Las palabras que dijo P'Bright resuenan en mis oídos, el nombre "Namtarn" se repite una y otra vez. Recuerdo vívidamente lo que dijo P'Arthit en la tienda hace tantos meses cuando salí con él por primera vez. Recuerdo la forma en que sus ojos se iluminaron cuando la vio y la forma en que su mirada la siguió cuando ella se alejó. Después de mi primera confesión fallida cuando me estaba evitando, también recuerdo su sonrisa cuando se sentó frente a ella en la cafetería. Ella es su primer amor, a quien siempre estuvo esperando.
Cuando P'Bright mencionó la cafetería, supe cuál tenía que ser. Mis pies recorrieron el camino familiar con los ojos bajos hacia el mismo lugar donde los había visto antes. Una respiración profunda, luego otra y todavía no quiero mirar hacia arriba, demasiado asustado de lo que podría ver si lo hago.
Este es P'Arthit, mi P'Arthit. Él eligió estar conmigo. Él me besó primero y dijo que me amaba primero. Él fue quien anunció a todos nuestros amigos que estamos saliendo. No hay forma de que haga todo eso si no estuviera seguro. P'Arthit no es ese tipo de persona.
En el rincón más oscuro de mi corazón, escucho un susurro que trato de ignorar. El susurro que me dificulta levantar la cabeza y mirar por el gran ventanal. El susurro que me dice que yo era la segunda opción de P'Arthit porque no podía tener Namtarn.
Tengo que ver. Temblando, miro hacia arriba y todo mi mundo se detiene. No hay sonido, no hay color, no hay vida. No queda aliento en mi cuerpo ni latidos en mi corazón. Todo está quieto mientras veo los ojos de mi novio cerrarse, sus brazos alrededor de alguien que no soy yo, sus cálidos labios presionados contra los de otra persona. Parpadeo una y otra vez, pero la escena no cambia.
P'Arthit termina el beso y abraza a Namtarn mientras ella se acurruca en su pecho. Puedo ver la pequeña sonrisa jugando en su rostro y todo dentro de mí se rompe. Cuando abre los ojos, me mira directamente y esa sonrisa desaparece en un instante. Él dice algo pero no puedo escucharlo. No puedo escuchar nada.
Incapaz de soportarlo más, me giro y empiezo a caminar. No sé a dónde voy y no me importa. Cualquier lugar es mejor. Cualquier lugar excepto aquí. Entumecido por mi entorno, sigo caminando lo más lejos que puedo.
Una gran mano envuelve mi muñeca y me tira hacia atrás justo cuando suena un estruendoso claxon y un camión de reparto pasa a centímetros frente a mi nariz. Esa misma mano me empuja más hacia atrás hasta que estoy a salvo en la acera. Otra mano agarra mi otro hombro y me sacude.
ㅡ¡¿Estás tratando de matarte, Kongpob?!ㅡeste grito es fuerte y enojado. Las manos que me sacuden me ruegan que despierte de esta pesadilla, pero no estoy dormidoㅡ¡Contéstame, 0062!
ㅡNoㅡuna voz ronca que no reconozco responde. ¿Fui yo? No suena como yo.
ㅡMe estás mintiendoㅡsu voz es un poco más tranquila y las manos que me sacudían se alejan.
ㅡNo lo hagoㅡresponde la misma voz ronca y sé que es mía.
ㅡVamos, Kongpob. Volvamos al campus.
Envolviendo un suave brazo sobre mis hombros, P'Prem guía el camino y lo sigo sin quejarme. Simplemente no me importa, mientras él no vaya a ese lugar ni a esa persona.
ㅡ¿Quieres que llame a M por ti o a uno de los otros?ㅡse detiene en uno de los bancos escondidos debajo de un gran árbol de sombra y me empuja hacia abajo antes de sentarse a mi ladoㅡPuedo...
ㅡ¡No!ㅡno puedo enfrentarlos en este momento. Su simpatía, su lástima, me romperán aún másㅡNo los llames. Por favor. Por favor, no los llames, P'Prem.
ㅡMuy bien, no lo haré. Cálmate. No llamaréㅡme mira y puedo decir que está preocupado, pero no dice nada.
Con un profundo suspiro, se inclina hacia adelante y apoya los codos sobre las rodillas mientras mira la fuente al otro lado del camino. No me toca y se queda callado. De alguna manera, su presencia es reconfortante y segura.
Poco a poco, el sentido vuelve a mí. El azul del cielo y el verde en los árboles se destacan bruscamente. Puedo escuchar pájaros cantando y coches pasando cerca. Respirando profundamente, el olor a hierba recién cortada me hace cosquillas en la nariz y mi corazón late dolorosamente en mi pecho. Todavía estoy vivo.
Una ola de náuseas me golpea con fuerza y me agacho, agarrándome el estómago. Tengo náuseas pero no sale nada excepto arcadas secas que terminan con una tos áspera. P'Prem me frota la espalda, pero retira su mano en cuanto me siento. Todavía no dice una palabra y se apoya contra el respaldo del banco.
La imagen de la suave sonrisa de P'Arthit después de ese beso, se grabó en mi mente. No puedo superarlo. No puedo ignorarlo. Se veía tan...satisfecho...tan feliz. Tenía a la chica que siempre había amado en sus brazos.
Ese pensamiento que mantengo en la parte más oscura de mí, me golpea de nuevo, más fuerte. Yo era la segunda opción de P'Arthit. ¿Cómo puedo compararme con la chica que ha amado por más de ocho años? Ella tiene todo lo correcto. Ella es la persona correcta, tiene la edad correcta, el género correcto y ahora el estado de relación correcto.
ㅡP'Prem ... quiero irme a casaㅡes un susurro tranquilo, pero él me escucha y asiente.
ㅡTe llevaré.
Nos levantamos y él comienza a caminar por delante. Presa del pánico de que me dejara atrás, rápidamente lo sigo y agarro el dobladillo trasero de su camisa. Me mira interrogante pero no lo dejo ir. En este momento, P'Prem es mi única ancla que me mantiene en tierra. Puedo sentir las oleadas de negrura arrastrándose sobre mí, pero él me mantiene a raya y no quiero perderlo todavía. Pronto seré lo suficientemente fuerte, pero hasta entonces, por un poco más de tiempo, necesito que me preste su comodidad y su fuerza.
No sé si él entiende o no y no importa. Con otro movimiento de cabeza, continúa caminando conmigo pegado a la parte inferior de su camisa, apenas medio paso detrás de él. Mis ojos se centran en cada paso que da y no miro hacia arriba hasta que estamos parados afuera de mi puerta. Finalmente soltándolo, busco profundamente en mi bolsillo y saco mi llave. La puerta se abre con un suave 'clic' y entramos.
Mi mochila cae al suelo y me congelo mientras miro por la amplia ventana directamente al cuarto oscuro de P'Arthit. Mi estómago se retuerce. P'Prem me empuja y cierra las cortinas, bloqueandome la vista. Jadeando, me desplomo sobre mi cama y me deslizo hacia el suelo, envolviendo mis brazos alrededor de mis rodillas. Todo mi cuerpo tiembla y mi visión se oscurece, pero las lágrimas no vendrán. Hay tanto dolor y ni una gota cae de mis ojos.
ㅡ¡Kongpob!ㅡP'Prem suena amortiguado a pesar de que está parado a mi lado. Cayendo de rodillas, agarra mis hombrosㅡ¿Kongpob?
Quiero responderle, puedo escuchar la preocupación en su voz, pero no puedo. Nada saldrá. No puedo formar las palabras. Se sienta y me rodea con un brazo. Tirando de mi cabeza hacia su hombro, acaricia mi cabello. La acción me calma y puedo sentir que me desmorono. Silenciosas y saladas lágrimas dejan un rastro húmedo por mi cara, finalmente liberadas de la prisión de mis ojos. El beso y la sonrisa me persiguen, la última imagen que veo mientras mi mente se desmaya.
.....................................
......................
..............
El molesto pitido de mi despertador me despierta y automáticamente me acerco para apagarlo. Envuelto en mis mantas, lucho por volver a dormir, pero es una batalla perdida. Mis ojos se abren por sí solos y me siento, tirando las mantas hacia atrás. Estirándome, trato de relajar los músculos y me doy cuenta de que me duele la garganta. Mi cabeza tampoco está muy clara.
En la mesita de noche, noto un vaso de agua con medicamentos junto a él. No lo cuestiono y rápidamente tomo ambos, aliviado de que no tenía que ir a buscarlos. Al lado del reloj está mi teléfono, que levanto con una sonrisa. Un calor me llena al pensar en mi lindo P', durmiendo todavía. Necesito enviarle a P'Arthit su mensaje de alerta. Por extraño que parezca, el teléfono está apagado pero no recuerdo haberlo apagado. Confundido, presiono el botón de encendido y desbloqueo el teléfono con un deslizamiento. Introduzco el número de mi novio y su rostro sonriente con hoyuelos aparece en la pantalla.
Mi corazón golpea mi pecho y el teléfono se cae de mis dedos entumecidos. Los recuerdos de ayer me invaden y provocan que me ahogue. P'Arthit besando a Namtarn. P'Arthit abrazando a Namtarn. P'Arthit sonriendo dulcemente sobre Namtarn.
No puedo respirar. Jadeando, corro al baño y me echo agua en la cara tratando de eliminar las imágenes, pero apenas ayuda. Me meto en la ducha y abro la llave, dejo que el chorro me golpee la cara y empape mi ropa. El frío me golpea y mis pulmones se llenan del aire necesario. Apoyado contra la pared, respiro hondo y recupero el equilibrio.
A medida que el agua se calienta, me quito la ropa de ayer y la dejo caer en una pila empapada en el piso de la ducha. No hay forma de salvarlos, así que bien podrían ser lavados junto conmigo. Enjabonándome, froto cada centímetro de piel hasta que se quema y luego hago lo mismo con mi ropa. Después de un enjuague minucioso, exprimo todo y lo tiro sobre la puerta de la ducha antes de secarme.
El flujo de mi rutina en la mañana continúa hasta que estoy parado al lado de la puerta del balcón con la canasta de ropa mojada apretada en mis manos. Mi mano tiembla cuando alcanzo la puerta y retrocedo. No quiero salir a la calle. No quiero arriesgarme a mirar el lugar del otro lado. No quiero arriesgarme a ser visto. No saldré por ahí.
Poniendo la ropa en ganchos, la cuelgo en la puerta de mi armario. Tendrá que ser así. Puede tomar más tiempo, pero la ropa se secará eventualmente.
Sentado al borde de mi cama, veo caer una gota de agua de la manga de mi camisa y noto el apetitoso olor del desayuno por primera vez. Sobre la pequeña mesa cerca de la ventana hay una caja de comida para llevar y una taza de café helado. Me acerco y abro el contenedor. Una pequeña nota revolotea sobre la mesa, escrita en un guión desordenado.
Sé que probablemente no tengas hambre, pero trata de comer. Llámame si necesitas algo.
-Prem
Necesito agradecerle a P'Prem la próxima vez que lo vea. Él me salvó. Recogiendo los utensilios, pongo un poco de la comida en mi boca mientras leo la nota nuevamente. Mientras doy otro bocado, la música llena la habitación y mi teléfono olvidado se ilumina en la cama arrugada. Dejo caer todo en el contenedor y camino lentamente hacia la cama. Una cara familiar me sonríe desde la pantalla y el bocado que acababa de comer vuelve. Apenas llego al baño a tiempo.
Después de enjuagarme la boca y cepillarme los dientes nuevamente, regreso a mi habitación. La música se ha detenido, pero varios pitidos me informan que ha llegado un mensaje de texto. Apretando los dientes, levanto el teléfono y encuentro el aviso de una llamada perdida, un mensaje de voz y 3 mensajes de texto. Sólo un texto no era de la misma persona. Ignoro el resto.
"¿Estás bien?"
El mensaje de dos palabras de P'Prem me saluda.
"Estoy vivo. Gracias."
Rápidamente le devuelvo el mensaje de texto, planeando agradecerle adecuadamente más tarde.
El teléfono comienza a sonar en mis manos y la cara de esa persona parpadea ante mis ojos. No puedo lidiar con eso. Mi estómago se revuelve y presiono el botón de apagado. Arrojo mi teléfono sobre el escritorio, me meto de nuevo en la cama y me entierro debajo de las mantas hasta que todo está oscuro. Por hoy, no existo.