Amores Perdidos [+18]

By PerfectWriting13

119K 7.8K 554

Pierre y Alaska no saben que están ligados para estar juntos. Ellos solo saben que cada día se encuentran en... More

Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 🔞
Capítulo 10
Capítulo 11 🔞
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 🔞
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 🔞
Capítulo 26 🔞
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30 🔞
Capítulo 31
Capítulo 32 🔞
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38 🔞
Capítulo 40 🔞
Capítulo 41 🔞
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48 🔞
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59 (Final)
Epílogo
Agradecimientos
Caja de preguntas

Capítulo 39 🔞

2K 117 9
By PerfectWriting13

"Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros"

Hermann Hesse

***

| Pierre |

Últimamente no he podido dormir tranquilo, desde que sé que Inés puede estar libre y en cualquier momento pueda ser que nos ataque, solo sé que los días anteriores he estado buscando formas no solo para intervenir cualquier incidente sino que también poder dejar de pensar que ella pueda estarme observando en cualquier momento, ni siquiera puedo decir que he podido pegar el ojo porque hasta me he quedado despierto durante horas supervisando que todo esté bien hasta el más mínimo ruido en cuestión de segundos me pone en alerta y no tardo en buscar que fue lo que provoco.

La verdad, es que estar de esta forma no es nada sencillo, una vez que se vive una experiencia traumática de por sí, queda marcado en tu vida y más cuando el victimario sigue vivo y pueda ser que de nuevo busque cumplir con sus planes. Esto ha sido de lo peor, quisiera decir que todo podría ser fácil si sigo contratando guardias de seguridad y poniendo más cámaras en el penthouse para evitar cualquier atentado pero siendo realista eso no funcionara.

Hasta puedo decir con libertad que ni siquiera hace 12 años había llegado a sentir tanto miedo como ahora, sinceramente es probable que sea por la razón que si Inés esta persiguiéndome, ya debe de saber que Alaska vive conmigo y no solo eso, por medios públicos ya se debe de haber enterado más a fondo que no es una simple chica que sale de mi vida de un día para otro, sino más bien que es mi novia. Esto hace que tenga miedo por la vida de Alaska, no me siento conforme de saber que ella pueda caminar sin seguridad a donde quiera que vaya o que se quede en casa a solas sin tener a alguien que la pueda defender, en realidad siento que las cosas se están saliendo de mis manos a punto de no tener ese control que siempre he tenido en mi vida...

No sé si venir a Francia fue un motivo más para relajar el ambiente en el que estoy pasando para convertirlo en unos días buenos en los que puedo estar al lado de mi familia y de Alaska, los últimos meses han sido desastrosos desde descubrir a mi padre engañando a mi madre hasta tener en mente que Inés no descansara hasta tenerme de nuevo con ella.

No sé si cabe la posibilidad que ella me haya olvidado y busque rehacer su vida de otra forma, pero eso es poco dudable cuando no busque una venganza al haberla encarcelado por varios cargos que le permitieron no tener una buena condena que la liberara por un intento de homicidio y no solo eso, dejando que también la llevaran a un psiquiátrico.

Si algún momento hubiera pensado que Inés se convertiría en mi enemiga, hubiera hecho todo lo posible para que jamás se terminara enamorando de mí, pero eso tampoco quita la idea que ella no me hubiera perseguido e intentase alejar a toda mujer de mi camino para elegirla a ella.

Todo es complicado, aunque a simple vista demuestre que nada me está sucediendo. Lo único que me alegra de todo esto es que estoy tomando unos días libres en Francia, conviviendo con mi familia y el país que también me vio crecer y lo importante, teniendo a la mujer que aprecio a mi lado.

Me doy la vuelta y veo como Alaska sigue durmiendo tranquilamente, su pequeño cuerpo se mueve al respirar el oxígeno que nos propicia la atmósfera, veo como su cabello cae en cascada tanto en su espalda como en sus pechos y una sonrisa sobresale sola de mis labios al ver como abraza la almohada.

Ayer fue un día estupendo, tanto que lo disfrute más de lo que he esperado, no solo por verla a ella sonreír y conocer nuevos lugares de Francia sino que también poder tener intimidad cuando es duro en ciertas circunstancias esperar mucho tiempo para poder tan siquiera besarnos.

Me levanto de la cama y camino en dirección a la puerta, necesito tomar un respiro y lo digo por todos los problemas y emociones que tengo por encima; cruzo los pasillos de la casa y llego hasta la primera planta, estoy a punto de ir por un vaso de whisky pero me detengo al ver a una persona en el jardín y exactamente en uno de los columpios.

Abro la puerta de vidrio que separa el porche de la sala para ver aquel cabello reconocible entre la familia Beckham, le pongo mi mano en su hombro y Skandar se sobresalta y pronto mira hacia atrás, me doy cuenta como en su mano izquierda tiene un cigarro y de como ya lo lleva a la mitad. Me siento a su lado y veo como quita su mirada en mí para poner el cigarro en su boca, inhala un poco y pronto lo exhala hacia arriba creando una nube de humo gris.

— ¿Tienes otro?—le pregunto.

— ¿Vuelves a fumar?—pregunta admirado.

—Solo por hoy. —Le comento.

Me da la cajetilla de cigarros y el encendedor, agarro uno y pronto lo dejo en mi boca mientras le pongo fuego, apenas siento que empieza a quemarse cuando inhalo un poco y pronto lo exhalo, hace tiempo que no fumo y ahora esa necesidad de calmar mi estrés solo es disuelta teniendo un poco de nicotina en mi cuerpo.

— ¿Cuándo fue la última vez que fumaste?—Le doy una mirada con silencio—Antes de terminar tus terapias psicológicas o luego de enterarte que Inés no se podría acercar más a ti. —Suspiro.

En realidad no soy una persona fanática del cigarro, de vez en cuando utilizaba uno en la universidad para calmar la ansiedad de los exámenes o cuando debía de entregar un proyecto o maqueta, así como también, cuando había noches en las que no podía dormir solo en mi apartamento teniendo miedo de que Inés volviera a aparecer, me atacara y esas veces si me asesinara.

—Ya lo olvide. —Preferí ignorar la respuesta real.

—Y ahora, ¿por qué fumas?—ruedo los ojos al recibir muchas preguntas de mi hermano menor.

Si no quise decirle la verdad de su pregunta anterior, mucho menos soy capaz ahora de decirle que estoy estresado por pensar que Inés está libre en algún lugar de Reino Unido, del miedo que tengo porque Ruby pueda tener otra recaída y no consigamos convencerla en que se opere para tener un nuevo hígado, del sufrimiento que a veces veo en los ojos de mi madre al leer los documentos de divorcio que pronto llegaron en sus manos y los sentimientos que empiezo a tener por Alaska. Todo es una montaña de problemas, en donde cada vez la bola de nieve, va creciendo con cada nuevo conflicto que aparece en mi vida.

—Vamos dímelo. —Su insistencia es sutil. —Somos hermanos y sería la primera vez que me ocultaras algo.

Y es verdad, Skandar a pesar que es el menor, es la persona a quien menos le he ocultado mis secretos; mayormente es porque siempre él siempre ha visto en mí, un modelo a pesar que no sea el mejor así como nuestro padre.

—Y bien... —sigue esperando.

—Antes de decírtelo quiero que me prometas que no se lo dirás a nadie. —Su rostro se vuelve neutro.

— ¿Alaska está embarazada?—enarco la ceja.

— ¿Qué? ¡No!—niego con la cabeza. — ¿De dónde sacas esas ideas?—Digo un poco aturdido por la noticia.

—Bueno... Solo lo decía porque la amas y mayormente pasan tiempo juntos, viven juntos y quizás ya hayan procreado a mi futuro sobrino y quieras estarlo ocultando hasta darnos la noticia. —Encogió sus hombros.

¿Un bebé? Dios... De dónde se le ocurren estás cosas a Skandar... Alaska se está cuidando y es poco probable que seamos padres y más cuando nuestro camino es separarnos y no volver a unirnos.

Un bebé no está dentro de mis planes y creo que tampoco para los de Alaska... Aunque la idea de tener un bebé con ella, no creo que sea mala, es decir, tengo una estabilidad económica, ya es hora que tuviera que tener hijos y me encantaría ser padre. Creo que no estaría mal y más tener un bebé de cabello moreno y con unos enormes ojos azules.

—Hey, ¿por qué sonríes?—me percato que no estoy solo.

—Por nada—evado el tema.

—Vamos Pierre, no soy nuevo en esto. Solo, practica con Alaska unas veces y la cigüeña llegará pronto. —Suspiro por su increíble y pequeña imaginación.

—No es fácil. —Murmuro.

— ¿El qué? ¿Tener hijos?—dice al enarcar su ceja. — ¿Algunos de los dos tienen problemas?—Gruño por su pregunta.

—No es eso, no soy una persona estable emocionalmente, si no me puedo apreciar a mí mismo, cómo lo haré con una mujer y seguido de eso con un bebé. —Le explico.

—Pierre que cosas dices. —Dice molesto.

La verdad ese es el punto, no soy una persona estable de emociones, un día quiero a Alaska fuera de mi vida y otro la quiero a mi lado, en otros momentos ignoro ese cosquilleo de sentimientos que aparecen al tenerla a mi lado y está también las veces en las que intento volverme frío para que ella no se acerque mucho a mí. Es como si tuviera un trastorno bipolar pero en sí, estoy confundido, tanto que no puedo decir que estoy conforme con las decisiones que he tomado porque algún momento desearía romperlas y otras seguirlas a pie de la letra. Además ser padre es una enorme responsabilidad y con lo último que he vivido, tengo miedo de no poder serlo y dedicarle esa atención y amor que merece mi hijo.

—Alaska y tú, forman una linda pareja. Son personas estables, se aman y nosotros como familia, aprobamos su relación... —Lo interrumpo.

—Es posible que Inés esté caminando por las calles de Reino Unido ahora mismo. —Comento.

— ¿Qué? ¿Por qué hablamos de ella?—Dice atónito.

Abro la boca y empiezo a comentarle todo lo sucedido últimamente, comenzando cuando a Alaska y Miranda fueron atacadas por un auto desconocido después que fueron de compras, luego con la aparición de ella en el día de la despedida de soltero que se le hizo a Ian y luego con la única noticia que recibí hace poco que ella se encuentra libre porque escapo del psiquiátrico.

Sigo inhalando el humo del cigarro hasta ya no poder más, hablar de Inés en medio de las dos de la mañana no es algo que deseo y más cuando los recuerdos en mi cabeza vuelven a aparecer logrando que tiemble como una gallina cuando debería ser fuerte y buscar alternativas de cómo proteger a mi familia, a mí y sobre todo a Alaska.

—Oh cielos... No crees que sería mejor decirle a mamá y Ruby. —Niego rápido.

—Le crearía más problemas, mamá esta absorbida con el divorcio y Ruby ya tiene suficiente con el cáncer... No quiero amargar más su vida por mis asuntos personales. —Digo envuelto en preocupación.

—Y ¿Alaska?—pregunta— ¿No sería mejor si le contaras esto?—hago una mueca.

—Le crearía temor e inseguridad y no quiero eso. Es suficiente que desconfié hasta en mi propia sombra para que ahora la oculte bajo una burbuja invisible que hasta el momento no se ha dado cuenta. —Agarro un nuevo cigarro y lo enciendo.

Skandar me observa preocupado tanto que sus ojos lo demuestran a un grado de no ocultar sus emociones; es momento de arrepentirme por contarle estas cosas a él cuando apenas solo era un niño cuando supo que estuvieron a punto de matarme, recuerdo las noches que lloraba porque regresara casa, de las visitas constantes que me hacía en el hospital y en las terapias de rehabilitación para motivarme a seguir adelante y eso sin decir del miedo que vivió mucho tiempo cuando supo que regresaría a la universidad y viviría siempre en aquel apartamento en donde viví mi propia tragedia. Es de esperar que mi hermano sienta todo tipo de emociones cuando sabe que he tratado de sobrevivir y sobrellevar mi pasado con mi ex novia, pero ahora, todo vuelve a ser como antes.

—No te preocupes, esta vez, no dejaré que nada me pase. Estoy controlando todo a su medida. —Intento animarlo.

—Sí... si tú lo dices. —Su respuesta es insegura pero no trato de presionarlo.

La verdad de todas, es que existen asuntos que son mejor llevarlos guardados para uno mismo, porque en sí, es probable que terminen por hacerle daño a los que queremos.

(...)

Abro los ojos y me doy cuenta como la habitación se encuentra un poco iluminada por los rayos del sol, tengo el presentimiento que será un día caluroso pero de igual forma, tengo planes por los cuales cumplir y seguir adelante.

Después de la conversación con mi hermano, nos quedamos un rato más aprovechando de una conversación de esas que hace tiempo no teníamos, hablamos de todo pero más en específico sobre la vida y futuro de Skandar quien termine por saber que había salido a fumar ya que no había conseguido uno de los papeles estelares para un pequeño doblaje de una película. A todo esto, mi hermano se siente decepcionado al no haber obtenido el papel pero como recomendación le seguí animando a que no se quedará estancado con la idea que no puede seguir adelante, en vez de eso, lo motive a que se siguiera esforzando porque habrá mejores oportunidades.

Suspiro y cierro un momento mis ojos por el cansancio hasta que siento como alguien se mueve logrando que gire mi rostro y encuentre a Alaska con una sonrisa y con sus bellísimos ojos azules abiertos.

—Pensé que seguías dormida—moví mi mano para tocar su cabello sedoso.

—Hace tiempo que desperté—elevé la ceja.

—Mmm, eso dice que me has estado observando—achique los ojos con diversión.

—Puede ser. —Ríe.

Veo como se mueve y pronto se pone encima de mí, aquella imagen por la mañana de ella desnuda y encima de mi cuerpo me hace excitarme y sentir como mi corazón empieza a latir rápido.

Toco sus moldeadas caderas y veo como empieza a tocar mi pecho con sus pequeñas manos, muerde su labio y puedo sentir como se mueve un poco para que su vagina roce con mi miembro haciendo que el pulso de mi respiración se acelere.

Acaricio su espalda y siento como ella se acerca a mi rostro para rozar sus labios contra los míos, pero en vez de poder obtener un beso, un gemido sale de mi boca cuando ella se aleja, toma mi pene en sus manos y lo dirige a su vagina, en donde de forma lenta lo introduce en ella dejándome cohibido de lo que está haciendo.

Presiono los ojos mientras ella se mueve de forma lenta, acoplándose al tamaño y grosor de mi pene el cual sigue creciendo con cada penetración que ella recibe de mí.

—Oh mon amour, estabas preparada... —apenas logro decir.

—Para ti, siempre. —Susurra en mi oído.

Mi miembro se desliza con facilidad en ella a punto de casi llegar a su límite, abro los ojos y puedo encontrar esa sensualidad y lujuria en Alaska, me encanta verla de esa forma tan ardiente y apasionada que me permiten darle un azote en donde gime y pronuncia mi nombre mientras eleva el ritmo, intento levantarme pero ella me empuja logrando que apenas pueda a recostarse en mi pecho sin sacar mi pene de ella, toca mi rostro y lo acaricia hasta dejarme un corto beso que me provoca ansias de devorar sus labios.

De forma imprescindible, se vuelve a levantar y empieza a montarme cada vez más rápido logrando sentir lo receptiva y entregada que se encuentra, eso me permite a poner una de mis manos en su trasero y dejando que siga moviéndose, me levanto con cuidado hasta que dejo varios besos en su cuello y clavícula, mi otra mano la agarra de la espalda y permito entrar uno de sus pechos en mi boca, primero lo chupo logrando que este empiece a enrojecerse hasta que ella deja ir un chillido.

— ¿Duele?—le pregunto para aminorar el dolor.

—No... Se siente bien. —Jadea cuando pellizco su pezón.

Sonrío al ver que ella ha tomado la iniciativa esta vez y no solo eso, que he comenzado a tener una grandiosa mañana no solo al recibir sexo sino que ver a la mujer perfecta de mi vida, entregándose a mí, entregando su cuerpo y su alma.

Ella acelera los movimientos y siento como pronto su orgasmo llega dejando ir un grito que satisface mi oído, la penetro unas cuantas veces más con mi ayuda y me vengo en ella, abrazándola fuerte y sin dejar que se escape de mis brazos.

—Buenos días, mon amour. —Sonrío muy pero muy feliz al escuchar aquellas palabras.

—Oh mierda... Esto si es un buen buenos días. —Ella ríe al ver lo contento que estoy.

Sin esperar a que ella se quite solo cambiamos una postura, esta vez ella se queda en la posición del perrito mientras vuelvo a penetrarla sintiendo esa comodidad y ligereza al poder dominarla de nuevo.

—Lo siento mon amour, pero una vez no me ha sido suficiente. —Le susurro en su oído.

—Solo muévete, quiero sentirte de nuevo Pierre. —Gime al sentir como la penetro rápido y lento.

—Como tú desees ángel. —Dejo un beso en su espalda para luego proseguir con mi deber y antes de correrme una vez más en su interior.

(...)

El sol empieza a posicionarse encima de nosotros al comenzar el mediodía, puedo ver como Alaska y Ruby han preferido broncearse después de darse cuenta que el clima ha favorecido no solo la brisa fresca del calor del verano, sino que también la tranquilidad en la que nos encontramos lejos de la costa de unos de los Calanques de Cassis. Alquilar un yate fue una buena idea y no solo para entretener a mi familia sino que también poder disfrutar del ambiente, últimamente en la hora que llevo sentado y observando en mi alrededor, puedo diferencias con exactitud el tamaño que pueden tener los acantilados que se encuentran a nuestro alrededor y eso sin decir del agua del mar que se ha vuelto cristalina. Sin lugar a dudas Port Pin fue una buena elección en mi mapa.

Dejo salir un suspiro y subo los lentes de sol mientras intento poder ver con más perfección el rostro de Alaska, sus mejillas ya se han tornado de un color rojo mientras que varias partes de su piel siguen protegidas por el protector solar, lo que más me atrae es ver la calidez y naturalidad con la que conversa con mi hermana, aquella faceta de doctora y paciente se ha vuelto lejana para ahora convertirse como en un par de amigas que han comenzado a hablar sobre cualquier aventura; respiro hondo y puedo sentir esa tranquilidad, no solo en ver que mi familia está unida y con ese aire de felicidad que necesitaba ver en sus rostros luego de los meses espantosos que hemos llegado a tener, sé que por el momento toda sonrisa es momentánea, pero aun así, me siento bien en saber que por unas horas puedan olvidar sus problemas.

Alaska se levanta y puedo ver como camina en mi dirección, quizás se ha percatado que hace tiempo estoy solo, ya que mi madre parece ser quien se ha entretenido en seguir sus cursos de cocina para mostrarnos sus nuevas recetas a nosotros mientras que mi hermano disfruta de su compañía, lastimosamente mi abuelo no pudo estar con nosotros, pero sé que debe estarla pasando bien con sus viejos amigos jugando domino, ajedrez o algún otro juego de mesa que ellos puedan jugar con mucha precisión y audacia.

— ¿Todo bien?—hago un espacio para que se siente a mi lado.

—Sí, ¿por qué?—pregunto extrañado.

—Has estado un poco distante y callado cuando no sueles ser así. —Responde de la mejor forma como si me conociera de hace años.

Es probable que no haya sido el mejor actor del año y más que no haya aprendido de algunos trucos de Skandar cuando me mencionó que debía de cambiar el rostro sino quería confirmarle a todo el mundo que algo me está sucediendo, pero aun así veo que las cosas no funcionaron como deseaba.

— ¿Tiene algo que ver con que te despertaras en la madrugada?—Mi espalda se irgue con escuchar sus palabras. —Y que también haya sido por la razón que fumaste un par de cigarros. —Me quedo callado. —Y con el poco humor que tienes desde la mañana. —Suspiro.

No sería buena idea tener que abrir la boca y comentarle algo con respecto a Inés, ya es suficiente con que ella llegue a saber mi historia para ahora darle motivos de preocupación diciéndole que mi ex novia esta libre y posiblemente busque venganza contra mí y a las personas que quiero.

—No es tu asunto. —Digo con frialdad.

—Lo sé, pero quiero ayudarte. —Intenta calmarme.

—No puedes ayudarme... —Murmuro.

—Claro que puedo... —Insiste.

—No puedes... —No me retracto.

—Que sí... —La presión de sus insistencias me alteran.

— ¡No Alaska! ¡No puedes ayudarme! La única forma en que puedes ayudarme es que te alejes de mí y que esto acabe de una vez.

Su rostro palidece y puedo ver que ya no está tornado de aquel color rojo de hace un momento, sus ojos dejan ese brillo y puedo ver la sensibilidad con la cual se refugia entre sus brazos... Oh mierda... Cuando hace eso es porque la he herido...

Un golpe en el estómago de forma mental llega a mi cuerpo, puedo sentir como la culpa llega a mí cuando he desquitado mi estrés con ella cuando solo quería ayudarme.

Mi hermana se da cuenta de lo que ha sucedido y mi hermano y mi madre han escuchado el grito de protesta que he hecho que no han tardado en llegar hasta donde estoy; intento calmarme pero me doy cuenta que estoy siendo muy egoísta pensando en mí primero cuando Alaska es la que debe de sentirse avergonzada por ser el centro de atención.

— ¿Qué sucede?—mi madre me pregunta admirada de mi reacción.

Skandar me mira a los ojos comprendiendo cual ha sido el motivo principal por el cual sigo alterado y estresado, me hace una expresión diciéndome sobre qué estoy haciendo pero mis palabras se quedan mudas al sentir como Alaska se levanta.

—Me duele un poco la cabeza, creo que iré por unas pastillas.

—Alaska...

Intento agarrarla de la mano pero la suelta y se marcha, mi hermana va detrás de ella y esta vez mi madre es quien me muestra una cara de molestia y decepción, persigue a Alaska y a mi hermana y termina por dejarme solo con Skandar, quien al ver que ya nadie está cerca, empieza a hablarme en susurros.

—Demonios Pierre, ¿qué fue eso?

Entro mi dedos a través de las hebras de mi cabello hasta maldecir por lo bajo por lo que he hecho y como he reaccionado con la persona equivocada.

—No fue mi intención, solo que... —No encuentro la forma como explicar lo que me sucede.

—Pierre, si no quieres decirle nada a Alaska lo entiendo, porque es tu decisión pero contrólate y no la dañes. —Trago hondo con lo que dice. — ¿Crees que decirle que se aleje de ti solucionara todo?—Le doy una mirada. —Sí Inés fue capaz de acosar a muchas chicas, piensas que con Alaska no será la excepción aunque la quieras lejos de ti. —Me quedo boca abierto con sus palabras.

Tiene razón, mierda que tiene razón mi hermano.

Mi celular suena y en la pantalla leo el nombre del detective Parker, así que sin tardarme en contestar, deslizo el dedo en la pantalla de mi celular para empezar a responder la llamada.

—Detective Parker. —Skandar abre los ojos al conocer aquel apellido.

—Joven Beckham, le tengo noticias sobre Inés Lancaster. —Comenta.

— ¿Qué ha descubierto?—pregunto.

—Además de notificarle nuevamente que su ex novia escapo del psiquiátrico hace cinco años, parece que sus padres no sabían de ello aunque por el momento ambos están siendo investigados y vigilados por cualquier circunstancia. —Eso no calma mis nervios. —El problema de ello ha sido que el tiempo que ha pasado y ella ha estado libre puede haber cambiado su identidad, pasándose por ser otra persona y cambiando su físico que es lo más seguro. —Eso tampoco me agrada escuchar. —Así que seguimos con el operativo de búsqueda pero no hemos encontrado nada con respecto a ella. —Maldigo.

— ¿Algo más que comentar?—me acarició la cabeza.

—Bueno... Creo que lo que le mencionaré a continuación no es algo que le vaya a agradar. —Enarque la ceja.

— ¿Qué es?—escucho un suspiro.

—Por unos vecinos de la familia Lancaster se conocía que ella tenía un pequeño refugio en donde desde adolescente iba, entonces se investigó el paradero del lugar y dentro de una pequeña casa de tablas de madera, encontramos fotografías. —Abro la boca.

— ¿Qué tipo de fotografías?—pronuncio asustado.

—Parece ser de todas las mujeres con las cuales ha salido o ha mantenido una aventura, cada una de ellas esta tachada con marcador negro en el rostro y tienen palabras fuertes describiendo el odio que le tiene a cada una de ellas. —Me quedo callado al no poder responder a ello. —Lo que más me suele preocupar de ello es exactamente un par de fotografías que se encuentran a parte de las que le he mencionado. —Empiezo a tener una idea de lo que trata de decirme.

— ¿Es mi novia la que sale en esas fotografías aparte?—Skandar empieza a asustarse con solo escuchar lo que digo.

—Sí... —El miedo regresa a mi cuerpo. —Y todas ellas además de tener una semejanza con las demás, lo que la diferencia es que parece que la señorita Lancaster ha dibujado encima de ello formas tétricas de como expresar su odio hacia su novia. —Siento como el aire empieza a faltarme.

— ¿Qué cosas ha dibujado?—digo con la voz entrecortada.

—Es mejor que la vea por sus propios ojos.

Pronto a mi correo cae una carpeta de imágenes, mi mano empieza a temblar que no soy capaz de poder ver el contenido del material que me acaba de mandar el detective de mi caso, pero teniendo en cuenta que me hará preguntas acerca si observé lo que me envió, termino por abrir aquella carpeta, descargando varias fotografías que pronto salen en la pantalla de mi IPhone, mostrando a Alaska, unas en su clínica, otras caminando en la calle, otras en el centro comercial con Vanya o Miranda y en otras conmigo... Cada una de ellas parecen como si le han arrancado los ojos, otras están manchadas formando líneas en su cuello, torso, brazos y piernas y eso sin añadir que apenas puedo contenerme en ver algunas que han sido cortadas por parte pegándolas en algunas páginas con una descripción de «Dulce venganza».

Suelto el celular y este cae por mis piernas, puedo sentir como empiezo a marearme y de cómo mi hermano termina por visualizar las fotos siendo el siguiente en ver aquellas imágenes mórbidas que jamás pude creer que las estuviera viendo ante mis ojos.

— ¿Joven Beckham?—Escucho como intenta el detective comunicarse conmigo.

—Quiero que encuentren a esa mujer pronto... —Digo lleno de ira.

—Escúcheme joven Beckham... —Lo interrumpo.

—No detective, no puedo escucharlo cuando sé que mi novia es la primera que está en peligro... Cuando llegue a Reino Unido necesitaré a varios oficiales mantenerse en vigilancia alrededor de mi casa y la de mi familia, necesitare unos guardias que estén al pendiente las 24 horas del día por si ella intenta acercarse a Alaska o a mí y sin dudarlo, quiero que la busque entre cielo y tierra... Porque a partir de ahora, esa mujer acaba de joder con mi tranquilidad y no descansaré hasta saber que la encontraron. —Resalto cada detalle de mis palabras.

—Como usted diga, joven Beckham.

Cuelgo el celular y pronto me dejo caer en el suelo, las lágrimas están a punto de salir de mis ojos y la agonía de saber que he puesto a Alaska en peligro no me dejará dormir en paz hasta saber que Inés vuelva al psiquiátrico o esté bajo una celda.

—Pierre...

—Ahora entiendes porque quiero a Alaska lejos de mí.

Skandar se queda callado y no sabe que decir ahora sobre lo que ha escuchado y mirado en los últimos minutos, las cosas no podían haber empeorado y no solo eso, la jodida paz que tenía se ha esfumado...

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Continuará...

Continue Reading

You'll Also Like

62.1K 6.3K 27
Después de dejar al amor de su vida Miranda se refugio en Toronto por mucho tiempo, por azares del destino puede volver a ella, sin embargo el corazó...
36.1K 3K 27
Jungkook y Félix están enamorados desde que se conocieron Como es que la rivalidad de sus bandas se vuelve amor? -junglix (jungkook x Félix) -solo me...
959K 82.7K 40
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
16.3K 1.6K 5
Si ya conoces a la familia Vasiliev sabrás que no surgieron de ninguna parte. Tienen un pasado, un origen, una leyenda.... Esta serie cuenta los comi...