Lo Que El CorazĆ³n Anhela - So...

By CharlieDark1827

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šŸ¾šŸ¦‡ Hasta una historia llena de odio puede cambiar de un momento a otro con un encuentro šŸ¾šŸ¦‡ Esto va por la... More

CapĆ­tulo 2: Herida
CapĆ­tulo 3: Ojos
CapĆ­tulo 4: FrĆ­o
CapĆ­tulo 5: Luna
CapĆ­tulo 6: Consejo
CapĆ­tulo 7: Fiesta
CapĆ­tulo 8: PreocupaciĆ³n
CapĆ­tulo 9: Nombre
CapĆ­tulo 10: Llorar
CapĆ­tulo 11: Mensaje
CapĆ­tulo 12: Paisaje
Capitulo 13: Flores
CapĆ­tulo 14: Regreso
CapĆ­tulo 15: Vino
CapĆ­tulo 16: Entrenamiento
CapĆ­tulo 17: Amigo
Capƭtulo 18: ExtraƱo
CapĆ­tulo 19: Dormir
CapĆ­tulo 20: Control
Capƭtulo 21: CompaƱero
CapĆ­tulo 22: Solo
CapĆ­tulo 23: ReuniĆ³n
CapĆ­tulo 24: Historia
CapĆ­tulo 25: Pulsera
CapĆ­tulo 26: Paseo
CapĆ­tulo 27: Encuentro
CapĆ­tulo 28: Diferencias
CapĆ­tulo 29: Casa
CapĆ­tulo 30: PeticiĆ³n
CapĆ­tulo 31: Carta
CapĆ­tulo 32: Pesadilla
CapĆ­tulo 33: Anuncio
CapĆ­tulo 34: ConversaciĆ³n
CapĆ­tulo 35: Aterrador
CapĆ­tulo 36: Escuchar
CapĆ­tulo 37: Perseguir
CapĆ­tulo 38: Ocultar
CapĆ­tulo 39: Sombra
CapĆ­tulo 40: ExplicaciĆ³n
CapĆ­tulo 41: Feliz
CapĆ­tulo 42: Mentira
CapĆ­tulo 43: Obediencia
CapĆ­tulo 44: Bailar
CapĆ­tulo 45: Ofrecimiento
CapĆ­tulo 46: Dificultades
CapĆ­tulo 47: Discurso
CapĆ­tulo 48: InterrupciĆ³n
CapĆ­tulo 49 Apogeo
CapĆ­tulo 50: Negar
CapĆ­tulo 51: Consuelo
CapĆ­tulo 52: Piedra
CapĆ­tulo 53: Olfato
CapĆ­tulo 54: Curiosidad
CapĆ­tulo 55: Separar
CapĆ­tulo 56: Contar
CapĆ­tulo 57: Alejar
CapĆ­tulo 58: DecisiĆ³n
CapĆ­tulo 59: Tuya
CapĆ­tulo 60: Reiniciar
CapĆ­tulo 61: 1420
CapĆ­tulo 62: Descubrimiento
CapĆ­tulo 63: Dolor
CapĆ­tulo 64: Tranquilidad
CapĆ­tulo 65: Acepto
CapĆ­tulo 66: Vendas
CapĆ­tulo 67: Conmover
CapĆ­tulo 68: Acorralar
CapĆ­tulo 69: Restricciones
CapĆ­tulo 70: Libertad
CapĆ­tulo 71: Error
Capitulo 72: Hermano
CapĆ­tulo 73: Verdad
CapĆ­tulo 74: EgoĆ­sta
CapĆ­tulo 75: Informacion
Capitulo 76: Plan
Capitulo 77: Oscuridad
CapĆ­tulo 78: Responder
CapĆ­tulo 79: Confundido
Capitulo 80: SueƱo
CapĆ­tulo 81: TraiciĆ³n
CapĆ­tulo 82: Hermoso
CapĆ­tulo 83: PerfecciĆ³n
CapĆ­tulo 84: VĆ­nculo
CapĆ­tulo 85: Negar
CapĆ­tulo 86: Soltar
AclaraciĆ³n
CapĆ­tulo 88: CompasiĆ³n

CapĆ­tulo 1: Monstruo

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By CharlieDark1827

- Mori-san, el monstruo está de nuevo en el closet - murmuro Chuuya refregándose los ojos cansado. Traía un conejo de peluche en sus brazos.

Mori bostezo agotado, observó unos segundos la hora, notando que eran las 5 de la mañana. Suspiro con cansancio. Para ser un niño de ocho años seguro que tenía energías.

- Chuuya-kun, te aseguro que no hay nada en el closet- le comento escondiendo su rostro en la almohada - vuelve a dormir, no tengas miedo

- !No tengo miedo! Pero no me deja dormir porque quiere conversar conmigo y tengo sueño, ve a sacarlo - le comento Chuuya con el ceño fruncido. Sus orejas rojizas se encresparon junto con su cola.

Mori observo ese comportamiento con una sonrisa, se sabía que los cachorros de lobo les costaba controlar las orejas y cola hasta que se transformaban a los 18 años. Peros su sobrino era un caso especial en su raza, si bien los cachorros les costaba, si podían esconderlas cuando lo necesitaban, pero Chuuya no era capaz de eso, sus orejas y cola siempre estaban fuera, era un “Defectuoso” para los cambiantes, pero, el creía que se veía mas tierno con esos accesorios extras, además, tenían fe de que se curara cuando cumpliera los 18 años.

- ¿El monstruo te está hablando? - le pregunto el pelinegro con una risa pequeña - ¿Que te dijo?

- Que dejara de acusarlo contigo a estas horas y que gastara mi tiempo en tomar leche para crecer más- le dijo Chuuya pensativo - y me pregunto si sabía un modo efectivo para suicidarse - arrugo la nariz ante eso - le dije que no sabía, y me tiro una cuerda - el pequeño levanto al conejo - me dijo que se usaba así

Mori parpadeo sorprendido ante el modo en que traía al conejo, en su cuello tenía un perfecto nudo para colgarse. Bien...los amigos imaginarios de los niños cada vez estaban más evolucionados.

Solo para verificar que enserio no había nadie en el closet del niño, olfateo al pequeño, pero este no tenía rastro de olor de otra persona sobre él. Por lo que seguro era algo inventado por pequeño, decían que era normal que los niños pequeños crearan amigos imaginarios cuando se sentía solos, quizás debía buscarle algún amigo.

El “Monstruo" era algo que Chuuya había comenzado a mencionar desde hace unos meses. La primera vez que lo menciono, fue cuando desayunaban, explico que un monstruo se escondía en su closet.

Parece ser que el mismo sujeto se autodenomino “Monstruo”, y según la descripción del niño, era un vampiro.

Nadie le había tomado mucha atención porque si un vampiro hubiera entrado a la habitación del niño, este ya estaría muerto, la relación de los cambiantes y los vampiros no era buena, por decirlo suavemente, en realidad se odiaban a muerte.

El pequeño había insistido que fueran a revisar, pero no habían encontrado nada, ni olor de otra persona ni un monstruo. Había un modo de que un vampiro no dejara presencia, aunque este tenía que ser increíblemente poderoso para que esto se lograra, pero no era posible que un vampiro tan poderoso viniera visitar a su sobrino sin intenciones de asesinarlo.

Luego de ese hecho, el “Monstruo” había comenzado a aparecer una vez a la semana durante los últimos meses, Chuuya no lo acusaba siempre, solo cuando este se volvía muy molesto, eso según las palabras del niño. Parece ser que tenían una buena relación normalmente

- ¿Iras matarlo por mí? - le pregunto Chuuya con los ojos brillantes a Mori. Este lo miro con una sonrisa tensa, bueno, la mayoría de las veces tenían una buena relación

- Chuuya-kun, ¿Seguro que está en el closet? - El pequeño asintió emocionado, instándolo a que se levantara.

- Ven, ¡Te enseñare! También dile que deje de sacar mis juguetes

Mori se sentó en la cama, mirando fijamente al niño. Como jefe de la Port mafia nunca pensó que Kouyou le dejaría a cargo de su querido y único hijo. Normalmente ambos vivían fuera del país, pero su hermana había tenido una emergencia hace algunos meses y tuvo que salir sin poder llevarse al pequeño. Nunca se separaban así que debió haber sido una experiencia fuerte para ambos.

Su hermana no encontró nada más seguro que dejarlo a cargo de él…aunque, había puesto énfasis que lo dejaba a cargo de su compañero, porque él era un hermano inútil. Fukuzawa había aceptado, así que, siempre que podía lo dejaba a cargo de Fukuzawa que parece entretenerse con el niño, pero este se negaba a pasar la noche con él con un niño en casa, quizás fuera porque Chuuya casi los pilla en medio de un momento intimo… ¿Para que quería un compañero si este no lo apoyaba en momentos como estos?

- Chuuya-kun ¿Quieres saber cómo echar al monstruo? - le dijo sonriendo, el pequeño asintió ansioso - Bien, dile que deje de dudar de su sexualidad y salga de closet - Chuuya lo miro confundido.

- ¿Qué? - le pregunto finalmente

- Tu solo díselo, son las palabras mágicas para que se vaya - murmuro volviendo a dormir, escuchando los pasos del niño corriendo a su habitación.

Mori sintió que era movido de nuevo. Abrió un ojo fijando su vista en un Chuuya frustrado. Su cola estaba inquieta.

- ¿Que paso ahora?

- No se fue, me dijo que no usara palabras que no entendía, creo que se enojó - le murmuro con el ceño fruncido, abrazando con fuerza al conejo al que todavía no le quitaba la soga

- ¿Se enojo contigo?

- No, con Mori-san, dijo que le dijera que no me enseñe mierdas – le comento inocente, el pelinegro lo miro impactado - o haría que yo le contara a mamá que usted me está enseñando groserías y me aclaro que no dudaba de su sexualidad, que había tenido cientos de años para ponerla en práctica y definirse, y me dijo que al menos no era necesario que yo la pusiera en práctica pero ¿Como debo ponerla en práctica? - le pregunto con la típica voz de un niño que no entendía nada de lo que le habían dicho

Mori lo miro horrorizado por las palabras, donde había escuchado eso el niño, Fukuzawa no hablaba de esos temas nunca, ¿Algún subordinado suyo? Kouyou lo iba a asesinar si se enteraba de que su hijo había escuchado esas cosas

- Chuuya- kun, si voy a revisar tu closet ¿No le dirás nada a tu mamá sobre esto?

- ¡No le diré a mamá! Porque ya soy un chico grande, por eso mejor solo se lo conté a Mori-san - le susurro este como si fuera un secreto- pero...no sirve que vaya a revisar, porque salió del closet cuando repetí lo que me dijo usted

- ¡Eso es genial! ve a dormir entonces, tu tío Mori tiene que levantarse en una hora más, déjalo dormir - le murmuro tapándose con las frazadas hasta la cabeza, pensando en que mañana tendría que censurar los programas de televisión, páginas web y a sus propios subordinados. No podían hablar temas de ese tipo frente al niño

- Pero...él sigue en la habitación- le comento enfurruñado

- Chuuya-kun ¿El monstruo te hará daño? - le pregunto agotado

- No, él dijo que no quería hacerme daño, solo conversar

- Entonces duerme tranquilo, seguro solo quiere ser tu amigo, con el tiempo se ira

- Yo no quiero ser su amigo, Mori-san

- Ve y díselo, pero duerme - dijo antes de caer dormido.

Chuuya lo miro enfadado, los adultos eran malos para estas cosas, quizás Mori-san le tenía miedo al monstruo. Pero no debía tenerle miedo, el monstruo no era malo, si viniera de día, el jugaría feliz con él, pero ahora solo quería que lo echaran para que pudiera dormir, no es que le molestara el sujeto, solo que a veces era realmente odioso.

Camino por los pasillos con su conejo en brazos, su cola se balanceaba de un lado a otro por la esperanza de que el monstruo se hubiera ido. Estuvo así hasta que llegó a su habitación. El monstruo estaba sentado en el borde de la ventana mirando el cielo nocturno.

El pequeño entro a la habitación sin miedo y cerró la puerta.

- Mamá dice que no hay que sentarse ahí, porque uno se rompe la cabeza al chocar con el suelo- le dijo bostezando cansado, intentando subir a la cama, lo logro luego del tercer intento, recostándose cansado, sin soltar al conejo suicida.

El "Monstruo" lo miro con una sonrisa alegre. Aunque el niño notaba siempre que su mirada solía ser muy triste.

- Soy un monstruo que no morirá por eso - le dijo este en cambio acercándose donde el niño que lo miraba con sus brillantes ojos azules. Aunque parecía cansado

- Mori-san me dijo que te dijera que yo no quiero ser tu amigo - le murmuro bostezando

- ¿Aun no cree que existo? - le dijo divertido el joven

- No lo sé, parece que te teme - le comento este acariciando las orejas del conejo- Los adultos son complicados, no intentan entender a los niños – los ojos castaños miraron con atención al cachorro, había dicho algo muy cierto, el pequeño conecto miradas con el curioso - ¿Por qué no pueden encontrarte? Mi tío Fukuzawa es uno de los mejores encontrando personas, pero aun así no te ha capturado

- ¿Qué me darás a cambio de esa información? – le pregunto este divertido por las preguntas inteligentes del niño. Este se lo pensó unos segundos y le señalo una caja de zapatos. Dentro había muchos dulces.

- Puedes sacar uno, ¡pero solo uno! – le dijo Chuuya con seriedad.

El vampiro lo miro entretenido y saco una sola golosina como se le había indicado, no podía comerla, pero una negociación era una negociación. Luego volvió a su posición en la ventana, admirando el paisaje que se lograba ver desde la mansión de Mori. Enfoco su vista de nuevo en el cachorro que despertaba su curiosidad.

Había escuchado por su aquelarre que una posible debilidad de los cambiantes había llegado, un príncipe, hijo de la hermana del líder la Port mafia.

No solían usar esos títulos, pero la familia Nakahara era conocida por estar al mando de los cambiantes por siglos, eran basicamente realeza. Por lo que el que apareciera un muchacho de esa familia era sin duda una oportunidad de quitarles el poder que con tanto orgullo mostraban. Aunque era bastante extraño que Dazai no hubiera sabido del príncipe, lo habían mantenido demasiado bien oculto.

Como líder de su aquelarre había ido con toda la intención de asesinar al príncipe, Mori debería saber que en esta guerra que tienen no debería traer puntos de debilidad.

Había ingresado por la ventana cuando el reloj marco las 3 Am, pero, el lobo no estaba en su cama. Eso había sido un cambio de planes brusco. Se supone que lo asesinaría mientras estuviera durmiendo para no alertar a las personas de la casa con los gritos. Cuando estaba a punto de irse, escucho que abrían la puerta de la habitación, así que se escondió dentro del closet.

Observo por la rejilla como ¿Un niño? con unas orejas de lobo rojizas ingresaba a la habitación, sonrió un poco al notar que parecia ardilla con sus dos mejillas llenas de chocolate, supo que era esa golosina por que traía entre sus dos brazos una gran cantidad de dulces.

Este de alerta miro el armario con sospecha, para ser un cachorro tenía grandes instintos, ¿Era familiar de los Nakahara? ¿Se había equivocado de habitación?

Noto como dejo todos sus dulces encima de la cama y abrió la puerta del closet de golpe. Ambos se miraron fijamente unos segundos, hasta que el cachorro lo miro con el ceño fruncido y cerro el closet, volviendo a sentarse en la cama a comer chocolate. Dazai parpadeo confundido. ¿Acababa de ignorarlo?

- No deberías ignorar a tus mayores – le dijo saliendo del closet extrañado por el comportamiento del niño, noto que la cola del niño se movía de un lado a otro con tranquilidad

- No tenían que haber testigos – le respondió este tragando rápidamente el chocolate que tenía en la boca

- ¿Qué?

- Estas en mi closet sin permiso de mi tío Mori y yo estaba robando chocolate – le susurro este, como si hubieran hecho algo muy malo – Así que yo guardare tu secreto y tu guardaras el mío

Dazai no podía seguir la conversación, había un desconocido en su habitación lo normal es que se asustara, pero el niño estaba tranquilo, algo enfurruñado, pero tranquilo a fin de cuentas. Este niño era el príncipe, parecía ser que sus subordinados le habían ocultado el pequeño detalle de la edad de cachorro.

- ¿No estas asustado? Podría estar acá para matarte – le comento el castaño mirándolo fijamente, las orejas del cachorro de tensaron ante ese comentario y lo miro confundido

- ¿Estás aquí para matarme?

- Si – le respondió Dazai para ver como reaccionaba el niño, por supuesto que no iba matarlo, el no mataba niños, el cachorro ladeo la cabeza con sus ojos azules completamente confundidos

- ¿Y yo que hice? – le comento con inocencia. El castaño por primera vez en mucho tiempo se sintió avergonzado. El único crimen del niño era haber sido hijo de los Nakahara, pero el cachorro no se detuvo ahí – Si es por los chocolates, puedes quedártelos – le dijo este con el ceño fruncido mirando con lastima sus dulces robados.

Dazai se rio divertido ante eso, aunque se detuvo de inmediato, sorprendiéndose por escucharse reír con un sentimiento tan agradable.

Se suponía que los vampiros medida que envejecían iban perdiendo las emociones que provocaban felicidad, hasta que conocían a su compañero. Miro con sospecha al niño, no podía ser ¿Verdad? El destino no podía estarle entregando a su compañero siendo este un cambiante.

- ¿Vas a querer mis chocolates? – dijo este interrumpiendo sus pensamientos, sus orejas estaban caídas

- No – le respondió el castaño sin salir de la confusión, el cachorro al escuchar esto sonrió feliz, sus ojos brillaron, mostrando en ellos el reflejo de un día soleado, algo que no había podido observar nunca por su incapacidad de soportar esta estrella. Sintió en su pecho una calidez que lo hizo sonreír con suavidad. Si, este niño era su compañero.

Para los vampiros era algo extraño conocer a sus compañeros cuando estos eran niños, pero no imposible. La única diferencia con conocerlos a esta edad era que sus emociones iban a ser básicas, como si fueran simplemente amigos y no la persona que pasaría la eternidad a su lado. Sentimientos y emociones amigables, después de todo, no había tabú más grande en la sociedad de Dazai que dañar a un niño, era lo único en que los cambiantes y los vampiros estaban de acuerdo.

Suspiro cansado, que cambio de planes más incómodo, no iba a matar a su compañero, sería como quitarse el corazón con las manos, pero podía esperar a que creciera y usarlo en ese momento.

No es como si el tiempo para un vampiro fuera gran cosa que perder, esperaría por el cachorro, hasta que fuera el momento adecuado para usarlo. Enfoco su vista en pequeño intentar tomar nuevamente su típica máscara de frialdad, este le estaba sonriendo mientras comía chocolate. No pudo evitar devolverle la sonrisa…luego negó con la cabeza, parece ser que sus planes no iban a ir como el quería.

- Me llamo Chuuya Nakahara – le dijo interrumpiendo sus pensamientos, su cola volvía a estar emocionada y sus orejas atentas - ¿Quién eres tú?

- Un monstruo – le respondió el castaño con los ojos atentos en el niño, este hizo una mueca por el nombre

- ¿Vives en ese closet? – le pregunto extrañado, luego pareció pensar un segundo y lo miro con atención – ¡Eres el monstruo del closet!

Desde entonces se había quedado con ese apodo, no es como si le molestara, si decía su nombre real seguro descubrirían de inmediato quien era el que estaba visitando al niño.

Había intentado contenerse en sus visitas, pero era agradable sentir emociones al conversar con el cachorro. Aunque este se molestaba cuando lo despertaba en la noche, no es que lo despertara a propósito, el niño de inmediatos sabia cuando el entraba en su habitación y lo miraba molesto. Pero no tenia otro horario para ver a Chuuya, despues de todo le era imposible salir de día.

- ¿No me dirás ahora? – le murmuro Chuuya abrazando su peluche. Se había perdido demasiado en sus recuerdos. El pequeña tenía las orejas caídas por el cansancio, ya iba siendo hora de que se fuera. Pero el cachorro le había preguntado algo

- Mientras mas poderoso es el vampiro, mas difícil es que lo capten, somos capaces de esconder nuestra esencia con facilidad – le explico con tranquilidad, el niño lo miro confundido

- ¿Eres un vampiro poderoso, Monstruo?

- Si, pudiéramos decirlo así

- Pero yo si puedo detectar tu esencia, por eso se cuando entras en la habitación

Dazai miro sorprendido al cachorro, eso no era posible, el era uno de los mas viejo de su raza, si el no quería que lo detectaran, nadie nunca lo iba a detectar.

- ¿No mientes, enano? – le pregunto con el ceño fruncido. Chuuya lo miro ofendido

- ¡No seas idiota, claro que no miento! – le espeto malhumorado, sus orejas estaban encrispadas, para demostrar que no mentía olfateo hacia él, el castaño lo miro curioso, había escucho que los lobos detectaban a sus compañeros por el olor, no sería raro que el cachorro lo detectara en él, pero seguro tampoco sabía que lo que detectar su esencia significaba– Tú tienes la esencia de menta y chocolate – le dijo finalmente con una sonrisa orgullosa. Dazai le sonrió divertido, se acercó y le revolvió el cabello para molestarlo. Este le gruño enfadado.

- No deberías usar la palabra idiota, mocoso – le espeto en cambio Dazai, sin comentar nada respecto a las esencias

-  Rampo Onii-chan dice que me exprese como se me de la maldita gana – le dijo el pelirrojo con el ceño fruncido. Dazai hizo una mueca por la expresión que había utilizado el cachorro, si no se equivocaba Rampo era el segundo al mando del lobo plateado. No era una buena influencia para nadie.

- Me voy, Chuuya, mejor duérmete – le dijo el castaño cubriendo al niño con las frazadas

- ¿Estas seguro que nadie puede encontrarte? Eres odioso para ser un adulto – le susurro el cachorro sentándose en la cama

 - No, soy invencible, ¿Qué harás ahora que nadie vendrá a salvarte de mí? - le dijo en broma mostrándole sus colmillos para asustarlo, aunque sabiendo que el niño no lo haría. Tenia una personalidad muy fuerte.

- ¿Por qué vienes a visitarme? – le pregunto el pelirrojo curioso ante la vista de los colmillos, su cola se movía de un lado para otro emocionada- Se supone que los vampiros odian a los lobos y los lobos odian a los vampiros

- ¿Dónde escuchaste eso? – le espeto Dazai, con una mueca

- Es algo que todos saben – le dijo este en cambio, recostándose en la cama. Cerrando los ojos agotado. En cualquier momento se dormiría

- Nos odiamos – le respondió el castaño sin dudar

- ¿Por qué?

- Ustedes hicieron cosas malas

- ¿Y ustedes no? – Dazai se trago las palabras ante ese comentario, debía admitir que ambas partes se habían hecho mucho daño, el cachorro continúo hablando – No deberíamos odiarnos, mamá dice que el odio solo atrae más odio por eso nos mantenemos alejados de este lugar lo mas que podemos, dice que no quiere que quede atrapado en fuego cruzado – le dijo enfocando su mirada cansada en Dazai, sus ojos aprecian demasiados viejos para un niño – Tú no eres tan malo para ser un monstruo, deberías acabar con esta guerra – le susurro antes de caer dormido.

El castaño lo miró fijamente, el terminaría con la guerra, pero no del modo que el cachorro quería, aunque ahora entendía porque nunca había visto al pequeño, Kouyou lo quería mantener alejado de esta guerra. Pero ya era muy tarde para Chuuya, después de todo, era el chico que crecería para ser su compañero de vida.

Gracias por leerrr ❤❤🐾🦇

Habia prometido algo temática Hallowen asi que lo prometido es deuda o como sea el resfran....se que ya paso Navidad , año nuevo, y se viene san Valentín....pero lo importante es que cumplí 🤣🤣❤❤ en realidad lo tenia escrito hace algun tiempo pero habia perdido el word donde lo habia escrito❤🤣

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