Leyendo: "Harry Potter, una h...

Door Mitologia_13

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Obviamente, se leerá la historia de Harry Potter en el pasado con las tres generaciones, pero será diferente... Meer

1. Volviendo al pasado (Parte 1)
2. Volviendo al Pasado (Parte 2)
3. La mágica verdad.
4. Hogwarts.
5. Fortaleciendo nuestra amistad.
6. Halloween.
7. Quidditch.
8. Navidad.
9. Nicolas Flamel.
10. Norberto, el ridgeback noruego.
11. El bosque prohibido.
12. A través de la trampilla.
13. El hombre de las dos caras.
14. Gryffindor
15.Obligaciones en vacaciones.
16. Cumpleaños en la madriguera.
17. Borgin y Burken. (Parte 1)
18. Borgin y Burken (Parte 2)
19. De regreso a Howgarts (Parte 1)
20. De Regreso a Hogawrts (Parte 2)
21. Los "sangre sucia" y una voz misteriosa. (Parte 1)
22. Los sangre sucia y la voz misteriosa (parte 2)
23. El cumpleaños de Muerte (parte 1)
24. El cumpleaños de Muerte (parte 2)
25. Inscripciones en la pared (parte 1)
26. Inscripciones en la pared (parte 2)
27. Una blugger loca (Parte 1)
28. Una blugger loca (parte 2)
29. El club de duelo (parte 1)
30. El club del duelo (parte 2)
31. Poción Multijugos.
32. El diario secreto (parte 1)
33. El diario secreto (parte 2)
34. Cornelius Fudges (Parte 1)
35. Cornelius Fudges (Parte 2)
36. Aragog (parte 1)
37. Aragog (parte 2)
38.La cámara secreta (parte 1)
39. La cámara secreta (parte 2)
40. El Heredero de Slytherin. (Parte 1)
41. El Heredero de Slytherin. (Parte 2)
43. 1G vs 2G
44. Black.
45. El reencuentro.
46. Dementor (parte 1)
47. Dementor (parte 2)
48.Pozos de té y garras de hipogrifo.(Parte 1)
49. Pozos de té y garras de hipogrifo. (Parte 2)
50. El Boggart.
.51 La huida de la Señora Gorda.
.52 La derrota.
53. El Mapa de Merodeador.
.54 Sorpresa en Navidad.
.55 Patronus.
56. Gryffindor contra Ravenclaw
57. El rencor de Snape.(parte 1)
58. El rencor de Snape (parte 2)
59. La final de Quidditch.
60. La profecía de la Profesora Trelawney.
61. El perro, el gato y la rata.
62.Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
63. El Vasallo de Voldemort.
64. El beso del dementor.
65. El secreto de Hermione.
66. Más lechuzas mensajeras.
67. Último día.
.68. Disciplina mental.
.69. El traslador.
.70. Bagman y Crouch.
.71. Los Mundiales de quidditch.
.72. La marca tenebrosa.
.73. Alboroto en el Ministerio.
.74.El expreso a Hogwarts.
.75. El torneo de los tres magos.
.76. Ojoloco Moody.
.77. Maldiciones imperdonables.
.78.Beauxbatons y Durmstrang.
.79.El Cáliz de fuego.
.80. Los cinco campeones.
.81. La comprobación de las varitas.
.82. El colacuerno húngaro.
.83. La primera prueba.
.84.El Frente de Liberación de los Elfos Domésticos.
85. Una prueba inesperda.
86. El baile de Navidad.
87. La primicia de Rita Steeker.
88. El huevo.
.89. La Segunda prueba.
.90. El regreso de Canuto.
.91. La locura del Señor Crouch.
.92. El Sueño.
.93. El pensadero.
.94. La tercera prueba.
.95. Hueso, carne y sangre.
.96. Los Mortifagos.
.97. Priori Incantatem
.98. El suero de la verdad.
.99. Caminos separados.
.100. El comienzo.
SEGUNDA PARTE.

42. La recompensa de Dobby.

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- Al fin hemos llegado al último de este libro, vamos a terminarlo porque debemos cenar e irnos a dormir, mañana tendremos un partido de Quidditch - nos dice James.

- ¿Estás ansioso por competir contra tu hijo? - le pregunta Remus.

- Será épico - comenta J.S - Sabemos que son de las generaciones más fuerte y verlos jugar en su mejor época... wou...

- Será entretenido, hace un año que no jugamos y será agradable retomar - les digo.

- Bien, leeré el último - me pide Fred y se lo paso - "La recompensa de Dobby"

Hubo un momento de silencio cuando con Harry, Ron, Ginny y Lockhart aparecemos en la puerta, llenos de barro, suciedad y, en el caso de Harry, sangre. Luego alguien gritó:

—¡Ginny!

Era la señora Weasley, que estaba llorando delante de la chimenea. Se puso en pie de un salto, seguida por su marido, y se abalanzaron sobre su hija.

- Eso es una reacción muy normal y comprensible - comenta mi abuela.

- Sí, mi mamá no me perdió de vista en todo el verano y no me quejo - le dice Ginny.

- Mejor, porque es lo que haré desde que nazcas.

Con Harry, sin embargo, miramos detrás de ellos. El profesor Dumbledore estaba ante la repisa de la chimenea, sonriendo, junto a la profesora McGonagall, que respiraba con dificultad y se llevó una mano al pecho. Fawkes pasó zumbando cerca de Harry para posarse en el hombro de Dumbledore. Sin apenas darnos cuenta, con Harry y Ron nos encontramos atrapados en el abrazo de la señora Weasley.

—¡La han salvado! ¡La han salvado! ¿Cómo lo hicieron?

—Creo que a todos nos encantaría enterarnos — dijo con un hilo de voz la profesora McGonagall.

En ese momento, mis padres aparecieron por la puerta y dejaron escapar un gran suspiro de alivio, antes de abrazarnos.

- Apenas supimos de la desaparición de Ginny, algo me decía que irían por ella - dijo papá mirando el estado en el que estábamos - Y veo que no me equivoque.

- ¿Están bien? - nos preguntó en cambio mamá.

- Sí, ninguno está herido - le asegure.

- Señor y Señora Gryffindor, lo mejor será que tomen asiento - les pidió la Profesora McGonagall - Estaban por contarnos como lo lograron.

- Me conoces desde que nací, llámanos por nuestro nombres, Minnie - dice mi papá y le sonríe a modo de respuesta.

- A él le sonríe, eso no es justo y se llama favoritismo - protesta Sirius y varios reímos por su berrinche.

- Señor Black ya es grande para comportarse así - le responde - Y el joven Fredderick, lo habrá utilizado para calmarme.

- Suena a excusa...

- No lo es Canuto, todos sabemos que soy su favorito - le dice James.

- Basta, ya quedó claro que su favorito es Harry - interviene Remus y comenzamos a reír.

- Sigue Fred... - le pido o seguiremos así toda la noche.

La señora Weasley soltó a Harry, que dudó un instante, luego se acercó a la mesa y depositó encima el Sombrero Seleccionador, la espada con rubíes incrustados y lo que quedaba del diario de Ryddle.

Harry empezó a contarlo todo. Hablaba durante casi un cuarto de hora, mientras los demás lo escuchaban absortos y en silencio. Contó lo de la voz que no salía de ningún sitio; que Hermione había comprendido que lo que él oía era un basilisco que se movía por las tuberías; que él, Ron y yo, seguimos a las arañas por el bosque; que Aragog nos había dicho dónde había matado a su víctima el basilisco; que habíamos adivinado que Myrtle la Llorona había sido la víctima, y que la entrada a la Cámara de los Secretos podía encontrarse en los aseos...

- ¿Y en esa confesión estaba incluido que hicieron la poción multijugos y se hicieron pasar por un par de Slytherin?

- Sí Malfoy, confesamos todo - le responde Harry.

- Ya se llevan más civilazadamente, eso ya es un gran avance - les digo divertida.

—Muy bien — señaló la profesora McGonagall, cuando Harry hizo una pausa —, así que averiguaron dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo. Pero ¿cómo demonios consiguieron salir con vida, Potter?

Así que Harry, con la voz ronca de tanto hablar, les relató la oportuna llegada de Fawkes y del Sombrero Seleccionador, que le proporcionó la espada. Pero luego titubea. Había evitado hablar sobre la relación entre el diario de Ryddle y Ginny. Ella apoyaba la cabeza en el hombro de su madre, y seguía derramando silenciosas lágrimas por las mejillas. ¿Y si la expulsaban?. El diario de Ryddle no serviría ya como prueba, pues había quedado inservible... ¿cómo podrían demostrar que era el causante de todo?

Instintivamente, Harry miró a Dumbledore, y éste esbozaba una leve sonrisa.

La hoguera de la chimenea hacía brillar sus lentes de media luna.

—Lo que más me intriga — dijo Dumbledore amablemente —, es cómo se las arregló lord Voldemort para embrujar a Ginny, cuando mis fuentes me indican que actualmente se halla oculto en los bosques de Albania.

- Gracias por haber intervenido - le dice Ginny.

- Sospechaba de Ryddle desde que estuvo en el colegio, pero fue muy precavido y habré tenido muy en cuenta de que era una víctima más.

- ¿Otra vez Él? - dijo papá enojado.

—¿Qué... qué? — preguntó el señor Weasley con voz atónita —. ¿Sabe qui-quién? ¿Ginny embrujada? Pero Ginny no ha... Ginny no ha sido... ¿verdad?

—Fue el diario — dijo inmediatamente Harry, agarrándolo y enseñándoselo a Dumbledore - Ryddle lo escribió cuando tenía dieciséis años.

Dumbledore agarró el diario que sostenía Harry y examinó minuciosamente sus páginas quemadas y mojadas.

—Soberbio — dijo con suavidad — Por supuesto, él ha sido probablemente el alumno más inteligente que ha tenido nunca Hogwarts. — Se volteo hacia los Weasley, que lo miraban perplejos —. Muy pocos saben que lord Voldemort se llamó antes Tom Ryddle. Yo mismo le di clase, hace cincuenta años, en Hogwarts. Desapareció tras abandonar el colegio... Recorrió el mundo..., profundizó en las Artes Oscuras, tuvo trato con los peores de entre los nuestros, acometió peligros, transformaciones mágicas, hasta tal punto que cuando resurgió como lord Voldemort resultaba irreconocible. Prácticamente nadie relacionó a lord Voldemort con el muchacho inteligente y encantador que recibió aquí el Premio Anual.

- Ahora entiendo tu elogio hermano - le dice Percy a Ron.

- Eras bastante molesto, pero jamás te compararía con ese idiota.

- Eso muy tierno viniendo de Ron - comenta George.

—Pero Ginny — dijo la señora Weasley —. ¿Qué tiene que ver nuestra Ginny con él?

—¡Su... su diario! — dijo Ginny entre sollozos —. He estado escribiendo en él, y me ha estado contestando durante todo el curso...

—¡Ginny! — exclamó su padre, atónito — ¿No te he enseñado una cosa? ¿Qué te he dicho siempre? No confíes en cosas que tengan la capacidad de pensar pero de las cuales no sepas dónde tienen el cerebro. ¿Por qué no me enseñaste el diario a mí o a tu madre? Un objeto tan sospechoso como ése, ¡tenía que ser cosa de magia negra!

—No..., no lo sabía — sollozo Ginny — Lo encontré dentro de uno de los libros que me había comprado mamá. Pensé que alguien lo había dejado allí y se le había olvidado...

- Voy a repetirselos hasta que se lo sepan de memoria - les dice Arthur a todos sus hijos.

- Y nosotros haremos lo mismo - dice Lily y mi madre.

- Lo tenemos en cuenta.

—La señorita Weasley debería ir directamente a la enfermería — terció Dumbledore con voz firme —. Para ella ha sido una experiencia terrible. No habrá castigo. Lord Voldemort ha engañado a magos más viejos y más sabios. — fue a abrir la puerta —. Reposo en cama y tal vez un tazón de chocolate caliente. A mí siempre me anima — añadió, guiñándole un ojo bondadosamente —. La señora Pomfrey estará todavía despierta. Debe de estar dando zumo de mandrágora a las víctimas del basilisco. Seguramente despertarán de un momento a otro.

—¡Así que Hermione está bien! — dijo Ron con alegría.

- Gracias por preocuparte - le dice ella abrazándolo.

- Y pensar que en esa época ni imaginábamos que iban a terminar así - le dice George.

- Comencé a darme de cuenta de ello en nuestro tercer año cuando discutían - le comento - Pero lo confirme en nuestro cuarto año.

- Al igual que yo, con Harry y contigo - me dice mi amiga.

—No les han causado un daño irreversible — dijo Dumbledore.

La señora Weasley salió con Ginny, y el padre fue detrás, todavía muy impresionado.

—¿Sabes, Minerva? — dijo pensativamente el profesor Dumbledore a la profesora McGonagall —, creo que esto se merece un buen banquete. ¿Te puedo pedir que vayas a avisar a los de la cocina?

—Bien — dijo resueltamente la profesora McGonagall, encaminándose también hacia la puerta —, te dejaré para que ajustes cuentas con, Gryffindor, Potter y Weasley.

—Eso es — dijo Dumbledore.

- Si cambiamos el apellido de Ron, por el de mis viejos amigos, sería como volver al pasado - dijo papá.

-  Así que te meterás en problemas con nosotros, eso suena genial - comenta Sirius.

- ¿Van a corromper a mi amigo? - les pregunta Lily.

- Lily... no he hecho nada aún y ni mi mamá me está regañando.

- No me has dado ni un problema en quince años, así que voy a tenerte paciencia, pero no avisen - le dice ella y me parece una situación graciosa.

- Ves mamá, ella lo toma bien - le dice James.

- Espero que sí, porque compartiremos bisnietos muy adorables.

Salió, y con Harry y Ron miramos a Dumbledore dubitativos. ¿Qué había querido decir exactamente la profesora McGonagall con aquello de «ajustar cuentas»? ¿Acaso nos iban a castigar?

—Creo recordar que les dije que tendría que expulsaros si volvían a quebrantar alguna norma del colegio — dijo Dumbledore mirando a los chicos, tal vez se los advirtió cuando llegaron en el coche volador.

- Sí, nos dijo que evitemos los problemas o debía expulsarnos - comenta Harry.

- Pero la vida de Ginny lo valía - agrega Ron.

- Me enorgullece escucharte hablar así de la familia - le dice Arthur.

- Nos educaron bien papá - le dice Bill.

Ron abre la boca horrorizado.

—Lo cual demuestra que todos tenemos que tragarnos nuestras palabras alguna vez — prosiguió Dumbledore, sonriendo — Recibirán los tres el Premio por Servicios Especiales al Colegio y... veamos..., sí, creo que doscientos puntos para Gryffindor por cada uno.

- Eso es grandioso profesor Dumbledore - le dije sonriendo - Pero Hermione merece el mismo reconocimiento, sin ella no hubiese descubierto lo que íbamos a enfrentar.

- Muy cierto y muy noble de su parte recordádmelo, la señorita Granger también tendrá el mismo reconocimiento.

- Gracias Hann.

- Pero es cierto lo que dije, tu ayuda nos hizo abrir los ojos. Merecias ser recordada.

Ron se pone tan sonrosado como las flores de San Valentín de Lockhart, y vuelve a cerrar la boca.

- ¡Hannah! - me regaña Ron sonrojado por las risas.

-¡Lo siento! Pero lo pensaba, no lo dije y... oh, ahora que lo pienso bien, todos sabrán que pensaba de Harry... ¿Saben...? Creo que ya no es necesario seguir leyendo.

- Pero a mi me interesa saberlo Gryffindor - me dice él mientras que ignoró las risas.

- Ahora si que estás sonrojada - agrega Ron riendo - Estamos a mano.

- Recuerda que es por el bien mayor y que no sólo tus secretos serán revelados - me dice Hermione.

- De acuerdo, sigue Fred.

—Pero hay alguien que parece que no dice nada sobre su participación en la peligrosa aventura — añadió Dumbledore — ¿Por qué esa modestia, Gilderoy?

Di un respingo. Me había olvidado por completo de Lockhart. Volteo y veo que estaba en un rincón del despacho, con una vaga sonrisa en el rostro. Cuando Dumbledore se dirigió a él, Lockhart miraba con indiferencia para ver quién le hablaba.

—Profesor Dumbledore — dijo Ron enseguida —, hubo un accidente en la Cámara de los Secretos. El profesor Lockhart..

—¿Soy profesor? — preguntó sorprendido —. ¡Dios mío! Supongo que seré un inútil, ¿no?

—... intentó hacer un embrujo desmemorizante y el tiro le salió por la culata — explicó Ron a Dumbledore tranquilamente.

—Hay que ver — dijo Dumbledore, moviendo la cabeza de forma que le temblaba el largo bigote plateado —, ¡herido con su propia espada, Gilderoy!

—¿Espada? — dijo Lockhart con voz tenue — No, no tengo espada. Pero este chico sí tiene una. — señaló a Harry — Él se la podrá prestar.

Mi papá no pudo evitar y dejó escapar una gran carcajada y se detuvo al ver que mamá lo regañaba con la mirada.

- Lo lamento, sé que no es el momento adecuado...

- Por favor, era inevitable no reír - le dice Sirius a mi madre.

- Pero no le estaba dando un buen ejemplo a los niños, seguro que no me hubiese molestado que riera en privado.

- Sí, eso suena a ti Marlene - le dice Lily.

- Quiero una esposa así - comenta Sirius.

- Ves, Sarah sería perfecta para él y podría lidiar con sus idioteces.

- Es raro escuchar de ella ahora y si llega a función el plan de mi madrina, quiero que tengan en cuenta que cuando regrese me costará acostumbrarme.

- Lo entenderé Hannah, no te preocupes que lo entenderemos.

—¿Te importaría llevar también al profesor Lockhart a la enfermería? — dijo Dumbledore a Ron —. Quisiera tener unas palabras con Harry y Hannah.

Lockhart salió. Ron mira con curiosidad a Harry y Dumbledore mientras cierra la puerta.

Dumbledore fue hacia una de las sillas que había junto al fuego.

—Tomen asiento, por favor — dijo, y con Harry tomamos asiento al frente suyo — Antes que nada, quiero darte las gracias — dijo Dumbledore, parpadeando de nuevo mirando a Harry — Debes de haber demostrado verdadera lealtad hacia mí en la cámara. Sólo eso puede hacer que acuda Fawkes.

Acaricia al fénix, que agitaba las alas posado sobre una de sus rodillas. Harry sonríe con vergüenza cuando Dumbledore lo miró directamente a los ojos.

— Así que han conocido a Tom Ryddle — dijo Dumbledore pensativo — Imagino que tendría mucho interés en verte.

De pronto, Harry menciona algo que le recomía:

—Profesor Dumbledore... Ryddle dijo que yo soy como él. Una extraña afinidad, dijo...

—¿De verdad? — preguntó Dumbledore, mirando a un Harry pensativo, por debajo de sus espesas cejas plateadas —. ¿Y a ti qué te parece, Harry?

—¡Me parece que no soy como él! — contestó Harry, más alto de lo que pretendía — Quiero decir que yo..., yo soy de Gryffindor, yo soy...

Pero calla.

—Profesor — añadió después de un instante —, el Sombrero Seleccionador me dijo que yo... haría un buen papel en Slytherin. Todos creyeron un tiempo que yo era el heredero de Slytherin, porque sé hablar pársel...

—Tú sabes hablar pársel, Harry — dijo tranquilamente Dumbledore —, porque lord Voldemort, que es el último descendiente de Salazar Slytherin, habla pársel. Si no estoy muy equivocado, él te transfirió algunos de sus poderes la noche en que te hizo esa cicatriz. No era su intención, seguro...

—¿Voldemort puso algo de él en mí? — preguntó Harry, atónito.

- ¿Lo hizo? - le pregunta sorprendido Al.

-Sí, pero no fue intensional...

- Es un tema delicado para tu padre, no tiene buenos recuerdos debido a eso y es preferible que lo vayan sabiendo sobre la marcha y no lo agobien - intervengo y siento como aprieta mi mano.

- Lo entendemos papá, no te preocupes - le dice J.S.

—Eso parece.

—Así que yo debería estar en Slytherin — dijo Harry, mirando con desesperación a Dumbledore —. El Sombrero Seleccionador distinguió en mí poderes de Slytherin y...

—Te puso en Gryffindor — dijo Dumbledore reposadamente —. Escúchame, Harry. Resulta que tú tienes muchas de las cualidades que Slytherin apreciaba en sus alumnos, que eran cuidadosamente escogidos: su propio y rarísimo don, la lengua pársel..., inventiva..., determinación..., un cierto desdén por las normas —añadió, mientras le volvía a temblar el bigote —. Pero aun así, el sombrero te colocó en Gryffindor. Y tú sabes por qué. Piensa.

—Me colocó en Gryffindor — dijo Harry con voz de derrota — solamente porque yo le pedí no ir a Slytherin...

—Exacto — dijo Dumbledore, volviendo a sonreír —. Eso es lo que te diferencia de Tom Ryddle. Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades. — Harry estaba en su silla, atónito e inmóvil —. Si quieres una prueba de que perteneces a Gryffindor, te sugiero que mires esto con más detenimiento.

Dumbledore se acercó al escritorio de la profesora McGonagall, agarró la espada ensangrentada y se la pasó a Harry. Sin mucho ánimo, Harry le dio la vuelta y vio brillar los rubíes a la luz del fuego. Y luego ve el nombre grabado debajo de la empuñadura: Godric Gryffindor:

—Sólo un verdadero miembro de Gryffindor podría haber sacado esto del sombrero, Harry — dijo simplemente Dumbledore y Harry voltea a verme.

- La reconocí desde que la tuviste en tus manos - le dije con una sonrisa - Te dije que no eras el heredero, tú eres mejor persona.

- Gracias Hannah por no dejarlo caer - me dice su madre - Me hace muy feliz que vayas a ser su esposa.

No esperaba escuchar eso y siento que mi corazón va a explotar de la alegría.

- Eres toda una Potter...

- Sin dejar de ser una Gryffindor - acota Godric y su comentario me hace reír.

- Soy una Leona, lo llevo en la sangre y no lo olvido - le digo a él y luego a los Potter - Era muy importante para mí saber que me aprobaban.

- Cariño, lo suyo es destinado y nada podrá romper su unión - me dice la abuela de Harry.

- Hay algo que falto en su historia - dijo papá de repente - ¿Qué hacías tú durante la pelea?

- Protegía a Ginny, Harry no quería que me involucre y Ryddle no me quería muerta, dijo que tenía planes para mí - le respondí y a grandes rasgos era la verdad.

- ¿Qué planes? - preguntó mamá y sentí la mirada de Harry.

- No lo sé, no llego a decirlo - miento y me sentí horrible al hacerlo - Estaba confiado de que todo saldría según su plan.

- Hannah Lilianne Gryffindor, debiste habernos dicho la verdad - me regaña mi padre.

- No quise cargarlos con esa preocupación y tampoco quería repetir lo que me dijo - le digo en cambio.

- No seas tan duro con ella Freddy - interviene mi abuela - Tienes razón en quejarte, pero también debes de comprenderla a ella.

- Bien, pero espero que no se repita - me dice él y lo miro apenada - ¿Lo volverás hacer, verdad?

- No mentirle, pero he hecho algo aún peor... aunque todavía falta para que lleguemos a eso.

- Hannah...

- Déjalo estar por el momento papá, por favor.

Durante un minuto, ninguno dijo nada. Luego Dumbledore abrió uno de los cajones del escritorio de la profesora McGonagall y sacó de él una pluma y un tintero.

—Lo que necesitan, es comer algo y dormir. Les sugiero que bajen al banquete, mientras escribo a Azkaban: necesitamos que vuelva nuestro guarda. Y tengo que redactar un anuncio para El Profeta, además — añadió pensativo —. Necesitamos un nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. Vaya, parece que no nos duran nada, ¿verdad?

Con Harry nos levantamos dispuestos a salir. Pero apenas tocamos el pomo de la puerta, ésta se abrió tan bruscamente que pego contra la pared y rebota.
Lucius Malfoy estaba allí, con el semblante furioso; y también Dobby, encogido de miedo y cubierto de vendas.

- Idiota, en verdad Cissy podes conseguir algo mejor - le dice Sirius.

- Concuerdo contigo, pero la existencia de Drago y por ende la de Scorpius estarían en juego - intervengo.

- Yo no voy a perder a mi mejor amigo - nos dice enseguida Al.

- Ni yo a mi serpiente favorita, pero ella es quien decide y tiene tiempo para hacerlo - le digo y la miro a ella antes de mirar a su hijo.

—Buenas noches, Lucius — dijo Dumbledore amablemente.

El señor Malfoy casi derribó a Harry al entrar en el despacho. Dobby lo seguía detrás, pegado a su capa, con una expresión de terror.

—¡Vaya! — dijo Lucius Malfoy, fijos en Dumbledore sus fríos ojos e ignorando al resto —. Ha vuelto. El consejo escolar lo ha suspendido de sus funciones, pero aun así, usted ha considerado conveniente volver.

—Bueno, Lucius, verá — dijo Dumbledore, sonriendo serenamente —, he recibido una petición de los otros once representantes. Aquello parecía un criadero de lechuzas, para serle sincero. Cuando recibieron la noticia de que la hija de Arthur Weasley había sido asesinada, me pidieron que volviera inmediatamente. Pensaron que, a pesar de todo, yo era el hombre más adecuado para el cargo. Además, me contaron cosas muy curiosas. Algunos incluso decían que usted les había amenazado con echar una maldición sobre sus familias si no accedían a destituirme.

- Eso es demasiado...

- No para él - interrumpe Draco a mi abuelo - Tenía su ego muy elevado y cuando cayó en la realidad no fue agradable para nadie de la familia.

- Ahora entiendo porqué no te gusta hablar de eso, siendo honesto, ahora que lo sé con más razón elijo al abuelo Fredderick - le dice Scorp - Nuestra familia es amplia y mejor sin él.

- Que niño adorable - comenta mi papá - Ves James, seré un gran abuelo.

- Ya veremos que es lo que dicen cuando regresen y me tengan a mí.

- No puedo creer que compitan en eso - les dice Lily - No corremperan a ningún niño.

El señor Malfoy se puso aún más pálido de lo habitual, pero seguía con los ojos cargados de furia.

—¿Así que... ha puesto fin a los ataques? — dijo con aire despectivo — ¿Ha encontrado al culpable?

—Lo hemos encontrado — contestó Dumbledore, con una sonrisa.

—¿Y bien? — preguntó bruscamente Malfoy —. ¿Quién es?

—El mismo que la última vez, Lucius — dijo Dumbledore — Pero esta vez lord Voldemort actuaba a través de otra persona, por medio de este diario.

Levantó el cuaderno negro agujereado en el centro, y miró a Malfoy atentamente. Con Harry, por el contrario, no apartabanos los ojos de Dobby.

El elfo hacia cosas muy raras. Miraba fijamente a Harry, señalando el diario, y luego al señor Malfoy. A continuación se daba puñetazos en la cabeza.

—Ya veo... — dijo despacio Malfoy a Dumbledore.

—Un plan inteligente — dijo Dumbledore con voz desapasionada, sin dejar de mirar a Malfoy directamente a los ojos — Porque si Hannah y Harry, aquí presente — el señor Malfoy dirige a Harry una incisivaba mirada de soslayo —, y su amigo Ron no hubieran descubierto este cuaderno..., Ginny Weasley habría aparecido como culpable. Nadie habría podido demostrar que ella no había actuado libremente...

El señor Malfoy no dijo nada. Su cara se había vuelto de repente como de piedra.

—E imagine — prosiguió Dumbledore — lo que podría haber ocurrido entonces... Los Weasley son una de las familias de sangre limpia más distinguidas. Imagine el efecto que habría tenido sobre Arthur Weasley y su Ley de defensa de los muggles, si se descubriera que su propia hija había atacado y asesinado a personas de origen muggle. Afortunadamente apareció el diario, con los recuerdos de Ryddle borrados de él. Quién sabe lo que podría haber pasado si no hubiera sido así.

El señor Malfoy hizo un esfuerzo por hablar.

—Ha sido una suerte — dijo fríamente.

Pero Dobby seguía, a su espalda, señalando primero al diario, después a Lucius Malfoy, y luego pegándose en la cabeza.

Y Harry al fin comprendió de pronto. Hizo un gesto a Dobby con la cabeza, y éste se retiró a un rincón, retorciéndose las orejas para castigarse.

—¿Sabe cómo llegó ese diario a Ginny, señor Malfoy? — le preguntó Harry.

Lucius Malfoy se volteó hacia él.

—¿Por qué iba a saber yo de dónde lo tomo esa tonta? — preguntó.

—Porque usted se lo dio — respondió Harry — En Flourish y Blotts. Usted le agarro su libro de transformación y metió el diario dentro, ¿a que sí?

- Tengo muchas cosas por decir que por respeto a todos no diré - comenta Arthur apretando sus puños.

-Es un cobarde, meterse con una niña inocente no tiene perdón - le dice Godric.

- Papá todo salió bien y es lo que importa - le dice Ginny - Ellos cuatro lo pusieron en su lugar.

Vi que el señor Malfoy abría y cerraba las manos.

—Demuéstralo —dijo, furioso.

—Nadie puede demostrarlo — dijo Dumbledore, y sonríe a Harry —, puesto que ha desaparecido del libro todo rastro de Ryddle. Por otro lado, le aconsejo, Lucius, que deje de repartir viejos recuerdos escolares de lord Voldemort. Si algún otro cayera en manos inocentes, Arthur Weasley se asegurará de que le sea devuelto a usted...

- Albus está siendo bastante considerado contigo, pero si te metes con alguien más de mi familia te irá mal - le advirtió papá.

- Gracias tío Fredderick - le dice Ginny.

- Gracias por cuidar de mi familia - le dice el patriarca Weasley.

- Los chicos tienen razón, nuestras familias están unidas y debemos protegernos.

- Concuerdo contigo hijo - le dice mi abuelo con orgullo.

Malfoy, se sorprendió un poco al verlo, pero luego cambia su expresión por una de repudio, al fijarse en mi madre.

- No sabía que en Hogwarts se permite el acceso a muggle.

- Una palabra más y usted será vetado del colegio - le dije firme - No voy a permitir que insulte a mi madre o a cualquier otro ser.

- Ahora que todos creen que eres la heredera, piensas que tienes algún derecho...

- De hecho, Señor Malfoy, la señorita Gryffindor si posee tales derechos - lo interrumpió Dumbledore - Es la verdadera heredera y por lo tanto es la dueña del lugar.Ella posee los papeles y la autorización de tres de los fundadores del colegio.

- Eso debe ser genial - comenta Sirius.

- No tanto - le digo en cambio - Realmente, no pude ejercer mi puesto hasta que cumpliera mi mayoría de edad y, por ende, tuve que tolerar varias cosas que iban contra mis principios.

- ¿Lo dices por lo que sucedió en nuestro quinto año? - me pregunta Neville.

- Principalmente, pero también cuando exigí que nos eliminarán del torneo - le respondo.

- Pero eso ya paso Hann, ahora eres mayor de edad y restauraste el castillo luego de la batalla - me dice Cedric.

- No deberás preocuparte por eso en el futuro - me dice mi abuela - Tendrán una adolescencia normal, todos.

Lucius Malfoy se quedó un momento quieto, y vi claramente que su mano derecha se agitaba como si quisiera empuñar la varita. Pero en vez de hacerlo, se voltea a su elfo doméstico.

—¡Nos vamos, Dobby!

Tiró de la puerta, y cuando el elfo se acercó corriendo, le dio una patada que lo envía fuera. Oímos a Dobby gritar de dolor por todo el pasillo. Reflexiono un momento, y entonces tuve una idea.

—Profesor Dumbledore — le dije deprisa —, ¿me permite que le regresemos el diario al señor Malfoy?

—Claro, Hannah — dijo Dumbledore con calma — Pero apresúrense. Recuerden el banquete.

- Lo veremos allí - dijo papá con una sonrisa.

-¿Harán lo que creo? - nos pregunta Lily con una sonrisa.

- Era lo mínimo que podíamos hacer por él como forma de agradecimiento - le responde Harry.

Agarré el diario y jalé a Harry de su túnica y salimos del despacho corriendo. Aún se oían alejándose los gritos de dolor de Dobby, que ya había doblado la esquina del corredor. Rápidamente, preguntándose si sera posible que mi plan tuviera éxito, Harry se quitó un zapato, se saca el calcetín sucio y embarrado, y lo metemos el diario dentro. Luego nos pusimos a correr por el oscuro corredor.

Los alcanzamos al pie de las escaleras.

—Señor Malfoy — dije jadeando y patinando al detenerse —, tengo algo para usted.

Y Harry le puso a Lucius Malfoy en la mano el calcetín maloliente.

—¿Qué diablos...?

El señor Malfoy extrajo el diario del calcetín, tiró éste al suelo y luego pasa la vista, furioso, del diario a Harry.

—Harry Potter, vas a terminar como tus padres uno de estos días — dijo bajando la voz —. También ellos eran unos idiotas entrometidos. — y se voltea para irse—. Ven, Dobby. ¡He dicho que vengas!

- ¿Entrometido? - dice incrédulo James - Aún no hemos hecho nada.

- Y no lo harás - le asegura su madre.

- Estás oyendo todo lo que ha hecho tu nieto y aún así me regañas solo a mí.

- Él no tuvo opción y es por eso que está aquí y vamos a corregir eso.

Pero Dobby no se movió. Sostenía el calcetín sucio y embarrado de Harry, contemplándolo como si fuese un tesoro de valor incalculable.

—Mi amo le ha dado a Dobby un calcetín — dijo el elfo asombrado — Mi amo se lo ha dado a Dobby.

—¿Qué? — escupió el señor Malfoy — ¿Qué has dicho?

—Dobby tiene un calcetín — dijo Dobby aún sin poder creérselo—. Mi amo lo tiró, y Dobby lo agarro, y ahora Dobby... Dobby es libre.

Lucius Malfoy se quedó de piedra, mirando al elfo. Luego embistió a Harry.

—¡Por tu culpa he perdido a mi criado, mocoso!

Pero antes de que pudiera sacar mi varita, Dobby gritó:

—¡Usted no hará daño a Harry Potter!

- ¡Yo lo mato! - dice furiosa Lily - No, eso no sería lo adecuado, pero lo haré sufrir - agrega y me mira - Quiero que me des la receta de la pócima que hiciste para dejarlo calvo, pero esta vez que le dure por un par de años.

- No me parece mala idea, luego hablaremos del asunto.

- Esa es mi chica - le dice James con una sonrisa - Solo no uses esa pócima conmigo si te hago enfadar.

- No te prometo nada Potter.

Se escuchó un fuerte golpe, y el Señor Malfoy cayó de espaldas. Bajó las escaleras de tres en tres y aterrizó hecho una masa de arrugas. Se levantó, lívido, y sacó la varita, pero Dobby le levantó un dedo amenazador.

—Usted se va a ir ahora — dijo con fiereza, señalando al señor Malfoy — Usted no tocará a Harry Potter ni a Hannah Gryffindor. Váyase ahora mismo.

Lucius Malfoy no tuvo elección. Dando una última mirada de odio, se cubrió por completo con la capa y salió apresuradamente.

—¡Harry Potter ha liberado a Dobby! —chilló el elfo, mirando a Harry. La luz de la luna se reflejaba, a través de una ventana cercana, en sus ojos esféricos —. ¡Harry Potter ha liberado a Dobby!

—Es lo menos que podíamos hacer, Dobby — dijo Harry, sonriendo—. Pero prométame que no volverá a intentar salvarme la vida.

Una sonrisa amplia, con todos los dientes a la vista, cruza la cara del elfo.

—Sólo tengo una pregunta, Dobby — dijo Harry, mientras Dobby se ponía el calcetín de Harry con manos temblorosas — Usted me dijo que esto no tenía nada que ver con El-que-no-debe-ser-nombrado, ¿recuerda? Bueno...

—Era una pista, señor — dijo Dobby, con los ojos muy abiertos, como si resultara obvio —. Dobby le daba una pista. Antes de que cambiara de nombre, el Señor Tenebroso podía ser nombrado tranquilamente, ¿se da cuenta?

—Bien — dijo Harry con voz débil—. Será mejor que me vaya. Hay un banquete, y mi amiga Hermione ya estará recobrada...

Dobby le echó los brazos a Harry en la cintura y lo abrazó con fuerza y luego hizo lo mismo conmigo.

—¡Harry Potter es mucho más grande de lo que Dobby suponía! — sollozó —. ¡Adiós, Harry Potter y Hannah Gryffindor!

Y dando un sonoro chasquido, Dobby desapareció.

- Eso fue un tierno gesto de su parte - nos dice mi madre.

- En verdad le hicieron un favor, mi padre lo trataba muy mal, realmente era cruel - acota Draco.

- Algo haremos para que el de este tiempo también sea libre - le dice Harry.

- Hann- dijo Harry, mientras que ibamos hacia la torre - ¿Por qué le mentiste a tu padre?

- Porque sé que no reaccionaría bien, por más que ya no hay peligro. No quiero que cargue con esa preocupación en su cabeza - le respondí sabiendo que era cuestión de tiempo para que me preguntara - Esa propuesta me la dijo Ryddle de dieciséis años, el actual me debe querer muerta - agrego - Preferiría que eso quede solo entre nosotros.

- Sabes lo que pienso - me dice mi padre.

- Y ahora todos saben lo que yo pienso - le digo en cambio - Sé defenderme y Harry nunca permitiría que eso sucediera.

- Por supuesto que no, lo que te dijo me hizo odiarlo más.

Hemos estado presente en varios banquetes de Hogwarts, pero en ninguno como ese. Todos estábamos en pijama, y la celebración dura toda la noche. No sabía si lo mejor había sido cuando Hermione corrió hacia nosotros gritando: «¡Lo has conseguido! ¡Lo has conseguido!»; o cuando Justin se levantó de la mesa de Hufflepuff y se le acercó veloz para estrechar la mano de Harry y disculparse infinitamente por haber sospechado de él; o cuando Hagrid llegó, a las tres y media, y les dio a Harry y a Ron unas palmadas tan fuertes en los hombros que los tiró contra el postre; o cuando dieron a Gryffindor los ochocientos puntos ganados por nosotros, con lo que aseguramos la copa de las casas por segundo año consecutivo, con un récord en el puntaje; o cuando la profesora McGonagall se levantó para anunciar que el colegio, como obsequio a los alumnos, había decidido prescindir de los exámenes («¡Oh, no!», exclamó Hermione); o cuando Dumbledore anuncia que, por desgracia, el profesor Lockhart no podría volver el curso siguiente, debido a que tiene que ingresar en un sanatorio para recuperar la memoria. Algunos de los profesores se unieron al grito de júbilo con el que los alumnos recibimos esas noticias.

- Una lluvia de buenas noticias .- nos dice Teddy - Eso es grandioso.

- Luego del año complicado que tuvimos, fueron bien recibidas todas esas noticias - le responde Ron.

- Esa noche desapareció la gran carga que teníamos sobre nuestros hombros - agrega Hermione.

—¡Qué pena! — dijo Ron, cogiendo una rosquilla rellena de mermelada —. Estaba empezando a caerme bien.

El resto del último trimestre transcurrió bajo un sol radiante y abrasador. Hogwarts había vuelto a la normalidad, con sólo unas pequeñas diferencias: las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se habían suspendido («pero hemos hecho muchas prácticas», dijo Ron a una contrariada Hermione) y Lucius Malfoy había sido expulsado del consejo escolar y su puesto fue ofrecido a mi padre. Draco ya no se pavoneaba por el colegio como si fuera el dueño. Por el contrario, parecía resentido y enfurruñado. Y Ginny volvía a ser completamente feliz. 

En tanto, mi primera clase con Godric pasó con una hora de puros regaños y otras dos más de felicitaciones y de alarde por su heredera. Lo dejé hablar, mientras me concentraba en mi libro.

- Siguen igual que siempre - comenta Al.

-Sin dudas, me sorprendió y me preocupó demasiado - le dice Godric - Tu madre tiene el problema de no medir el peligro cuando se trata de proteger a los suyos, principalmente a tu padre.

- Eso lo sabe todo el mundo - le dice Ron.

- Sí, pero nuestro enemigos lo tomaban como nuestro puntos débiles - le dice Harry.

- Y era todo lo contrario - les aseguro a nuestras familias.

Muy pronto llega el momento de volver a casa en el expreso de Hogwarts.

Con Harry, Ron, Hermione, Fred, George y Ginny teníamos todo un compartimento para nosotros. Aprovechamos al máximo las últimas horas en que nos estaba permitido hacer magia antes de que comenzaran las vacaciones. Jugamos al snap explosivo, encendimos las últimas bengalas del doctor Filibuster de George y Fred, y jugamos a desarmarse unos a otros mediante la magia. Harry estaba adquiriendo en eso una gran habilidad. Estábamos llegando a Kings Cross cuando recordé algo.

—Ginny.., ¿qué es lo que le viste hacer a Percy, que no quería que se lo dijeras a nadie?

—¡Ah, eso! — dijo Ginny con una risita —. Bueno, es que Percy tiene novia.

- ¡Ginny! - la regaña Percy.

- No dije nada malo - le responde riendo junto con el resto.

- Sí lo hiciste, conoces a los gemelos tanto como yo y eso fue una mala idea.

A Fred se le cayeron los libros que llevaba en el brazo.

—¿Qué?

—Es esa prefecta de Ravenclaw, Penélope Clearwater — dijo Ginny —. Es a ella a quien estuvo escribiendo todo el verano pasado. Se han estado viendo en secreto por todo el colegio. Un día los descubrí besándose en un aula vacía. Le afectó mucho cuando ella fue..., ya saben..., atacada. No se reirán de él, ¿verdad? — añadió.

— Ni se me pasaría por la cabeza —dijo Fred, que puso una cara como si faltara muy poco para su cumpleaños.

—Por supuesto que no — corroboró George con una risita.

- Estos chicos me agradan - comenta Sirius divertido.

- No convives con ellos - le dice en cambio Percy.

- Que los Merodeadores y los gemelos se unieran sería... como crear un nuevo significado para la palabra caos - les digo.

- Basta que me sonrojo niña - me dice Fred.

El expreso de Hogwarts aminoró la marcha y al final se detuvo. Harry sacó la pluma y un trozo de pergamino y se voltea hacia nosotros tres.

—Esto es lo que se llama un número de teléfono — dijo Harry, escribiéndolo tres veces y partiendo el pergamino en tres para darnos un número a cada uno — Tu padre ya sabe cómo se usa el teléfono, porque el verano pasado se lo expliqué. Llámenme a casa de los Dursley, ¿vale? No podría aguantar otros dos meses sin hablar con nadie más que con Dudley...

—Pero tus tíos estarán muy orgullosos de ti, ¿no? — dijo Hermione cuando salimos del tren y nos metíamos entre la multitud que iba en tropel hacia la barrera encantada — ¿Y cuando se enteren de lo que has hecho este curso?

—¿Orgullosos? — dijo Harry —. ¿Estás loca? ¿Con todas las oportunidades que tuve de morir, y no lo logré? Estarán furiosos...

Y juntos atravesamos la verja hacia el mundo muggle.

- Fin del capítulo y del libro.

- Nosotros si estamos orgullosos de ti Harry, por más que nos provoques leves infartos - le dice su abuelo.

- Gracias y no lo hago con esa intensión.

- Muy bien papá y mi hijo, es hora de cenar porque mañana nos espera un gran día - les dice James - Mañana es día de partido.



N/A: Bien, el capítulo quedo largo para que entienda porque los corto, me llevan más tiempo en subir. Igual veré como los seguiré subiendo con la tercera parte.

También, ya tengo más de la mitad del próximo capítulo hecho así que muy pronto lo estaré subiendo y tal vez sea un poco corto.

Gracias por leer.

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