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Blair y Gemma se pasaron el día tiradas en el sofá, viendo películas. Por la tarde, salieron al parque de siempre con un Starbucks en la mano, y hablando de todo un poco. Por la noche, Anne invitó a Blair a su casa, Tom estaba trabajando, así que Blair estaría sola en casa, por eso no dudo en decir que si, dado que no le gustaba estar sola.
En la cena, no dejaron de reír todos, Harry miraba a Blair fascinado al ver que no había cambiado nada, seguía siendo esa chica maravillosa y especial de la que él se había enamorado hace años.
—Y bueno Blair... ¿Cómo andan los amores? —Harry se quedó congelado, y Blair también, no se esperaba esa pregunta del padre de Harry.
—Pues genial.
— ¿Eso es que alguien ocupa tu corazoncito?—Harry miró hacia su padre frunciendo el ceño, luego miró hacia Blair deseando que su respuesta fuera un no rotundo.
—Pues sí, ocupado del todo—Harry dejó caer el tenedor sobre la mesa, su corazón se paró durante unos instantes, estaba furioso, deseando saber quién era el tipo que ocupaba el corazón de Blair, deseaba romperle la cara, la sangre le hervía, todos lo miraron. Entonces, Gemma se empezó a dar cuenta y cambio el tema.
—Blair, hoy te quedas, ¿no? —Blair desvió la mirada hacia su amiga.
— ¿Me pondrás la cara de cachorrito? —Gemma sonrió victoriosa y puso su famosa cara de cachorro.
— ¿Te quedaras? —
—Sí, me quedaré...Chantajista—Gemma empezó a dar palmadas de alegría y siguió cenando.
El resto de la cena pasó normal, hablando de los estudios y de lo que harían ahora que habían terminado las clases por unos días. Terminada la cena, Anne y Des se fueron a dar un paseo. Ellos se quedaron viendo una película, esa vez, Gemma no se durmió tan rápido, duró despierta hasta que llegaron sus padres. Cuando los vio entrar se despidió de todos y subió a su cuarto a dormir. Blair quiso ir con ella, pero Gemma le dijo que no, sabía perfectamente que Blair no tenia sueño y que la película que estaban viendo era su favorita. Así que le dijo que se quedara, y como puso la cara de cachorrito, Blair se resignó y se sentó sin decir nada más.
Todo estaba en silencio, solo se escuchaba la voz de Adam Sandler y Jennifer Aniston, en la película que estaban viendo. Blair sonreía, sus dos actores favoritos en una misma película, le encantaba, se la sabia de memoria, pero no se cansaba de verla. Harry la miraba y no podía evitar sonreír, le encantaba verla así.
La película terminó y ellos subieron. Se frenaron justo en el medio del pasillo; entre la puerta del cuarto de Harry y el de Gemma.
—Buenas noches, Harry.
—Sí, buenas noches, Blair—Se quedaron mirando a los ojos. Harry no quería irse, y Blair estaba esperando a que Harry se metiera a su habitación para ella irse a dormir, pero no lo hacía. Sonrieron y agacharon la cabeza.
—Nos vemos mañana—Blair se acercó a Harry y le dio un beso en la nariz; como solía hacer Harry cuando eran pequeños. Harry se quedó helado, no se esperaba ese acto por parte de Blair. Se murió de ganas de agarrarla y besarla; y lo hizo, pero no de la manera que él quería. La agarró de la mano tirando de ella hacia él, y le dio un beso en la nariz. Ambos sonrieron tímidamente y Blair se metió al cuarto de Gemma sonrojada, no se podía creer que hubiera hecho eso, pero no podía negar que le había encantado, lo besó en la nariz porque se moría por el contacto de la piel de Harry, y no se le ocurrió otra cosa, y por suerte, Harry le había contestado bien, devolviéndole el beso.
A ambos les costó dormir, pensando el uno en el otro, pero al final lo lograron, y se quedaron dormidos.
Se movió un poco en la cama, se pasó la lengua por los labios, estaba seca, tenia sed, así que se levantó.
Miró el reloj y vio que eran las 4:38.
Salió del cuarto de Gemma y bajó a la cocina. Abrió la nevera y sacó una jarra de agua. Cogió un vaso y se echó un poco de agua.
Cuando estaba bebiendo, vio entrar a Harry sin camisa y frotándose los ojos. Se atragantó y se le cayó el agua por el cuello y por el pecho.
— ¿Necesitas un babero? — Harry se rió, pero rápido se le fue la sonrisa de la cara al ver a Blair sacarse la parte de arriba del pijama y secarse el cuello.
Harry se puso tenso, apretó los dientes, tragó saliva sonoramente, no dejaba de mirarla, se le llenó la mente de recuerdos, sacudió la cabeza para sacar pensamientos poco adecuados en aquel momento. Ella se secaba con la parte de arriba del pijama, dejó el vaso sobre la encimera y se dirigió hacia las escaleras. Como iba secándose no miró a Harry, y como Harry estaba embobado mirándola, no se fijó que ella iba en dirección hacia él, así que se chocaron.
—Oh, perdón—Ella levantó la cabeza quedando muy cerca el uno del otro.
—No...No te preocupes...Blair—Harry dijo su nombre en medio de un suspiro, sentía que le faltaba el aire, eso era lo que ella le provocaba, lo dejaba sin aliento y sin saber que decir.
Cuando Harry dijo su nombre en un suspiro, todo el aliento chocó contra su boca, provocándole unas ganas locas de besarle. Ella se preguntaba que le pasaba, hace unos días ni podía verlo, ni oír hablar de él, y ahora, de repente, se moría por verlo, hablar con él, abrazarlo, besarlo, ella misma se sorprendió de pensar eso.
¿Besarlo?
Esa pregunta daba vueltas en su cabeza.
Harry estaba paralizado ante ella, la tenia ahí, tan cerca que se le olvidaban todas las excusas que se había puesto a él mismo para mantenerse lejos de ella, solo deseaba con todas sus fuerzas abrazarla, besarla, y no separarse de ella nunca más. Blair le sonrió y a él se le erizó la piel.
Como ella se estaba muriendo de frío, se frotó los brazos con sus propias manos. Harry en un acto reflejo que no pudo evitar, la abrazó, y como Blair ya no aguantaba más, ni el frío, ni las ganas de abrazarlo, lo abrazó fuertemente contra ella, hundiendo su cabeza en el pecho de su amigo de la infancia. Ambos soltaron un suspiro.
—Estas congelada.
—Sí, es que el agua estaba helada, y me mojé toda.
—Ya te vi, patosa.
—Fue tu culpa que me asustaste.
—Oh, pues lo siento. Bueno, ya ves, para recompensarte, te doy un abrazo y listo.
—Sí, gracias, solo lo acepto porque si no mis neuronas se mueren congeladas.
— ¿Y ya no tienes tanto frío? —
—Pues...No, ya empiezo a entrar en calor.
—Bien, soy bueno.
—Sí. Deberías ofrecer tus servicios como manta humana.
—Me lo pensaré, si con la banda las cosas me salen mal, me dedicaré a esto.
—Cierto, no tuve oportunidad de felicitarte por la banda, sois muy buenos, en serio, enhorabuena—Harry separó a Blair de él y le agarró la cara con sus dos manos, mientras le acariciaba las mejillas con sus dedos pulgares.
—Muchísimas gracias, Blair...Significa mucho para mí que te guste la banda.
—Pues me gusta, bastante—Harry sonrió y Blair también, con algo de nerviosismo por la escena. Estaban muy cerca, los dos sentían el aliento del otro en sus bocas, y ambos se morían de ganas de eliminar la poca distancia que había, pero no lo hicieron, cada uno, tenía su estúpida excusa para no besarse—Bueno...Gracias por ser mi manta humana.
—De nada, Blair, ya sabes, cuando tengas frío, aquí estaré.
—Lo tendré en cuenta, buenas noches, Hazza.
—Buenas noches, gatita—Los dos se quedaron mirando a los ojos fijamente, a ambos le había encantado escuchar las maneras en que se llamaban. Se acercaron lentamente, sin darse cuenta.
Entonces, Blair reaccionó y le dio un beso rápido en la mejilla, pero Harry se movió un poco y el beso fue en la comisura de los labios. Ambos se sonrojaron, y Blair subió rápido las escaleras hacia el cuarto de Gemma. Se apoyó contra la puerta del cuarto ya cerrada, y sonrió. Harry aun en la cocina se apoyó contra la pared y sonrió como un bobo.
Por la mañana, ambos se despertaron sonriendo, con ganas de verse nuevamente. Blair al abrir los ojos se dio cuenta que Gemma seguía dormida, como siempre, le encantaba dormir hasta tarde, pero a Blair no le apetecía estar más en cama, así que se levantó y se puso la ropa. Salió y justo se encontró a Harry saliendo de su cuarto, ambos sonrieron.
—Buenos días, gatita.
—Bu-buenos días, Hazza—Se sonrojaron y bajaron juntos a desayunar; mientras hablaban de cómo habían dormido y que solo faltaban unos días para fin de año. Harry se ahorró el hecho de que se iría después de fin de año.
Desayunaron los dos solos, al parecer, Des estaba trabajando, y Anne, no sabían dónde estaba. Mientras desayunaban seguían hablando de todo un poco, y por último, de los chicos.
—Tendrías que conocerlos, son geniales, como mis hermanos.
—Ya, si se os nota mucho.
— ¿Qué? ¿Tu-tu acaso nos viste? —
—Bueno, si, salís mucho por la tele.
—Ah, así que ya sabes cómo son los chicos.
—Pues si, como para no saberlo—Blair puso una cara que a Harry no le gustó. Se puso serio y la miró frunciendo el ceño.
— ¿Alguno de ellos te gusta o qué? —
—Bueno, en realidad los cuatro son guapísimos.
—Ya...Pero bueno, todo el mundo tiene a su favorito, tú... ¿Lo tienes? —
—Bueno...Puede ser.
—Ah...Pues dímelo... —
—Zayn.
—Tiene novia hace dos años—Dijo Harry rápidamente, casi sin respirar. Blair soltó una carcajada y asintió.
—Ya lo sé, pero sigue siendo mi preferido.
—Ah, es muy tierno y amable.
—Sí, lo sé, es perfecto. Y Niall no se queda atrás, el jodido rubio está tremendo—Harry que tenía una pequeña sonrisa en la boca, se le fue al escuchar a Blair decir eso.
—También tiene novia, se llama Alba— Blair le asintió, ella ya lo sabía, pero le encantaba ver las caras de Harry, por eso seguía hablando así de los chicos.
—Bueno, y del culo de Louis ya ni hablemos. Porque joder, me encanta su culo, en serio— Blair se echó a reír, pero Harry no, le hervía la sangre.
—Bueno, terminemos de desayunar... —
—Sí, mejor, porque me pongo a pensar en lo bueno que están Liam y los demás y se me enfría— Blair soltó una carcajada, le había salido bien lo de hablar de los otros chicos y dejar a Harry de lado.
Harry miraba con rabia hacia la taza que tenía enfrente, Blair se reía sin que Harry se diera cuenta, y así estuvieron hasta que bajó Gemma.
Blair, después de mucho pelear contra la cara de cachorrito de Gemma, pudo irse a su casa, quería ver a su padre.
Entró y vio a su padre hablar por teléfono; así que le lanzó un beso y subió a su habitación. Puso música y la limpió un poco, rato después se fue duchar.
Bajó y puso la lavadora, estaba en la cocina cuando entró su padre con cara de preocupación.
—Papá, ¿qué pasa? —
—Tengo malas noticias... — Blair miró al padre frunciendo el ceño, sabía que no venia nada bueno.
—Habla ya papá, por dios.
—Bueno...No vas a poder terminar el instituto aquí, porque...Tenemos que mudarnos.