Casada Con Una BESTIA | EN E...

Da Leymech

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|COMPLETADA| La vida no es fácil, en cambio hay perosonas que sufren porque las suyas no son igual que las d... Altro

1.
2.
3.
4.
5.
6. La mejor Noche.
7. Todo es una mentira.
8. ¿Quién demonios es Ashley?
9. ¿Qué pasa?
10. Una Broma.
11. ¿Gémelos?
12. Si, duele y mucho.
13. Mas que chantaje.
14. ¡Ashley!
15. Amor de madre ❤
16. Empezó el juego.
17. Tengo miedo.
18. Amado Royce.
19. ¿Prostituta?
20. ¡Ya no te tengo miedo!
21. Los sueños.
22. Mi hijo.
23. Las preguntas.
24. Sola.
25. Horrible.
26. Agradecida.
27. Decisión.
28. Ayúdame.
29. Hermanos.
30. Mentiras dolorosas.
31. Visitas.
32. Verdades.
33. Incendio.
34. Presentimientos.
35. Un fino hilo.
36. Un último adiós.
37. Mi luz.
38. Por el resto de nuestras vidas.
39. Acabó.
40. El Juicio.
41. La boda I.
42. Hasta Que La Muerte Nos Separe.
43. ¿La Verdad?
44. Vanessa.
46. Grandes cosas.
Epílogo.
Agradecimientos.

45. Un porqué.

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Da Leymech

Ashley's pov

Lo primero que veo al abrir los ojos es el techo blanco, tal cual mi mente en este momento. Aún si poder mover el cuello muevo los ojos de un lado a otro, esperando encontrar a alguien, pero estoy sola en la habitación.

La puerta se abre y veo a una enfermera entrar, ésta al verme sonríe.

— Ya despertó. —Me dice sin moverse de donde está.— Iré por el doctor.

La veo salir y cierro los ojos. Entonces recuerdo todo, Raúl, mi embarazo, Royce, Vanessa y las escaleras. Llevo lentamente mis manos a mi vientre y está plano, por ende entro en pánico, ¿Dónde están mis hijos?

Intento sentarme pero el dolor me lo prohíbe. Un doctor entra y me sonríe ampliamente, cuando está junto a mí me acaricia el brazo izquierdo.

— ¿Cómo te sientes? —Deja mi brazo y me retira la máscara de oxígeno.

— Bi-en —Logro susurrar con la voz ronca.— Mis hijos...

— Ellos están bien y su esposo también, no se preocupe, hace unos días salió del hospital. —Responde mientras escribe algo en una carpeta que no sé de dónde la ha sacado.

— ¿Mi —respiro— esposo?

— Sí. —Su respuesta es dudosa. Deja de escribir y me mira extraño. Saca del bolsillo de su bata una pequeña linterna y comienza a examinar mis ojos.

¿Raúl? ¿Qué hacía él aquí?

— ¿Recuerda el nombre de su esposo? —Me pregunta y entre cierra los ojos.

— Raúl. —Murmuro confundida.

Él asiente y lleva sus manos a su boca. Raúl podría hacerle daño a mis hijos, necesito ver a Royce y contarle.

— Doctor. —Murmuro.— ¿Conoce a Geoffrey Royce? Necesito verlo, dígale que venga.

— Ashley es...

— Raúl no puede acercarse a mis hijos, es muy peligroso. Dígale a Royce por favor. —Le interrumpo.— Quiero ver a mis bebés, ¿nacieron bien? Doctor...

Él no dice nada y mira a la enfermera.

— ¿Qué es lo último que recuerda? —Me pregunta el Doctor y la enfermera junto a él me mira con lástima.

— Estaba sola en casa y caí por las escaleras. Estoy segura que no tropecé con nada yo... —Un fuerte dolor de cabeza me hizo callar.

Lleve mis manos a mi cabeza y apreté los labios al mismo tiempo que cerraba los ojos.

— ¿Qué sientes?

— Dolor de cabeza. —Le contesto.

— Lissy te pondrá unos sedante. Cuando despiertes volveré a verte, todo está bien, tus hijos y Royce también, le hablaré para que venga a verte. —Dice mientras me regala un sonrisa forzada. Da media vuelta y se va.

A los cinco minutos de ser sedada quedo completamente dormida.

Royce's pov.

Aún estoy sorprendido. El papel está en el suelo y desde donde estoy sentado lo miro mientras las palabras de Vanessa y los resultados de los exámenes retumban en mi cabeza.

Son tus hijos.
Prueba de paternidad 99.9%.

— Son mis hijos. —Susurro para lograr meterme la idea a la cabeza.— Nuestros hijos.

(...)

Los pasillos de la clínica están vacíos, a excepción de Pattie que está sentada frente a la habitación de Ashley. Cuando me siento a su lado no dice nada, solo forza un pequeña sonrisa y me golpea suavemente la espalda.

— ¿Pasa algo? —Le pregunto a punto de entrar en pánico. Ella niega.

— Royce. —Volteo a ver a mi madre quien se detiene y mira a Pattie quien niega una vez más.

— Pasa algo, lo sé. —al ponerme de pie mi mamá se acercó corriendo hasta mí.

— No cariño, no es nada, el Doctor tiene cosas que hablar contigo. Por favor no te alteres. —Mi mamá intenta calmarme.

— ¿Dónde está? ¿En su oficina? —Ambas asienten tras mi pregunta.

A los pocos minutos ya estoy tocando la puerta del Doctor, éste tras mi tercer toque abre.

— Pasa. —Dice y me sede el paso.— Siéntate, es muy importante lo que tengo que contarte.

Lo veo rodear el escritorio y sentarse frente a mí. Intento descifrar que va a contarme pero no me llega nada a la cabeza.

— ¿Ashley está bien?

— Sí, lo está, pero su memoria no. —Murmura.

— ¿A qué se refiere?

— Perdió parte de sus recuerdos. —Dice.

— ¿Qué? —Contengo el aliento por un corto tiempo.— ¿Qué tanto? ¿Por cuánto tiempo estará así?

— Me dijo que lo último que recuerda es que calló por unas escaleras, preguntó por sus hijos y en una ocasión se refirió a ellos como “bebés” —Suelta un leve suspiro.

— Sí, la empujaron y eso la llevó a tener un parto prematuro. —Le confirmo.

— También mencionó a un tal Raúl, estaba algo alterada, ¿sabe quién es?

— Su ex esposo, está muerto. —Suspiro y llevo mis manos a mi cara.— La lastimó mucho.

— Su Amnesia será temporal, no sabemos que plazo le llevará recuperar todo, pero debe de ser de apoco. —Lo veo apoyar los codos sobre el escritorio y me mira fijamente.— ¿Hay algún recuerdo fuerte? ¿Sufrió algún trauma psicológico?

Asiento y busco la forma adecuada de contarle.

— Ella. —carraspeo.— Ella asesinó a su ex esposo.

El doctor abre los ojos en signo de sorpresa. Luego lleva una de sus manos a su boca entre abierta.

— Lo hizo en defensa propia. —Intento calmar mi emoción.— Le dió siete puñaladas y antes de eso se enteró de que eran hermanos.

Decido contarle lo de la supuesta muerte de uno de los gemelos y los recuerdos más relevantes. El doctor ordenó la visita de la psicologa de la clínica para poder explicarle lo de su amnesia. Cuando pedí verla recibí un no por respuesta, puesto estaba sedada.


(...)


Para poder aprovechar el tiempo, decidí realizar las pruebas de ADN por mí mismo y esto incluía a ambos niños.

Me siento en uno de los bancos que están afuera de la clínica y marco el número de mi hermana.

— ¿Hermanito? ¿Pasó algo? —Me pregunta justamente al contestar.

— Lo sabrás cuando estés aquí. —Le respondo.— Necesito que traigas a los niños a la clínica.

—Está bien. —Dice y cuelgo el teléfono.

Llevo mis manos a mi cabelllo y contengo la emoción que está apunto de estallar dentro de mí. Unos largos minutos después entro y me dirijo a la habitación de Ashley.

Al abrir la puerta ella se sienta de golpe y me mira con los ojos llenos de lágrimas.

— ¿Royce? —Murmura e intenta bajarse de la cama.— Mis hijos.

—Ashley. —Le digo y corro hacia ella para evitar que se levante, pero se resiste a que la devuelva a la cama.

— ¿Es cierto? —Me pregunta alterada. La miro confundido.— No sé cómo, pero algo apareció en mi mente, como un recuerdo.

— ¿Qué?

— Uno de mis bebés, ¿es verdad? ¿Está muerto? ¡ROYCE! —Tras decir eso cae de rodillas al suelo.

— Ashley. —Intento calmarla y me siento junto a ella. La escucho sollozar, contengo las lágrimas y la abrazo.

— ¿Por qué Royce? —Murmura entre sollozos.

— Solo cálmate. —Le pido al soltarla. Agarro su rostro entre mis manos.— No les pasó nada, están bien, no te preocupes.

Niega y me mira a los ojos.

— ¿Por qué recuerdo eso? —Me pregunta entre sollozos.— No lo soñé Royce.

— No, no lo soñaste. —Le digo y pego su cabeza a mi pecho.— Solo fue un mal entendido.

— Entonces quiero verlos, ¿ambos son niños? —Sonríe.

— Es una niña y un niño, son hermosos. —Beso su cabeza y cierro los ojos con fuerza.— Pronto los verás, ¿confías en mí?

Asiente.

Logré hacer que regrese a la cama y unos pocos minutos después llegó la psicóloga quien me pidió que permaneciera mientras le explicaba lo que le pasaba a su mente, Ashley lo comprendió sin ningún problema. Una semana después estábamos en casa.

Hay una enfermera que se encarga de los medicamentos de Ashley y su rehabilitación. Mientras estuvo la última semana en la clínica recordó varias cosas, como; cuando se fue a casa de Raúl, los días que estuvo allá, el viaje a México y unos días antes de la muerte de Raúl.

He estado inquieto, puesto no sé como reaccionará al recordar la muerte de Raúl, cuando el doctor dijo que su amnesia era a corto plazo no me imaginé que la recobraría tan pronto.

Ashley pov's.

Me dirijo a la cocina por café sin azúcar, preparo la cafetera y a los minutos lo vierto en la taza. Desde hace un buen rato me ha estado doliendo la cabeza, tomé una de las pastillas pero el dolor aún sigue ahí.

Me apoyo sobre la isla de la cocina y le doy dos sorbos al café, cierro los ojos con fuerza y llevo mi mano derecha a mi frente. Al abrir los ojos veo el taco donde están puestos todos los cuchillos y mi mano va automáticamente hacia allí pero justo antes de tocarlo me detengo pero unos minutos después lo hago.

El cuchillo que tengo en mis manos es medio pesado, normalmente lo usaría para las carnes o vegetales, pero mientras pienso que cortaría con eso llega algo a mi mente, Raúl.

Cierro los ojos y las imágenes pasan por mi mente como un álbum. Estamos parados en la puerta, Royce, el niño y yo, era una despedida. Luego todo cambia, estaba sola en casa y llovía, estaba en el sofá de la sala, sobre la mesa estaba un cuchillo igual al que acabo de agarrar, entonces abro los ojos.

— ¿Estás bien? —Me sobresalto al escuchar a Royce.

— Sí. —Asiento.

Él entrecierra los ojos y niega, su mirada baja a mis manos y abre los ojos en modo de sorpresa.

— ¿Qué haces con eso en las manos? —Me pregunta con la voz temblorosa.— ¿Ashley?

— Yo, nada, solo quería verlo. —Le digo confundida. La cabeza ha comenzado a dolerme otra vez, como si algo me estuviera martillando el cerebro.

— Suéltalo. —Me ordena pero me niego.

Todo pasa muy rápido, veo a Raúl en todos lados y llevo un cuchillo en mis manos el cual clavo en el estómago de Raúl muchas veces son detenerme. Lo que veo en mi mente es tan real, la sangre manchó su camisa y el llevó sus manos a su vientre mientras se retorcía en el suelo.

Abro los ojos y mis manos están manchadas de sangre y el cuchillo por igual, entonces entro en pánico. El arma cae de mis manos y provoca un gran ruido en toda la cocina.

— Ashley...

—¿Qué hice?

Miro mis manos y luego el cuchillo a mis pies, al cerrar los ojos vuelvo a ver mis manos apuñalando a Raúl.

— Maté a Raul.

— Ashley, vamos a la habitación. —Escucho a Royce. Intenta rodear mis caderas con sus manos pero se lo impido.

— Royce. —Susurro.— ¿Por qué?

He comenzado a temblar, es como si alguien me estuviera ahorcando. Maté a Raúl, maté a mi hermano, el padre de mis hijos, lo hice.

— No es tu culpa...

— ¡No es mi culpa! —Exclamo alterada mientras lo miro con las lágrimas a punto de salir.— ¡Soy una asesina! ¡Asesiné al padre de mis hijos!

— Ash...

— ¡¿POR QUÉ?! —Grito aún más alterada.

Mis piernas flaquean y caigo al suelo de rodillas, Royce intenta levantarme pero me resisto. Soy una asesina, mis manos están manchadas con la sangre de Raúl, toda la casa está manchada.

(...)

Abro los ojos y veo a Royce que está sentado a mi lado, me muevo entre las colchas hasta lograr sentarme. Me duele la cabeza y la garganta y cuando veo mis manos están limpias.

— ¿Cómo te sientes? —Me pregunta Royce, su vista está fija hacia la ventana.

— ¿Cómo crees que me siento? —Murmuró.

El asiente aún sin mirarme.

— ¿Por qué no estoy en prisión? —Le pregunto.

— Fue en defensa propia, él entró a la casa luego de haber matado a los dos policías que estaban vigilando. —Dice y estruja su frente.— Te golpeó y por instinto lo hiciste.

Asiento. Guardo silencio por unos minutos, Royce no voltea a verme, se ha quedado mirando hacia la ventana.

— ¿Los niños lo saben? —Tras mi pregunta finalmente me mira.— ¿Saben que yo asesiné a su padre?

Espero una respuesta pero él no pretender dármela. Tengo tantas cosas en mi cabeza, pequeños recuerdos que se acomodan como fichas de un rompecabezas, tengo dudas, miedos, angustias. Mientras dormía vi lo que pasó luego de la muerte, los juicios, cuando vi a mi hija por primera vez y algunas cosas más. Pero lo único que me preocupa son dos cosas, o que creerán y la reacción mis hijos cuando sean más grandes, la otra es lo que piensa Royce de todo esto, ¿cómo me ve?

— Ashley, hay algo que debes saber. —Mis pensamientos se esfuman como humo al escucharlo.

— ¿Qué?

— Es acerca de los niños y de nosotros. —Dice.

Sube sus pies a la cama y se acerca más a mí hasta que quedamos frente a frente. Está nervioso me he percatado por como aprieta sus labios.

— ¿Pasa algo? —Él niega.

— Soy el padre de Geoffrey y Rosalie. —Una enorme sonrisa se forma en su rostro.

— Sí, eso lo sé. —Le digo, pero él niega y sostiene mi rostro entre sus manos.

— No me entiendes. —Murmura.— Ellos son mis hijos, soy su padre biológico, son nuestros hijos Ashley, ¡nuestros!

Me río y niego. Esos niños son hijos de Raúl.

— Es cierto. —Insiste.— Vanessa hizo unas pruebas de paternidad, ella me lo contó hace una semana, entonces yo...

— ¿Vanessa? —Lo interrumpo— ¿Le crees? La conoces, tal vez quiere jugar con nosotros Royce.

— Lo mismo pensé, por eso hice las pruebas de ADN por mi cuenta y salieron positivas, esos niños son mis hijos. —Sus ojos están inundados en lágrimas.

— Entonces...

No logro completar la oración y lo beso. Cuando me separo de sus labios sonrío.

— Pero, ¿cómo es posible?

— Cuando nos conocimos, tuviste un sangrado, ¿recuerdas? —Asiento.— Pues hubo un fallo en el sistema mientras salían los resultados, ese día tuviste un aborto.

Al escuchar las últimas tres palabras contengo el aliento, perdí a mi primer hijo, aún así duele. No pasa mucho tiempo y ya estoy hecha un mar de lagrimas.

— Continúa. —Le ordeno al percatarme de que pretendía quedarse callado.

— ¿Segura? —Asiento.— Intentaron localizarte, pero a quien encontraron fue a Raúl. El doctor Park había sido trasladado por eso no llegamos a enterarnos.

Besa mi frente y me pega a su pecho. Aún estoy llorando tras el choque de emociones.

— Luego estuvimos juntos. Cambiamos de hospital, pero nunca prestamos mucha atención al tiempo del embarazo.

— No sé cómo debería sentirme.

— Lo sé amor. —Susurra.— Pero tuviste una recompensa doble.

— Sí.

— Todo tiene un porqué.

— Aún así me duele. —Murmuro entre sollozos.

Me mantengo ahí, contra su pecho mientras me lamento por lo que pasó. A pesar de todo era parte de mí y no tenía la culpa de nada.

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