El Conserje -Terminado-

By PatitoFanfics

100K 5.1K 178

EL CONSERJE (Mayores de 18 años, contenido sexual explícito) Todos los personajes le perteneces a S. Meyer, s... More

CAPITULO 1: UFF QUÉ CALOR
CAPITULO 2: ¡DIOS MÍO, LÍBRAME DE ESTA TENTACIÓN!
CAPITULO 3: VIEJA Y PEDÓFILA
CAPITULO 4: DISCUSIONES Y MALOS ENTENDIDOS
CAPITULO 5: NOCHE DE CHICAS
CAPITULO 6 : LAS TEORÍAS DE EMMETT
CAPITULO 7: LA PRIMERA VEZ
CAPITULO 8: ALGUNAS COMPLICACIONES
CAPITULO 9: QUÉ TAL BIENVENIDA
CAPITULO 10: PECADO ANDANTE
CAPITULO 11: ¡MIKE NO TE MUERAS!
CAPÍTULO 12: EL QUE NO TIENE ESPADA NO DEBERÍA IR A LA GUERRA
CAPÍTULO 13: ENFERMO TRAMPOSO
CAPÍTULO 14: ¿OTRO AMANTE?
CAPÍTULO 16: NO ME ESPERABA ESTO...
CAPÍTULO 17: RESCÁTENME
CAPÍTULO 18: ES MI KARMA
CAPÍTULO 19: LA VIDA TIENE SUS PROPIOS PLANES
CAPÍTULO 20: EMPEZANDO NUEVAMENTE
CAPÍTULO 21: FRUSTRACIÓN INDEMNIZADA
CAPÍTULO 22: TE ENCONTRÉ
CAPÍTULO 23: SUFICIENTE... ¿PARA SIEMPRE?
CAPÍTULO 24: ¡LA PASIÓN HA VUELTO!
CAPÍTULO 25: ¿ES O NO UNA VILLANA?
CAPÍTULO 26: ¿ENFERMA DE MIEDO?
CAPÍTULO 27: ¿DIOS MÍO QUE TENGO?
CAPÍTULO 28: TODO SE PUEDE DESTRUIR
CAPÍTULO 29: AL LÍMITE DE LA REALIDAD
CAPÍTULO 30: ¿MAGIA NEGRA?
CAPÍTULO 31: ¿PODRÉ VOLVER?
CAPÍTULO 32: EXHIBICIONISTAS
CAPÍTULO 33: JUSTO CASTIGO
EPÍLOGO

CAPÍTULO 15: INFIEL, CELOSA Y BORRACHA

3K 140 12
By PatitoFanfics

—Hermosa, ha quedado genial— Esme hojeaba la revista muy orgullosa de nuestra obra.

—Gracias, tardó un poco pero está lista— me ruboricé al pensar que podría haberla traído hace horas pero estaba comiéndome a su hijo. ¡Ay Bella! ¡Basta! Qué nivel… estabas haciendo el amor con tu amadísimo Edward. De una manera casi salvaje por cierto.

—Bella te pregunté qué usarás para la fiesta— dijo Esme y casi pego un salto, ni la había oído.

— ¿Usar? Oh bueno, no he pensado en eso, pasaré al centro comercial hoy a buscarme un bonito vestido— le sonreí, me miró algo contrariada.

—Alice viene mañana, me dijo que te prohibía que hicieras eso.

—Agradécele por mí— sonreí.

—Bella, en la reunión, pues, todos mis hijos estarán aquí— se veía a leguas que lo que quería decir en verdad es "no te quiero ver cerca de Edward".

—Es lógico Esme, es un día importante para ti— trató de decir algo pero la corté. –No me quedaré mucho y no me acercaré a Edward— le dejé claro.

—Carlisle y yo pensamos que sería lo mejor. Mientras no te separes de tu esposo es mejor guardar distancias— Ay no, ahora el suegro también lo sabía. Triste suerte la mía, infiel y repudiada por la familia de mi amante.

.

Salí algo depre del trabajo, cabizbaja y meditabunda, sé que me lo merecía. Caminé lentamente hasta llegar a casa. Ahora tenía que decirle a Mike que no lo quería en esa fiesta. No podía poner a mi esposo y mi amante en la misma reunión. Subí lentamente, prefería las escaleras así trabajaba algo mis piernas, últimamente no salía a correr, mucho trabajo y sexo me dejaban agotada.

—Buenas noches señora— me topé con el otro conserje, James.

—Hola— dije apenas y traté de pasar pero choqué con él.

—Discúlpeme— dijo haciéndose a un lado, ¿me pareció que se puso a propósito frente a mí para que me chocara con él? Que tipo más raro y morboso. Me daba algo de miedo, parecía un nómada ni siquiera se lavaba el pelo. Fuchi.

Llegué a casa para encontrarme con Mike y Jessica que conversaban entretenidamente. Ojala se lleve al panzón y me libere, pensé.

—Hola Bella— me saludó ella.

—Jessica. Qué bueno verte ¿Cómo has estado?— pregunté

—Adaptándome, ahora que no volverán a Miami soy la subgerente.

—Oh bueno, es que me gusta Jacksonville— me excusé.

—Bella, Jess viene a ver el apartamento— dijo Mike con una sonrisa. Otra vez la burra al trigo.

— ¿Cuál apartamento Mike si no nos vamos a mudar?— pregunté después de respirar hondo.

—Pues el que dejamos. Está desocupado y es perfecto para ella—

—Yo quiero regresar a ese departamento— dije sin lugar a reclamos.

—No hay problema, si ustedes vuelven allí puedo quedarme en éste— dijo la insípida. Al menos era razonable.

—Sí, hablaré con la administración Bella quiero subir a ver si las reparaciones ya están listas ¿vienes con nosotros?— pidió Mike, solo quería tomar un baño y meterme a la cama así que me excusé. Los oí regresar minutos después Jessica venía riendo.

Era un hecho, me largaba de aquí, no soportaba seguir con esto, Mike ya estaba repuesto, lo suficiente como para soportar lo que tenía que decirle sobre las pastillas y que me marchaba. Tal vez podría vivir en el bungalow que rentó Edward. Si. Mañana por la noche me iría de aquí.

—Eso fue extraño, ¿dices que es el conserje?— escuche decir a ella y paré una oreja.

—Sí, es uno de los chicos que arreglan cosas en el edificio.

—Si puede pagar un departamento quiere decir que los de mantenimiento son bien cotizados— decía ella.

—Pero eso no le da derecho a besuquearse por los pasillos— me quedé en donde estaba. Rígida y estática.

—Hacen una buena pareja— escuché decir a ella.

Caminé hacia ellos lentamente quería saber más pero no podía mostrarme ansiosa.

— ¿De qué hablan?— pregunté con una sonrisa.

—Nada importante, íbamos a ver el depa pero nos topamos con ese chico, el conserje, creo que vivía en nuestro piso. Estaba en una sesión de besos con su novia— sonrió Mike ¿su novia? ¿Conserje? ¿Qué vivía en nuestro piso? ¿Edward? ¿Su novia? ¿Sesión de besos? Fui a la cocina para que no notaran mi estado emocional. No era cierto, no, no y mil veces no.

Edward me amaba a mí. No está con nadie deja de pensar estupideces Bella.

Me quedé un rato tratando de preparar algo de comer hasta que la duda empezó a carcomer mi mente. Jessica se fue a los minutos y aproveché que Mike entró al baño para salir. Subí las escaleras y me dirigí directo al departamento de Edward. Traté de abrirlo y estaba cerrado. Toqué esperando verlo, ya no me importaba si me descubría Mike, esto era más importante ahora que el matrimonio falso que yo tenía.

— ¿Si?— una rubia asomó por la puerta. Me quise morir.

— ¿Est... está Edward?— pregunté, tratando de parecer natural.

—Lo siento, se está bañando—me sonrió.

Di la media vuelta y baje a mi apartamento. Fui directo a mi habitación, a los minutos mi celular empezó a sonar, lo apagué. No quería llorar pero tampoco sabía cómo tomarme las cosas. ¿Quién era ella? ¿Qué hacía esa rubia en su departamento?

Me dormí despotricando contra mi amante infiel.

.

—Se te ve fatal ¿mala noche?— preguntó Mike antes de salir a su trabajo.

—No podía dormir— le dije apenas.

—Bella, esta noche vamos a ir con unos colegas a un evento, no sé muy bien dónde así que regresaré tarde— me sonrió.

—Bien, yo tengo el aniversario de la tienda, también volveré tarde— al menos no tenía que decirle descaradamente que no quería que fuese al aniversario de mi trabajo...

El día pasó sin novedad, Alice apareció muy temprano con unas cajas inmensas y dos de sus costureras, me trajo un vestido muy bonito color champagne. Por la tarde fui con Esme a un salón de belleza para que nos arreglaran.

Sabía que de un momento a otro vería a Edward y eso me enfurecía. Nunca había sido del tipo celoso de mujer, pero ¿Cómo sabes si eres celosa hasta que tienes el engaño en la cara? O al menos la duda.

Ojalá no me hable así no tendría que ser descortés.

.

Las luces colgantes en el jardín de la tienda hacían que el edificio en forma de barco pareciera moverse. Era un efecto deslumbrante.

La gente fue llegando de a pocos, muchas compañeras de trabajo y yo los recibíamos con una sonrisa, el bufet se veía elegante y los mozos pasaban con bocaditos y bebidas.

Esme bajó de una imponente limosina con toda su familia en pleno. Emmett estaba muy guapo, Alice con un traje hermoso, un hombre rubio muy varonil venía del brazo de mi jea. ¡Claro, el médico que me atendió! ¿Ese era mi suegrito? Con razón el hijo le salió endiabladamente hermoso… pero no quería pensar en él porque venía detrás de ellos, con un traje negro y corbata plateada. Podría causar ataques de histeria si sonriera.

Sentí como si me hubieran dado una patada de burro en el estómago. Al lado de Edward iba la misma rubia que el día anterior me abrió la puerta de su departamento. Cuando él estuvo muy cerca de mí simplemente giré mi rostro para no ver su linda y mentirosa cara. Sentí que se detuvo muy cerca pero continuó su paso cuando la rubia lo apuró.

Maldición, era lo que me faltaba. Tres horas con esta parejita cerca.

Fui requerida en el salón para el brindis de honor, traté de ubicarme en el lado opuesto a ellos. Ni un segundo se cruzaron nuestras miradas.

—Gracias a todos por estar con nosotros en un día tan especial, son 5 años, un lustro que cumple la empresa y estoy orgullosa de…—empezó Esme con sus agradecimientos, no pude evitar echar una miradita hacia el lugar donde ese traidor estaba.

Otra vez la rubia, ahora acomodaba su corbata. Quita tus garras de allí o sabrás quien es Bella.

Entonces nuestras miradas se cruzaron por un segundo, dejé caer mis rizos para tapar mi rostro.

La noche recién empezaba.

Hice tripas corazón y lo evité todo lo que mis torpes pies pudieron, en un momento se acercó un poco, ahora estaba sólo, así que busqué la protección de mis demás compañeras de trabajo.

Cuando fui a la mesa por un bocadillo se colocó a mi lado y fingió hacer lo mismo que yo.

—Te llamé más de 50 veces anoche— dijo entre dientes. No le respondí. —Tu teléfono sigue apagado— yo era un témpano de hielo.

— ¿Estás molesta?— volvió a preguntar. Otra vez lo ignoré como se merecía.

—Si no me hablas voy a besarte delante de todo el mundo— amenazó. Sonreí con sarcasmo, sabía que no se atrevería. –Lo digo en serio— me cortó el paso.

¡Apártate!— lo miré amenazante.

—No hasta que me digas que te sucede— parecía dispuesto a cumplir su advertencia.

— ¿A mí? ¿Qué tendría que pasarme? Ah sí. Soy casada ¿Lo recuerdas? Debo mantenerme lejos por las apariencias. Además la rubia te viene mejor— casi le escupí las últimas palabras y salí triunfal, tomé la primera copa que encontré y me la bebí toda de un golpe.

Punto para Bella. El engañoso ése no se iba a hacer el santo conmigo.

Oh, el vino está de lujo. Otra copita por favor.

Luego de tres copitas más… a estas alturas cinco en total, tenía las mejillas rojas sin necesidad que nadie me dijera nada.

— ¿Bella?— Oh si es mi cuñadito en persona, lo que me faltaba, Emmerto viene a molestar a una Bella casi ebria. Pero hoy no me iba a amilanar con sus comentarios malintencionados ni sus teorías. Ahora va a conocer a... ah sí a Bella.

—Hola grandulón ¿Dónde está mi amiga, con la que duermes?— le pregunté, él solo sonrió ampliamente.

—No tarda, tenía que grabar algo, la han contratado en el estudio— me miraba excretando mi rostro. – ¿Bella estás borracha?— preguntó sin delicadeza…

—Nop. No estoy borracha y no voy a dejar que me molestes— soltó una carcajada.

—No te voy a molestar, al contrario si lo que quiero es hacerte un monumento. Gracias por inaugurar a mi hermanito— me dio un abrazo.

—Suéltame gorilón— me quejé.

—Rosi me explicó, si necesitas ayuda para desaparecer a tu marido— dijo moviendo las cejas de manera extraña.

—No me molestes oso cargoso— salí de allí refunfuñando, apenas vi un mesero lo asalté. Eso me ganaba por meterme con los Cullen. Una suegra igual de sobre protectora que la anterior que tenía, un cuñado irreverente, una cuñada loca y un amante infiel.

Sería mejor que busque mi bolso y me largue de aquí.

— ¿Tu eres Bella verdad?— la rubia en persona y me sonreía como si me conociera, carajo. La cereza del pastel.

—Si ¿Y tú quien eres? Jacksonville estaba completo hasta que llegaste— le reclamé.

—Soy Tanya, prima de Edward, quería decirte…

—No— levanté un brazo. –No me digas nada, mejor cierras tu boca y te vas por donde viniste— traté de dejarla parada. El suelo empezaba a moverse un poco.

—Pero Bella, quería decirte que…

—Shhhh— la interrumpí.

— ¿Estás ebria?— me preguntó.

—A ti que te importa— me di la vuelta y me fui a buscar el condenado bolso. Maldita suerte, quisiera partirle la cara a la desgraciada y patearle los huevos al infeliz. Enviarme a mi reemplazo, si que era un pavazo.

Estaba caminando rumbo a mi oficina cuando sentí una fuerza en mi brazo.

—Tenemos que hablar— el pérfido en persona.

—No quiero, quita tus manos de mi— le di un golpe. Miró en todas direcciones y me llevó a rastras. Entramos a una oficina y cerró la puerta. Había escobas y todo era muy pequeño. La oficina de limpieza…jajaja, le venía bien.

—Que quieres.

— ¿Puedes dejar de comportarte como una niña berrinchuda?— me reclamó

— ¿Puedes alejarte de mí? Tu madre dice que no es correcto que me acerque— casi le grité.

— ¿Porque rayos estás molesta conmigo y ebria?

Lo miré con todo el odio que pude, que no era casi nada porque esos ojos eran lo más bello que existía. Edward sonrió, o eso me pareció, no estaba segura.

— ¿Qué rayos hacía esa rubia en tu departamento anoche?

—Es mi prima que crees que hacía.

— ¿Después de su sesión de besos en el pasillo?— pregunté.

— ¿Qué?— puso su carita de "yo no fui" típico.

—No lo niegues, Mike y Jessica los vieron.

—Yo vi a ese gordo y a su amiga entrar en el departamento pero no me besaba con Tanya.

— ¿Por qué tendrían que mentir ellos?— pregunté otra vez gritando

— ¿Por qué tendría que mentirte yo?— buen punto, quizás porque todos los hombres son una basura. Lo miré furiosa.

—Es tu palabra contra la de ellos— le increpé

—Pensé que en tu vida yo era más importante— eso sí me dolió.

— ¿La besaste o no?— casi grité.

Sin responder me tomó con fuerza y me estampo contra la pared, mis piernas de gelatina casi cedieron, parecía flotar y su aliento me llegó fuerte y delicioso.

—No he besado a nadie que no seas tú. No le he hecho el amor a nadie más que a ti— sus manos empezaron a acariciarme por encima del vestido.

—Mentiroso, engañador…— no pude seguir hablando ya que un beso húmedo y caliente tapó mi boca. Otra vez su sabor, su aroma. Tan cargados de deseo, de pasión.

—Te envié a Tanya para que te explicara, pero no la quisiste escuchar— me dijo cuando dejó de besarme pero yo ya no quería explicaciones

—Me chocan las rubias, sobre todo las que encuentro en tu departamento.

—Vino a visitarme un momento. Somos amigos. Bella es a ti a quien amo. ¿Acaso no te lo demuestro todo el tiempo?

—Cuéntame una de vaqueros Cullen—lo empujé con mis dos manos, aunque no solté su las solapas de su saco, como quisiera desvestirlo de a pocos, ese traje me volvía loca.

— ¿No me crees?— hice un puchero, el cual no dudó en volver a besar. Ahh si había caído otra vez. — ¿Sabes que te vez más hermosa cuando estas bebida?—suspiró entre besos.

—Si claro ríete de la borracha— bufé.

—No es eso lo que quiero hacer— me sentó de pronto en una mesita.

— ¿Edward Cullen que me estás haciendo?—pregunté al sentirme toqueteada.

—Te voy a hacer el amor aquí mismo ¿alguna objeción?

—Pero es que…—me quejé.

—Te amo Bella— Dios ese tono de voz lo conocía bien, ¡voy a ver el cielo!

— ¿Me amas?—pregunte para hacerme la interesante.

—Con todas mis fuerzas— ay esto parecía prometedor.

—A ver— lo desafié

—Ya dijiste— me subió la falda del vestido y sus manos recorrieron mis piernas hasta su nacimiento, sus dedos hábiles se introdujeron en mí de golpe, casi grito de placer.

— ¿Crees que podría hacerle esto a alguien más? — preguntó.

—Yo que sé…

— ¿Y esto?— los movió y giró introduciéndolos un poco más. Gemí al sentirlo.

—Edward… Edward…

— ¿Ahora sí me crees?— su voz parecía un rugido, ya no soportaba, no me importaba dónde estábamos, sólo quería que me penetrara y me hiciera suya.

—Si, si, si— ay qué fácil me dejé convencer. ¿Quién le diría que no?

— ¿Lista para mí?— escuché el cierre de su pantalón y abrí un poco más las piernas para recibirlo, ya no tenía que abrir los ojos, además las escobas parecían bailar porque el licor me había mareado de veras.

De pronto me sentí completamente llena, es mentira cuando los borrachos dicen que no recuerdan nada, esto jamás se me iba a olvidar.

Su miembro caliente estaba otra vez dentro de mi cavidad y su dueño se movía y me apretaba las nalgas con una fuerza que pocas veces había usado. Pronto ya no estaba en la mesita, Edward me sostenía en el aire, mientras que me seguía penetrando una y otra vez. Me abracé a su cuello para no caer hacia atrás, mientras que lo rodeé con mis piernas, sólo saber que me tenía completamente en el aire me puso a destilar más de la cuenta.

Segundos después me vine en un orgasmo colosal, quería dejarme caer pero él aún no terminaba, siguió penetrándome con más fuerza, una de sus manos estaba en mi espalda. Otra vez mi interior vibró, empecé a moverme yo también, no quería que parara, abrí los ojos un momento para mirarlo. El panorama era de lo más erótico, Edward me estaba cogiendo aún vestido con ese traje negro sensual dentro de un cuarto de limpieza, su rostro estaba bañado en sudor.

—Bella, Bella— lo escuché gemir, ¿hay algo más sensual que escuchar a alguien mencionar tu nombre mientras tiene un orgasmo? No, nada hay que se le compare, mi bajo vientre volvió a estremecerse y estallé nuevamente.

Unos segundos después me depositó en la mesa, mientras nuestras respiraciones se acompasaban y yo podía comprobar que el licor se ha había esfumado de mí. Él se arregló de inmediato, nunca me di cuenta en qué momento se había puesto el preservativo pero ahora lo retiraba. Luego de eso me ayudó a mí a quedar casi como si nada hubiera pasado.

—Nunca dudes de mi amor Bella— me dijo elevando mi barbilla para poder mirarlo a los ojos.

—Lo siento, es que… pensé lo peor— me excusé.

— ¿Mi madre te dijo que te alejaras de mí, hoy?— su semblante cambió, parecía algo fastidiado.

—No… no realmente, yo asumí que eso es lo que quería decir y le prometí que me alejaría.

—Eso no está bien, tú eres mi vida, no me importa tu situación, mi familia debe aceptarlo porque no me voy a alejar de ti.

—Pero Edward…

—Ven conmigo Bella— me ofreció su mano para salir del lugar dónde nos encontrábamos. No dije nada sólo acepté. Salimos ambos con una sonrisa en los labios, no había nadie cerca así que fui por mi bolso.

Nos encontramos con Esme cuando íbamos hacia el salón.

—Edward, Bella— nos dijo mirándonos con cara de reproche.

— ¿Sí mama?— respondió él de manera firme.

—Creo que no es apropiado, Bella ven conmigo por favor— Esme parecía estar algo nerviosa.

—Madre yo amo a Bella. Te lo había dicho antes, estoy completamente enamorado y no pienso dejarla— su agarre se volvió más posesivo.

—Eso lo sé. Pero no es el momento ni el lugar— Esme parecía que perdería la paciencia en cualquier momento.

—Entonces nos vamos— pero su madre nos cortó el paso. Me miró de forma suplicante.

—Bella, tu esposo está afuera, en el salón, viene con varios de sus amigos. Por favor no quiero un escándalo aquí— me quedé lívida.

—Pero... yo…— no entendía como Mike llegó aquí.

—Es su colega, la señorita Stanley, yo le envié una invitación, la semana pasada vino aquí para que le ayude a remodelar su oficina y parte de la empresa para la que trabaja. No sabía que era amiga de tu… de él— se excusó Esme.

Miré a Edward que otra vez tenía esa mirada de enojo e impotencia.

—Me iré en seguida Esme— traté de soltarme de Edward que no quería dejar mi mano libre.

—Nos vemos luego— lo miré suplicante. Su madre tomó su brazo y le hizo entrar en una oficina.

¿Qué diablos hacía Mike aquí? ¿Y por qué deliberadamente me mintió si iba a venir de todos modos?

Continue Reading

You'll Also Like

58K 9.4K 20
A veces las atracciones son mas intensas de lo que uno se espera, que incluso un acercamiento de manera indirecta puede marcarte sin darte cuenta... ...
27.2K 1.6K 27
En donde Estela acepta participar en la velada del año 4. En donde por recomendaciones por sus amigas Ronny es contactado para pedir que sea su entre...
223K 3.2K 15
•SOLO PARA MAYORES DE EDAD• Dos adolescentes son educados por su tía después de la muerte de su madre.
281K 18.5K 14
los chicos de BTS a veces pueden ser un poco bruscos con Suga.... Al igual que algun@s fans dejándolo de lado como un cero a la izquierda, como si fu...