Lava Rose || BNHA

EXTRA 05: " La hermana de Bakugō "

     Reí para no enfadarme, viendo de arriba abajo a la mujer que tiene el descaro de ocupar mi lugar en el sofá.

Tiene el cabello largo y rubio, como Rapunzel, sus ojos son tan brillantes como una piedra preciosa de color púrpura y desprende un olor a amapolas que hace picar mi nariz. Viste una blusa a manga larga violeta, marcando su busto y dejando a la vista el vientre, junto con un pantalón gris holgado que se aferra a su cintura de reloj de arena.

¿Quién es ella y por qué está aquí?

— Deja de mirarla así. —Hitoshi–senpai me regañó, picando mi mejilla en un intento de desviar mi atención de esa mujer y hacerme sonreír.

— ¿La conoces? —pregunté, celosa.

     No me da miedo mostrar cómo me siento, menos a él.

— Sí, y tú también deberías.

     Hice una mueca de asco, volviendo a mirar a la rubia.

Y vaya sorpresa me lleve cuando, al girar para verla, ella ya estaba detrás de mí con una sonrisa.

La miré de pies a cabeza, cruzando mis brazos para verme más madura que ella, porque por la forma en que está de pie y la sutil amenaza que me da su presencia me dice que tiene más experiencia asesinando que yo. Y eso no me gusta, la asesina aquí soy yo.

Sonreí egocéntrica al notar que soy más alta que ella, remarcando eso al cortar el poco espacio que nos separa, quedando cara a cara.

— ¿Y tú eres...?

— Oh, es cierto, no nos conocemos. —arrugue el ceño, retrocediendo dos pasos cuando intentó tocarme. ¿Quién se cree para tener libertades conmigo? — Tranquila~ no muerdo.

— Te puedo prender fuego si quiero. —dije amenazante, iluminando un poco mi cabello frambuesa en señal de amenaza.

     En vez de asustarla, solo conseguí que me viera con curiosidad.

— Izuku–kun me habló de tu don, es interesante.

— Vaya confianza tienes con mis senpai. —encogió los hombros, altanera.

     Esa mirada de superioridad la he visto en alguna parte...

— Tú no me conoces, pero yo a ti sí. Estudias medicina tradicional en Dōbutsu, ¿no?

— ¿Me espías a caso?

     Mi cabello comenzó a alzarse más en picos, pronunciando las ondulaciones en forma de espinas, delatando el mal humor que comienza atacarme.

Tuve toda la intención de tomarla del brazo y quemarla con mi calor corporal, pero las palmadas de Hitoshi–senpai en mi cabeza me calmaron por completo. Fue como... ¿Instintivo?

— No busques pelea tan temprano, niña. —me relajé, volviendo mi cabello a la normalidad, pero no dejé de estar alerta. — Madame sólo te está poniendo a prueba.

— Pues que confianza se tiene con todos, ¿no?

     Me fue imposible no hacer berrinche.