Amores Perdidos [+18]

By PerfectWriting13

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Pierre y Alaska no saben que están ligados para estar juntos. Ellos solo saben que cada día se encuentran en... More

Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 🔞
Capítulo 10
Capítulo 11 🔞
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 🔞
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 🔞
Capítulo 26 🔞
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30 🔞
Capítulo 31
Capítulo 32 🔞
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 38 🔞
Capítulo 39 🔞
Capítulo 40 🔞
Capítulo 41 🔞
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48 🔞
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59 (Final)
Epílogo
Agradecimientos
Caja de preguntas

Capítulo 37

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By PerfectWriting13

"Hay recuerdos que el tiempo no borra"

Cassandra Clare

***

2 semanas después...

Quizás por la emoción, el vuelo hacia Francia había llegado a ser demasiado corto para mí, apenas llegue a pisar el país y ya me sentía como una pequeña niña a punto de escaparse de los brazos de sus padres para empezar a caminar sobre aquellos lugares en donde le llamaban la atención, la comparación de los hechos, suele ser demasiado similar solo que las edades cambian, lo digo porque solo espere a que registraran las maletas para recogerlas cuando salí corriendo fuera del aeropuerto para ver todo lo de mi alrededor.

Sigo sin comprender, como es que uno de mis sueños acaba de haberse hecho gracias a la idea de Pierre sobre pasar cinco días y cuatro noches en Francia, nuestra estadía se encuentra en Marsella y por el momento solo sé que él mismo tiene planes para estos días que estaremos en el país antes de volver a Reino Unido.

Desde luego, no solo nosotros quienes hemos venido a Francia a disfrutar unos días de relajación, si lo puedo decir de esa forma, sino más bien, también ha venido su familia con nosotros, es decir, su madre, sus hermanos y su abuelo. Realmente la impresión que tuve acerca que nos quedaremos en la ciudad en donde nació la abuela de Pierre y esposa del señor Kelian fue un poco impactante porque por lo que sabía, el señor Kelian sufrió mucho por la muerte de su esposa, a punto de tener que enfrentar un duelo y la depresión; aun así Pierre mencionó que para él fue una alegría saber que nos quedaríamos en Marsella, así que no tuvo ni un problema en negarse o ponerse mal en tener que visitar dicha ciudad.

Pierre entra a una propiedad privada de la ciudad de San Juan del Sur para luego ponerse en frente de un portón que se abre automáticamente haciendo que él solo tarde en estacionarse para luego poner la palanca del auto y apagarlo; me quito el cinturón de seguridad y abro la puerta para luego ver con más claridad la villa en la cual nos llegaremos a quedar. Salgo del auto y ayudo al abuelo de Pierre a salir del vehículo, él me da las gracias y como recompensa me regala una sonrisa agradable de su parte; mientras que la madre y los hermanos de Pierre son los siguientes en poner un pie en aquella villa, me dedico a sacar las maletas que se encuentran en el baúl de la camioneta, para que así avancemos a entrar las cosas en la casa.

—Dean, te presento a mi novia Alaska Gardener. Alaska, él es Dean Favreau, uno de mis amigos de la infancia y la persona propietaria de la villa. —Comenta Pierre.

Alzo mi mano en forma de saludo para ver como Dean la recibe rápido para dejar un beso en el dorso de la mía, por lo que había entendido, los besos de Francia suelen ser siempre dos comenzando por la parte derecha de la mejilla, aunque hay zonas del sureste de Alsacia y aledaños, cerca de los Alpes, la costumbre es dar tres besos y en otras regiones de tres a cinco, pero la verdad de todas es que el saludo puede referirse más a las personas cercanas, ya que con un desconocido, hay veces que el sujeto puede que no le guste mucho y eso sin aplicar que uno puede llegar a quedar mal aunque se puedan ocupar para entornos sociales y laborales.

—Veo que estás en lo cierto al decir que tu novia es hermosa—habla Dean en nuestro idioma.

—Lo es—elevo una ceja para ver a Pierre.

Dean se queda unos minutos más explicándole a Pierre sobre el contenido interno y externo que tiene la propiedad, me doy cuenta por unos minutos que solo comprendo una parte de toda la conversación, ya que el idioma en que ambos interactúan cambia de forma radical que ya no escucho el inglés sino más bien ahora el francés, es probable que solo un mínimo de palabras haya comprendido pero para ser realista, me gusto escuchar a Pierre hablar su segundo idioma, porque sin dudarlo he empezado a enamorarme también de su acento francés.

Al entrar a la casa, ayudo primero al abuelo de Pierre a dejar su maleta en la habitación que hay en el primer piso; gracias a Dios la casa no es demasiado grande para llegarse a perder, así que rápido llego a la habitación y dejo la maleta para luego proseguir con la mía que es llevada hasta el segundo piso al lado derecho del pasillo, al pasar unas puertas después de contar cinco como Pierre me lo hizo saber, encuentro aquella en donde ambos nos llegaremos a quedar y apenas la abro cuando veo que es una habitación grande y con un balcón en donde se puede ver otras cosas y a lo lejos el mar.

Quedo maravillada con el paisaje que olvido ordenar mis cosas para acercarme al balcón y así observar un perímetro de la villa; el sol empieza a posicionarse en el centro del cielo que hasta el calor del verano empieza a presenciarse, en mi mente cruzan tantos pensamientos que varios de ellos no les puedo dar una explicación pronta, así que sumergiéndome en la pacifica vista desde la altura promedio de una casa, me concentro en guardar aquellas imágenes que sé que no podré olvidarlas nunca.

Doy un pequeño salto cuando siento unas manos masajear mis hombros, el movimiento de los dedos y el equilibrio que estos mantienen para relajar mi cuerpo provocan que cierre los ojos y dejé ir un suspiro de mi boca cuando la conformidad de quitar aquellos nudos de estrés empiezan a desaparecer pero pronto vuelvo a ponerme tensa cuando los labios de Pierre empiezan a jugar con mi oreja, puedo sentir como lo rozan hasta que muerde el lóbulo provocando que mi corazón empiece a latir rápido.

—Es posible que estos días nos la pasemos muy bien—siento su risita pícara muy cerca de mi rostro.

Me doy la vuelta y puedo encontrar esa sonrisa definida en sus labios, sus ojos brillan y puedo ver a través de ellos, la pasión en la cual se dirige para tomar dominio en mi cuerpo; me aleja del balcón y pronto me encamina hasta la cama en donde caigo y él se pone encima de mí tan rápido como el movimiento de un leopardo cuando atrapa a su presa, agarra mis muñecas y alza mis manos hacia arriba mientras sigo observándolo silenciosamente.

Mi respiración se vuelve irregular cuando su mano empieza a tocar mi pierna y llega hasta la cara interna de mis muslos, su dedo índice empieza a formar círculos encima de mi braga, puedo sentir ese cosquilleo de querer ser tocada pero reprimo mis palabras al sentirme avergonzada porque mi excitación no tarda en llegar con los pequeños toques que Pierre me ofrece.

Juega conmigo de la forma más sutil pero desesperante, con las manos acorraladas por una de las suyas mientras juega entrando su dedo en mis bragas pero permitiendo no tocar mis labios vaginales provoca que me vuelva una persona impaciente y deseosa, cierro los ojos e imagino que el momento llegara pronto, lo sé, porque Pierre tampoco puede ser capaz de dejarme excitada pero aun así debo ser consciente que a él también le gusta dejarme a mitad del orgasmo, porque sabe que la solución es ver y saber si yo termino por tocarme para terminar el proceso, lo cual nunca se ha dado porque voy a darme una ducha fría, pero en este caso, mi impaciencia se vuelve cada vez más eterna cuando él prefiere torturarme en solo tocar el elástico de mis bragas sin tocarme en el punto de mi deseo.

Muevo una pierna y la inclino para limitar el espacio de su mano, me tomo la libertad de pensar que pueda ser que él se dé cuenta que es una señal para que me toque pero conociendo a Pierre esto no funcionara aunque termine por saberlo, ya que a él le gusta siempre que se lo diga por palabras y no por gestos.

—Sabes que no lo haré hasta que me lo pidas. —Termina por leerle la mente.

Suelto un sonido frustrado al saber que tendré que decir la palabra mágica para que pueda cumplir mi deseo, es probable que si no lo hago, nos quedaremos otro par de minutos así sin que yo pueda recibir mi petición. La verdad, es que no es primera vez que le tenga que pedir que me toque pero la sencilla razón es que hasta el momento aún no me he podido adaptar a tener que pedírselo ya que mis palabras siempre suenan toscas y avergonzadas.

—Pierre, quiero que...

El sonido de la puerta nos interrumpe y él pronto se quita de encima de mí para ayudarme a levantarme de la cama y así bajar mi vestido e ir hacia la puerta mientras me arreglo el cabello, el nivel de excitación acaba de disminuir pero eso no índica que mi corazón no deje de latir rápido y pueda hablar sin entrecortar las palabras... Una clara idea de que algo estaba sucediendo para que mis reacciones fueran esas.

— ¿Sucede algo mamá?—me levanto y voy hacia la puerta donde se encuentra Pierre.

—No hijo, todo bien hasta el momento. —Hace un gesto despreocupado con su mano. —Solo quiero decirte que iré al supermercado para llenar la despensa de la casa. —Comenta.

— ¿Irás sola?—pregunta Pierre.

—Tu hermana me acompañara, mientras tanto, tú abuelo y Skandar se quedaran para desempacar y luego parece que saldrán a caminar. —Pierre asiente al comprender.

—Podemos acompañarlas si desean— me entrometo en la conversación.

—No querida, quédate. —Mira a su hijo. —Creo que sería mejor que Pierre te enseñe Marsella, ¿no es así?—ahora soy yo quien ve a Pierre.

—Exacto, tengo planes y no quiero interrumpirlos por otros. —Dice satisfecho con escuchar las palabras de su madre.

—Bien, entonces nos vemos más tarde. No tarden en llegar al almuerzo. —Se despide de nosotros para luego marcharse.

Apenas la señora Dayana cruza otro pasillo de la casa cuando dejo salir un pequeño grito de dolor cuando recibo un azote de parte de Pierre que me hace verlo enfurecida al darme cuenta que no percibí su acción y más por no tener una explicación justificable al dañar mi pobre trasero que por su golpe ya debe de estar enrojecido.

— ¡Demonios! ¡Eso dolió!—reniego molesta.

—Eso te pasa por querer arruinar mis planes contigo—se da la vuelta y entra de nuevo a la habitación.

Cierro la puerta y camino detrás de él al pensar que realmente no tenía idea que él mismo ya tiene sus propios planes; apenas mueve unas cosas de su maleta antes que se cambie de camisa, pero siendo un poco malvada así como él lo hizo antes que llegará su madre, termino por acercarme a él y cuando se da cuenta que estoy detrás de él, lo empujó hacia la cama y está vez intercalamos roles para yo estar encima de él.

Sin camisa, empiezo a tocar su torso y su abdomen, le doy una pequeña mirada y puedo ver como se ha quedado petrificado con mi acción y más sentir como su miembro empieza a crecer. Muerdo mi labio y agarro mi cabello y lo pongo hacia delante mientras me bajo los tirantes de mi vestido, puedo ver como su mirada se dirige en cada movimiento que hago hasta que se da cuenta que bajo la parte de arriba de mi vestido para enseñarle mis pechos que ya están descubiertos. Veo la intención en su rostro que está a punto de tocarme, así que siendo más veloz, paso mi mano desde mi cuello, mi clavícula y la separación de mis pechos para excitarlo, hago un movimiento con mis piernas y puedo sentir como su miembro empieza a crecer más.

Dando un gran trago hondo y fuerte de saliva por lo que estoy a punto de hacer termino por agarrar fuerza y voluntad cuando pellizco uno de mis pezones y termino por gemir mientras estos se ponen erectos por el contacto directo que les produzco; empiezo a bailar encima de él mientras que me empiezo a tocar mis propios pechos logrando que mis pezones se enrojezcan y sienta también una excitación en mi cuerpo al producirme correntadas de imágenes al imaginar que es Pierre que me está tocando.

—Alaska...

Su voz se ha vuelto ronca y aterciopelada que me permite volver a gemir cuando ahora su pene escondido bajo su vaquero y calzoncillo se engrandece; agarro la hebilla de su cinturón y lo desabrocho mientras le doy una mirada, espera que haga lo que desea pero solo me permito jugar con el botón de su vaquero mientras que él intenta mantener un control de su cuerpo... Es así como lo desabrocho y bajo el cierre para así ver su bóxer negro, no toco su miembro solo paso mi mano en el elástico y en su vientre tentándolo a pensar que pronto lo tocaré pero al no ver alguna iniciativa de que quiera hablar al saber que se controla igual que yo, termino por bajar un poco su bóxer y así poder ver un poco más abajo de vientre, me acerco a su oído y lo tiento con unas palabras finales que sé que lo harán volverse loco.

— ¿Quieres tocarme?—Le susurro.

—Sí...

— ¿Quieres que te toque también?—vuelvo a hacerle otra pregunta pero casi en su mismo contexto.

—Sí... —Responde desesperado.

— ¿Quieres que te haga una felación?—Digo sin miedo.

— ¡Demonios! ¡Sí!

—Entonces tendrás que esperar.

Me levanto, arreglo mi vestido y vuelvo a poner mi cabello detrás para abrir la puerta de nuestra habitación y escapar antes que pueda sentir que él termina por agarrarme y hacer que vuelva a la cama. Con una sonrisa en mi rostro salgo de la habitación corriendo imaginándome su rostro atónito al haberlo dejado excitado, es probable que su erección no se quite con facilidad pero no pierdo la esperanza que encontrará una solución aunque sé que en la noche me las hará pagar.

(...)

Hace unos minutos dejamos la villa de San Juan del Sur para dirigirnos al centro de Marsella, en todo el camino pude ver la frustración del rostro de Pierre al haberlo dejado a medias en su labor sexual, por un momento me contuve en reírme porque sabía que podía recibir quejas de su parte pero al final, el chiste ya no tuvo gracia cuando intente arreglar su mal humor para que cambiara su rostro, ahora estamos en ese silencio incómodo en donde apenas escucho la música de la radio y el viento rozar mi mano que va fuera de la ventana; el clima es cálido a comparación de Reino Unido, pero mayormente pienso que lo es porque estamos cerca del mar, muchas personas usan diferentes ropas tanto clásicas, como formales e informales, pero lo bueno de todo ello es que hay una variedad de tiendas y restaurantes en donde se puede apreciar la vista de las calles de la ciudad como también otras al estilo antiguo y greco.

Nos detenemos en un lugar y veo como Pierre le pone palanca al auto y pronto hala de la llave para salir y pronto esperar a que baje; pongo los ojos en blanco al ver que sigue molesto así que tolerando su actitud, soy la siguiente en bajar del auto para luego quedarme a su lado, espero que diga algo pero al ver que solo mira el panorama sin decir nada hace que me sienta extraña, a punto de ser la primera que hable para cortar la situación tensa, pero en vez de culminar aquel momento silencioso que hemos tenido durante todo el camino, simplemente me doy la vuelta y empiezo a caminar entre las calles, no sé si sea una buena idea caminar sola y sin tener alguna dirección en donde ir, no conozca a nadie y mucho menos hablo de forma fluida el francés, estoy atormentada por el simple hecho que me puedo llegar a perder.

Molesta, frustrada y estresada, me detengo y le apoyo en la pared colorida de una de las casas de la zona; no esperaba que el día comenzará de esta forma y si quiero ser realista y honesta, no tengo motivos para saber cómo terminara.

—No tienes salida, ¿eh?

Le doy una mirada de reojo y puedo ver su rostro contraído de la burla mientras intenta no dejar salir una carcajada; está feliz al darse cuenta que no tengo muchas probabilidades de regresar sola a la villa sin pedir ayuda y eso sin decir que la dirección no me la puedo tan bien además que se encuentra en la ciudad de San Juan del Sur.

—Habías tomado la iniciativa de ir a un lugar, ¿qué te parece si procedes?—sigue hablando de forma irónica.

— ¿Te gusta burlarte de mí? Pues ahí lo tienes, ríete, a ver si encuentras otro chiste negro que se base en mí y en mi poca habilidad para direccionarme. —Cruzo los brazos y retiro mi mirada de su rostro.

Ahora el cambio de humor acaba de cambiar de persona, parece que Pierre se divierte verme molesta mientras que a mí ha empezado a sacarme de mi propio juicio; si tuviera idea de dónde estamos y la distancia que hay entre el lugar y la villa podría regresarme de cualquier forma, pero apenas sé que estamos en Marsella, Francia para decir que apenas puedo entender algunos rótulos de calles, avenidas y ciudades para decir que puedo tomar un taxi o un Uber para regresarme.

Escucho una risita muy cerca de mi cuello hasta sentir como Pierre toma mis caderas con sus fuertes manos y me da un giro hasta ponerme contra la pared de un local.

— ¿Alguna vez te he mencionado que te ves muy hermosa frunciendo la boca al estar molesta?—nos quedamos muy cerca uno del otro.

Suspiro molesta porque sé que intenta relajarme para aliviar mi enojo y así conseguir cualquier propósito de su parte.

—No me vas a convencer así de fácil—murmuro.

— ¿Ah sí?—eleva una ceja.

Puedo ver una ilusión reflejada en su rostro, apenas me queda tiempo en comprender lo que sucede cuando me toma de la mano y vamos de nuevo en dirección a su auto, lo abre y puedo ver que de la guantera del vehículo, saca un mapa y próximamente me lo entrega para que pueda observarlo.

Lo extiendo y puedo ver que se trata de un mapa solo de la parte de Marsella en donde se ve reflejada las calles y ciudades y también varios centros turísticos; antes de preguntarle a Pierre que quiere que haga con el mapa, me doy cuenta que hay algunos puntos marcados en rojo que parecen tomar diferentes e iguales direcciones.

—No habrás creído que vendríamos a Francia sin algún plan, ¿no?—pone un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

—Bueno... No del todo pero no pensé que seleccionarías algunos lugares—vuelvo a ver el mapa.

— ¿Quieres cambiarlo?—dice preocupado por arruinar sus planes.

—No—río al ver su rostro—, realmente me has dejado sorprendida y me gusta que seas tú quien me dé un recorrido. —Su rostro se relaja.

Nos quedamos un momento en silencio observando el mapa, intentaría descifrar donde estamos pero aunque busque sigo un poco perdida, más porque en mis alrededores no veo más que edificios, locales y casas muy juntas y casi del mismo nivel que deben ser de cuatro a cinco pisos.

— ¿Dónde empezamos?—le pregunto.

—Nuestro primer recorrido del día es en el Barrio del Panier, el cual ya estamos dentro. —Con su mano me muestra la localidad.

— ¿Por qué se llama así?—pregunto con interés.

—Hoy seré tu guía turístico, así que... Necesitaré una recompensa si quieres que te enseñe todo de Le Panier. —Hace una media sonrisa pícara con su comentario.

Ruedo los ojos y me acerco a él hasta ponerme en puntillas y besarlo, Pierre quien gracias a Dios este día se puso una nueva pulsera de piedra blanca que le compro a la señora Allison, parece que se ha tomado más la libertad en poder demostrar esa posesividad en mí en cualquier momento y lugar, y más dejárselo ver a su familia que parecemos una pareja.

Sus labios se juntan con los míos y puedo sentir como los presiona a punto de no dejarme respirar, sus brazos se enrollan en mi cintura y pronto me acerca más a él hasta que nuestros cuerpos chocan y no dejan un espacio de por medio.

—Bien, comencemos.

Nos adentramos a varios callejones antiguos de Le Panier, situado en el lado norte de Puerto Viejo; como Pierre me ha hecho saber mientras me explica y me muestra varias casas y locales, la mayoría de ellas fueron creadas por la colonia griega de Massalia en el año 600 a.C. Le Panier es considerado por su barrio popular que fue el primer lugar donde se instalaron los inmigrantes que llegaron a Marsella. Y gracias a varios proyectos de instalación y restauración, el barrio sigue en pie con su antigua estructura mostrándose como un lugar lleno de cultura, historia y turismo. El barrio del Panier se construyó en los alrededores de una fachada de callejones estrechos y con grandes pendientes pronunciadas, es de esta forma, que la mayor parte de las localidades tienen una aglomeración con casas amontonadas que van una encima de la otra, en donde el centro de atención del lugar va con respeto al espacio de cada casa, lo cual explica el aspecto que ha dado fama a este barrio.

Pierre me lleva entre los antiguos edificios como la Vieille Charité, un hospicio del siglo XVII transformado en museo de arqueología y arte africano, oceánico y amerindio, como también entre las plazas y callejuelas de «La Grande Savonnerie» en el número 36 de la Grand—Rue. A su vez, no pierde el tiempo en enseñarme las tres plazas principales, la primera la famosa Place de Lenche que es una antigua ágora griega, la cual su nombre se debe a una gran familia corsa, los Linciu, que hicieron construir una mansión privada en este lugar. Esta plaza hoy en día, sirve como lugar de reunión y de mercado, es la que se encuentra más abajo del distrito. Luego nos aproximamos a la pequeña Place de Lorette, situado en la rue de la République y por último terminamos en la Place des Moulins, la cual es completamente enclavada en la cima de la colina. Anteriormente, esta plaza tenía muchos molinos que se instalaban en este punto más alto, de ahí su nombre. Hoy en día, sólo queda un último molino en la zona. Tiene el aspecto de un pueblo provenzal con sus plátanos y fuentes.

—Es increíble—nos sentamos en unos escalones mientras comemos un helado.

— ¿Te gusto?—asiento contenta.

Paso mi lengua por todo el contorno del cono del helado para sentir el sabor a fresa invadir toda mi boca, miro el cielo y me doy cuenta como esta de despejado y no solo eso, como el calor empieza a propagarse en la zona; le doy una mirada a Pierre y me doy cuenta como esta de concentrado en su helado, así que buscando hacerle una broma termino por darle un pequeño empujón al cono de su helado hasta que termino por embarrarse la nariz del helado de pistacho dejando que él se quede impactado y lleno de helado de color menta.

Me da una mirada corta e inesperadamente termina por agarrar mi helado y pasarlo por mi mejilla haciendo que dejé ir un pequeño grito que termina por ahuecarse por toda la zona de los edificios de Le Panier al haber derramado helado en mi rostro y sentirlo frío.

— ¡No!—digo riendo y queriendo quitar el helado de mi rostro.

— ¡Tú comenzaste!—me acusa y se divierte viendo los gestos que hago.

— ¿No crees que sería bueno volver a la villa? Tú madre dijo que no debíamos perdernos del almuerzo—Él hace una mueca.

—Tienes razón pero... Puede hacer una excepción con nosotros. —Sonríe. —Además, todavía tenemos otros lugares por descubrir. —Me guiña el ojo.

—Bien—digo riendo mientras ruedo los ojos.

—Vamos. —Se levanta y me ofrece su mano.

Pero antes de poder proseguir con nuestro camino, se acerca a mí y pone su mano libre en mi cintura para empujarme hasta su cuerpo y dejar un enorme y perdurable beso en mis labios que saben a fresa y pistacho.

—Recuerda que esta noche serás mía y hoy sí, nada de interrupciones y dejarme excitado.

Menciona feliz antes de agarrar el mapa y señalar que el próximo lugar al cual nos dirigimos en este momento, el cual es la Catedral de Notre Dame.

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Continuará...

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