Patch es alto, de piel morena, y cabello negro azabache que cae por su frente. Tiene unos ojos negros hipnotizantes, que, si los vez detenidamente es como si te sumergieras en ellos a una velocidad impresionante.
Cuando veo a Patch, él esta sentado en la mesa de siempre y ha escogido la comida, como siempre.
Me acerco y le pregunto:
-¿Toda esa comida te la vas a comer tú?
-La mitad es para mi novia, claro.
Le sonrió con dulcura. Me inclinó y le doy un tierno casto beso en la boca.
-Que novio tan considerado--le digo--Debería sentirme honrada.
-Si, asi es Phoebe, aunque, en realidad, el afortunado soy yo--me sonríe--¿Hablaste con tu padre?
Cambia bruscamente de tema. Maldita sea, no quiero hablar de eso.
-Si--algo asi...
-¿Que te dijo?
-No quiero hablar de eso.
-Vamos, nena, puedes decirmelo.
-¿Que puedo decir que no halla dicho ya? Es tan necio, no lo acepta, pero no importa porque eso no va a hacer que me aleje de ti.
Patch me mira detenidamente, sopesando mis palabras.
-Hablaré con él--dice con seguridad--de hombre a hombre.
¿Pero qué...? Esa no es la respuesta que esperaba.
-¿Estas seguro?--preguntó con voz estrangulada.
-Claro--dice y continua devorando la comida.
Mierda, mierda.