No me gusta pensar en el incidente que casi le cuesta la vida a Tadashi pero hay días en los que mi mente me juega una mala pasada, me hace recordar cada cosa...
Tía Cass y yo lo visitamos todas las noches, después de cerrar el café y antes de salir a patrullar.
Los amigos de mi hermano (ahora también míos), Baymax y yo nos convertimos en súper héroes, atrapamos a Callaghan y salvamos la ciudad, pero nada de eso hizo a Tadashi despertar. Pasaron varias semanas y me integré a la escuela.
La vida recobro su curso normal o eso creía.
Al estar en el hospital me sentaba a su lado y hablaba con él sobre la escuela, evité tocar el tema de los héroes, quería contarle con calma cuando se recuperara porque sabía que me escuchaba aunque no respondiera y definitivamente no quería que se preocupara antes de tiempo.
De ves en cuando, en los tiempos libres que llegaba a tener iba al a verlo, muchas veces no me lo permitieron por no ser la hora de visita, de todos modos me quedaba en el hospital. Algunas enfermeras empezaron a reconocerme al pasar de los días mientras esperaba a poder pasar.
Un día me ocurrió justo eso, estaba dando vueltas asta que escuche una conversación sin querer.
–Señorita, ya dejen ir a mi casa para que me muera– dijo un hombre mayor en silla de ruedas saliendo de un cuarto a una de las enfermeras que suele hablarme.
–Señor Jensen, ya se lo he dicho antes, no podemos dejar que se vallan... Ni se puede mantener en pie usted solo– respondió ella.
–Tonterías– el hombre se puso de pie e intento caminar fuera del cuarto pero calló tras el primer paso.
Me acerqué para ayudarle al momento.
–Gracias, Hiro– dijo la enfermera.
–Gracias...– dijo el viejo en voz baja –¿No deberías de estar en la escuela Niño?– cuestionó mientras se acomodaba devuelva en la silla.
–No realmente, me gradué de preparatoria a los 13 y...
–Esta bien muchacho no me cuentes tu vida– me interrumpió
Admito que eso fue molesto.
–¿Que tiene?– pregunté.
–No puedo caminar ¿Acaso no eras un genio?
–Su diagnóstico es trombosis, tiene tapado un vaso sanguíneo de la pierna derecha y la otra está comenzando a taparse también.
–Pero hay cura pa eso ¿No?
–En este punto solo queda operar pero resulta imposible por su edad y...
–¡Me niego a que me meta cuchillo uno de esos mata sanos! Moriré igual que un caballo, sin poder volver a levantarme
En eso momento se veía tan triste y sentí por dentro que a Tadashi le gustaría ayudar, decidí hacerlo.
–Sencuentro una nueva cura ¿Me dejaría probarla en usted?– el hombre me miró curioso
–No pierdo nada con intentarlo– Dijo
Luego de eso volví a casa y comencé a investigar todos sobre la trombosis, Baymax fue de gran ayuda. Pase horas en la computadora asta que una idea llegó a mi mente, le pedí a Baymax que hiciera una simulación con las alternativas que tenía, era hora de entrar en acción.