Lava Rose || BNHA

By MewdynZoldyck

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- La prueba es sencilla, jóvenes. Quién no logré escapar, se quedará castigado lo que resta del mes. - ¿Escap... More

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EXTRA 01: " La extraña amistad de tres extraños amigos "
EXTRA 02: " La cita de Aoi "
EXTRA 03: " El aprendiz "
EXTRA 04: " Extreme change "
EXTRA 05: " La hermana de Bakugō "
EPÍLOGO
Sección de Curiosidades
AGRADECIMIENTOS
A V I S O

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By MewdynZoldyck

     El auto es horriblemente pequeño.

A mi izquierda, el idiota de mi mejor amigo pelirrojo duerme con su rostro enterrado en mi cuello y con los audífonos puestos.

A mi derecha, el lindo de mi mejor amigo peliceleste juega con el dobladillo de mi falda en un intento de calmar su ansiedad.

Y yo, bueno, me dedico a fingir escuchar la palabrería de mi inútil padre mientras pienso en cómo deshacerme del acosador de Asano sin que alguien me descubra.

Es un pervertido de clóset. Siempre sonriendo y detrás de mí, ¡Hasta tiene a mi padre comiendo de su mano!

Ahg, los odio a ambos.

— Viejo, ¿Falta mucho?

— Lenguaje señorita. —maldije por lo bajo, recargando mi mentón en la cabellera roja de mi amigo. — Y toma distancia, no los quiero encima de ti.

     Es un viejo molesto. ¡Todo le molesta!

En especial que los chicos se me acerquen, a excepción de Asano, lo cual es peor.

Creo que está loco.

Papá odia la presencia masculina a mi alrededor, porque según su perspectiva, cito sus palabras, “los mocosos de hoy en día utilizan cualquier excusa para tocar a las niñas en lugares inapropiados”. ¡Puras mierdas! Ser maestro de alumnos problemáticos debe estar lavando su cerebro, o haciendo corto circuito. Puede tener un poco de razón, después de todo Asano esconde muy bien su personalidad pervertida, ¡Pero eso no le da derecho a creer que mis mejores amigos van a comerme!

Por eso tiene canas, por paranoico.

Al menos este castigo nos hará bien, o eso dice el viejo.

Hace años que no visito a Tío Shōta, convivir con él subirá mis ánimos.

— Shiota–san, —mi amigo de coletas detuvo su acto inocente, dejando de mirar por la ventana para observar a mi progenitor. Negué al identificar lo falsa que era su sonrisa, igual que su tono de voz. — aleja tus manos de mi hija.

     Sin mediar palabras obedeció, adoptando una postura molesta que me hizo un poco de gracia.

— ¡Akabane–san! —tuve que reprimir una carcajada, igual que Nagisa, al ver el sobresalto que hizo el pelirrojo. — El mensaje va para ti también.

     Haciendo oídos sordos, volvió acomodarse sobre mi cuerpo. Su respiración contra mi piel provocó cosquillas y sonreí a la cámara, dejando que Nagisa nos sacara una foto de recuerdo.

El maldito viaje continuó con tranquilidad. En un punto me dormí, abrazando por la cintura a Nagisa y siendo el osito de peluche de los dos, pues Karma pasó uno de sus brazos por mi espalda hasta llegar al de coletas y abrazarnos a los dos por igual, quedando el pequeño del grupo sobre mis piernas y con su rostro oculto en mi pecho. Lo sé porque Karma despertó primero que nosotros y tomó una selfie como recuerdo, también para extorsión. Esa costumbre nunca se le quitará.

El manto oscuro en el cielo ya no está, en cambio pinceladas celestes y nubes de algodón acompañaron la llegada del sol, anunciando que eran las siete de la madrugada.

El viejo no está en su sitio y por las ventanas distingo una gasolinera no muy lejos, supongo que fue al servicio. Bostece a lo grande, haciendo reír al pelirrojo por mi evidente flojera. Solo al viejo se le ocurre viajar tres horas en plena madrugada, para deshacerse de nosotros.

     Un sonido extraño me sacó de mi mundo. — Me está dando hambre... —era Nagisa sobando su pancita, que había hecho ruido.

— A mi también.

— Yo puedo alimentarlos~

     Al ser la más cercana, fui la designada para golpear a Karma.

Admito me gusta verlo hacer el ridículo y sus intentos de pervertir a Nagisa, pero es incómodo cuando también me incluye y consigue hacerme sonrojar.

El viejo apareció en el mejor momento, traía consigo comida chatarra y nos la dio, sonriendo con maldad. Eso fue extraño, pero no le di importancia.

En menos de media hora los edificios comenzaron aparecer, atrayendo mi atención. Musutafu siempre me pareció una ciudad fascinante, con sus héroes patrullando las calles, salvando a los civiles y atrapando villanos. Muy diferente a mi ciudad. Pero lo entiendo. El viejo es un Mukosei, a diferencia de mi tío, y que se haya mudado a una ciudad más tranquila con su familia era predecible. Me hubiera gustado crecer rodeada de héroes, hubiera sido divertido.

Nagisa atrajo mi atención, comentando la noticia reciente sobre la nueva película de ‹ Sonic Ninja › y el cambio drástico que hicieron en el elenco. Gracias a ello, olvidé por completo la razón del viaje sorpresa y me concentré más en debatir que el nuevo elenco era mejor que el anterior, iniciando un debate con mis mejores amigos quienes estaban totalmente en contra y me veían como si me hubiera crecido otra cabeza.

Quiero decir, la anterior actriz que hacía de co-protagonista era pésima actuando, solo había obtenido el papel por sus pechos. La nueva chica que interpretaría su papel era muchísimo mejor. ¡Ganó un Óscar!

Malditos hombres que solo piensan en tetas.

— ¡Llegamos!

     La felicidad del viejo detuvo nuestro debate, coincidiendo al mirarlo con desconfianza.

Se veía demasiado feliz por librarse de nosotros.

En fin, para no hacerlo enojar hicimos lo que pedía. Bajamos nuestro equipaje en silencio, lo cual fue ordenado por él de forma casi histérica, y dejamos las maletas frente a la puerta de la única casa que parecía a punto de derrumbarse.

Sus paredes se veían viejas, con la pintura amarilla simulando ser óxido y todas las ventanas cubiertas por cortinas negras o rojo vino, supongo que para prohibir el paso de la luz solar. Al ser de dos pisos, con terraza, daba un aspecto más inestable de lo deseado.

— ¿Viejo, dónde estamos?

— En casa de tu tío.

— Aja... ¿Seguro que no planea abandonarnos en otra ciudad solo porque iniciamos un incendio en la piscina, Aizawa–sensei?

     Reí por lo bajo, recordando aquello. Fue divertido para nosotros, pero no para los maestros.

Karma fue ignorado por el viejo, dando la respuesta que ninguno de los tres quería aceptar. No entra en mi cabeza que tío Shōta viva en estas condiciones, quiero decir, ¡Mi tío es un héroe! ¿No debería ser rico? Al menos más rico que el inútil que tengo por padre.

— Bien muchachos... volveré por ustedes, desgraciadamente, cuando la suspensión termine.

     Tocó el timbre y corrió directo al auto.

En menos de un minuto lo vi perderse por la calle por donde vinimos. ¿Tan desesperado se encuentra por librarse de mí? Necesito agendar una cita con el neurólogo, creo que las neuronas ya le hicieron corto circuito.

La puerta fue abierta con pereza y lo primero que vi fueron largos y grasoso cabellos negros asomarse. Después, unos ojos perezosos y ojerosos que conocía de memoria. Vestía un pijama negro, simple, que cubría la mayor parte de su cuerpo y era una talla más grande.

Al vernos, la pereza desapareció de sus ojos y nos observó como si fuéramos el peligro en persona. Que lindo~

— ¡Tío Shōta! —ignoré el miedo en sus ojos y salté a sus brazos, aunque no me correspondió. ¡Aún así no lo solté! Es mi tío favorito, el único que me importa. — ¡Vine de visita!~

     Un celular comenzó a sonar, el suyo por supuesto.

Sin ser cuidadoso o pedirme que lo soltara, me apartó de sus brazos y contestó sin ver el remitente.

     Con el altavoz encendido, mi felicidad no hizo más que aumentar. — ¡Te los encargo, Otōto!

...

     Tío desapareció unos segundos después de mostrarnos la casa y las habitaciones que usaríamos.

Por eso ahora nos encontramos los tres en el cuarto más grande, desempacando nuestras cosas. A Nagisa le da miedo dormir en lugares nuevos y Karma quiso hacerle compañía, por eso los tres decidimos dormir juntos. La versión oficial es para hacer pijamadas y dormir hasta tarde. La extra–oficial es que Nagisa no quiere perder su virginidad –aún– a causa de un Karma pervertido que le tiene ganas.

...Sip, esos son mis mejores amigos.

No es la primera vez que comparto cama con estos idiotas, incluso solemos saltarnos las clases para dormir en la terraza usando a Karma de almohada. La cama es lo suficiente grande para que los tres quepamos, así que no hay problema.

La habitación cuenta también con un armario, un viejo escritorio y un baño privado. A diferencia de la fachada de afuera, por dentro todo se ve impecable y bien ordenado. Algunos muebles son viejos pero parecen resistir, como el escritorio, supongo que tío lo usó durante sus años de estudiante. Las paredes pintadas de un gris aburrido combinan con las telas blancas y los objetos decorativos en colores neutros, solo las cortinas de la primera planta son rojo vino, las del segundo piso, junto con las de mi nueva habitación, son negras.

Es una casa muy diferente a lo acostumbrado.

Karma vive solo en una casa de tres pisos, con un ático donde se escuchan cosas extrañas y los objetos se mueven de lugar, pues sus padres viajan por todo el mundo y se olvidan de su existencia; y Nagisa vive con su madre en un departamento común y corriente, con vecinos histéricos que llaman a la mujer más loca del mundo cada vez que lo visitamos sin permiso.

He visitado sus casas y sin duda son más coloridas que ésta. La mía es muy diferente. A mamá le gustan los colores pasteles y la mayor parte de la casa es de color amarillo pollo o verde vómito, con plantas falsas por todos lados y pinturas sin sentido que el viejo compra en línea. ¡Mi familia está loca!

Solo mi habitación es normal en ese lugar.

De hecho, creo que ya sé de dónde saqué el gusto por los colores oscuros.

— Aoi, —salí de mi mundo para ver al de coletas. — te pareces mucho a tu tío.

— Supongo... —reste importancia al dato. — Hace años que no lo veo, la última vez fue en mi graduación de primaria.

     Karma carcajea un poco, tumbado sobre la cama en toda su extensión. — Tiene la misma maraña de pelo que tú. —hice una mueca, pues es cierto. A diferencia del viejo, que lo tiene corto y con un brillo envidiable, el mío es largo e indomable, incluso grasoso sino lo lavo dos veces al día. — ¿Segura que no eres adoptada?

— ¿Lo golpeo?

— Te concedo el honor.

     Reí al ver el dolor ajeno, chocando los cinco con Nagisa.

Karma no decía aquello con mala intención, pero la broma está tan gastada que ya no da risa.

— Aunque si hablamos de parecido, Aoi tiene los ojos de la señora Aizawa. —asentí de acuerdo con él. Adoro los ojos oliva de mamá. — Lo único ilógico es su color de cabello.

     Volví asentir más contenta que antes. Detuve un momento mis movimientos, para girarme y ver al pelirrojo. Con la idea de molestarlo.

— Tal vez somos parientes, Karma~

— Nop. Me niego. —reímos sin parar, contagiando al pelirrojo.

     Sin ser consciente, acaricié mi cabello frambuesa. Aunque es más carmesí que nada, lo llamo de esa forma porque siempre huele a frambuesas. Mi olor natural.

Nunca me he puesto a pensar que tal vez mis amigos tengan razón y en verdad soy adoptada, o producto de una infidelidad por parte de mamá. Pues soy la única pelirroja en la familia, siquiera los abuelos poseen este color de cabello.

Que sad.

Terminé de guardar las últimas prendas de ropa en el armario y cambie el tema de conversación por uno más divertido.

Recordamos todas las travesuras que cometimos a lo largo del semestre. El incendio en la piscina, que fue la causa de nuestra suspensión por un mes lejos de Kunugigaoka, las bolas de fuego hechas con alcohol y algodón para la clase de ciencias, la invasión de abejas al tomar prestada la abeja reina de un panal en las montañas, la mancha de pintura roja en la retaguardia de la profesora de inglés, la guerra de comida el día de San Valentín, los explosivos escondidos en las sillas de los maestros, travestir al molesto hijo del director, ect, ect.

Un sin fin de travesuras que nos costó mucho tiempo de limpieza en los baños y tiempo de caridad en los centros de asilos para adultos mayores.

No me arrepiento de nada.

— Mocosos... —giramos al mismo tiempo, asustando a mi tío.

     No es la primera vez que causamos esa impresión, estamos tan coordinados que suelen preguntarnos si somos parientes. O demonios.

Me gusta asustar a las personas.

     En un susurro burlesco, pude oír los malignos pensamientos de Karma. — No sobrevivirá una semana~

— ¿Qué sucede, tío Shōta?

— Issey me explicó la razón de su suspensión, —oír el nombre del viejo ser dicho por alguien que no es mi madre es extraño. — así que, como no es de mi incumbencia, hagan lo que quieran. —estuve a punto de festejar, pero siendo el mismo de siempre, tío Shōta activó su kosei para intimidar. Lo cual funcionó. — Destruyan algo... y querrán no haber nacido. —sonreí por lo bajo, sintiendo el miedo de Nagisa volverse mío. — Me voy.

     No duramos ni cinco segundos en silencio.

— Es igual a ti.

— Cállate Karma.

Y este es el primer capítulo!~

Aoi es toda una loquilla, ¿no creen? Karma sigue siendo el mismo de siempre y el pobre de Nagisa que los sigue al fin del mundo. Que lindos~

Espero les haya gustado 💙

MewdynZoldyck.

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