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Pasaron una cena perfecta, rieron y hablaron de todo un poco, Tom se llevaba genial con los padres de Gemma. Después de la cena, Tom se fue y Blair se quedó para ver una película; no había podido decir que no, Gemma le había insistido demasiado, como siempre.
Se sentaron en el sillón, Gemma se fue a por unas mantas y palomitas dejando a Harry y a Blair solos.
— ¿Te lo pasaste bien? —Preguntó él varios minutos después, no soportaba el silencio que se formaba entre los dos.
—Sí, siempre me lo paso bien cuando estoy con Gemma, y tus padres son adorables.
—Sí, mucho. Y... ¿Con-conmigo? —
—Las palomitas ya están—Ellos desviaron la mirada hasta la entrada del salón por donde venia Gemma con un cuenco y unas mantas.
Gemma le tiró una manta a su hermano y con la otra se taparon Blair y ella. A mitad de la película, Gemma cayó en un profundo sueño, Harry al mirarla dormir con el cuello torcido decidió subirla a su cuarto. Al bajar, vio a Blair acurrucada en el sillón asustada por la película, y se sentó a su lado.
—No me dirás...Que le tienes miedo a Freddy Kruger, ¿no? —
—N-no... —
—Ya se ve—Dijo aguantando la risa. Él se acercó a ella y se tapó con la manta que ella tenía.
Sin darse cuenta según iba pasando la película se iban pegando más. Blair con cada grito de miedo que daba se abrazaba mas a él, y Harry se sentía en el paraíso con ella tan cerca, abrazándola fuertemente. Cuando la película casi terminaba, era donde había más sangre y Blair se asustó todavía más. Y veinte minutos después, Harry se dio cuenta que Blair ya hacía rato que no gritaba ni temblaba.
Le levantó la cara, ya que la tenía sobre su pecho, y la vio dormida, la veía tan hermosa, la tenía tan cerca, a un latido de sus labios. Intentó convencerse a él mismo que no debía besarla, así que lentamente se levantó, la cogió en brazos y la llevó hasta su cama. Por suerte su cama era grande y cabrían los dos tranquilamente.
Después de dejarla, bajó al salón, apagó la televisión, recogió el cuenco de las palomitas y las mantas. Subió y se puso el pijama. Se acostó en la cama y se quedó un rato mirando a Blair dormir. Se veía tan perfecta ante sus ojos, parecía un ángel. Entonces, sin darse cuenta, se fue acercando lentamente hacia ella, cuando quiso darse cuenta sus labios se estaban rozando. Quería separarse, pero algo dentro de él lo empujaba a seguir, y eso hizo, sin poder evitarlo deposito sus labios sobre los de Blair. Sonrío al notar los labios de ella sobre los de él, los había echado tanto de menos, aun que para él hubiera sido fantástico que ella le respondiera al beso, pero era imposible, ella estaba dormida. Entonces escuchó un pequeño gemido salir de la boca de Blair. Se separó rápido y ella se movió un poco quedando más pegada a él, seguía dormida, para suerte de él. Sabía que si se despertaba y lo veía besándola, lo mataría. Sonrió al verla y se acostó. Ella tenía una mano en la cintura de él, y Harry estaba sonrojado por el gemido de ella y su mano en su cintura. Tenía una fuerte batalla en su cabeza, pero lo quisiera afrontar o no, le había excitado besarla y tenerla tan cerca. Le costó dormir, pero al final se quedó dormido, pensando en que había echado más de menos a Blair de lo que él pensaba.
A la mañana siguiente, Blair se despertó antes que él, cuando abrió los ojos se le paró la respiración y el corazón al ver a Harry a su lado durmiendo. Iba a levantarse e irse, pero algo dentro de ella se lo impidió, llevó su vista por todo el cuerpo del moreno encontrándose su propia mano en el abdomen de Harry, sonrió levemente, vio que se estaba despertando y se hizo la dormida.
Harry abrió los ojos y la vio ahí, a su lado, durmiendo, tan perfecta como siempre. Entonces le dieron ganas de besarla. Suspiró y se levantó, tenía que alejarse de ella, aun que le costara, pasar tiempo con ella lo estaba confundiendo, él quería a Caroline, o eso creía.
Ella abrió los ojos al escuchar la puerta, él se había ido y por alguna razón eso le dolió.
Se levantó y salió hacia el cuarto de Gemma. Al entrar, vio a su amiga dormir tranquilamente, así que, una idea cruzó su mente. Se acercó sigilosamente, y se acercó al oído de la morena.
— ¡Freddy Kruger está aquí! —Gemma abrió los ojos bruscamente, mientras sentía que su corazón empezaba a latir a mil.
—No, no. Freddy no—Blair se echó a reír al ver la reacción de la morena y no pudo resistir a rodar por el suelo de la risa—Malvada, no me vuelvas a despertar así nunca más—En ese momento, entró Harry corriendo.
— ¿Qué pasa? ¿Qué son esos gritos? —Harry se quedó como una estatua al ver a Blair en el suelo riéndose, él había pensado que seguía en la cama durmiendo.
—Blair me chilló, ¡Freddy Kruger está aquí!, y yo como una tonta me levanté asustada—Harry se empezó a reír de la cara de su hermana—Pero no se rían idiotas, casi me sale el corazón—Gemma salió del cuarto diciéndoles de todo, cuando mas decía, mas se reían ellos.
Blair se estaba levantando del suelo, Harry la vio y la ayudó, cuando ella estuvo de pie se quedaron muy cerca.
—Buenos días, Blair —Ella sonrió levemente mientras se limpiaba las lágrimas que le salieron de tanto reír.
—Buenos días, Hazza—Ella se quedó un momento paralizada, ya hacía años que no lo llamaba así, y Harry se sonrojó al escuchar que lo volvía a llamar así.
— ¿Sabes? Las fans me llaman así también.
— ¿En serio? Qué bien.
—Si, en una entrevista dije que así me llamaba mi mejor amiga de toda la vida, y desde entonces todos me llaman así—Ella lo miró a los ojos fijamente. Entonces pasó por su memoria todos esos momentos que pasó con él, pero se quedó en un momento exacto, el día que cumplió quince y Harry le hizo el mejor regalo que pudo hacerle.
Harry al tenerla ahí enfrente de él, no pudo evitar recordar el beso de la noche anterior, y eso lo llevó a acordarse de su infancia con ella, su primer beso, el segundo...Todos esos momentos, eso lo llevó a la primera vez que hicieron el amor, sin darse cuenta, los dos estaban pensando lo mismo. Se sonrojaron y desviaron la mirada.
—Bueno...Bajemos a desayunar.
—Em...Si, vamos.
Bajaron hasta la cocina. Al entrar, Blair vio a Gemma sentada en la mesita de la cocina, y fue a abrazarla.
—Perdón por despertarte así, pero parecías un ángel durmiendo, no me pude resistir, tenía que despertarte...Amablemente—Blair se echó a reír y se alejó un poco de Gemma.
— ¿Amablemente? ¿Eso es para ti amablemente? —Gemma miró a Blair aguantándose la risa, entonces no pudo evitarlo y acabaron las dos carcajeándose. Gemma se levantó y abrazó a Blair—Te perdono, pero que no se repita.
—No, tranquila que no se repetirá— Se sentaron en la mesita de la cocina y Anne les sirvió el desayuno.
Harry en todo el desayuno no pudo dejar de pensar en Blair y en lo que había pasado con ella dos años atrás. La miraba de reojo y pensaba que nunca más volvió a sentir esas cosquillas en el estomago, los pelos no se le erizaban cuando Caroline lo tocaba, pero cuando Blair lo hacía sí. Eso le dio que pensar, se preguntaba porque sentía todo eso con Blair y con Caro no, cuando veía a Caroline solo sonreía, o bueno, eso al principio; porque cuando más pasaba el tiempo, Caro lo celaba mas, y eso no le gustaba. Sin embargo, cuando veía a Blair, el corazón se le disparaba y sentía cosquilleos en el estomago y la piel se le erizaba. Y cuando ella lo miraba a los ojos, se sonrojaba sin poder evitarlo.
—Bueno, yo ya me voy.
—No te vayas aun, Blair, vamos a ver una película.
—Tengo que ducharme y cambiarme. Después vuelvo.
—Anda, dúchate aquí y yo te dejo ropa.
—No me pongas esa carita por dios... —
—Venga Blair...Por favor.
—Ags, está bien, chantajista.
—Sí, sí, gracias, venga sube, dúchate y yo mientras preparo la película.
—Sí, tranquila—Blair subió y se metió al baño.
Estuvo un rato bajo el agua pensando en todo, no podía seguir ignorando que le encantó dormir con Harry. Salió de la ducha y fue al cuarto de Gemma. Aun no le había llevado la ropa, así que cogió la crema y empezó a echársela por las piernas. Entonces, la puerta se abrió.
—Por fin, ya me estaba muriendo de frío.
Harry entró por la puerta encontrándose una escena que lo dejaba atónito, la respiración se le cortaba, el corazón le latía a mil, las piernas le temblaban y los ojos se le iban con cada movimiento que hacia Blair sobre su cuerpo mientras se echaba crema.
Blair al ver que Gemma no le contestaba, levantó la cabeza para mirarla, entonces su corazón empezó a latir al ritmo de los tambores al ver a Harry en vez de a Gemma.
—Ha-Harry, ¿qué haces tú aquí? —Él intentó tranquilizarse para poder hablar.
—Gemma...Me mandó con la ropa...No-no sabía que ya habías salido del baño, lo siento—Ella se levantó y se acercó a Harry para coger la ropa que él tenía en sus manos.
—No te preocupes, gracias por la ropa—Cogió la ropa y se dio la vuelta. Harry no pudo resistir a mirarla de arriba abajo mientras ella caminaba hacia la cama. Seguía parado como una estatua mientras seguía los movimientos de Blair con la mirada.
Ella estaba nerviosa, porque Harry la estaba mirando, pero como no quería parecer una tonta siguió echándose crema, en el fondo le encantaba saber que Harry la estaba mirando.
Él tragó saliva al ver que ella se seguía echando crema sin importarle que él estuviera delante. Ella empezó a echarse por los hombros, y sin poder evitarlo, el cuerpo de Harry caminó hacia donde estaba Blair.
—Si-si quieres, te-te...Ayudo, por la espalda di-digo—Blair sonrió y antes de darse la vuelta se puso seria, para que Harry no se diera cuenta que ella sonreía. Le asintió y le dio la crema. Se dio la vuelta y se bajó la toalla hasta la cintura, él volvió a tragar saliva sonoramente al ver que se bajaba la toalla, ya hacía dos años que no la veía así.
Blair había cambiado muchísimo en esos dos años, era más mayor y tenia mas curvas. Harry lo notó justo en el momento que la vio, pero no quería pensar en ella de ese modo, si no su plan de ignorarla lo máximo posible le saldría mal, aun que bueno, en su plan no estaba apuntado el hecho de echarle crema por la espalda.
Él se echó crema en la mano y dejó el bote sobre la cama. Se frotó las manos y pestañeó varias veces seguidas antes de tocarle la espalda, para asegurarse que no estaba soñando. Al poner sus manos sobre la espalda de ella, sonrió, no se podía creer que todo eso fuera verdad. Por su parte, Blair, al sentir las manos de Harry sobre ella, le hizo poner la piel de gallina. Ya hacía dos años que Harry no la tocaba, ya no recordaba que Harry tenía unas manos suaves y que su tacto la hacía estremecer.
Mientras le frotaba la crema, Harry no podía dejar de pensar en la última vez que tocó a Blair así, con delicadeza. Sacudió su cabeza para apartar esos pensamientos de él, no podía volver a pensar en ese día, eso lo hacía desear a Blair, y no podía, estaba prohibida para él. Harry ya tenía a Caroline, aun que los sentimientos hacia Blair fueran mayores.
Harry en unos días se iría de nuevo a Londres, y no volvería a ver a Blair, así que no podía echar todo a perder con Caro por una confusión de sentimientos hacia su mejor amiga de la infancia.