CAPITULO 6 : LAS TEORÍAS DE EMMETT

3.6K 177 5
                                    

Le llevó a Rose mas de dos horas arreglar mi cabello, yo quería un cepillado simple pero ella insistió en plancharlo y luego hacer ondas naturales. A las nueve en punto el timbre sonó. La cita de Rose, el tremendamente atractivo conserje que cada vez estaba más lejos de mí. Bella, Bella, no desees lo que no puedes tener.

—Te alcanzo en la disco a las diez— le dije terminando de ponerme los zapatos. ¿Para qué iba a salir a verlos irse de la manito?

—Nada de eso, si te dejo aquí eres capaz de arrepentirte. Te conozco Bella. Irás con nosotros te guste o no— dijo muy seria. Yo no quería eso, había pensado todo el tiempo en ir en mi propio auto. No iba a ser mal tercio.

— ¡No! Si quieres salgo antes que ustedes pero yo voy en mi auto… sola— le aclaré.

—Bueno, no te niego que quiero a ese bombón sólo para mí... Está bien pero tú sales primero, si no te veo al volante no creeré que estarás en la disco, puedes arrepentirte— me sonrió.

Corrió a abrir la puerta, mi estómago se contrajo. Ver a Edward me causaba una sensación parecida a estar en una montaña rusa, bajando por la pendiente mas elevada.

— ¡Edward, qué bien te ves! Pasa, voy por mi bolso. Ah… Bella también irá a bailar, nos encontraremos en la disco, quedó con otra amiga— Rose corrió a su habitación radiante e alegría. Sentí la mirada de Edward cuando dio unos pasos en la sala.

—Hola…wow… te ves… perfecta— dijo mirándome con insistencia.

—Gracias. No iré con ustedes, así que no molestaré— le dije.

—Tu no molestas, sólo… me perturbas— dijo nervioso. Lo miré extrañada. ¿A qué rayos se refería?

—Ya está, vamos— dijo Rose, tomando mi mano y tirando de mí hacia el ascensor.

Estaba incómoda, nosotros tres allí mentidos, traté de colocarme lo más lejos posible de él.

Llegamos al estacionamiento, busque mi auto, creo que fui descortés al no preguntarles en que viajarían, tal vez él no tenía auto, Rose estaba muy guapa para ir en un taxi.

—Rose, ¿Edward tiene coche?— le susurré al oído.

—No sé. Pero no importa— me sonrió.

Subí a mi auto y me relajé, esta noche no iba a ser de las mejores. Ya me imaginaba, ver a mi amiga conquistando al guapo dueño de mis fantasías nocturnas y quien me había rechazado no era precisamente la mejor forma de divertirse. Decidido, un par de horas en ese antro y regresaba. ¿Para qué ser masoquista?

¡Maldición! El auto no encendía. Condenado vehículo, todo el día funcionó bien. Edward se acercó a ver que me pasaba.

— ¿Tienes algún problema?— preguntó, ciertamente él era mi mayor problema pero no podía decirle eso.

—Esta cosa no arranca. No importa, váyanse ya, llamaré un taxi— dije ofendida.

—No, es peligroso que vayas sola, te puedo llevar— ofreció.

— ¿En tu bicicleta?— pregunté furiosa. Qué rabia me daba que mi autocontrol me fallara con él. Cada que se acercaba mi tonto corazón latía más aprisa.

—No te quejaste cuando te llevé en ella, perecías feliz— dijo molesto.

— ¿De que hablan?— preguntó la rubia acercándose a nosotros.

—El auto de Bella no enciende— dijo él.

—Pedimos un taxi para tres, no hay problema— parecía que a Rosalie ni un meteorito en el estacionamiento le quitaría sonriendo.

El Conserje -Terminado-Where stories live. Discover now