Leyendo: "Harry Potter, una h...

By Mitologia_13

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Obviamente, se leerá la historia de Harry Potter en el pasado con las tres generaciones, pero será diferente... More

1. Volviendo al pasado (Parte 1)
2. Volviendo al Pasado (Parte 2)
3. La mágica verdad.
4. Hogwarts.
5. Fortaleciendo nuestra amistad.
6. Halloween.
7. Quidditch.
8. Navidad.
9. Nicolas Flamel.
10. Norberto, el ridgeback noruego.
11. El bosque prohibido.
12. A través de la trampilla.
13. El hombre de las dos caras.
14. Gryffindor
15.Obligaciones en vacaciones.
16. Cumpleaños en la madriguera.
17. Borgin y Burken. (Parte 1)
18. Borgin y Burken (Parte 2)
19. De regreso a Howgarts (Parte 1)
20. De Regreso a Hogawrts (Parte 2)
21. Los "sangre sucia" y una voz misteriosa. (Parte 1)
22. Los sangre sucia y la voz misteriosa (parte 2)
23. El cumpleaños de Muerte (parte 1)
24. El cumpleaños de Muerte (parte 2)
25. Inscripciones en la pared (parte 1)
26. Inscripciones en la pared (parte 2)
27. Una blugger loca (Parte 1)
28. Una blugger loca (parte 2)
29. El club de duelo (parte 1)
30. El club del duelo (parte 2)
31. Poción Multijugos.
32. El diario secreto (parte 1)
33. El diario secreto (parte 2)
34. Cornelius Fudges (Parte 1)
35. Cornelius Fudges (Parte 2)
36. Aragog (parte 1)
37. Aragog (parte 2)
38.La cámara secreta (parte 1)
39. La cámara secreta (parte 2)
40. El Heredero de Slytherin. (Parte 1)
41. El Heredero de Slytherin. (Parte 2)
42. La recompensa de Dobby.
43. 1G vs 2G
44. Black.
45. El reencuentro.
46. Dementor (parte 1)
47. Dementor (parte 2)
48.Pozos de té y garras de hipogrifo.(Parte 1)
50. El Boggart.
.51 La huida de la Señora Gorda.
.52 La derrota.
53. El Mapa de Merodeador.
.54 Sorpresa en Navidad.
.55 Patronus.
56. Gryffindor contra Ravenclaw
57. El rencor de Snape.(parte 1)
58. El rencor de Snape (parte 2)
59. La final de Quidditch.
60. La profecía de la Profesora Trelawney.
61. El perro, el gato y la rata.
62.Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
63. El Vasallo de Voldemort.
64. El beso del dementor.
65. El secreto de Hermione.
66. Más lechuzas mensajeras.
67. Último día.
.68. Disciplina mental.
.69. El traslador.
.70. Bagman y Crouch.
.71. Los Mundiales de quidditch.
.72. La marca tenebrosa.
.73. Alboroto en el Ministerio.
.74.El expreso a Hogwarts.
.75. El torneo de los tres magos.
.76. Ojoloco Moody.
.77. Maldiciones imperdonables.
.78.Beauxbatons y Durmstrang.
.79.El Cáliz de fuego.
.80. Los cinco campeones.
.81. La comprobación de las varitas.
.82. El colacuerno húngaro.
.83. La primera prueba.
.84.El Frente de Liberación de los Elfos Domésticos.
85. Una prueba inesperda.
86. El baile de Navidad.
87. La primicia de Rita Steeker.
88. El huevo.
.89. La Segunda prueba.
.90. El regreso de Canuto.
.91. La locura del Señor Crouch.
.92. El Sueño.
.93. El pensadero.
.94. La tercera prueba.
.95. Hueso, carne y sangre.
.96. Los Mortifagos.
.97. Priori Incantatem
.98. El suero de la verdad.
.99. Caminos separados.
.100. El comienzo.
SEGUNDA PARTE.

49. Pozos de té y garras de hipogrifo. (Parte 2)

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By Mitologia_13

Cuando terminó la clase de Transformaciones, nos unimos a la multitud que se dirigía bulliciosamente al Gran Comedor; para el almuerzo.

— Animo, Ron — le dijo Hermione, empujando hacia él una bandeja de
estofado — Ya has oído a la profesora McGonagall.

Ron se sirvió estofado con una cuchara y toma su tenedor; pero no empezó a comer.

—Harry — le dijo en voz baja y grave —, tú no has visto en ningún sitio un perro negro y grande, ¿verdad?

—Sí, lo he visto — dijo Harry — Lo vi la noche que abandoné la casa de los Dursley.

Todos vemos como James golpea a Sirius en la cabeza. La mayoría los miran sin entender.

- Él sabe el porqué y es por eso que no se queja - les dice James.

- No puedes golpearme por algo que no he hecho aún - le responde su amigo.

- Tiene razón papá, de lo contrario lo golpearas durante todo el libro - agrega Harry.

- Y sospecho que mi madrina les dará un buen golpe a ambos más cerca del final del libro - les digo con gracia.

- Es muy probable que lo haga.

Ron dejó caer el tenedor; que hizo mucho ruido.

—Probablemente, un perro callejero — dijo Hermione muy tranquila.

Ron miró a Hermione como si se hubiera vuelto loca.

— Hermione, si Harry ha visto un Grim, eso es... eso es terrible — aseguró — Mi tío Bilius vio uno y.. ¡murió veinticuatro horas más tarde!

—Casualidad — arguyó Hermione sin darle importancia, sirviéndose zumo de calabaza.

— ¡No sabes lo que dices! — dijo Ron empezando a enfadarse —. Los Grims ponen los pelos de punta a la mayoría de los brujos.

— Ahí tienes la prueba — dijo Hermione en tono de superioridad — Ven al Grim y se mueren de miedo. El Grim no es un augurio, ¡es la causa de la muerte! Y Harry todavía está con nosotros porque no es lo bastante tonto para ver uno y pensar: «¡Me marcho al otro barrio!»

- En eso ella tiene razón - le dice Molly a su hijo - Tu tío Bilius lo que vio fue un lobo y lo confundió con el Grim. En su paranoia y por no estar atento en lo que hacía, tuvo un accidente que le costó su vida.

- El Grim es solo un mito que inventaron en mi tiempo para que los niños obedecieran - agrega Godric.

- ¿Entonces no es real? - le pregunta sorprendido Ron.

- Claro que no, en ese tiempo si me lo hubieran preguntado, se los hubiese aclarado enseguida.

- Lo tuvimos que haberlo pensado.

Ron movió los labios sin pronunciar nada, para que Hermione comprendiera sin que Harry se enterase. Hermione abrió la mochila, sacó su libro de Aritmancia y lo apoyó abierto en la jarra de zumo.

— Creo que la adivinación es algo muy impreciso — dijo buscando una página —; si quieres saber mi opinión, creo que hay que hacer muchas conjeturas.

— No había nada de impreciso en el Grim que se dibujó en la taza — dijo Ron acalorado.

— No estabas tan seguro de eso cuando le decías a Harry que se trataba de una oveja — repuso Hermione con serenidad.

— ¡La profesora Trelawney dijo que no tenías un aura adecuada para la adivinación! Lo que pasa es que no te gusta no ser la primera de la clase.

Acababa de poner el dedo en la llaga. Hermione golpeó la mesa con el libro con tanta fuerza que salpica carne y zanahoria por todos lados.

— Si ser buena en Adivinación significa que tengo que hacer como que veo augurios de muerte en los posos del té, no estoy segura de que vaya a seguir estudiando mucho tiempo esa asignatura. Esa clase fue una porquería comparada con la de Aritmancia.

- Discúlpame por eso - le dice él a su novia.

- Ya está en el pasado Ron.

- Son parecidas sus discusiones en el futuro, pero no duran demasiado enojados - agrega Rose.

- La mayoría son así - comenta Teddy.

Agarró la mochila y se fue sin despedirse. Ron la siguió con la vista, frunciendo el entrecejo.

— Pero ¿de qué habla? ¡Todavía no ha asistido a ninguna clase de Aritmancia!

Me encantaba salir del castillo después del almuerzo. La lluvia del día anterior había terminado; el cielo era de un gris pálido, y la hierba estaba mullida y húmeda bajo nuestros pies cuando nos pusimos en camino hacia nuestra primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Ron y Hermione no se dirigían la palabra. Con Harry caminamos a su lado, en silencio, mientras descendiamos por el césped hacia la cabaña de Hagrid, en el límite del bosque prohibido. Sólo cuando vimos adelante tres espaldas que nos resultaban muy familiares, nos dimos cuenta de que debemos de compartir aquellas clases con los de Slytherin.

- Es ese... - dice Draco para mirarme primero a mí y luego a su hijo.

- Dragón, déjalo ahí, sé lo que te digo - le comento con calma.

- Voy a tomarlo con calma papá - le avisa Scorp.

- Padrino, eres un hombre, no importa lo que hayas hecho porque solo te ayudo a mejorar - le dice Al.

- Eres muy parecido a tu madre - le dice Draco - Pero sigo lamentando lo que he tenido que hacer.

Malfoy dice algo animadamente a Crabbe y Goyle, que se reían a carcajadas. Con Harry creemos saber de qué hablaban.

Hagrid aguardo a sus alumnos en la puerta de la cabaña. Estaba impaciente por empezar; cubierto con su abrigo de ratina, y con Fang, el perro jabalinero, a sus pies.

—¡Vamos, dense prisa! — gritó a medida que se aproximaban sus alumnos — ¡Hoy tengo algo especial para ustedes! ¡Una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, seguidme!

Durante un desagradable instante, tememos que Hagrid nos conduzca al bosque; con Harry hemos vivido en aquel lugar experiencias tan desagradables que nunca podríamos olvidarlas. Sin embargo, Hagrid anda por el límite de los árboles y cinco minutos después nos hallamos ante un prado donde no había nada.

—¡Acérquense todos a la cerca! — gritó — Asegurense de que tenga buena visión. Lo primero que tienen que hacer es abrir los libros...

—¿De qué modo? — dijo la voz fría y arrastrada de Draco.

—¿Qué? — dijo Hagrid.

—¿De qué modo abrimos los libros? — repitió Malfoy. Sacó su ejemplar de El monstruoso libro de los monstruos, que había atado con una cuerda.

Otros lo imitaron. Unos, como Harry, habían atado el libro con un cinturón; otros lo habían metido muy apretado en la mochila o lo habían sujetado con pinzas.

—¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? — preguntó Hagrid decepcionado.

La clase entera negó con la cabeza.

— Hay que acariciar su lomo para calmarlo - le respondí y su sonrisa volvió a su cara.

- ¡Excelente Hannah! - exclamó - ¡Cinco puntos para Gryffindor!

- Puedo confesar ahora que lo sabía gracias a que Godric me previno a tiempo para que ese libro no mordiera.

- Suerte que me escuchaste a tiempo, eres bastante necia cuando tienes curiosidad, ¿o no Cedric?

- Casi me infarto ese día...

- Pero no dudaste en seguirme - No interrumpo y veo el ceño fruncido de Harry - Superalo de una vez Potter.

- ¿A qué se debe este drama? - nos pregunta Sirius.

-  No es tan grande en drama y ya lo sabrán - le respondo y tomo la mano de mi celoso prometido - Hijo sigue leyendo.

- Que irónico... - murmuró Pansy con malicia.

Hagrid tomó el ejemplar de Hermione y desprendió el celo mágico que lo sujeta. El libro intentaba morderle, pero Hagrid le pasó por el lomo su enorme dedo índice, y el libro se estremeció, se abrió y quedi tranquilo en su mano.

— ¡Qué tontos hemos sido todos! — dijo Malfoy despectivamente — ¡Teníamos que acariciarlo! ¿Cómo no se nos ocurrió?

—Yo... yo pensé que les haría gracia — le dijo Hagrid a Hermione, dubitativo.

— ¡Ah, qué gracia nos hace...! — dijo Malfoy — ¡Realmente ingenioso, hacernos comprar libros que quieren comernos las manos!

—Cierra la boca, Malfoy — le dijo Harry en voz baja.

— Realmente ha sido ingenioso Hagrid, una caricia y la bestia es calmada - le dije y pareció estar de acuerdo.

Hagrid se había quedado algo triste y querer que su primera clase fuera un éxito.

—Bien, pues — dijo Hagrid, que parecía haber perdido el hilo — Así que... ya tienen los libros y... y... ahora les hace falta las criaturas mágicas. Sí, así que iré a por ellas. Esperen un momento...

Se alejó de nosotros, entró en el bosque y se perdió de vista.

— Dios mío, este lugar está en decadencia — dijo Malfoy en voz alta — Estas clases idiotas... A mi padre le dará un patatús cuando se lo cuente.

—Cierra la boca, Malfoy — repitió Harry.

—Cuidado, Potter; hay un dementor detrás de ti.

- ¿Así sonamos nosotros? - le pregunta James a Sev.

- Ustedes son peores por qué usan sus varitas - los regaña Lily y luego mira seria a su hijo - ¿Dime qué no has llegado a eso?

- No es algo de lo que me enorgullesca, pero sí - le responde Harry - Nuestro sexto año fue muy malo.

- Y de mi parte, me hicieron mortifago antes de comenzar el año - agrega Draco.

- Eras solo un niño... - murmura su madre - ¿Cómo pude permitirlo?

- Tenías menos opciones que yo - le responde él - Hannah no me permitió que me hundiera en esa oscuridad.

- Te hubiera sacado de ahí a golpes y lo sabes - le digo con una sonrisa - Jamás te iba a dejar solo en eso.

- Lo sé, por algo estoy aquí - me responde y luego mira a Hagrid - En verdad lamento todos los problemas que te ocasione ese año.

- No te preocupes, eso ya no sucederá, así que no te preocupes muchacho.

—¡Uuuuuh! — gritó Lavender Brown, señalando hacia la otra parte del prado.

Trotando en dirección a nosotros se acercaban una docena de criaturas, las más extrañas que había visto en mi vida. Tenían el cuerpo, las patas traseras y la cola de caballo, pero las patas delanteras, las alas y la cabeza de águila gigante. El pico era del color del acero y los ojos de un naranja brillante.

Las garras de las patas delanteras eran de quince centímetros cada una y parecían armas mortales. Cada bestia llevaba un collar de cuero grueso alrededor del cuello, atado a una larga cadena. Hagrid sostenía en sus grandes manos el extremo de todas las cadenas. Se acercaba corriendo por el prado, detrás de las criaturas.

—¡Vayan para allá! — les gritó, sacudiendo las cadenas y forzando a las bestias a ir hacia la cerca, donde estábamos. Todos se echaban un poco hacia atrás cuando Hagrid llegó donde estábamos nosotros y ató los animales a la cerca.

—¡Hipogrifos! — gritó Hagrid alegremente, haciendo a sus alumnos una señal con la mano —. ¿A que son hermosos?

- Queremos a Hagrid de Profesor, estos mocosos tienen suerte - protesta Sirius.

- Tú eres el mocoso - le responde Bill - Pero no nos molestaría también tener a Hagrid como Profesor.

- ¿Esas criaturas no eran peligrosas, verdad? - pregunta mi madre - Soy muy nueva en esto y me interesa saber si mi hija y mis sobrinos estarán bien.

Nuestras familias la miran con una sonrisa, mamá es así, se gana el afecto de las personas sin ningún esfuerzo.

- Jamás pondría a los niños en peligro, los Hipogrifos son seres inteligentes, mientras que sigan mis instrucciones nada malo pasará.

- Le creo, ellos lo aprecian y confío en su opiniones.

Podía comprender que Hagrid los llamará hermosos. En cuanto uno se recuperaba del susto que producía ver algo que era mitad pájaro y mitad caballo, podía empezar a apreciar el brillo externo del animal, que cambiaba paulatinamente de la pluma al pelo. Todos tenían colores diferentes: gris fuerte, bronce, ruano rosáceo, castaño brillante y negro tinta.

—Venga — dijo Hagrid frotándose las manos y sonriendo —, si quieren acercarse un poco...

Nadie parecía querer acercarse. Con Harry, Ron y Hermione, sin embargo, nos aproximamos con cautela a la cerca.

— Lo primero que tienen que saber de los hipogrifos es que son orgullosos — dijo Hagrid — Se molestan con mucha facilidad. Nunca ofendan a ninguno, porque podría ser lo último que hagan.

Malfoy, Crabbe y Goyle no escuchaban; hablaban en voz baja y tengo la desagradable sensación de que estaban tramando la mejor manera de incordiar.

— Tienen que esperar siempre a que el hipogrifo haga el primer movimiento — continuó Hagrid — Es educado, ¿Se dan cuenta? Van hacia él, se inclinan y esperan. Si él responde con una inclinación, querrá decir que les permite tocarlo. Si no hace la inclinación, entonces es mejor que se alejen de él enseguida, porque puede hacer mucho daño con sus garras. Bien, ¿quién quiere ser el primero?

Como respuesta, la mayoría de la clase se alejó aún más. Incluso Harry, Ron y Hermione recelaban. Los hipogrifos sacudieron sus feroces cabezas y desplegaban sus poderosas alas; parecía que no les gustaba estar atados.

—¿Nadie? — preguntó Hagrid con voz suplicante.

—Yo — nos ofrecimos ambos al mismo tiempo.

- No me sorprende de ustedes - nos mi padre.

- Aunque en eso no nos pusimos de acuerdo - le digo.

- Ya actuaban por puro instintos - me dice Teddy.

- Podría decirse que sí.

Detrás de él se oyó un jadeo, y Lavender y Parvati susurraban:

— ¡No, Harry, acuérdate de las hojas de té!

Harry no hizo caso y saltó la cerca, para luego voltear y me ayudó a saltar la cerca.

— ¡Buen chico, Harry! — gritó Hagrid — Veamos cómo se llevan con Buckbeak.

Soltó la cadena, separó al hipogrifo gris de sus compañeros y le desprendió el collar de cuero. Los alumnos, al otro lado de la cerca, contubieron la respiración.

Malfoy entorno los ojos con malicia.

— Tranquilo ahora, Harry, Hannah — dijo Hagrid en voz baja — Primero miren a sus ojos. Procuren no parpadear. Los hipogrifos no confían en ti si parpadeas demasiado...

Empezaban a irritarse mis ojos, pero no los cerraba. Buckbeak había vuelto la cabeza grande y afilada, y nos miró fijamente con un ojo terrible de color naranja.

—Eso es — dijo Hagrid — Eso es. Ahora inclinen la cabeza...

No nos hizo gracia presentarle la nuca a Buckbeak, pero hicimos lo que Hagrid nos decía. Se inclinó brevemente y levantó la mirada.

El hipogrifo siguió mirándonos fijamente y con altivez. No se movió.

—Ah — dijo Hagrid, preocupado — Bien, vayan hacia atrás, tranquilos, despacio...

Pero entonces, ante la sorpresa de ambos, el hipogrifo dobló las arrugadas rodillas delanteras y se inclinó profundamente.

—¡Bien hecho! — dijo Hagrid, eufórico —. ¡Bien, pueden tocarlo! Delen unas palmadas en el pico, vamos.

- Eso ha sido interesante, lo han hecho muy bien - nos dice el abuelo de Harry.

- Hagrid nos daba confianza - le dice él.

- Y debíamos reprimir cualquier tipo de miedo - agrego y mi pequeño ya está bostezando - Terminemos con esto, mañana será un día interesante y van a necesitar estar descansados.

Con Harry nos acercamos al hipogrifo lentamente y alargamos el brazo. Le dimos unas palmadas en el pico y el hipogrifo cerró los ojos para dar a entender que le gustaba.

La clase rompió en aplausos. Todos excepto Malfoy, Crabbe y Goyle, que parecían muy decepcionados.

— Bien, Hannah, Harry — dijo Hagrid — ¡Creo que el hipogrifo dejará que lo monten!

Aquello era más de lo que habíamos esperado. Estaba acostumbrada a la escoba; pero no estaba segura de que un hipogrifo se le pareciera.

— Súbete ahí, detrás del nacimiento del ala — le dijo Hagrid — Y procura no arrancarle ninguna pluma, porque no le gustara...

Harry puso el pie sobre el ala de Buckbeak y se subió en el lomo, unos segundos después, Hagrid me ayudaba a subirme detrás de Harry.

Buckbeak se levantó. Con Harry no sabíamos de dónde debiamos agarrarnos: delante de nosotros todo estaba cubierto de plumas.

—¡Vamos! — gritó Hagrid, dándole una palmada al hipogrifo en los cuartos traseros.

A cada lado, sin previo aviso, se abrieron unas alas de más de tres metros de longitud. Apenas le dio tiempo a agarrarse del cuello del hipogrifo y abrazo con fuerza a Harry, antes de remontar el vuelo. No tenía ningún parecido con una escoba y tenía muy claro cuál prefiero. Muy incómodamente para nosotros, las alas del hipogrifo se batieron debajo de nuestras piernas. Mis dedos resbalaban en las brillantes plumas y no me atrevía a sujetarme con más fuerza o lastimaria a Harry. En vez del movimiento suave de mi Saeta de fuego, sentia el zarandeo hacia atrás y hacia delante, porque los cuartos traseros del hipogrifo se movían con las alas.

- Mamá, ¿podemos intentarlo cuando regresemos? - me pregunta J.S

- Veremos como se porten primero - les digo a los niños - Sí James Sirius se porta bien hasta Navidad sin alterar a la Profesora McGonagall, convencere a sus padres para que puedan hacerlo.

- Es un trato justo - agrega Harry.

- Ya soy mayor, ¿entro en el trato?

- Es lo justo, todos por iguales.

Buckbeak sobrevoló el prado y descendió. Era lo que había temido. Me eché hacia atrás conforme el hipogrifo se inclinaba hacia abajo. Me dio la impresión de que íbamos a resbalar por el pico. Luego sentí un fuerte golpe al aterrizar el animal con sus cuatro patas revueltas, y nos las arreglamos para sujetarnos y volver a incorporarnos.

—¡Muy bien, Hannah y Harry! — gritó Hagrid, mientras nos vitoreaban todos menos Malfoy, Crabbe y Goyle — ¡Bueno!, ¿quién más quiere probar?

Envalentonados por el éxito de nosotros, los demás saltaron al prado con cautela. Hagrid desató uno por uno los hipogrifos y, al cabo de poco rato, los alumnos hicieron timoratas reverencias por todo el prado. Neville retrocedió corriendo en varias ocasiones porque su hipogrifo no parecía querer doblar las rodillas. Ron y Hermione practicaban con el de color castaño, mientras que con Harry observabamos.

Malfoy, Crabbe y Goyle habían escogido a Buckbeak. Había inclinado la cabeza ante Malfoy, que le dio palmaditas en el pico con expresión desdeñosa.

— Esto es muy fácil — dijo Malfoy, arrastrando las sílabas y con voz lo bastante alta para que Harry lo oyera — Tenía que ser fácil, si Potter fue capaz... ¿A que no eres peligroso? — le dijo al hipogrifo —. ¿Lo eres, bestia asquerosa?

Sucedió en un destello de garras de acero. Malfoy emitió un grito agudísimo y un instante después Hagrid se esforzaba por volver a ponerle el collar a Buckbeak, que quería alcanzar a un Malfoy que yacía encogido en la hierba y con sangre en la ropa.

- Me lo tenía merecido por ser un idiota descuidado, al menos tú no eres así - le dice a su hijo.

- Mamá se encargó de eso y mi madrina ayudó también - le responde - Voy a tomar esto con calma, mi madrina y mis tíos habrán disminuido el problema.

- Me dice tía, que ternura - dice Hermione sin poder contenerlo - Hicimos lo que pudimos.

—¡Me muero! — gritó Malfoy, mientras cunde el pánico — ¡Me muero, miren! ¡Me ha matado!

— No te estás muriendo — le dijo Hagrid, que se había puesto muy pálido — Que alguien me ayude, tengo que sacarlo de aquí...

Hermione se apresuró a abrir la puerta de la cerca mientras Hagrid levantaba con facilidad a Malfoy. Mientras desfilaban, vi que en el brazo de Draco había una herida larga y profunda; la sangre salpicaba la hierba y Hagrid corría con él por la pendiente, hacia el castillo.

Los demás alumnos los siguieron temblorosos y más despacio. Todos los de Slytherin le echaban la culpa a Hagrid.

—¡Deberían despedirlo inmediatamente! — exclamó Pansy Parkinson, con lágrimas en los ojos.

—¡La culpa fue de Malfoy! — lo defendió Dean Thomas.

Crabbe y Goyle flexionaban los músculos amenazadoramente.

Subimos los escalones de piedra hasta el desierto vestíbulo.

— ¡Voy a ver si se encuentra bien! — dice Pansy.

- Eso me aclara porque a mamá no le agrada que ella nos visita con tía Dafne - comenta Scorp.

- A esa... persona - le digo omitiendo llamar a Pansy de otra manera - No estuvo nada contenta cuando tu padre se fijo en la dulce Astoria.

- No intentó hacerle daño, ¿verdad? - me pregunta preocupado y Al se ve igual.

- No, por lo que sé - le responde Draco seguro y los tres me miran con más atención que los demás.

- Lo intentó, pero no lo permití - les aclaro - Tori me cae bien y es buena para Draco.

- Debiste haberme dicho - me dice mi amigo.

- Cargabas con mucho y Pansy aprendió su lección - le respondo con una sonrisa.

- Me enorgulleces cariño - me dice mi madre - Yo hubiera hecho lo mismo por Lily.

- Te debo...

- No me debes nada bobo, deberías saberlo ya.

Y la vi subir corriendo por la escalera de mármol. Los de Slytherin se alejaban hacia su sala común subterránea, sin dejar de murmurar contra Hagrid; con Harry, Ron y Hermione continuamos subiendo escaleras hasta la torre de Gryffindor.

— ¿Creen que se pondrá bien? — dijo Hermione asustada.

— Por supuesto que sí. La señora Pomfrey puede curar heridas en menos de un segundo — le dijo Harry, que había sufrido heridas mucho peores y la enfermera se las había curado con magia.

— Es lamentable que esto haya pasado en la primera clase de Hagrid, ¿no les parece? — comentó Ron preocupado — Es muy típico de Malfoy eso de complicar las cosas...

Fuimos de los primeros en llegar al Gran Comedor para la cena. Esperamos encontrar allí a Hagrid, pero no estaba.

— No lo habrán despedido, ¿verdad? — preguntó Hermione con preocupación, sin probar su pastel de filete y riñones.

— Más vale que no — le respondió Ron, que tampoco probaba bocado.

— Dumbledore no lo permitiría - les dije, aunque tampoco tenía demasiada hambre.

Observo la mesa de Slytherin. Un grupo prieto y numeroso, en el que figuraban Crabbe y Goyle, estaba sumido en una conversación secreta.

Estaba segura de que preparaban su propia versión del percance sufrido por Malfoy.

— Bueno, no puedes decir que el primer día de clase no haya sido interesante — dijo Ron con tristeza.

Tras la cena subimos a la sala común de Gryffindor, que estaba llena de gente, y tratamos de hacer los deberes que nos había mandado la profesora McGonagall, pero nos interrumpiamos cada tanto para mirar por la ventana de la torre.

— Hay luz en la ventana de Hagrid — dijo Harry de repente.

Ron miró el reloj.

— Si nos diéramos prisa, podríamos bajar a verlo. Todavía es temprano...

—No sé — respondió Hermione despacio, y Harry notó que lo miraban a él.

—Tengo permiso para pasear por los terrenos del colegio — aclaró — Sirius Black no habrá podido burlar a los dementores, ¿verdad?

- Ya me estaba olvidando que soy el malo de la historia - comenta Sirius.

- Limpiaremos tu nombre - le dice Ron.

- No debería ser así - protesta James.

- Estoy de acuerdo contigo, pero debemos saber con claridad todo lo ocurrido para que no suceda - le dice Remus.

- A demás, nadie puede dudar en su inocencia - agrega mi padre.

Agarramos nuestras cosas y salimos por el agujero del cuadro, contentos de no encontrar a nadie en el camino hacia la puerta principal, porque no estaba muy segura de que pudiéramos salir.

La hierba estaba todavía húmeda y parecía casi negra en aquellos momentos en que el sol se ponía. Al llegar a la cabaña de Hagrid llamamos a la puerta y una voz les contestó:

— Adelante, entren.

Hagrid estaba sentado en mangas de camisa, ante la mesa de madera limpia; Fang, su perro jabalinero, tenía la cabeza en el regazo de Hagrid. Nos bastaba echar un vistazo para darnos cuenta de que Hagrid había estado bebiendo. Delante de él tenía una jarra de peltre casi tan grande como un caldero y pareciat que le costaba trabajo enfocar bien las cosas.

—Supongo que es un récord — dijo apesadumbrado al reconocernos —Me imagino que soy el primer profesor que ha durado sólo un día.

— ¡No te habrán despedido, Hagrid! — exclamó Hermione.

—Todavía no — respondió Hagrid con tristeza, tomando un trago largo del contenido de la jarra — Pero es sólo cuestión de tiempo, ¿verdad? Después de lo de Malfoy...

—¿Cómo se encuentra Malfoy? —preguntó Ron cuando nos sentamos — No habrá sido nada serio, supongo.

— La señora Pomfrey lo ha curado lo mejor que ha podido — dijo Hagrid con abatimiento —, pero él sigue diciendo que le hace un daño terrible. Está cubierto de vendas... Gime...

— Todo es cuento — dijo Harry — La señora Pomfrey es capaz de curar cualquier cosa. El año pasado hizo que me volviera a crecer la mitad del esqueleto. Es propio de Malfoy sacar todo el provecho posible.

- No me enorgullece, pero debía hacerlo - comenta Draco.

- Pues con la familia que te tocó de ambos lados, es una suerte de que seas un buen chico - le dice Sirius - Yo desde niño tuve suerte de encontrar a los Potter y a mis amigos.

- Hannah me ayudó demasiado, pero el problema era cuando regresaba durante las vacaciones.

- Cissy, piensa bien en lo que harás o buscaré la forma de quedarme con la custodia del niño - le dice él y eso nos sorprende a más de uno.

- ¡No me quitaras a mi hijo! - le grita ella.

- ¡Pues dale el hogar que merece entonces!

- A ver Blacks, bajen su tono porque asustan al bebé - les digo meciendolo para que no llore - Tengo una idea en mente para que todos salgamos ganando, pero lo hablaremos antes de irnos porque ella necesita escuchar toda la historia para que acepte hacerlo.

- Confíen en ella, por favor - les dice Scorp.

- De acuerdo - le responden ambos.

— El Consejo Escolar está informado, por supuesto — dijo Hagrid — Piensan que empecé muy fuerte. Debería haber dejado los hipogrifos para más tarde... Tenía que haber empezado con los gusarajos o con los summat... Creía que sería un buen comienzo... Ha sido culpa mía...

— ¡Toda la culpa es de Malfoy, Hagrid! — le dijo Hermione con seriedad.

— Somos testigos — agregó Harry — Dijiste que los hipogrifos atacan al que los ofende. Si Malfoy no prestó atención, el problema es suyo. Le diremos a Dumbledore lo que de verdad sucedió.

— Eso es cierto, y ahora mi padre forma parte del concejo, le enviaré una carta y le explicaré todo - le dije enseguida - Él no va a dudar en apoyarte.

- ¿Estoy en el Consejo de padres?

- Tomaste el lugar de Malfoy - Le respondo.

- No permitiriamos que te despidieran - le dice Harry.

- No sé que hubiera hecho aún ustedes chicos.

- Hubiéramos estado todos perdidos - comenta Neville.

— Sí, Hagrid, no te preocupes te apoyaremos — confirmó Ron.

De los arrugados rabillos de los ojos de Hagrid, se escaparon unas lágrimas.

Atrajo a Ron y a Harry hacia sí y los estrechó en un abrazo tan fuerte que pudo haberles roto algún hueso.

— Creo que ya has bebido bastante, Hagrid — le dijo Hermione con firmeza.

Agarró la jarra de la mesa y salió a vaciarla.

— Sí, puede que tengas razón — dijo Hagrid, soltando a Harry y a Ron, que se separaron de él frotándose las costillas.

Hagrid se levantó de la silla y sigue a Hermione al exterior; con paso inseguro.

Escuchamos una ruidosa salpicadura.

— ¿Qué ha hecho? — dijo Harry, asustado, cuando Hermione volvía a entrar con la jarra vacía.

— Meter la cabeza en el barril de agua — dijo Hermione, guardando la jarra.

Hagrid regresó con la barba y los largos pelos chorreando, y secándose los ojos.

— Mejor así — dijo, sacudiendo la cabeza como un perro y salpicando a todos — Han sido muy amables por venir a verme. Yo, la verdad...

Hagrid se paró en seco mirando a Harry; como si acabara de darse cuenta de que estaba allí:

— ¿QUÉ CREES QUE HACES AQUÍ? — bramo, y tan de repente que dimos un salto en el aire — ¡NO PUEDES SALIR DESPUÉS DE ANOCHECIDO, HARRY! ¡Y USTEDES TRES LO DEJAN!

- En nuestra defensa, no sabíamos eso - comenta Ron.

- Aún sabiendolo hubieran salido - le responde Ginny.

- No lo creas tanto, fue un motivo de nuestras peleas ese año - le dice Herms.

- Sabemos que Sirius no es un asesino, pero debíamos tener cuidado - les comento.

Hagrid se acercó a Harry con paso
firme, lo agarró del brazo y lo llevó hasta la puerta.

—¡Vamos! — dijo Hagrid enfadado — Los voy a acompañar a los cuatro al colegio. ¡Y que no los vuelva a pillar viniendo a verme a estas horas! ¡No valgo la pena!

Regresamos a la sala común, que ya se encontraba más vacía y nos disponemos a terminar nuestros deberes, cuando recuerdo que aún no había hablado con Godric.

- Va a matarme... - murmure yendo a buscar el cuadro y regreso unos minutos más tarde con ellos.

- Disculpa Godric, he tenido un largo día - le dije al ver que aparecía y los chicos se acercaron a verlo.

- Buenas noches a todos - nos dijo en general - Estoy al tanto de lo sucedido con tu amigo, se cuanto lo aprecias.

- Gracias por entender - le dije aliviada - Quería preguntar por nuestros horarios.

- Acerca de eso... - dijo Godric frotando su frente - Tu padre es bastante terco.

- Son los genes - le dije resignada y escuché la risa suave de mis amigos - ¿Se puso muy estrictos?

- No quiere que estés tan cargada y Dumbledore lo apoyó - me dijo Godric - Así que... nuestras clases quedan solo tres veces a la semana, después de clases y antes de tu entrenamiento de Quidditch.

- Suena bien... ¿y lo otro?

- Eso lo tomo mejor tu padre y su amigo - me respondió Godric - Se acordó de ocho a diez, en las mañanas de los fines de semana.

- Suena bien Godric.

- Supuse que dirías eso, hoy perdimos la primera clase - dijo Godric - La próxima es el miércoles, pero igual quiero saber como te va.

- Lo entiendo.

- Bien, descansen y eviten los problemas.

Lo vi irse y dejé el cuadro a un lado para tomar mis apuntes.

- ¿A qué te referías con lo otro? - me preguntó Harry.

- Qué llevaremos lo teórico a la práctica -le respondí y los tres me miraron asombrado.

- Eso suena peligroso - me dijo Hermione.

- ¿Y tú Papá lo ha aceptado? - preguntó Harry, frunciendo el ceño.

- Necesito poner en práctica lo que sé y pueden quedarse tranquilos, el profesor Lupin asistirá a estas clases.

- Me preocupaba su seguridad - comenta Harry.

- No deberías, si Remus la cuida eso me basta para mí - le responde mi padre.

- Gracias por eso Freddy.

- Pues me ayudaste bien y también aprendiste bastante - le digo con una sonrisa - Cenemos porque mañana será un día de bastante novedades.

- No suenas muy alentadora - comenta Teddy.

- Mañana lo sabrán cariño, tu versión bebé quiere comer y dormir.

N/A: Gracias por su paciencia, ya pude acomodar los capítulos y voy a comenzar a actualizar seguido.

Gracias por leer.😘

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