"Luego de tanto llanto"
Había pocas cosas que el niño disfrutara tanto como dormir. Era verdaderamente relajante estar acostado recibiendo caricias en la espalda, suaves y delicadas, a veces apenas sintiéndolas antes de dormirse, cayendo directamente a un mundo donde soñaba cosas mucho mejores de las que vivía y sentía.
Por eso cuando abrió sus ojos y se encontró con el zorro de peluche, ese que le obsequió su abuela recientemente sin saber que era un modo de brindarle consuelo cuando se hallara solo, prefirió no levantarse. Yoongi tomó el peluche y lo observó antes de fijarse a su alrededor, en ese lugar que era su casa.
No era consciente de lo pequeño que era el espacio, no después de haberse criado ahí desde prácticamente el principio. El tejado de lámina tenía más hoyos ese año, lo que significaba que apenas empezaran las lluvias, más goteras aparecerían, la ventana tenía una cortina que ya se había rasgado por su culpa al jugar, algo de lo que se arrepentía mucho pues su abuela le dio un severo regaño, la puerta se había enchuecado por tanto años, y la cama ya no era tan espaciosa para él y la mujer mayor. Yoongi se sentó mirando todo con desinterés, al menos así fue hasta que se dio cuenta de que había un pequeño cuerpo recostado a su lado.
Su hermana estaba despierta, haciendo un puchero y removiéndose notablemente incómoda.
Pensó que quizás estaba incómoda por la almohada que sostenía su cabeza, así que la movió un poco provocando que ella volteara en su dirección, acrecentándose su puchero antes de empezar a llorar. Esa acción alarmó al infante de dos años, se levantó sin ponerse sus zapatos, caminando por sobre el piso de cemento hacia la puerta que empujó frunciendo el ceño por la luz solar que enseguida golpeó su rostro.
Pero no le importó, el niño bajó el par de escalones buscando a la mujer mayor -¡Abuela! –gritó volteando a un lado y al otro, reconociéndola entre otras mujeres que estaban sentadas en banquitos, con uno que otro hombre acompañándolas, todos con botella en mano, riendo, incluso una bailaba en medio siguiendo el ritmo de los aplausos- ¡Abuela Yang! –gritó su nombre, una de las primeras palabras que aprendió a decir, aun antes que omma y appa.
-Hey, Yang –le codeó el hombre a su lado-, tu nieto despertó.
Ella levantó la cabeza interrumpiendo su carcajada, viendo al niño que se acercaba corriendo descalzo -¡Alto, Yoongi! –se puso de pie dejando su botella, escuchando risas de sus amigos mientras ella caminaba hasta el pequeño que se detuvo. Llegando con él, le tomó con algo de fuerza el brazo- ¡Te he dicho que no salgas descalzo de casa!
-¡Llora mucho! –explicó dejándose jalar por la mujer, algunas veces ella tiraba más para que no tocara el suelo, lastimándole- ¡Mi hermanita!
No lo dejó en el suelo hasta que estuvieron dentro de su hogar, entonces se agachó un poco para cargarlo por debajo de los hombros y regresarle a la cama. Ella suspiró sentándolo y revisando primero sus pies, buscando alguna herida en la suciedad que manchaba su piel, pero no, no había nada por qué preocuparse aparte de lavar sus pies.
-Yoongi, no salgas, ¿Se te olvido que te cortaste con un cristal cuando eras más pequeño? –el niño no respondió, pues realmente no lo recordaba. Claro que no lo iba a hacer, fue de esas primeras veces que vinieron luego de que sus padres les dejaban para irse al trabajo, cuando recién estaba aprendiendo a caminar.
Yang suspiró y se levantó para cargar a la niña, la pequeña lloraba fuertemente, desesperada y su llanto solo aumentó cuando fue levantada –Llora mucho. –repitió Yoongi, hincándose en la cama cuando vio a la mujer mayor sentarse, meciendo a su nieta, cantándole mientras buscaba consolarle.
-Ya, pequeña princesa, ya no llores. –le meció con dulzura, frustrada al ver que se removía inquieta, una de sus manitas moviéndose por sobre el suéter de la mujer, sin llegar a tirar. Aún era muy pequeña, no sobrepasando del año de vida.
Los minutos pasaban y la mujer ya había revisado si lo que le incomodaba era el pañal, sí estaba sucio pero aún después de cambiarle la pequeña seguía sollozando. Yang caminó de un lado a otro por el lugar con su pequeña nieta, resoplando frustrada cuando volvió a sentarse en la cama.
Yoongi gateó acercándose y sin dejar de ver a su hermanita, le picó la mejilla, notando como ella giraba el rostro queriendo atrapar su dedo entre los labios » Tiene hambre. –le hizo saber a la mujer quien rió agradecida antes de mirar a su nieto y revolverle el cabello como agradecimiento.
Aun le sorprendía lo inteligente que era su nieto, lo había notado cuando le veía ser tan observador, lo suficiente como para notar que sus padres habían tardado más de la cuenta en regresar a su casa. Ella pensó que no comprendería lo que era la muerte, después de todo la pareja había muerto en un accidente dentro de su trabajo, junto a un grupo de empleados, unos en el incendio que se dio por las malas condiciones que había dentro del área de empaquetamiento en la fábrica, y otros en el hospital luego de semanas de lucha. Tan solo había pasado un mes de eso y Yoongi comprendió que no regresarían cuando le dio el ejemplo con un perro que murió frente a su casa.
-Vamos a alimentar a tu hermanita, ¿Sí? –Yoongi asintió bajándose de la cama para ir por sus sandalias y ponérselas él solito, tomando la mano de la mujer al salir de su hogar.
Yoongi se dio cuenta de que los amigos de su abuela le gritaron algo, y ella les respondió de la misma manera antes de encaminarse por la calle empedrada hasta una casa todavía más pequeña que la de ellos, con una cortina como puerta » ¡Sue! ¿Estás en casa? –preguntó desde afuera, esperando poco a un grito femenino que les permitió pasar. Yoongi se soltó de la mano de su abuela y entró corriendo hasta una silla que se gustaba mucho, una mecedora a la que se trepó y se recostó viendo como la dueña del lugar saludaba a Yang, antes de sonreírle a Yoongi.
-Hola, hoy me dieron unas donas en el trabajo, ¿Quieres una? –Yoongi negó, no quería enfermarse. La última vez que aceptó algo de esa mujer, no importó que le quitara la parte verdosa y podrida de la comida, aún así se enfermó y se la pasó vomitando unos días- Si cambias de parecer, dime.
Yoongi vio a la mujer extender sus brazos hacia su abuela, tomando a la bebé que continuó removiéndose hasta que a su boca fue puesto un pezón. Se pegó a él en seguida, bebiendo con fuerzas y relajándose en los brazos –Muchas gracias, vine a traerte a Yoonji porque no dejaba de llorar, pero iré a casa rápido para traerte algo, no tardo. Yoongi, espera aquí, ya vengo.
El niño se quedó quieto mientras la mujer se sentaba, sonriendo a la nena que se alimentaba, volteando a ver al niño apenas su abuela se fue –Los niños están jugando a fuera, y Hwamin está jugando aquí dentro, ¿No quieres ir con ella o con los niños?
Yoongi negó de nuevo, prefería estar con su abuela que con esos niños mayores que él, no le hacían mucho caso y no se divertía con sus juegos, eso si no le estaban molestando. No insistió más, Sue se acomodó con la bebé y espero así como el menor a que regresara Yang trayendo consigo una bolsa de manzanas –Está mañana me obsequiaron muchas manzanas luego de trabajar, te traigo un poco.
-¡Gracias Yang! –exclamó contenta viendo la fruta que fue dejada en su mesa. Yang solo le sonrió antes de ir a la mecedora cargando a Yoongi, sentándose entonces con el niño recostado sobre su cuerpo, empezando a acariciarle la espalda.
Yoongi realmente no tenía sueño, no tanto, se sentía pesado y cansado, pero sobre todo, hambriento –Tengo hambre. –susurró para que sólo su abuela escuchara, pero al estar en silencio, Sue pudo escuchar perfectamente lo que dijo el menor.
Las mujeres se miraron, compartiendo una expresión de preocupación para luego la mayor mostrar una sonrisa apenada, acariciando nuevamente la espalda de su nieto antes de decirle, interrumpiendo la invitación que le iba a hacer la muchacha para que tomara una de las manzanas que recién llegaron –Pero si comiste un montón en la mañana, anda, duérmete un rato más. –le dijo firmemente antes de tomar la nuca del niño y recostar la cabeza sobre su hombro, retomando las caricias.
Deslizó la punta de sus dedos desde la nuca hasta el final de la espalda del infante, sintiendo como los dedos del niño jugaban con un pequeño hoyo en su suéter, tirando un poco del hilo cada vez con menos frecuencia, demostrando que verdaderamente estaba funcionando y se estaba quedando dormido.
-¿La última vez que comió hoy fue en la mañana? –la pregunta tomó por sorpresa a Yang, quien levantó la cabeza para encontrarse con la seria mirada de Sue. La joven mujer era madre de cuatro niños, el más joven tal solo un año mayor que Yoongi y ver al pequeño en ese estado, tan delgado y luciendo cansado a pesar de lo pequeño que era- Ya comienza a anochecer.
Yang lució apenada, agachando la cabeza nuevamente y mirando al niño que dormía entre sus brazos, aquel que era idéntico a su padre cuando era niño –Desayuno más que yo, eso es lo importante.
Pasó ahora su mano con manchas por la edad entre los cabellos negros del niño, suspirando cansada y triste, ignorando de cierta manera los reclamos que empezó a hacerle Sue por lo mal que se veía Yoongi -... ni siquiera sale a jugar, mi niño lo hacía apenas aprendió a caminar, iba tras sus hermanos y a Yoongi yo siempre lo veo dormido y serio mirando a los niños jugar, no está bien, yo puedo ayudarte más y lo puedo cuidar. Si me lo dieras yo po –fue interrumpida por Yang.
-Estuve pensando seriamente sobre esto –susurró sin dejar de ver al niño que respiraba con calma-, sé que te has ofrecido a cuidarlo por mí, que puedo venir cuando quiera a verlo pero... apenas y puedes con tus hijos.
-¿Y? Yoongi estaría mejor conmigo, Yang.
Eso no lo podía negar, pero tampoco podía aceptar que el pequeño tendría una vida perfecta ahí, que sería feliz –Mi hijo y nuera estaban trabajando arduamente para sacar a sus hijos de este lugar, no querían que se criaran aquí. Ese fue su deseo.
-Sabes que no es tan malo, hemos sobrevivido, ¿No es así?
Yang fingió no oírla –Hago que se duerma para que no me pida de comer, para no verlo triste, pero cada vez está más débil, más delgado... no puedo darle la vida que le quiero dar, y tú tampoco podrías darle la vida que me gustaría que viviera.
Sue frunció el ceño, sin entender y sintiéndose ofendida. Quizás no podría darle de lo mejor, pero sí más de lo que le daba la mujer mayor.
» Voy a llevarlo a una casa hogar. –susurró entonces lo que había decidido luego de escuchar la opción de parte de uno de sus amigos. La reacción que mostró la chica fue la misma que vivió ella al escuchar la propuesta, negarse rotundamente.
-¿Enloqueciste? ¿¡Vas a tirarlo?! ¡A deshacerte de él!
Yang no asintió ni negó, se dedicó a darle más caricias a su nieto, sintiendo el nudo en su estómago crecer –Desde que mi hijo y su esposa murieron, me prometí cuidar de Yoongi y Yoonji, lo sabes, yo prometí dar lo mejor de mí misma ¡Y lo hago, maldita sea! –apretó su mano por sobre la camisa del niño, aferrándose a él antes de levantar la vista para encontrarse con la mirada enfurecida de Sue- ¿Pero qué hago si eso no es suficiente ni por asomo?
» Créeme, preferiría dártelo, lo haría pero... ya tienes a tus hijos, y he notado que ellos no quieren a Yoongi –se apresuró a agregar cuando vio que Sue iba a defender a sus niños- ¡Los vi empujándolo y apartándolo del juego! No, no quiero ver desde mi casa como mi nieto quiere volver conmigo, durmiendo con niños que no les importa dañarlo.
-¡Yo estaré al pendiente de él! –prometió Sue, bufando al ver que negó Yang- ¿Entonces qué? ¿Quién te asegura que no pasará por cosas peores en una casa hogar? Allá sólo pasan cosas malas, le harán daño y nadie le va a defender.
La abuela Min apretó sus labios –Pero alguien podría sacarle de ahí, una pareja que esté buscando alguien a quien amar y –de sólo pensar que ella no le vería crecer, provocaba un intenso dolor en su pecho, no era una decisión fácil en absoluto-... prefiero que crezca en otros brazos que le llenen de amor, a que muera entre los míos porque no tengo la fuerza para protegerlo.
Sue negó, ella no podía siquiera considerar la idea de hacer eso, le parecía una locura. No estaba de acuerdo, pero Yang no cambiaría de opinión, le dolía más la idea de que el pequeño cuerpo entre sus brazos un día no despertara de sus siestas.
Sorbió por su nariz alejando las lágrimas » Agradezco de corazón que me ayudes con Yoonji, creo que al ser ella más pequeña, será más sencillo satisfacerle, sé que son más gastos pero ella está bien, creo que será más fácil.
La joven no respondió, se despegó lentamente a la niña al notar que ya no estaba mamando, estaba satisfecha. Sue suspiró –Te seguiré ayudando con Yoonji, pero escúchame bien Yang, te arrepentirás toda tu vida si dejas ir a Yoongi, es un gran error.
Lo más triste para Yang era saber que ella tenía razón, se arrepentiría, pero esperaba que un día ese arrepentimiento se esfumara –Le dejaré una carta, si para cuando crezca quiere buscarnos, si viene aquí... ese día te aseguro que no me arrepentiré de nada.
Yoongi no estaba poniendo atención a lo que estaba diciendo su abuela, estaba más dormido que despierto, pero estaba feliz de recibir caricias, esperando a que llegara el momento de regresar a su casa para entonces comer con su abuela.
Esa noche, luego de cenar juntos, ella le abrazó y le llegó a la cama, besando su frente. Ella nunca le daba besos, lo cual le sorprendió de sobremanera » Yoongi –susurró acariciando su rostro-, pronto te voy a llegar a una casa nueva, tú te vas a quedar ahí, habrá mejores camas, vas a comer 3 veces al día y habrá más niños de tu edad... -no quería seguir hablando, no cuando el niño le miraba tan atentamente como si supiera que mentía de alguna manera-, perdóname Yoongi.
-¿Abuela Yang? –preguntó confundido, realmente no entendía.
Ella se estiró tomando el zorro, entregándoselo en las manos al niño, apretando sus manos con cuidado y volviendo a besar su frente –Tu hermana y yo nos quedaremos a tu lado siempre, solo tienes que abrazar fuerte a este peluche y será como si te abrazáramos. Te amo, lo hago con todo mi corazón, a ti y a tu hermana.
-Abuela. –Yoongi la abrazó, relajándose nuevamente ante las caricias antes de caer dormido, sin saber que sería una de las últimas veces en su vida que sería envuelto por esos brazos.
*****
"Adulto"
La dulce voz entonaba a la perfección la letra de la canción mientras la música hacía una perfecta combinación que provocaba una sonrisa en más de uno de los presentes que tenían cascos sobre sus cabezas, todos concentrados.
El más joven del lugar estaba revisando que todo estuviera en orden en el panel frente a él, terminando por colocar su mentón sobre sus nudillos mirando a la mujer dentro de la cabina cantar con los ojos entrecerrados, cerrándolos en ocasiones cuando el sentimiento la embargaba por la letra y la melodía.
-Ella es muy buena. –opinó uno de los presentes, uno de los productores que estaban al pendiente del proyecto.
-Por supuesto que lo es, está colaboración será asombrosa. –afirmó la manager de la mujer palmeando el hombro de quien habló y del otro presente, el joven productor que había escrito la canción y le había dado una melodía.
La música siguió incluso cuando ella dejo de cantar, abriendo sus ojos y sonriendo en grande hacia los hombres del otro lado y a su manager. La mujer se agachó y apretó el botón que permitía que les escuchara dentro de la cabina -¡Lo has hecho fenomenal, Heize!
La nombrada rió contenta por el halago, pero negó con su cabeza antes de hablar –Déjame escuchar la opinión del productor, Suga, ¿Tú que crees?
Yoongi sonrió levemente al escuchar su seudónimo, fijándose en la mujer que amplio su sonrisa y entonces él se inclinó acercándose al pequeño micrófono –Fue una interpretación muy buena, lo hiciste genial, pero me gustaría intentar algo.
Tomó una hoja con la letra de la canción, una que estaba a su alcance y de la que había repasado Heize antes de entrar » Ven primero, para que te escuches y también me digas tú opinión. –ella asintió sacándose los cascos y dejándolos sobre el micrófono antes de salir, sentándose junto a su manager poniéndose muy atenta para escuchar, esperando tan solo unos segundos antes de que su voz acompañada de la canción se oyera en el lugar.
Puso toda su atención al igual que el resto, buscando algún error o algo que destacara, pero no, todo se oía bien, aparentemente.
Heize se fijó en el rostro de Yoongi, el joven productor realmente era inexpresivo, no podía saber si estaba molesto, frustrado, o acaso solamente quería verse más profesional.
» Aquí –retrocedió un poco el audio antes de volver a reproducir-, "cuando llegamos a casa sólo y dijiste adiós", de ahí en adelante creo que tomaste un tono más elevado. La canción es triste –rascó detrás de su oreja antes de voltear a ver a la mujer-, lo hiciste muy bien pero quisiera oír esa parte con un tono más bajo, más calmado.
Ella asintió, comprendiendo –Lo haré.
-Podemos tomar un descanso primero. –ofreció Yoongi a lo que ella le sonrió agradecida. Estirándose para tomar una botella de agua y beber de ella mientras Yoongi se daba la vuelta para revisar lo que había grabado. La manager recibió una llamada así que tuvo que excusarse y salir un momento, el otro productor aprovecho el breve descanso para ir a buscar unos archivos y de pasó aseguró que traería bocadillos.
Así dejaron solos al joven productor y a la idol. Ella le observó trabajar, observando al joven productor de 26, quizá uno de los más jóvenes con lo que había trabajado. Le enternecía de cierta manera que fuera tan dedicado, ya cosechando algunos excelentes trabajos.
Se levantó para sentarse en donde antes había estado el otro productor, esperando a que Yoongi le mirara para preguntar -¿Por qué Suga?
Luego de retirarse los cascos para escucharla mejor, se encogió ligeramente de hombros –Fue el que más me gustó de los que me ofrecieron a usar. Mi propio nombre no me parece la gran cosa así que Suga fue el que elegí.
Ella asintió, entendiendo –Es un buen seudónimo.
-Sí, me gusta.
No dijo algo más porque ella rió todavía mirándole, haciéndole sentir algo incómodo. No la conocía de tanto, de hecho, era la segunda vez que se veían de frente y dudaba que volvieran a verse a menos que fuera por cuestiones de trabajo.
-Debo de admitir que cuando me dijeron que querías que cantara esta canción junto a Giriboy, me pregunte quién eras tú –confesó luciendo algo apenada, pero Yoongi no le tomó tanta importancia, aún no era tan conocido-, pero apenas me mostraron que eres el joven que ya ganó en Melon Music Awards un "Hot Trend" por la canción que le hiciste a Suran.
Ella se sintió todavía más enternecida al verle avergonzarse –Ah, sí, bueno, no fui sólo yo quien trabajo, todos colaboramos. Y conversando con hyung ambos creímos que esta canción iría muy bien con tu voz y con la de Giriboy, gracias por aceptar trabajar con nosotros.
Ella volvió a reír, asegurando que no había nada que agradecer. Poco pasó para que su curiosidad le ganara y preguntara –Y... ¿Es verdad que eres uno de los hermanos Kim? Los que te acompañaron hasta el escenario eran ellos cuando ganaste el premio, pero dicen que pueden ser amigos, o que tú eres su hermano mayor.
Esa pregunta no tuvo respuesta porque entró apuradamente el otro productor, dejando una charola con algunos emparedados y jugos.
-Pueden tomar lo que deseen –animó a los presentes-, solamente quería ofrecer que deberíamos apurarnos, hay compromisos por cumplir más tarde.
-Cierto –recordó la mujer parándose y dirigiéndose a la cabina-, estoy lista para volverlo a intentar.
-Bien –Yoongi se recompuso luego de la inesperada pregunta, colocándose los cascos y mirando al frente antes de hablarle por el micrófono –Bien, vamos desde el inicio, recuerda, más relajada y tono de voz suave.
Heize levantó su pulgar al tiempo que mostraba una sonrisa sincera hacia los presentes, comenzando a cantar siguiendo la melodía y la letra, escuchando el consejo de Yoongi y descubriendo que así la canción sonaba mucho más dulce y bonita. Cuando acabo Yoongi aplaudió junto al productor y la manager, aprobando la sesión de grabación luego de casi hora y media de trabajo.
-¡Será un gran éxito! –exclamó la mujer mayor apenas Heize salió de la cabina- ¡Ya puedo creerlo!
-Giriboy vendrá a grabar su parte en unos días, habrás más preparativos y luego de hacer publicidad, calculamos que la canción podría salir al mercado el año entrante. –informó el productor.
Suga agregó –Estaremos informándole de los avances y nos mantendremos comunicados por si surge alguna modificación.
-Está bien, creo que todo saldrá perfecto, la canción es hermosa Suga.
-¡En definitiva será un gran hit! –exclamó la manager mostrándose optimista.
-Falta un año para saber eso, tenemos mucho qué hacer antes de ver el resultado. –Yoongi les recordó pensando en que aún faltaba grabar con el rapero, y también algunos arreglos a la canción, y el asegurarse de que era aprobada por los superiores.
Entonces aseguró la manager -Yo creo que será un éxito, nos encargaremos del video musical.
Palmeando el hombro del joven, el hombre mayor dijo -¡Así lo será! Rezaré por eso, aunque no será necesario con el talento que desbordas, gran Suga.
-¡Yah, hyung! –susurró avergonzado. Las mujeres rieron mientras Yoongi negaba con su cabeza y manos, despidiéndose al ponerse de pie y acompañar a las mujeres a la puerta, donde las miró irse antes de cerrar la puerta quedándose con el productor.
Este le sonrió en grande, orgulloso –Ha sido una excelente grabación la del día de hoy.
-Sí, Heize es muy talentosa. –dijo Yoongi yendo a sentarse, decidido a aventajar un poco con la canción antes de irse a casa por ese día, donde podría trabajar más.
El hombre mayor rodó los ojos antes de sentarse a su lado –Está bien ser humilde Yoongi, creo que es de lo más importante, pero date crédito, creéte cuando bromeas con tus hermanos diciendo que eres dios Suga.
-Se cree todo tan literal como ellos. –susurró frunciendo el ceño, ignorando las risas del hombre, las cuales no parecían parar incluso cuando la puerta se abrió.
-¡Eh, Syuk! ¡Dile a Yoongi que es asombroso! –le dijo al muchacho que entró sin tocar, pues había visto a la idol marcharse y supuso que ya estaba libre Suga.
Syuk sonrió divertido casi pudiendo ver el humo salir de las orejas de Yoongi, saludando al adulto antes de ir hasta el productor joven –No necesito decírselo, ya lo sabe. –le quitó los cascos, ignorando la queja-, tu padre me encargó que viniera por ti para no dejarte trabajando tanto.
-¿Desde cuándo mi padre te habla? –preguntó el pálido volteando a ver a Syuk, riendo al encontrarse con su cabello tintado de verde con rayos amarillos- Uhg, este come back te va a dejar calvo.
-Cállate, que tus hermanos están igual o peor.
Yoongi no pudo decir nada más que encogerse de hombros y girar su silla, queriendo centrarse en su trabajo cuando Syuk insistió –Llevas aquí desde horas antes de que llegara Heize, y apuesto a que mañana harás lo mismo, así que ven, vamos a comer.
-Anda Suga –le animó el adulto-, tengo hambre, estos emparedados están deliciosos pero quiero más, así que iré a comer y tú has lo mismo, regresaremos a trabajar para tener todo listo para cuando venga Giriboy. –estuvo tentado a negarse, realmente quería seguir trabajando pues se sentía inspirado, pero Syuk tiró de su brazo y acabó por ceder levantándose. Tomó su teléfono y su gorra antes de salir junto al joven de su edad, caminando por la compañía.
-¿Qué tal fue en la grabación? Asumo que bien por la sonrisa que noté en el rostro de Heize.
Yoongi mostró una sonrisa aun mientras hablaba –Estuvo muy bien, mucho mejor que cuando grabamos a Suran, con ella fue me puse muy nervioso por ser la primera vez, ahora me sentí más calmado –Syuk le palmeó la espalda, deteniéndose frente al elevador antes de llamarlo- ¿Y a ti cómo te fue en la coreografía?
-Estuvo muy bien –le imitó sacándole más risas-, en serio, fue divertido aunque agotador. Tuve que suplicar porque nos dieran un descanso, repetimos tres veces la coreografía antes de que nos dejaran ir. Es tan agotador, ¿Seguro de que no quieres formar un grupo con tus hermanos?
Las puertas se abrieron frente a ellos, salieron tres personas, dejando en su interior a un hombre que solo les sonrió a modo de saludo a los jóvenes. Syuk no paraba de reír por la cara que puso Yoongi, la misma que ponía cada que mencionaba el tema, su ceño fruncido, su boca ligeramente abierta en una expresión de asco y la nariz arrugada –No gracias, mejor que cada quien se encargue de lo suyo. Ya viví con ellos 17 años de mi vida, estoy tranquilo con verlos de vez en cuando por aquí y cuando nos reunimos con appas.
-Cuando te mudaste solo te quejabas de que la casa era demasiado silenciosa. –le dio un pequeño codazo que hizo bufar al mayor de los hermanos Kim.
-Cuando me mude solo tenía 21 años y fue algo triste, pero me acostumbre rápido. –se jactó sonriéndole al peli verde.
-Que yo recuerde de todas maneras tus hermanos se iban a dormir contigo algunos fines de semana.
-Solo era Taehyung, y no siempre, solo cuando tenía mucha tarea y quería que le ayudara.
Lo que intentó decir para defenderse hizo reír más a Syuk, las puertas de elevador se abrieron y ambos fueron a la cafetería, encontrándola algo vacía pues ya había pasado del horario de comida -¡Yo pago! –se adelantó Syuk dejando que Yoongi fuera a sentarse, este suspirando al mirar a su alrededor y ver tan solo una mesa ocupada por dos chicas que reconoció como del grupo femenino que tenía la compañía.
En el trascurso de los años, las cosas habían cambiado mucho, de solo recordar que había estado ahí comiendo algo con sus hermanos, él siento lo suficientemente pequeño como para no tocar el suelo si se sentaba correctamente pegando su espalda al respaldo. También había pasado su adolescencia en ese lugar, incluso había peleado con alguien cuyo nombre ni siquiera recordaba, ese entonces cuando trabajaba como ayudante de su padre. Tan lejanos esos días, pensaba cruzando una pierna sobre la otra, moviendo ligeramente su pie mientras miraba a Syuk comprar algo para ambos.
Sonrió ligeramente pensando en que apenas terminara de comer, podría regresar a trabajar, a hacer lo que le gustaba desde que supo que su padre se dedicaba a la música, a hacer lo que amaba. Ya después podría regresar a su departamento con calma y trabajar un poco más antes de dormir, claro, no sin antes pasar a pagar el recibo de luz que habían dejado frente a su puerta el día anterior, aparte de que tenía que ir a comprar la despensa para la semana, lo poco que necesitaba ya que vivía solo. Ser adulto apestaba, en su opinión.
-Listo –exclamó el idol sentándose con la charola, repartiendo la comida entre ambos-, disfruta de la comida.
-Gracias –susurró Yoongi empezando a comer, pensando en que si bien su vida había cambiado, había cosas que no quería que cambiaran-, ¿Estás libre el fin de semana? Voy a ir a jugar con Jiho, deberías venir.
Syuk sonrió asintiendo, pensando en despejarse para ir con ellos –Claro, será un placer patearle el trasero.
-Cállate, sabemos que les ganaré a ambos.
Los dos rieron sin dejar de comer, mirándose de vez en cuando y continuando con la conversación tranquila hasta que fue momento de regresar a sus obligaciones.
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Solo queda un extra e.e
Esperemos que lo actualice pronto, ejhé.
Por acaso no recuerdan quién es Syuk, es el trainer que estaba enamorado de Yoongi, el que se llegó a "pelear" con Jiho por él.
Gracias por leer, nos vemos pronto.