- Me parece bien que leamos uno más antes de cenar querida - me dice Molly devolviendome el libro.
- Abuelo, leelo tú... va a gustarte - le digo pasandole el libro.
- Sorpresa en Navidad - lee con una ligera sonrisa.
- Suena divertido - comenta mi abuela.
- Fue mi primera Navidad con los Gryffindor y fue una de las mejores que he tenido - les dice Harry con una sonrisa.
- Con más razón quiero escucharla - le dice su madre.
Harry parecía bastante aturdido, mientras que lo ayudé regresar al sótano de Honeydukes, atravesamos el pasadizo y entramos en el castillo. Lo único que sabía era que el viaje de vuelta pareció no habernos costado apenas algo de tiempo.
¿Por qué nadie le había explicado nada de aquello? Dumbledore, Hagrid, el señor Weasley, Cornelius Fudge... mi padre ¿Por qué nadie le había explicado nunca que sus padres habían muerto porque les había traicionado su mejor amigo?
Con Ron y Hermione observamos intranquilos a Harry durante toda la cena, sin atrevernos a decir nada sobre lo que habíamos oído, porque Percy estaba sentado cerca. Cuando subimos a la sala común atestada de gente, descubrimos que Fred y George, en un arrebato de alegría motivado por las inminentes vacaciones de Navidad, habían lanzado media docena de bombas fétidas.
Harry, que no quería que Fred y George le preguntaran si habíamos ido o no a Hogsmeade, se fue a hurtadillas hasta el dormitorio vacío y abrió el armario. Lo observé en silencio.
Echó todos los libros a un lado y rápidamente encontró lo que buscaba: el álbum de fotos encuadernado en piel que Hagrid le había regalado hacía dos años, que estaba lleno de fotos mágicas de sus padres. Se sentó en su cama y me hizo un gesto para que lo acompañe y comenzó a pasar las páginas hasta que...
Se detuvo en una foto de la boda de sus padres. Su padre saludaba con la mano, con una amplia sonrisa. El pelo negro y alborotado que Harry había heredado se levantaba en todas direcciones. Su madre, radiante de felicidad, estaba cogida del brazo de su padre. Y allí... aquél debe de ser. El padrino.
- Al menos sabemos que hay pruebas que James consiguió casarse al fin - comenta Sirius para bromear.
- Si él fue tu padrino, espero, no... exijo haber sido la dama de honor - agrega mi madre al ver que su amiga está sonrojada.
- Creo que sería una mala idea de que ustedes intenten ser cuñados - les dice Lily.
- Hablaremos de tu boda Lily luego de que esto termine - le dice mi madre.
- Aún no salgo con James y también tendríamos que hablar de tu boda con mi amigo.
- No se preocupen que nuestras abuelas sabrán ayudarlas - les dije a ambas - Y ya tendrán experiencia para ayudarme con la mía.
Si no hubiera sabido que era la misma persona no habría reconocido a Black en aquella vieja fotografía. Su rostro no estaba hundido y amarillento como la cera, sino que era hermoso y estaba lleno de alegría.
- Gracias sobrina, sabes apreciar el bien arte.
- Veremos si envejecen como mi padre, a él apenas se le nota.
- Voy averiguar su secreto.
- Es la genética - le responde Al - Mamá luce casi igual a la de nuestro tiempo.
- Suertudos.
- Harry, no tengo palabras después de lo que escuchamos, pero no estás solo en esto - le dije tomando su mano - Mañana saldremos de aquí e iremos a casa y podrás despejarte - besé su mejilla antes de levantarme - Intenta descasar.
-Harry..., tienes un aspecto horrible - le dijo Hermione preocupada.
Seguro no había podido pegar el ojo hasta el amanecer.
-¿Dónde está todo el mundo? - preguntó Harry
- ¡Se han ido a desayunar antes de haya que tomar el tren! Hoy empiezan las vacaciones, ¿no te acuerdas? - preguntó Ron, mirando a Harry detenidamente.
Harry se sentó en una silla al lado del fuego. Al otro lado de las ventanas, la nieve seguía cayendo. Crookshanks estaba extendido delante del fuego, como un felpudo de pelo canela.
- Es verdad que no tienes buen aspecto, ¿sabes? - le repitió Hermione, mirándole la cara con preocupación.
-Estoy bien - dijo Harry sin mirarla.
-Escucha, Harry - le dijo Hermione, cambiando con Ron una mirada - Debes de estar realmente disgustado por lo que oímos ayer. Pero no debes hacer ninguna tontería.
- ¿Como qué? - le preguntó Harry volteando a verla.
- Como ir detrás de Black - le dijo Ron, tajante.
Ambos nos damos cuenta de que habían ensayado aquella conversación mientras estábamos dormido. No dijo nada.
- Si saliste como Lily, te estabas preparando para explotar - le dice mi madre.
- Un poco si...
- Deberías ser más paciente, tus amigos estaban preocupados por ti - le dice Lily.
- Estaba abrumado y no había dormido bien...
- No lo harás. ¿Verdad que no, Harry? - dijo Hermione.
-Porque no vale la pena morir por Black - agrega Ron.
Harry los miró. Cómo si no entendieran nada.
-¿Saben qué veo y oigo cada vez que se me acerca un dementor? - Ron y Hermione negaron con la cabeza, con temor -. Oigo a mi madre que grita e implora a Voldemort. Y si ustedes escucharán a sus madre gritando de ese modo, a punto de ser asesinada, no lo olvidarían fácilmente. Y si descubrieran que alguien que en principio era amigo suyo la había traicionado y le había enviado a Voldemort...
- No puedes hacer nada - dijo Hermione con aspecto afligido - Los dementores atraparán a Black, lo mandarán otra vez a Azkaban... ¡y se llevará su merecido!
- Ya oyeron lo que dijo Fudge. A Black no le afecta Azkaban como a la gente normal. No es un castigo para él como lo es para los demás.
- Entonces, ¿qué pretendes? - dijo Ron muy tenso - ¿Acaso quieres... matar a Black?
- No seas tonto - dijo Hermione, con miedo - Harry no quiere matar a nadie, ¿verdad que no, Harry?
Harry vuelve a quedarse callado.
- Yo creo que lo mejor será que bajemos a desayunar antes de que perdamos el tren - les digo cambiando de tema.
- Harry, por más dolor que sientas no puedes pensar en arriesgar tu vida de esa manera - le dice su abuela.
- Lo sé, pero todo me tenía tan confundido y soñaba escuchando esos gritos - le responde él.
- En tu lugar hubiera salido en ese momento a buscarlo - le dice J.S y lo miro sorprendida. - Te amamos mamá y si alguien te haría daño no nos quedaríamos en la banca.
- Yo preferiría que si lo hicieran, mi vida no significaría nada si me falta alguno de ustedes - le respondo - Son situaciones diferentes y si algo me pasará tu padre y tíos sabrían que hacer.
El desayuno pasó en silencio y algo tenso. El tren estaba lleno de alumnos, al parecer todos queríamos regresar a casa, creo que era debido a los dementores. Con Harry nos sentamos del mismo lado y al cabo de una hora se quedó dormido, bajo la atenta mirada de nuestros amigos.
- Estamos preocupados Hannah - me dijo Hermione, luego de unos minutos.
- Lo sé, yo también lo estoy - le respondí suspirando - pero conocemos a Harry, no hay que presionarlo y sí, tengo en cuenta lo impulsivo que es.
- Tememos que vaya por Black - me dijo Ron.
- Si lo hace, sospecho que no estaremos lejos - le dije y sus pálidos rostros por más temerosos que se viera ahora, sabía que no darían un paso atrás.
- Me disculpo por haberlos preocupado - nos dice Harry.
- Fue una costumbre que íbamos rotando entre los cuatro, así que no te preocupes - le dice Ron.
- Y aún con miedo, no iban a retroceder, eso es admirable pero no deberían llegar a ese extremo a esa edad - nos dice mi abuelo.
- No buscamos que nos pasara las cosas de esa manera.
El resto del viaje pasó con conversaciones monótonas. No queríamos despertar a Harry. Cuando ya estábamos cerca de llegar, despierto a Harry, que lucía un poco mejor que esa mañana.
- Ya estamos por llegar.
Nuestros padres estaban hablando a un costado del andén, cuando lo atravesamos. La señora Weasley fue la primera en abrazarnos, sobretodo a Harry. Me sorprendí al ver que mamá no estaba allí. Papá nos sonrió y luego nos despedimos de todos en la estación.
- ¿Dónde está mamá? - le pregunté en camino a casa.
- En casa, no está muy bien como para salir, el doctor le recomendó reposo - me respondió - Pero conoces a tu madre, no hace mucho caso y está preparando comida como para alimentar a todo Hogwarts.
- Ves, lo de no hacer caso también lo herede de ti - le digo y me responde riendo.
- Vamos cincuenta/ cincuenta con tu ancestro - me responde ella y hace reír a Godric.
- Está niña nos superó a todos - le responde él.
- La niña los está escuchando - les digo a ambos.
- Lo sé cariño, lo que me parece raro es que esté enferma - me responde ella - Y que acceda a quedarme en casa.
- Es cierto, tu madre debía poner llave en tu puerta para que no salieras a jugar - comenta Lily - Por eso me parece raro.
- Mamá está bien y todo lo que nos cocino estaba delicioso - les digo divertida.
- Imagino que sí, pero ya quiero verla, la extraño.
- Ella esta igual, los extraña mucho a ambos - dijo papá - Así que... les aviso por si no quiere soltarlos cuando los vea.
Era la primera vez en el día que vi sonreír a Harry y tampoco se me escapó el detalle de que papá sospechaba que ocultabamos algo.
Al llegar, lo ayudamos a bajar los baúles y las jaulas. Dentro de la casa se sintió el delicioso aroma de comida recién hecha y en menos de que me diera cuenta, mi madre nos abrazó a ambos y besó nuestras frentes.
- Los extrañe muchísimo - nos dijo dando un paso atrás - Estuve muy preocupada, están muy delgados... vamos hora de comer.
No nos dio tiempo para decir algo, había algo en ella que la hacía lucir diferente, de manera positiva.
- Estabas más radiante, no parecias alguien que estuviera enferma - les explico.
- A mí me encanta escucharte tan maternal querida - le dice mi abuela haciéndola sonrojar.
- Y con ambos, gracias por eso Marlene - le dice James - Hicimos bien en elegirte como su madrina.
- Te estas ganando rápido mi aprobación. - le dice ella.
- Y tú la mía con Freddy.
Nos llenó los platos, hasta el límite del desborde, no nos quejamos, ninguno de los dos almorzó en el tren y estábamos hambrientos.
- Lamento mucho no haber ido al partido - nos dijo mamá.
- No te preocupes tía, el clima estuvo muy feo y perdimos - le respondió Harry omitiendo que ambos salimos en camillas.
- Estoy al tanto de esas cosas, es lo único que me convenció para que me quede - dijo frunciendo el ceño - También me molestó lo sucedido, pero lo bueno es que están bien.
- Dumbledore ya no los deja pisar el castillo - le aseguro.
- Más le vale, nadie se mete con mis niños - dijo mamá.
- Ya les deje en claro, que no necesitas una varita para expandir temor - le dijo papá bromeando - ¿Me trajiste dulces?
- Sí papá, todos los que me pediste en la última carta - le dije y sonrió emocionado.
- ¿Y tu como estas Harry? - le preguntó mamá - ¿Estás muy callado cariño?
-Estoy bien, de duelo por mi escoba - le dijo aunque sabía que no estaba siendo del todo honesto - Y no me agradan los dementores.
-A nadie les gusta - dijo papá.
- Serán buenos padres...
- Los mejores - le afirma Harry a Remus.
- Ustedes siempre nos dicen que los tuvieron como ejemplo a ellos y a los Weasley para educarnos - nos dice Teddy.
- Pues ellos y la familia Weasley nos criaron a los cuatro - le respondo.
- Me alegra saber que somos tan importante para ustedes - me dice Molly.
- Han sido increíble con nosotros, siempre - le responde Harry - Su casa también era nuestro hogar, siempre nos hicieron sentir así.
Pasamos el resto de la cena hablando acerca de nuestros amigos y de las clases. Harry se retiró primero, con la excusa de querer ducharse antes de irse a dormir. Ayudé a mamá a limpiar todo y luego papá me llamó para que hablemos en su estudio. Al entrar cerró la puerta y puso un hechizo para que no escuchen desde afuera.
- Hannah, ¿qué sucede? - me preguntó mientras que tomamos asiento - Noto a ambos diferentes, sobretodo a Harry.
-Sirius Black, eso sucede - le dije sin darle rodeo al asunto - Ayer, los cuatro, escuchamos una conversación de varios profesores con el Ministro... ¿Por qué no nos dijiste que era el guardián de su familia? ¿O qué es su padrino? Todo lo que escuchamos, ha sido bastante duro para él.
- No lo sabía, no me es fácil conseguir información de él si todos saben que fuimos amigos en el colegio - me dijo.
- Pues debes hablar con él y decirle lo que piensas, porque conozco a Harry y por como se siente, cometerá alguna locura.
- Bien, hablare con él mañana.
- No papá, te pido que hables con él ahora - le dije firme.
- Está bien, ve a buscarlo.
- No te dejaban las cosas fáciles Freddy - le dice Sirius.
- Lo que no entiendo porqué no me buscaste para ayudarte - le responde - Sabes que te hubiera escuchado antes de juzgarte.
- No te hubiera involucrado en algo así y menos si tenías esposa y una hija a la que cuidar - le dice él.
- Ambas lo hubiéramos apoyado - le dice mi madre - A demás, Hannah ya estaba bastante involucrada.
- Bien, si llegó a tener problemas con la ley llamo a los Meroadores y sus esposas - le responde él y frunce el ceño al ver a Remus - A mi sobrina no la verás hasta que cumpla su mayoría de edad.
- Por Merlín Sirius... - protesta Remus.
- Quiero nacer - le dice Teddy para seguir bromeando.
Le respondí con una sonrisa y salí a buscarlo. Lo encontré en la cocina, bebiendo un vaso de agua, listo para irse a dormir.
- Potter, ¿Puedes venir un momento? - le pregunté - Mi padre quiere hablar contigo.
- Claro.
Me siguió hacia el estudio y nos sentamos delante de mis padres.
- Bien, Harry... quiero hablarte acerca de Sirius Black - al decir eso, Harry volteó y me miró - Ella sabe lo mismo que vos y tal vez un poco más... Quiero dejar en claro que hace muy poco que me entere que él es tu padrino y debí suponerlo. James y Sirius, fueron los mejores amigos más inseparables que he conocido hasta ahora, con respecto a ustedes...
- Pero él los traicionó...
- Sí lo dijeran de cualquier otra persona lo creería enseguida, pero no puedo hacerlo con Sirius, él jamás dudaría en dar su vida por tu padre, prácticamente, eran hermanos separados al nacer - le dije con calma, noté que Harry se tensaba al escuchar eso y tomé su mano - He hablado con viejos conocidos del Ministerio acerca de su caso y averigüe que lo encerraron sin hacerle un juicio o que usen la poción de la verdad. Él no ha tenido la oportunidad de defenderse y eso no me cuadra.
- ¿Crees que él es inocente? - dijo Harry y apretó un poco su agarre.
- La familia Black es una de las más antiguas y purista que exista, pero Sirius era diferente, él jamás creyó algo de eso y fue el primero y el único que fue selecto para Gryffindor. Te puedo asegurar que él es inocente y he estado buscándolo para escuchar su versión de los hechos antes de juzgarlo.
- ¿Y si en verdad es culpable? - le preguntó con más calma.
- Si es culpable, con todo el dolor de mi corazón, me encargaría personalmente en llevarlo a Azkaban - le respondió con honestidad - Pero... ¿Y si es inocente?
La pregunta de papá lo dejó callado, lo pensó un momento y suspiró más relajado.
- Si es inocente... lo ayudaré a buscar el verdadero culpable para limpiar su nombre y dejaría que forme parte de mi vida - le respondió igual de honesto.
- Freddy es una suerte que aún teniendo al mundo en mi contra, te tengo de mí lado - le dice Sirius.
- Lo hubiera hecho por cualquiera de ustedes tres.
- Espero que no se metan en ese tipo de problemas - le dice la Señora Potter - Pero gracias querido por contener a Harry.
- Es un buen chico, voy entendiendo porqué lo tuve que aceptar como yerno.
Su respuesta nos hace reír.
- Con esta charla quiero que entiendas que no seas imprudente y piensa antes de actuar - dijo papá.
- Lo haré tío Frederick - le aseguró - ¿Quiénes más eran sus amigos?
-Bueno... los míos eran James, Sirius, Remus y Lily - le respondió enseguida con una gran sonrisa - Pero el grupo de amigos más cercanos a tu padre eran Sirius, Remus y Peter.
-¿No te llevabas bien con Peter?
- No hablábamos mucho y no lo sé... no me sentía demasiado cómodo con él, pero era amigos de ellos así que no dije nada y lo toleraba - dijo papá - Ya es tarde, vayan a descansar.
- Debiste habernos dicho, pero... te entiendo - le dice James - No esperaba semejante traición de alguien que consideraba un amigo cercano.
- Es jodido sentir el peso de la traición - comenta Sirius.
- Buenas noches - dejimos antes de marcharnos hacia nuestras habitaciones.
Delante de nuestras puertas enfrentadas, nos percatamos que nuestras manos seguian juntas, pero a ninguno de los dos parecia molestarnos. Ya era algo normal en nosotros.
- ¿Tendrás en cuenta lo que te ha dicho?
- Tu papá me ha apoyado y es una figura paterna para mí y voy tenerlo en cuenta, además lo que me dijo da de que pensar.
- Bien... descansa Potter.
- Tú también Gryffindor.
Los siguientes días, el humor de Harry mejoró considerablemente. Papá nos hablaba acerca de Quidditch y nos sugirió un par de técnicas que podríamos implementar para los siguientes partidos. Mamá, por otra parte, estaba diferente. Le había dolido un poco la cabeza y para mi sorpresa, se había terminado ella sola todos los dulces mágico, cuando antes no les habían gustado tanto. Y también me abrazó cuando vemos alguna película y se emocionó y comenzó a llorar, solo me limité a abrazarla. Harry tampoco se había salvado, lo llenaba de comida y era imposible negarle algo.
- Eso es muy tierno - comenta Molly.
- Nosotros tampoco te negamos algo mamá - le dice Percy.
- Sólo cuando huimos de ti y tus tijeras - agrega Charlie.
- Es cierto, pero nos gusta así - le dice Bill.
- Entonces tal vez lo tenga en cuenta.
Los inconfundibles ruidos de la mañana de Navidad me despertaron y desearía poder hacer magia para trabar la puerta, pero sabía bien que eso no lo detendría.
-¡Navidad, Navidad, dulce Navidad! - cantaba fuerte bastante cerca de mi oído - ¡Los regalos hay que abrir!
- ¿Pero qué está pasando? ¿Por qué hay un cucharon golpeando una cacerola en mi habitación? - las preguntas del adormilado Harry, me hicieron reír.
- ¡Porque es Navidad! - le respondió papá, como si fuera lo más obvio y normal del mundo - ¡Vamos Hannah!
- Ni siquiera Harry se salvó - comenta Luna.
- Me asustó el sonido, pero me parecía divertido - le responde - Aún más viendo a Hannah protestar.
- Eso no desaparece en el futuro, tú te diviertes y mamá finge estar molesta - comenta J.S
- Es inhumano que me despierte tan temprano con tantos ruidos - les digo y miro a mi abuelo que sonríe - ¿Cuál Gryffindor fue tan cruel para crear está costumbre?
- No tengo idea...
- Leonard... - lo regaña mi abuela.
- Está bien, confesare - le dice suspirando - Siempre me gustaron las festividades, pero a mi padre no y cuando Freddy nació quise que esos días fueran especial... No creí que se transformara en una tradición.
- Un misterio resuelto, creo que prefiero dormir, pero mis hijos no permitirán que desaparezca la tradición - le digo.
Más rápido de lo pensado, tiró mi frazada y me cargó sobre su hombro. Levanté un poco mi cabeza y vi que Harry nos seguía más despierto y riéndose por lo bajo. Papá me dejó sobre el sofá e intento acomodar un poco mi cabello.
- Feliz Navidad cariño, luces adorable - me dijo papá abrazándome.
- Ya amor, nosotros también queremos saludarla - le dijo mamá y la vi al lado del árbol de Navidad, abrazando a Harry por los hombros.
- Es mi bebé - les dijo en broma abrazándome - Pero por ser Navidad se las voy a compartir.
- Muy noble de tu parte - le respondió mamá antes de abrazarme - Feliz Navidad amor.
- Feliz Navidad mamá - le respondí.
Papá solté a Harry y no dudé en abrazarlo.
- Feliz Navidad Potter...
- Feliz Navidad Gryffindor...
- Son muy tiernos, pero es hora de abrir los regalos - dijo papá y mamá lo miró con ganas de regañarlo, pero termina riendo junto a nosotros.
- Eres un padre muy celoso - le dice James intentando no reírse.
- Por supuesto que lo soy, tengo una niña - le dice él - Quisiera ver si tú no lo serías si tuvieras una.
- James seguramente se volvería loco - comenta Remus.
- Pero Freddy al menos sabe que mi hijo es un buen chico con buenas intenciones - les fundamenta James.
Con Harry nos sentamos sobre la alfombra y comenzamos abrir nuestros regalos. La señora Weasley me había enviado otro suéter tejido por ella y no dudé en ponérmelo, adoraba su regalo. Mis hermanos Weasley me habían enviado una gran cantidad de dulces que mamá no dudó en probar varios. Me sorprendí al abrir una caja llena de chocolates y no necesitaba saber que era de parte de mi tío Rem, era adicta a esos chocolates. Mis padres nos habían regalado, bastante ropa a ambos.
- Y ahí es notable que te ganaste el corazón de Remus, no comparte su chocolate con cualquiera - me dice Sirius.
- Ya les dije que soy su favorita - les digo bromeando - Y no me cansaré de decir que adoro sus sueteres tía Molly.
- No es una mañana de Navidad si no tenemos puesto uno de su suéter - le dice Herms.
- Gracias niños.
- Harry, Hannah... - nos llamó papá - Esta mañana, muy temprano, llegaron dos regalos. Uno para cada uno, pero sin ni una sola nota de quién se los enviaba. Por cuestiones de seguridad, los revise al menos unas cinco veces para asegurarme de que no estén maldecidos o algo por el estilo.
-¿Entonces son seguros? - le pregunté.
- Totalmente - me dijo y caminó hasta dar la vuelta detrás del sofá - Admito que me gano de mano con el regalo de Harry, quería llevarte para que la eligieras tú mismo.
Puso a la vista una increíble, perfecta y nueva saeta de fuego. A Harry le temblaron las manos cuando la tomó. Está sumamente shockeado, no era lo esperaba y no sabía como reaccionar. Papá fue acerca a mí y me entregó una gran caja con un listón rojo en el medio. La abrió y sacó de adentro una, preciosa capa de un fuerte y llamativo color rojo, con bordes en dorado. En el centro de la espalda estaba el dibujo de un león rugiendo de perfil y debajo con letras doradas se lee claramente, "Gryffindor". Me puse de pie y me la probé, era sumamente cómoda.
- Luces muy hermosa - me dijo mamá.
-Gracias, me encanta - le dije y voltee hacia papá - ¿No había ni una sola nota?
- No, nada. - pero por su expresión, sabía que estaba pensando lo mismo que yo. Sirius.
- Soy el mejor tío del mundo - nos dice Sirius.
- Amo mi capa, es increíble - le confirmo.
- Y la Saeta ya la has visto y me ha ayudado aún más para ganar los partidos - agrega Harry.
- Ya sabemos quien consentira a los niños - nos dice Lily.
- Falta un último regalo - me dijo mamá, un tanto nerviosa y me entregó su sobre.
Saqué la tarjeta y con su perfecta letra leí: "Vas tener un hermanito/a"
- ¡Van a tener a otro bebé! - gritan sus amigos y mi abuela entusiasmada.
Mis padres parecen muy sorprendidos por la noticia, pero no dicen nada.
- ¿Están bien? - les pregunto a ambos.
- Sí, solo que...
- Fue una sorpresa esa noticia - agrega mamá.
- Usaste esa técnica para decirme de James - me dice Teddy.
- Y conmigo con Al - agrega J.S
- Soy más listo que ellos y me dí cuenta solo que Lux estaba en camino - finaliza Al.
- Amigo felicidades - le dice James - Solo cruza los dedos para que sea un niño y no otra niña... o enloqueceras.
- Suerte que no te tengo de enemigo Potter.
- ¿Y cómo lo tomaste Hannah? - me pregunta Lily.
- Será mejor que mi abuelo se lo leas - le digo.
Leí la nota una tres veces más, antes de mirarlos a ellos, que me sonrían esperando a que dijera algo.
- ¡VOY A TENER UN HERMANITO! - grité emocionada antes de ir abrazarlos.
Los noté bastante aliviados a causa de mi reacción y vi que mamá llora, abrazándome más fuerte. Ahora entendía sus dolores de cabeza y mareos, también sus cambios de humor y que le gustaban tanto los dulces a causa de sus antojos. Me separé de ella a tiempo para qu abrazara a Harry.
- Felicitaciones tía Marlene.
- Gracias cariño.
-Nos preocupaba tu reacción - admitió papá - Has sido hija única por tanto tiempo...
- Papá, voy a ser la que más consienta a ese niño - le dije con una gran sonrisa.
- Podría ser una niña - me dijo mamá.
- No, estoy segura que será un niño - le dije y Harry soltó una pequeña risa.
- No quiere dejar de ser la nena de papá - les aclaró él.
- Primero; dudo que algún día deje de serlo y segundo; en verdad estoy segura de que será un niño - le dje - Tengo que contarle a los Weasley y a Hermione.
- Jamás dejaras de ser mi niña - me dice papá.
- Claro que lo sé y me hizo sumamente feliz esa noticia - le digo.
- A todos en general - agrega Harry.
- Nosotros nos encargamos de que a tía Marlene no le faltara su ración de dulces cada semana - comenta los gemelos.
- Gracias chicos, son muy buenos - les dice ella.
Al entrar a mi habitación, dejé colgada la capa en mi closet y escribí dos pergaminos para que Zeus, se los lleve. Regresé a la sala con mi pijama ya cambiado y solo me encontré con Harry, concentrado viendo su escoba.
- Es una lastima que debamos esperar hasta regresar para probarla - le dije y vi que se sobresaltaba - ¿Mis padres?
- En la cocina, preparando chocolate caliente - me respondió con una sonrisa.
-¿Cómo lo estás pasando? - pregunté sentándome a su lado.
- Es una de las mejores Navidades que he pasado - respondió con una sonrisa.
- Disculpa por no avisarte de la maña de papá por ser el despertador, pero es como una especie de costumbre, lo hace desde que puedo recordarlo y ya me ha dejado en claro que por más que me mude seguirá haciéndolo.
- Admito que me dio un buen susto esos ruidos, pero luego me pareció muy chistoso.
Pasamos un día, en verdad muy especial. Mamá nos dijo que estaba de tres meses de embarazo y que era posible que naciera para cuando terminara mi año escolar. Esperaría con ansias.
- Grandioso capítulo - me dice mi abuelo regresandome el libro.
- Es de mis momentos favoritos - le respondo - Será mejor cenar y descansar que mañana será un día largo.