Leyendo: "Harry Potter, una h...

By Mitologia_13

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Obviamente, se leerá la historia de Harry Potter en el pasado con las tres generaciones, pero será diferente... More

1. Volviendo al pasado (Parte 1)
2. Volviendo al Pasado (Parte 2)
3. La mágica verdad.
4. Hogwarts.
5. Fortaleciendo nuestra amistad.
6. Halloween.
7. Quidditch.
8. Navidad.
9. Nicolas Flamel.
10. Norberto, el ridgeback noruego.
11. El bosque prohibido.
12. A través de la trampilla.
13. El hombre de las dos caras.
14. Gryffindor
15.Obligaciones en vacaciones.
16. Cumpleaños en la madriguera.
17. Borgin y Burken. (Parte 1)
18. Borgin y Burken (Parte 2)
19. De regreso a Howgarts (Parte 1)
20. De Regreso a Hogawrts (Parte 2)
21. Los "sangre sucia" y una voz misteriosa. (Parte 1)
22. Los sangre sucia y la voz misteriosa (parte 2)
23. El cumpleaños de Muerte (parte 1)
24. El cumpleaños de Muerte (parte 2)
25. Inscripciones en la pared (parte 1)
26. Inscripciones en la pared (parte 2)
27. Una blugger loca (Parte 1)
28. Una blugger loca (parte 2)
29. El club de duelo (parte 1)
30. El club del duelo (parte 2)
31. Poción Multijugos.
32. El diario secreto (parte 1)
33. El diario secreto (parte 2)
34. Cornelius Fudges (Parte 1)
35. Cornelius Fudges (Parte 2)
36. Aragog (parte 1)
37. Aragog (parte 2)
38.La cámara secreta (parte 1)
39. La cámara secreta (parte 2)
41. El Heredero de Slytherin. (Parte 2)
42. La recompensa de Dobby.
43. 1G vs 2G
44. Black.
45. El reencuentro.
46. Dementor (parte 1)
47. Dementor (parte 2)
48.Pozos de té y garras de hipogrifo.(Parte 1)
49. Pozos de té y garras de hipogrifo. (Parte 2)
50. El Boggart.
.51 La huida de la Señora Gorda.
.52 La derrota.
53. El Mapa de Merodeador.
.54 Sorpresa en Navidad.
.55 Patronus.
56. Gryffindor contra Ravenclaw
57. El rencor de Snape.(parte 1)
58. El rencor de Snape (parte 2)
59. La final de Quidditch.
60. La profecía de la Profesora Trelawney.
61. El perro, el gato y la rata.
62.Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.
63. El Vasallo de Voldemort.
64. El beso del dementor.
65. El secreto de Hermione.
66. Más lechuzas mensajeras.
67. Último día.
.68. Disciplina mental.
.69. El traslador.
.70. Bagman y Crouch.
.71. Los Mundiales de quidditch.
.72. La marca tenebrosa.
.73. Alboroto en el Ministerio.
.74.El expreso a Hogwarts.
.75. El torneo de los tres magos.
.76. Ojoloco Moody.
.77. Maldiciones imperdonables.
.78.Beauxbatons y Durmstrang.
.79.El Cáliz de fuego.
.80. Los cinco campeones.
.81. La comprobación de las varitas.
.82. El colacuerno húngaro.
.83. La primera prueba.
.84.El Frente de Liberación de los Elfos Domésticos.
85. Una prueba inesperda.
86. El baile de Navidad.
87. La primicia de Rita Steeker.
88. El huevo.
.89. La Segunda prueba.
.90. El regreso de Canuto.
.91. La locura del Señor Crouch.
.92. El Sueño.
.93. El pensadero.
.94. La tercera prueba.
.95. Hueso, carne y sangre.
.96. Los Mortifagos.
.97. Priori Incantatem
.98. El suero de la verdad.
.99. Caminos separados.
.100. El comienzo.
SEGUNDA PARTE.

40. El Heredero de Slytherin. (Parte 1)

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By Mitologia_13

Salí en silencio hacia la entrada y me senté en el último escalón. Sé que saldrá todo bien y que es muy probable que se alteren un poco y que tanto mi padre como Godric vayan a regañarme, pero...

- ¿Te podemos acompañar Gryffindor? - me pregunta Harry, deteniéndose delante de mí con el bebé en brazos.

Me levanto y con una ligera sonrisa, beso la frente de Teddy que parece estar mucho más calmado que está mañana.

- Siempre viniendo a mi rescate - le digo a él.

- Jamás dejaría de hacerlo - me responde y toma mi mano - No es fácil y te entiendo, pero recuerda quién eres Hannah, le hubieses pateado su trasero si hubiera intentado avanzar hacia ti. También recuerda que por más que hubiese estado agonizando, no le haría permitido tocarte.

Pueden que pasen los años, pero hay cosas que jamás cambiarán y que Harry sepa como ahuyentar mis temores es una de esas cosas.

- Necesitaba esto - le digo antes de abrazar a ambos - Te amo Potter.

- Lo sé y al parecer demasiado, para saber que me estarás aguantando más de veinte años - me responde bromeando.

- Tú y Percy no son muy oportunos con sus bromas - le digo al separarnos.

- Estoy mejorando - me dice en cambio, antes de besarme - También te amo Gryffindor.

- Vayamos a comer los tres - le digo aceptando su mano.

Regresamos al salón y todos están comiendo y hablando entretenidos. Con Harry nos sentamos junto a nuestros padres y preparo un biberón para Teddy.

- Pásamelo, es mi turno - le digo a Harry y con cuidado lo hace - Hola cariño.

Teddy me sonríe y con su pequeña manito, sujeta un mechón de mi cabello, pero no lo jala. Le doy su biberón que lo acepta con entusiasmo, mientras que Harry pone comida en mi plato.

- Gracias.

- Deberíamos tomar nota - comenta James - Lo hacen parecer muy sencillo.

- Es práctica, y también que Teddy sea un ángel - le respondo.

- Entonces por lo que sabemos de ustedes, nos harán ver las estrellas - comenta bromeando mi madre.

- Por lo que me has dicho, yo también era un ángel - le digo en cambio, recordando esa conversación.

- En mi caso, por lo que me dijeron, era un poco tranquilo y a la vez algo inquieto - le dice Harry a sus padres y vemos como Lily golpea el brazo de James.

- ¿Y eso por qué fue? - le pregunta él.

- ¿A quién crees que salió inquieto? - le pregunta en cambio.

- A ambos - le responde mi mamá riendo.

- Gracias, tú si eres una buena cuñada - le dice James - Me agradas.

- No se pueden quejar, nosotros tendremos cuatro - le digo a ellos y mi papá se pone serio - James Sirius, nos hará ver las estrellas, de eso estoy segura.

- El problema son sus nombres, mira a Al - comenta Lily para molestar a James.

- No pueden cambiarle el nombre al niño, a él le agrada - se defiende.

Con el resto nos reímos de sus argumentos, hasta que es hora de regresar a la lectura.

- Yo lo leeré Hann - me pide Ron.

- Bien, terminemos esto de una vez - le digo pasandole el libro.

- El Heredero de Slytherin.

Nos hallábamos en el extremo de una sala muy grande, apenas iluminada. Altísimas columnas de piedra talladas con serpientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras negras sobre la extraña penumbra verdosa que reinaban en la estancia.

Con el corazón latiéndome muy rápido, escuchábamos aquel silencio de ultratumba. ¿Estaría el basilisco acechando en algún rincón oscuro, detrás de una columna? ¿Y en dónde estaba Ginny?

Sacamos nuestras varitas y avanzamos por entre las columnas decoradas con serpientes.
Nuestros pasos resonaban en los muros sombríos. Fuimos con los ojos entornados, dispuesto a cerrarlos completamente al menor indicio de movimiento. Nos parecía que las serpientes de piedra nos vigilaban desde las cuencas vacías de sus ojos. Más de una vez, el corazón me dio un vuelco al creer que alguna se movía.

- Eso si que suena aterrador  - comenta Luna.

- Pero siguieron adelante - comenta Draco.

- Ya estábamos allí - le digo en cambio - No fue una experiencia agradable.

- ¿Algo de todos esos riegos te ha parecido agradable? - me pregunta él.

- Pues... sí, alguna de ellas.

- No, no me sorprende escucharte.

Al llegar al último par de columnas, vimos una estatua, tan alta como la misma cámara, que surgía imponente, adosada al muro del fondo. Con Harry teníamos que echar atrás la cabeza para poder ver el rostro gigantesco que la coronaba: era un rostro antiguo y simiesco, con una barba larga y fina que le llegaba casi hasta el final de la amplia túnica de mago, donde unos enormes pies de color gris se asientan sobre el liso suelo. Y entre los pies, boca abajo, vemos una pequeña figura con túnica negra y el cabello de un rojo encendido.

—¡Ginny! — susurró Harry, corrimos hacia ella y nos hincámos de rodillas —. ¡Ginny! ¡No estés muerta! ¡Por favor, no estés muerta! — dejó la varita a un lado, agarra a Ginny por los hombros y le dio la vuelta. Tenía la cara tan blanca y fría como el mármol, aunque los ojos estaban cerrados, así que no estaba petrificada. Pero entonces tenía que estar...—. Ginny, por favor, despierta —
susurraba Harry sin esperanza, agitándola. La cabeza de Ginny se movía, inanimada, de un lado a otro.

- Mi bebé... - dice Molly abrazando a los pequeños Bill y Charlie.

- Mamá estoy bien - le dice Ginny.

- Es horrible de escuchar hermana - le responde el Bill adulto - Agradecemos que estes bien.

- Habrá sido horrible para toda su familia haber pasado por eso - comenta la Señora Potter.

- Fue un caos, pero duró menos de un día - le dice en cambio Percy.

—No despertará — dijo una voz suave.

Harry se enderezó de un salto y volteo con mi varita en mano.

Un muchacho alto, de pelo negro, estaba apoyado contra la columna más cercana, mirando. Tenía los contornos borrosos, como si lo estuviera mirando a través de un cristal empañado. Pero no había dudas sobre quién era.

—Tom... ¿Tom Ryddle?

- ¿El del diario? ¿El qué culpó a Hagrid? - nos pregunta James.

- ¿Y por qué se veía así? - agrega Sirius.

- Algunos de los adulto ya sabrán la respuesta y para el resto... lo sabrán ahora - les digo y sonrió al ver resoplar a Sirius.

Ryddle asintió con la cabeza, sin apartar los ojos del rostro de Harry.

—¿Qué quieres decir? ¿Por qué no despertará? — diji Harry desesperado —. ¿Ella no está... no está...?

—Todavía está viva — contestó Ryddle —, pero por muy poco tiempo.

Lo miro detenidamente. Tom Ryddle había estudiado en Hogwarts hacía cincuenta años, y sin embargo allí, bajo aquella luz rara, neblinosa y brillante, aparentaba tener dieciséis años, ni un día más.

—¿Eres un fantasma? — preguntó Harry dubitativo.

— Soy un recuerdo — respondió Ryddle tranquilamente — guardado en un diario durante cincuenta años.

- Es un idiota listo - comenta Ojoloco - Pero la naturaleza de su magia es oscura.

- Demasiado oscura - les confirma Godric - Eso es muy al estilo de Salazar.

- Eso no me tranquiliza - le dice mi abuela.

- Pues... yo herede el estilo de Godric...

- Hannah, tú potenciaste mi estilo y eso me ha hecho doler bastante mi cabeza - me interrumpe él.

- Bien, tienes un buen punto... sigue Ron.

Ryddle señaló hacia los gigantescos dedos de los pies de la estatua. Allí se encontraba, abierto, el pequeño diario negro que con Harry habíamos hallado en los aseos de Myrtle la Llorona. Durante un segundo, me pregunté cómo habría llegado hasta allí. Pero tenía asuntos más importantes en los que pensar.

—Tienes que ayudarme, Tom — dijo Harry, volviendo a levantar la cabeza de Ginny —. Tenemos que sacarla de aquí. Hay un basilisco... No sé dónde está, pero podría llegar en cualquier momento. Por favor, ayúdame...

Ryddle no se movió y no pudo sacarle los ojos de encima. Harry, sudando, logró levantar a medias a Ginny del suelo, y se inclinó a recoger su varita.

Pero la varita ya no estaba.

—¿Has visto...?

Levantamos los ojos. Ryddle seguía mirándolo... y jugueteaba con la varita de Harry entre los dedos.

—Gracias — dijo Harry, tendiendo la mano para que el muchacho se la devolviera.

Una sonrisa curvó las comisuras de la boca de Ryddle. Seguía mirando a Harry, jugando indolente con la varita.

—Escucha — dijo Harry con impaciencia. Las rodillas se le doblaron bajo el peso muerto de Ginny — ¡Tenemos que huir! Si aparece el basilisco...

—No vendrá si no es llamado — dijo Ryddle con toda tranquilidad.

Harry volvió a posar a Ginny en el suelo, incapaz de sostenerla.

—¿Qué quieres decir? — preguntó —. Mira, dame la varita, podría necesitarla.

La sonrisa de Ryddle se hizo más evidente.

—No la necesitarás — repuso.

Harry lo miró.

—¿A qué te refieres, yo no...?

—He esperado este momento durante mucho tiempo, Harry Potter — dijo Ryddle — Quería verte. Y hablarte.

- No me agrada para nada - nos dice Lily preocupada - ¿Por qué tenía tanto interés en conocerte?

- Tenía curiosidad por saber como un bebé pudo detener a un mago tenebroso - le responde a grande rasgo.

- ¿Y tú que hacías? - me pregunta Sirius.

- Me mantenía en mi lugar en silencio, no confiaba en Ryddle desde que nos quiso engañar con ese recuerdo y quería escuchar todo lo que tenía que decir, pero si deba un paso hacia ellos con mala intensión no iba en dudar en atacarlo... por más miedo que sintiera - le respondo.

- Esa es mi leona - me dice Godric - Muy lista.

—Mira — dijo Harry, perdiendo la paciencia — me parece que no lo has entendido: estamos en la Cámara de los Secretos. Ya tendremos tiempo de hablar luego.

—Vamos a hablar ahora — dijo Ryddle, sin dejar de sonreír, y se guardó en el bolsillo la varita de Harry.

Harry lo miró. Allí sucedía algo muy raro.

—¿Cómo ha llegado Ginny a este estado? —preguntó, hablando despacio.

—Bueno, ésa es una cuestión interesante — dijo Ryddle, con agrado—. Es una larga historia. Supongo que el verdadero motivo por el que Ginny está así es que le abrió el corazón y le reveló todos sus secretos a un extraño invisible.

—¿De qué hablas? — dijo Harry.

—Del diario — respondió Ryddle — De mi diario. La pequeña Ginny ha estado escribiendo en él durante muchos meses, contándome todas sus penas y congojas: que sus hermanos se burlaban de ella, que tenía que venir al colegio con túnica y libros de segunda mano, que... —A Ryddle le brillan los ojos —... pensaba que el famoso, el bueno, el gran Harry Potter no llegaría nunca a quererla...

- Por Merlín... que vergonzoso - nos dice toda sonrojada - No puedo creer que ese idiota les haya contado todo eso.

- Pierde cuidado hermana, recuerda como termino - le digo para relajarla.

- Además Ginny eso fue hace mucho tiempo, no tienes de que preocuparte - agrega Harry. 

Mientras hablaba, Ryddle mantenía los ojos fijos en Harry. Había en ellos una mirada casi ávida.

—Es una lata tener que oír las tonterías de una niña de once años — siguió — Pero me armé de paciencia. Le contesté por escrito. Fui comprensivo, fui bondadoso. Ginny, simplemente, me adoraba: Nadie me ha comprendido nunca como tú, Tom... Estoy tan contenta de poder confiar en este diario... Es como tener un amigo que se puede llevar en el bolsillo...

Ryddle se ríe con una risa potente y fría que parecía ajena.

—Si es necesario que yo lo diga, Harry, la verdad es que siempre he fascinado a la gente que me ha convenido. Así que Ginny me abrió su alma, y era precisamente su alma lo que yo quería. Me hice cada vez más fuerte alimentándome de sus temores y de sus profundos secretos. Me hice más poderoso, mucho más que la pequeña señorita Weasley. Lo bastante poderoso para empezar a alimentar a la señorita Weasley con algunos de mis propios secretos, para empezar a darle un poco de mi alma...

—¿Qué quieres decir? — preguntó Harry, con la boca completamente seca.

—¿Todavía no lo adivinas, Harry Potter? — dijo sin inmutarse Ryddle — Ginny Weasley abrió la Cámara de los Secretos. Ella retorció el pescuezo a los gallos del colegio y pintarrajeó pavorosos mensajes en las paredes. Ella echó la serpiente de Slytherin contra los cuatro sangre sucia y el gato del squib.

Todos están sorprendidos al oír eso y Ginny luce aún más avergonzada que antes.

- Mi hermana fue hechizada por un mago tenebroso y con solo once años no le pudo hacer frente sola y no era consciente de nada de lo que hacía - les dice Ron con una mirada seria.

- Gracias Ron.

Él solo le sonríe, Ron ama a su familia y a Ginny la va a proteger siempre. 

—No — susurra Harry.

—Sí — dijo Ryddle con calma — Por supuesto, al principio ella no sabía lo que hacia. Fue muy divertido. Me gustaría que hubieras podido ver las anotaciones que escribía en el diario... Se volvieron mucho más interesantes... Querido Tom — recitaba, contemplando la horrorizada cara de Harry —, creo que estoy perdiendo la memoria. He encontrado plumas de gallo en mi túnica y no sé por qué están ahí. Querido Tom, no recuerdo lo que hice la noche de Halloween, pero han atacado a un gato y yo tengo manchas de pintura en la túnica. Querido Tom, Percy me sigue diciendo que estoy pálida y que no parezco yo. Creo que sospecha de mí... Hoy ha habido otro ataque y no sé dónde me encontraba en aquel momento. ¿Qué voy a hacer, Tom? Creo que me estoy volviendo loca. ¡Me parece que soy yo la que ataca a todo el mundo, Tom!

- Desgraciado maldito - dice Bill apretando sus puños con una expresión enfurecida, muy parecida al resto de los pelirrojos.

- Él perdió Bill, no volverá hacerle daño - le recuerdo en un tono suave.

- Lo sé, pero...

- Tía Ginny es más fuerte de lo que se imaginan - comenta Rose, ganándose una sonrisa por parte de su familia.

- Lo sabemos bien - le responde los gemelos.

Harry tenía los puños apretados y se clavaba las uñas en las palmas.

—Le llevó mucho tiempo a esa tonta de Ginny dejar de confiar en su diario — explicó Ryddle — Pero al final sospechó e intentó deshacerse de él. Y entonces apareciste tú, Harry. Tú lo encontraste, y nada podría haberme hecho tan feliz. De todos los que podrían haberlo agarrado, fuiste tú, la persona a la que yo tenía más ganas de conocer...

—¿Y por qué querías conocerme? — preguntó Harry, la ira me embargaba y tenía que hacer un gran esfuerzo para mantenerme firme y dejarlo hablar, aunque ya deducía quién era.

—Bueno, verás, Ginny me lo contó todo sobre ti, Harry — dijo Ryddle —. Toda tu fascinante historia. — sus ojos vagaron por la cicatriz en forma de rayo que Harry tenía en la frente, y su expresión se vuelve más ávida — Quería averiguar más sobre ti, hablar contigo, conocerte si era posible, así que decidí mostrarte mi famosa captura de ese zopenco, Hagrid, para ganarme tu confianza.

- Díganme que ya esta muerto... - nos dice James cada vez más enojado.

- En nuestro tiempo sí, aquí no - le responde su hijo - Pero ya entenderás mejor.

- Pero no es justo lo que le hizo a Hagrid - protesta Al.

- Eso cambiara ahora también - le digo.

— Hagrid es mi amigo — dijo Harry, con voz temblorosa — Y tú lo acusaste, ¿no? Creí que habías cometido un error, pero...

Ryddle volvió a reírse con su risa sonora.

—Era mi palabra contra la de Hagrid. Bueno, ya te puedes imaginar lo que pensaría el viejo Armando Dippet. Por un lado, Tom Ryddle, pobre pero muy inteligente, sin padres pero muy valeroso, prefecto del colegio, estudiante modelo; por el otro lado, el grandón e idiota de Hagrid, que tenía problemas cada dos por tres, que intentaba criar cachorros de hombrelobo debajo de la cama, que se escapaba al bosque prohibido para luchar con los trols. Pero admito que incluso yo me sorprendí de lo bien que funcionó mi plan. Creía que alguien al fin comprendería que Hagrid no podía ser el heredero de Slytherin. Me había llevado cinco años averiguarlo todo sobre la Cámara de los Secretos y descubrir la entrada oculta... ¡como si Hagrid tuviera la inteligencia o el poder necesarios! »Sólo el profesor de Transformaciones, Dumbledore, creía en la inocencia de Hagrid. Convenció a Dippet para que retuviera a Hagrid y le enseñara el oficio de guarda. Sí, creo que Dumbledore podría haberlo adivinado. A Dumbledore nunca le gusté tanto como a los otros profesores...

— Me apuesto algo a que Dumbledore descubrió tus intenciones — dijo Harry, rechinando los dientes.

—Bueno, es verdad que él me vigiló mucho más después de la expulsión de Hagrid, me fastidió bastante — dijo Ryddle sin darle importancia —. Me di cuenta de que no sería prudente volver a abrir la cámara mientras siguiera estudiando en el colegio. Pero no iba a desperdiciar todos los años que había pasado buscándola. Decidí dejar un diario, conservándome en sus páginas con mis dieciséis años de entonces, para que algún día, con un poco de suerte, sirviese de guía para que otro siguiera mis pasos y completara la noble tarea de Salazar Slytherin.

- Pues él y Salazar se pueden ir juntos a la m...-

- ¡Sirius! - lo regaña la Señora Potter - Hay niños presentes y no es manera de hablar.

- Lo lamento, pero me enfurece escucharlo.

- Si te sirve de algo, esos idealismo comenzaron a morir desde que mi madrina piso este castillo y se hizo amiga de mi padre - le dice en cambio Scorp.

- En el futuro sigue habiendo algunos idiotas así, pero su número es muy reducido luego de la guerra - agrega Al. 

- Me gusta como suena eso - comenta mi padre con una ligera sonrisa.

— Bueno, pues no la has completado — dijo Harry en tono triunfante —Nadie ha muerto esta vez, ni siquiera el gato. Dentro de unas pocas horas la pócima de mandrágora estará lista y todos los petrificados volverán a la normalidad.

—¿No te he dicho todavía — dijo Ryddle con suavidad — que ya no me preocupa matar a los sangre sucia? Desde hace meses mi nuevo objetivo has sido... tú. — Harry lo miró y yo apreté mi varita — Imagina mi disgusto cuando alguien volvió a abrir mi diario, y ya no eras tú quien me escribía, sino Ginny. Ella te vio con el diario y se puso muy nerviosa. ¿Y si averiguabas cómo funcionaba, y el diario te contaba todos sus secretos? ¿Y si, lo que aún era peor, te decía quién había retorcido el pescuezo a los pollos? Así que esa mocosa esperó a que tu dormitorio quedara vacío y te lo robó. Pero yo ya sabía lo que tenía que hacer. Era evidente que tú ibas detrás del heredero de Slytherin. Por todo lo que Ginny me había dicho sobre ti, yo sabía que irías al fin del mundo para resolver el misterio... y más si atacaban a uno de tus mejores amigos. Y Ginny me había dicho que todo el colegio era un hervidero de rumores porque te habían oído hablar pársel... »Así que hice que Ginny escribiera en la pared su propia despedida y bajara a esperarte. Luchó y gritó y se puso muy pesada. Pero ya casi no le quedaba vida: había puesto demasiado en el diario, en mí. Lo suficiente para que yo pudiera salir al fin de las páginas. He estado esperándote desde que llegamos. Sabía que vendrías. Tengo muchas preguntas que hacerte, Harry Potter.

- Debì haber sido más fuerte - comenta Ginny.

- Tú lo fuiste, más que muchos - le dice Harry.

- No debes culparte por lo que ocurrió, nadie murió y ya acabo - agrego.

- Nadie te culpa, yo no lo hago - le dice Herms.

- Intentaré no hacerlo.

—¿Como cuál? — soltó Harry, con los puños aún apretados.

—Bueno — dijo Ryddle, sonriendo —, ¿cómo es que un bebé sin un talento mágico extraordinario derrota al mago más grande de todos los tiempos? ¿Cómo escapaste sin más daño que una cicatriz, mientras que lord Voldemort perdió sus poderes?

En aquel momento apareció un extraño brillo rojo en su mirada.

—¿Por qué te preocupa cómo me libré? — dijo Harry despacio —. Voldemort fue posterior a ti.

—Voldemort — dijo Ryddle imperturbable — es mi pasado, mi presente y mi futuro, Harry Potter...

Sacó del bolsillo la varita de Harry y escribió en el aire con ella tres resplandecientes palabras:

TOM SORVOLO RYDDLE

Luego vuelve a agitar la varita, y las letras cambiaron de lugar:

SOY LORD VOLDEMORT

Todo el mundo se ve realmente sorprendido, a excepción de Dumbledore.

- ¿Él estudió aquí? - pregunta sorprendido Sirius.

- Nadie nace malo, se hace y él eligió ese camino aún siendo joven - le respondo - Con el paso de la lectura, irán sabiendo más acerca de él.

- ¿Cómo...?

- Tuvimos que conocer su pasado, para saber algunos datos importantes para vencerlo - le responde Harry a su abuelo.

- Creo que ustedes cuatro empiezan a darme más miedo que él - comenta en broma Sirius.

- Pues harías bien - le respondo y miro a mi amigo para que continué.

—¿Ves? — susurró — Es un nombre que yo ya usaba en Hogwarts, aunque sólo entre mis amigos más íntimos, claro. ¿Crees que iba a usar siempre mi sucio nombre muggle? ¿Yo, que soy descendiente del mismísimo Salazar Slytherin, por parte de madre? ¿Conservar yo el nombre de un vulgar muggle que me abandonó antes de que yo naciera, sólo porque se enteró de que su mujer era bruja? No, Harry. Me di un nuevo nombre, un nombre que sabía que un día temerían pronunciar todos los magos, ¡cuando yo llegara a ser el hechicero más grande del mundo!

-¡Es mestizo! - grita James - ¡Hipócrita! Con todo el daño que le ha hecho a los que desciende de muggle.

- Es en algo en que ambos, como herederos, coincidimos - le digo en cambio y miro a mis padres - Pero a diferencia de él, yo me siento orgullosa de donde provengo.

- Debo de felicitar a tus padres del futuro por como te han criado - me dice mi abuelo.

 - Sé con toda certeza, que ellos harán aún un mejor trabajo - le respondo.

—No lo eres — dijo Harry, su voz aparentemente calmada estaba llena de odio.

—¿No soy qué? — preguntó Ryddle bruscamente.

—No eres el hechicero más grande del mundo — dijo Harry, con la respiración agitada — Lamento decepcionarte pero el mejor mago del mundo es Albus Dumbledore. Todos lo dicen. Ni siquiera cuando eras fuerte te atreviste a apoderarte de Hogwarts. Dumbledore te descubrió cuando estabas en el colegio y todavía le tienes miedo, te escondas donde te escondas.

- Gracias por su confianza y lealtad, Señor Potter - le dice Dumbledore.

- No mentía, ni me retracto. Usted es uno de los mejores Magos y agradecemos tenerlo de nuestro lado - le dice en cambio.

- Muy cierto, jamás dejó de luchar por lo correcto ni nos dejó desprotegidos - agrega Cedric.

- No importa a que generación se lo pregunten, todos diremos lo mismo - comenta Remus.

De la cara de Ryddle había desaparecido la sonrisa, y había ocupado su lugar una mirada de desprecio absoluto.

—¡A Dumbledore lo han echado del castillo gracias a mi simple recuerdo! — dijo Ryddle, irritado.

—No está tan lejos como crees — replicó Harry.

- Terminemos con esto - le dije dando un paso al frente con la varita en alto - He escuchado en silencio solo por curiosidad, pero ya es suficiente.

- Oh pequeña leona, ¿crees que no he estado observándote? - me dijo Ryddle con una falsa sonrisa - Por supuesto que sé quién eres, la pequeña Ginny me ha hablado también mucho de ti. La heredera de Gryffindor, una mestiza más, que protege a sus amigos, pero más que nada a Harry.

- Hasta el recuerdo de Voldemort comprendió eso - comenta Teddy.

- Pues, ya era la segunda vez que nos encontrábamos en una situación así y no iba alejarme de su lado - le respondo y miro a nuestros padres - Me gustaría decirle que esa fue la última vez, pero no le estaría siendo honesta.

- Eres muy valiente cariño, pero...

- Señora Gryffindor, mientras siga respirando no dejaría que nadie la dañe - interrumpe Harry a mi abuela - Funcionamos bien juntos.

- Somos testigos de esos - agrega Hermione - Ya sea en una pelea o en el campo de Quidditch, ellos fusionados son imparables.

- Bien Harry, de a poco te vas ganando la bendición de todos los Gryffindor antes de haber nacido - le dice mi padre.

- Me alegra saberlo.

- La diferencia entre nosotros, es que al menos cuento con el apoyo de mi familia y protejo a Hogwarts y si debo detenerte peleando lo haré.

- En mi época aquí en Hogwarts, tu abuelo cursaba su último año - dijo Ryddle - Tenía la tentación de matarlo para acabar con el linaje, pero sabía que no era el heredero y quería esperar para enfrentar a alguien de mi nivel.

- Pues aquí estoy - le dije seria - No te tengo miedo.

Hablé casi sin pensar, con la intención de asustar a Ryddle y deseando, más que creyendo, que lo que afirmaba fuera verdad.

- Lo hubiera sido con una año más de práctica - me regaña primero Godric - No me vengas con el cuento de que eres así de impulsiva por mi culpa, porque ya lo he escuchado demasiadas veces.

- Lo sé, lo sé... nací potenciada con ser impulsiva, pero tenía en mente hacer tiempo para idear un plan o algo.


N/A: Estaré subiendo la segunda parte entre hoy o durante el fin de semana.

Gracias por leer.

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