cuando bajé de nuevo, mi padre estaba en la cocina dándole un beso apasionado a mamá. Vi la escena por un rato encantada. Ellos brotaban amor y yo no sabía cómo agradecer por eso. Aclaré mi garganta interrumpiendo el hermoso momento.
-aguafiestas-. Dijo mi madre sacando la lengua.
-buenos días, bebé-. Mi padre se acercó a mí y besó mi frente.
- hola, papi.-. Mi celular sonó y era Cole.
-hola-. Contesté sonriendo.
-baja, quiero verte ya-. Sonreí.
-ya bajo-. Dije y colgué.
Mis padres bajaron conmigo. Cuando estuvimos en la planta baja, vimos a Cole con un hermoso ramo de rosas rojas.
-¡qué hermosas!-. Dijo mi madre.
-son para ti, Susan-. Dijo Cole entregándoselas.
-¿para mí?-. Preguntó sorprendida
-sí. Ya era hora de agradecerte por haber traído al mundo a Blake.
-oh, Dios. Eres un amor, Cole. Gracias-. Mi madre tenía destellos de lágrimas en sus ojos.
Papá y yo veíamos desde un lado. Cole se acercó a mi padre y le tendió la mano, mi padre lo abrazó.
Entramos a su auto y me dio un beso largo y profundo.
-fue un gesto hermoso, gracias-. Sonrió.
Me llevó a Ballet Academy y aun no eran las diez. Me cambié y comencé a practicar sola. Cole tenía trabajo y se había ido. Vendría a buscarme.
Las chicas comenzaron a entrar y las saludé. Eran buenas chicas y me caían excelentes.
-¿Qué usaran mañana?-. Pregunté cuando las tres hermosas bailarinas estuvieron junto a mí.
-yo iré de hada-. Dijo Anna, la rubia.
-yo de ladrona y Rachel de Barbie. ¿Tú?-. Preguntó Nanny
-se verán estupendas. Yo iré de Mrs. Increíble-. Dije sonriéndoles.
-lo máximo-. Dijo Nanny-. ¿Cole será mr. Increíble?
-sí. Mamá y papa irán de Duff-. Rieron. Las había llevado a mi casa a almorzar con mis padres y los amaban.
Comenzamos la clase con nuestro himno: suite de Bach, Prelude.
Antes de mediodía, Cole estaba viéndome bailar.
-clase finalizada. Estuvieron estupendas-. Dijo la esbelta morena que era nuestra profesora.
Cole se acercó a mí y me dio un beso en los labios. Inclinó mi espalda sosteniéndome en sus brazos y besó mi cuello. Escuché silbidos de mis compañeras.
-sexi, guapo y enamorado. Que suerte, B-. Rachel estaba junto a las chicas quitándose sus zapatillas. Sonreí
Fui a cambiarme y salí. Cole me esperaba en las sillas que había en el salón.
Fuimos a por comida mexicana, luego a Little Apple Brewing Company a por cerveza y tomamos una que otra.
-¿nos vamos?-. Preguntó. Asentí.
-¿Qué harás en la noche?-. Volvió a preguntar
-quedé con Ro a salir un rato-. Dije hipando
-bien. Tengo que trabajar hasta tarde hoy. Mañana no iré a trabajar. Si necesitas algo, sólo llámame.
-entendido-. Dije asintiendo.
-te llevaré a casa. No nos veremos hasta mañana. Te voy a extrañar.
-yo a ti, mi amor-. Lo besé.
Yo 3:40 pm
“¿sigue en pie la cena?”
Ro no contestó. Debía estar en clases.
Fui a mi cuarto y me recosté en la cama, sin darme cuenta, me quedé dormida.
Cuando desperté, en mi cama había alguien más. Vi a Ro durmiendo profundamente a mi lado. Tenía su pierna derecha encima de las mías.
-Ro-. Dije susurrando
-hola-. Susurró también-. Llegué y te vi durmiendo, me recosté y caí. ¿Qué hora es?
-6:40-. Dije mirando el reloj que había en mi pared.
-entonces subiré, me baño, cambio y bajo.
-hecho. ¿A dónde vamos?
-no sé. Algo se nos ocurrirá-. Le sonreí
A las 7:30 mi hermosa mejor amiga estuvo lista por mí.
Llevaba un short con flecos, blusa de algodón y zapatillas de 10 cm… no podía estar más alta.
Yo opté por un jean, blusa sin mangas y botas de cuero con tacón.
-hermosas. ¿Llegaran tarde?-. Mi mamá estaba en el sofá con mi padre.
-no sabemos aún. Yo te llamo-. Le dije sonriendo
Salimos y caminamos a la deriva. Ro se detuvo en un puesto de perros en una esquina. La miré.
-tendremos una buena sección de gimnasio si hacemos esto-. Dije caminando al carrito
-2 extra deliciosos-. Dijo Ro leyendo el pequeño menú que nos dio el dueño del carrito.
Éste nos miró y sonrió.
-no parecen andar comiendo comida chatarra-. Nos sonrió.
-una vez al año…-. Comencé
-no hace daño-. Finalizó Ro.
-me caen bien-. Dijo el señor.
-es un placer-. Dijo Ro.
Comimos nuestros perros con extra mostaza y terminamos todo.
-mañana es el gran día-. Ro estaba emocionada.
-lo sé. No paras de decirlo-. Rió
-bien, ya. Hagamos algo más.
Pagamos y dejamos $10 dólares de propina.
Fuimos a un bar cerca de la Quinta Avenida y pedimos cocteles.
-hablé con Andy acerca de Lucy-. Dijo de repente. No dije nada y siguió-. Sabes sobre el pasado de Cole, pero no tienes que preocuparte. Él está enamorado de ti y ella es sólo una resentida de la lista.
-no me preocupa ella-. Dije sincera
-así se habla-. Me abrazó-. ¿Bailamos?
En la pista, bailamos solas. Ro me gritó por encima de la música que le daría una esclava de diamantes a Andy. Sonaba fantástico. Cole ya había puesto el club, las bebidas y el buffet. Faltaba yo.
-¿un día de spa?-. Grité por encima de la música.
-no.
-viaje a las vegas con casino incluido.
-no.
-mierda-. Grité.
-no le des nada, cariño. No se molestará por eso.
-lo tengo-. Grité de nuevo-. El concierto de Coldplay el día antes de Halloween
-sí-. Gritó ella esta vez-. Pero vez con Cole también.
-hecho.
Después de unos cocteles más, dos chicos se acercaron a nosotras. Hice un gesto de disgusto al barman para que nos ayudara y éste entendió. Los despachó y nos dejaron en paz.
–Gracias-. Susurré. Asintió.
Pagué y nos fuimos. Ro se quedó esa noche conmigo. Durmiendo abrazada a mí como le gustaba.