Amores Perdidos [+18]

De PerfectWriting13

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Pierre y Alaska no saben que están ligados para estar juntos. Ellos solo saben que cada día se encuentran en... Mais

Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 🔞
Capítulo 10
Capítulo 11 🔞
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 🔞
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 🔞
Capítulo 26 🔞
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30 🔞
Capítulo 31
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38 🔞
Capítulo 39 🔞
Capítulo 40 🔞
Capítulo 41 🔞
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48 🔞
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59 (Final)
Epílogo
Agradecimientos
Caja de preguntas

Capítulo 32 🔞

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De PerfectWriting13

"Hemos de estar siempre preparados para las sorpresas del tiempo"

Paulo Coelho

***

Ha pasado una semana después de que se dio la cirugía de Ruby, había agradecido mucho la mano del doctor quien había destripado una parte del tumor del hígado, ahora solo faltaba que las quimioterapias y radioterapias funcionaran en ella, así como también las transfusiones de sangre para quitar el hierro.

Ese fue el lado bueno de la semana, aunque el malo es que las situaciones entre la familia Beckham han empeorado paso a paso, sé por conversaciones que Pierre y Skandar mantienen, la señora Dayana ya contrato un abogado de divorcio y que el señor Elton no está dispuesto a dar su firma para terminar con su matrimonio; últimamente las consecuencias de esas discusiones han provocado que los tres hijos de la familia comenzaran a desorientarse un poco en su vida cotidiana, Skandar ha empezado a tener problemas en uno de sus proyectos universitarios en no tener la concentración suficiente para aprenderse los guiones de una obra de teatro; mientras tanto Ruby sigue en recuperación, así que día y noche hablo con ella para mantenerme al tanto de su salud pero por su voz aún me hace saber que no se siente del todo bien y más saber que lo que provoco su recaída fue que también ella descubrió antes del tiempo la infidelidad de su padre; y por último esta Pierre, quien no la ha pasado nada bien desde que tuvo la pelea con su madre, aún ella no lo ha perdonado y eso sin decir que él se siente culpable de todo, desde la recaída de la enfermedad de su hermana hasta la tristeza que su madre ha estado confrontando desde que supo que su hija heredo de su padre la hemocromatosis y que su esposo, quien lleva más de 20 años casada, le ha sido infiel con una chica más joven que ella.

He intentado por mi cuenta arreglar cada pedazo roto de la vida de todos los Beckham pero no me es fácil cuando pienso por cuatro y tengo que mantener concentrada en el trabajo, ni siquiera puedo decir que he podido descansar con mucha tranquilidad desde que supe del tumor maligno de Ruby, a partir de entonces, me he estado contactando con los mejores especialistas y no solo de Reino Unido sino que de otros países que gracias a las conferencias que fui cuando estaba en la universidad, me ayudaron a conocer algunos doctores encargados en varias áreas de la medicina.

He intentado que las cosas vuelvan a la normalidad pero aún no sé cuándo sucederán cuando todo sigue siendo reciente, solo deseo que todo se solucione y las cosas mejoren con el paso del tiempo.

—Puedo preguntarte algo.

Mordí una fresa con chocolate al escuchar como Pierre terminaba de reírse después de haberle contado una de mis experiencias de niña cuando una cabra empezó a comerse mi sombrero de paja y casi lloro porque fue un regalo de cumpleaños de mis padres.

—Tú dirás. —Pase mi mano sobre el cabello de Pierre.

— ¿Cómo sabías que hablo francés?—trague la mitad de la fresa sin masticarla bien. —Que yo recuerde no te he mencionado que sé ese idioma.

Busco las palabras necesarias para explicarle como sé que sabe hablar francés cuando nunca me lo han comentado.

—La verdad, Alaska. —Me da una mirada.

—Sonará loco pero... —Dejé de prestarle atención al cuenco de frutas para verlo a él—El día que fuimos a acampar soñé algo que ni recuerdo mucho pero una parte no la he olvidado y es que escuche una voz hablarme en otro idioma desconocido para mí—busque una pizca de duda en su rostro que me demostrará que fue él pero no la hubo—, lo olvide unas semanas hasta que el día que fui de compras con Vanya ella contesto una llamada y hablo en otro idioma que me sonó igual que del sueño—me lamí los labios—, le pregunte y me dijo que era francés y me dijo que como no sabía cuándo tú lo sabes hablar bien. —Lo miré. —Y fue ahí donde me di cuenta.

Él se me quedo mirando por un largo tiempo como si estuviera analizando cada una de mis palabras para saber o descubrir si estoy diciendo o no la verdad.

— ¿En serio hablas muy bien el francés?—le pregunto con interés.

No es que no crea en las palabras de Vanya pero necesito escucharlo de su boca, que por un momento de nuevo se suelte conmigo y pueda hablarme de su vida y que no solo él se enfoque en mí sino que también mantengamos una conversación abierta y compartida.

Desde hace dos horas nos encontramos en la terraza del penthouse, hemos llevado frutas y chocolate mientras que hablamos de diferentes cosas y vemos el cielo despejado y con unas cuantas estrellas, Pierre hace un largo rato se acostó en mis piernas y por lo visto, para él no ha sido un problema que me la pase solo comiendo, hablando y tocando su cabello sedoso y rizado que cada vez se desenreda entre mis dedos.

—Claro que sí, mon cher amour1. —Sonreí al escuchar su pronosticado acento.

— ¿Cómo lo sabes?—puse una mano en mi cabeza para sostenerme.

Sabía un poco de la historia gracias a Vanya pero puede ser un momento perfecto para saber un poco más de él con solo hablar de un tema que puede extenderse luego si uso las palabras correctas para que él no se cierre y no comente más sobre su vida.

—Soy mitad francés. —Menciona. —Mis abuelos paternos son franceses, entonces un día mi familia y yo, nos mudamos a Francia. —Comenzó a contar. —Viví desde los seis hasta los trece años allá.

— ¿Por qué?—continué.

—Mi padre quería pasar los últimos años de vida con mi abuela. Ella no dejaba su país a no ser solo por el cumpleaños de Ruby o el mío; ya que para aquel entonces Skandar aún no había nacido. —Comprendí la historia.

— ¿Murió?—me arrepentí luego de lo que dije al no ser discreta.

—Sí... Tenía diez cuando murió. —Su rostro cambio.

— ¿Cómo era ella?—una sonrisa escapo de sus labios.

—Una abuela cariñosa y humilde. Era profesora de sociología en una de las universidades de Francia. —Comentó. —Le gustaba contarnos a Ruby, Skandar y a mí muchas historias que estuvieran relacionadas a filósofos, sociólogos, antropólogos e historiadores—enarque la ceja—. Me refería a que ella siempre nos contaba cuentos pero siempre poniendo nombre a estas personas que marcaron una era en sus tiempos de política, economía y sociología. —Dijo Pierre.

— ¿Te gustaba?—Pase una mano en su pecho.

—Antes no comprendía mucho pero si te soy sincero, ella sabía mezclar las historias con cuentos de fantasía... Creo que eso hizo que cuando creciera y llevará alguna de esas materias, siempre con facilidad recordara lo que marcaron en la historia esas personas y se lo agradezco a mi abuela. —Sus ojos brillaban al hablar de ella.

—Así que... Mitad francés—elevé una ceja.

Pude ver cómo empezó a reír hasta que elevo una mano y empezó a tocar los botones de mi blusa de trabajo que aún no me la había llegado a cambiar por una más cómoda.

—Sí. —Afirmó.

—Puedo saber, sí eso también se debe a tu nombre. —Hice un ademán.

—Mi abuela lo eligió. Por uno de sus sociólogos preferidos. —Mencionó mientras desabotonaba mi camisa.

— ¿Pierre Bourdieu?—solté el nombre del sociólogo del cual hice una vez un trabajo de investigación.

—Wow, casa día me sorprendes, mon ange2. —Sonrié satisfecho.

Al abrir mi camisa no tardo en dejar ver mi sostén blanco, esté al ser diferente que los demás, tiene el broche adelante, así que Pierre lo encontró rápido con su mirada que pronto lo presiono con cuidado hasta que mis pechos ya se encontraban al aire libre.

—Pierre... —Lo reprendí.

—Calma, nadie nos ve aquí.

Mis mejillas ardieron con solo ver como con descaro dejo que vea mis pechos hasta que una de sus manos atrapa uno y empieza a darle masajes haciendo que cerrara los ojos y mordiera mi labio inferior para no liberar un gemido.

— ¿Por qué no se quedaron en Francia?—intenté concentrarme en una conversación y no solo en la mano de Pierre sobre mi pecho.

—Mi abuelo estaba enfrentando un duelo por la muerte de mi abuela. Así que mi padre decidió que volviéramos a Reino Unido para comenzar una nueva vida. —Contó.

Suspiré al sentir como pellizco la areola de mi pezón y de cómo éste mismo se llegaba a poner duro después con el toque.

— ¿No has querido volver?—dejé de estar sentada en el sofá para ahora estar encima de él.

—Sí, tengo muchos bonitos recuerdos allá—susurra—. Pero estoy bien por el momento y más con una dulce y ardiente mujer que me ha empezado a enloquecer con solo sentir como roza su vagina en mi pene. —Ríe.

—Quisiera ir un día a Francia. —Menciono.

—Pronto quizás lo conozcas.

Veo como agarra un poco de chocolate de un cuenco para untar mis pezones del líquido café, siento como me excito rápido al sentir como se sienta y su boca termina por lamer, besar y morder mi pezón.

—Eres dulce, mon amour.

Su mano entra en mi falda y toca mis muslos de arriba hacia abajo hasta que sus dedos rozan mi vagina desde encima de la tela hasta que siento como sus dedos la separan para tocar los pliegues de mi intimidad.

— ¡Ah!

Me sostuve de sus hombros mientras comenzaba a masturbarme con uno de sus dedos y a su vez, succionaba mi pezón hasta sentir un placentero dolor que podía dejarme una marca.

—Tengo otros planes.

Quita sus dedos de mi vagina para luego limpiárselos con una servilleta, me abotona la camisa y pronto hace que me levante para ser él, el siguiente y tomar los dos cuencos, el de fruta y el chocolate.

—Espérame en la habitación. —Musita en mi oído.

Camino detrás de él para luego cada quien tomar un camino diferente, él hacia la cocina y yo hacia nuestra habitación en donde no tardo en quitarme la ropa y pronto irme a dar un baño rápido.

Me siento más limpia y fresca cuando termino por darme una ducha, entre mi ropa escojo unas bragas y una camisola azul, apenas me las llego a poner cuando escucho que él entra y me toma de mis caderas para ir subiendo sus manos.

—Crema de coco, un olor exquisito.

El intento de haberme puesto la camisola es en vano cuando la toma, sube y me la quita dejándome solo con mis bragas, pero sin piedad él termina por arrancármelas hasta que estás caen por mis pies y soy conciente de que me he quedado sin una braga en mi ropero.

—J'adorerai ton corps ce soir, mon amour3. —Vuelve a hablar en francés.

—Pierre no hablo en francés—corto su lindo acento para dejarle ver mi realidad.

—Dije que, adorare tu cuerpo esta noche—Pasa sus manos a través de mi cuerpo.

—Oh si Pierre.

Me da la vuelta y me hace que me acueste en la cama mientras que él empieza a besarse con ansias y deseo, pasa su mano sobre mis muslos de arriba hacia abajo; sus labios se separan de los míos y empieza a dejar besos y marcar con mordidas varias partes de mi cuerpo haciéndome gemir fuerte; esa sensación de que me falta la respiración se aproxima cada vez que él va bajando hasta mi feminidad; mantengo mis piernas alejadas una hacia la otra hasta que el las separa y pronto me agarro fuerte de las sábanas cuando su lengua toca mi clítoris.

—Pi... Pierre—mi grito se entrecorta cuando lame cada pared de mi vagina sin detenerse.

Miro hacia el techo y puedo ver todo de forma borrosa, mi corazón se acelera, mis piernas tiemblan y mis manos intentan sostenerse aún de las sábanas.

Se levanta y se quita toda la ropa hasta que se pone encima de mí y yo elevando mis caderas para poder rozar su miembro con mi vagina, al final él se pone juguetón al pasar la punta de su pene rozar mi clítoris. Me quedo aturdida unos segundos hasta que libero un gemido cuando empieza a entrar de forma lenta y suave en mí; moviéndose al mismo ritmo provocándome erizadas de piel mientras me besa y sus manos acarician mi piel.

—Un bel ange qui défait le diable lui-même avec la livraison de son âme et de sa passion4.

Dejo varios arañazos en la espalda de Pierre cada vez que sigue moviéndose más rápido y profundo; me atrevo a levantarme y hacerme a un lado dejándolo a él desorientado por mi actitud, pero a punto de que él diga una palabra, lo empujo y me pongo encima de él, haciendo que tome su miembro en mi mano y pronto lo ponga en mi abertura hasta irme deslizando en él.

—Mon ange.

—Lo siento si no soy buena... —Jadeo mientras los sigo montando.

—No te detengas... ¡Oh cielos! ¡Increíble!—Me agarra de las caderas y me presiona más.

Sigo moviéndome de arriba hacia abajo y a los lados logrando que empiece a encontrar mi orgasmo; mientras me muevo cada vez de una forma rítmica y segura observo uno de sus tatuajes al punto de pasar mi mano sobre él y sentir una cicatriz que me hace extrañar que no la haya visto más de cerca antes. Él está demasiado sumergido en el placer que no se da cuenta de lo que estoy haciendo y tampoco del rostro confuso que tengo al sentir aquella cicatriz recta que abarca todo su tatuaje.

Me aprieta más a su cuerpo y mis pechos quedan muy cerca de su rostro, eso no le prohíbe a tomar uno de ellos y a lamerlo, agarra uno de los cachetes de mi trasero y su otra manos queda fija en mi espalda; me muevo cada vez más rápido hasta que por fin, siento como la liberación llega y con unas penetraciones que Pierre me da, él es el siguiente en correrse.

—Oh sí...

Lo abrazo mientras siento como aún sigue corriéndose dentro de mi cuerpo sin cuidado, por un momento me preocupo sobre el anticonceptivo que estoy usando pero luego recuerdo que en los últimos meses no me ha fallado y no solo eso, que sigo al orden del tiempo, el momento de volver a tener la cita con el ginecólogo para ponérmela.

Apenas nos quedamos un momento en silencio cuando vuelvo a ver el tatuaje en la parte superior de su hombro derecho, sin previo aviso, rozo aquel tatuaje con mi dedo índice cuando vuelvo a sentir la cicatriz pero no solo eso, Pierre toma mi muñeca y aparta mi mano de su hombro para luego hacer que lo miré a los ojos y me aleje un poco de su cuerpo.

— ¡No vuelvas a hacer eso!

— ¿Qué?—reaccioné al ver su molestia e incomodidad.

—No me vuelvas a tocar ahí, Alaska. Que sea la última vez que te lo advierto. —Achicó sus ojos al decir aquellas palabras.

—Demonios Pierre, ¿qué te sucede?—jalé mi muñeca para quitarla de su mano.

Me quite encima de él y busque mi ropa para empezar a ponerla, estaba entre una cuerda floja entre si seguir desconcertada por su cambio de humor o molestarme por la forma en la que me ha hablado como si todo fuese una amenaza.

—Sucede, que no me gusta que toquen mis tatuajes. —Rodé los ojos.

—Ni que mis manos fueran un borrador para eliminar tus tatuajes. —Dije entre dientes.

—Pues aun así, no quiero que los toques—en fin, comprendió mis palabras.

— ¡Entonces no los tocaré!—le dejé claro—No sé cuál es el problema, a ti te gusta tocar el mío pero yo ni siquiera puedo pasar mis dedos sobre los tuyos. —Sus ojos me dieron una fría mirada.

—Tengo mis razones, así que espero que comprendas. —Reí con frialdad.

—Como lo ordene señor Beckham.

Me fui al cuarto de baño para cepillar mis dientes y arreglar mi cabello, ni siquiera soy capaz de manejar mi enojo cuando me las desquito con mi cabello, el cual tiene varios nudos en las puntas haciendo que se me dificulte desenredármelo. Estoy a punto de maldecir en voz alta sobre lo bien que lo estábamos pasando hasta que él termino por arruinar todo; nunca lo comprenderé y eso está por hecho.

Salgo del cuarto de baño y no lo miro a los ojos a pesar que él quiere encontrar y mantener el contacto visual conmigo, agarro las sábanas y pronto me acuesto en la cama sin antes poner una almohada de por medio de los dos.

— ¿Qué haces?—lo escucho hablar.

—Alejarme de ti. —Le doy la espalda después de poner las dos almohadas en medio de la cama.

—Alaska, por favor... —Se ríe.

—Solo cállate y duérmete, Pierre. —Cierro los ojos e intento dormir.

—Ahora no se te puede decir nada—me doy una pequeña vuelta y lo miro.

—No es eso... Simplemente quiero dejarte claro que acepto mi error de tocar tu apreciado tatuaje pero no me culpo de no saber las razones del porque te pones molesto conmigo y añades casi una amenaza. —Se queda callado. —Discúlpame Pierre pero te recuerdo que no se mucho de ti y que te haya tocado ahí no hace que yo lo haga por molestarte o con alguna intención como si llegará a saber las razones. —Me doy la vuelta y esta vez pongo las sábanas encima de todo mi cuerpo.

Escucho un suspiro de su parte con mis palabras; intento dormir pero se me complica al saber que él sigue despierto y también sigue manteniendo las luces encendidas.

—Lo siento, tienes razón. —Su tono de voz cambia.

— ¿En serio?—digo con sarcasmo.

—Algún momento te lo contaré... —Lo interrumpo.

—Pues no quiero saber. —Digo encaprichada por el enojo. —Ya tuve suficiente contigo por ahora, así que si me haces un favor, apaga las luces y duérmete. —Digo cortante.

Sinceramente no sé porque me tengo que molestar en decirle cosas cuando él es el primero en hacerse el sordo y no tomarlas como una crítica constructiva. Enfurecida, alterada y con ganas de pelear sin motivo alguno, termino por quedarme dormida antes de ahorcar a Pierre por sus intrépidas en insensatas palabras.

(...)

Registre unos papeles más sobre los diagnósticos anteriores de Ruby antes de llamar a los doctores que están tratando con ella sobre la eliminación del tumor y el proceso de tratamiento para establecer su hígado dañado.

Estoy sumergida en varias lecturas pasadas y presentes que intento no pensar que la única forma para que ella pueda sobrevivir del cáncer sea teniendo que hacerse un trasplante de órgano. Aún no quiero evacuar esa idea como última alternativa para que ella no siga sufriendo del dolor y tener que proseguir con los tratamiento de radioterapia y quimioterapia, es posible que pueda encontrar una solución pero tengo miedo al saber que el estado del tumor pueda seguir creciendo o que en algún tiempo vuelva a aparecer si se llega a eliminar.

—Oye... —Elevo la mirada y solo unos segundos perdura en Pierre antes de volver a poner mis ojos en mi laptop. —Iré donde mi madre, necesito arreglar el asunto de mi padre con ella, así que reuní a mis hermanos también para comentarles todo. —Su voz me dice que se siente inseguro de lo que hará.

—Trata de no ser irónico y frío. Ruby aún no está en condiciones físicas y emocionales para tener que superar otra noticia. —Le sugiero.

Camina en dirección a mí pero sigo sin ponerle una gota de atención por más que sé que él ha intentado de remendar la discusión que tuvimos la noche anterior; apenas le he dirigido unas cuantas palabras solo por el hecho que quiero evitarme ciertos conflictos y también, para no permitirle que sus propios sentimientos puedan dominarlo.

— ¿Seguirás enfadada?

Lo veo de reojo y elevo mis cejas para darle una demostración que sigo y seguiré enfadada hasta que pueda olvidar el motivo irracional por el que discutimos.

—Se te hace tarde. —Preferí no contestar su pregunta mordiéndome la lengua.

— ¿Quieres acompañarme?—Suspiro.

—Pierre, es un asunto familiar. —Hace una mueca de dolor. —No quiero estar de por medio de tu madre y tus hermanos cuando lo que hablaran es un asunto delicado que por el momento es mejor que solo se encuentren ustedes cuatro.

—Me servirías de apoyo. —Comenta con esperanzas que cambie de opinión.

—No ahora, Pierre. —Intento concentrarme en ver algún otro objeto y no en enfocarme en su mirada triste. —Estoy trabajando en el caso de tu hermana y quiero focalizar mi mente en ello. —Escucho como deja ir un suspiro antes de darse por vencido.

—Nos vemos más noche.

De respuesta, solo hago un sonido con mi garganta afirmando sus palabras, se acerca hacia mí para darme un beso pero giro el rostro para que pueda darse cuenta que no es el momento indicado para hacerlo y que también, no estoy de humor para aprovechar la ocasión.

Unos segundos se queda cerca de mí hasta que se marcha de la biblioteca y me deja sola, agradezco fielmente que mi corazón no haya intervenido en esta situación pero a la vez, me siento culpable cuando mi subconsciente me dice que he sido muy dura y fría con él ahora que está pasando una situación dolorosa entre toda su familia.

Me acaricio la cabeza y vuelvo a ver la pantalla de la laptop antes que siga mirando la puerta y se me ocurra perseguirlo cuando debería ser todo lo contrario; reviso cada diagnóstico y reporte médico con mucho cuidado y es aquí en donde empiezo a detallar un resumen sobre cómo se alargó la hemocromatosis hereditaria de Ruby y a la vez, busco soluciones de tratamientos eficaces para que ella tampoco viva solo de medicamentos y quimioterapias en los próximos años.

(...)

— ¿Me tienes buenas noticias Ted?—le hablo a uno de mis colegas de trabajo.

—Lamento decirte que no, Alaska. —Me agarro la cabeza decepcionada—Son todo lo contrario. —Empiezo a asustarme.

—Ahora que encontraste. —Pregunto temiendo de lo que estoy imaginando.

—Es posible que Ruby tenga que hacerse un trasplante de hígado, la eliminación del tumor no capta una posibilidad que ella pueda volver a su situación normal, además hablamos de un sarcoma que puede expandirse en otras áreas de su cuerpo... —Lo detuve antes que prosiguiera.

—No me digas que ya empezó a expandirse... —Tome aire.

—Lo lamento, Alaska. —Cerré los ojos. —Registre unos documentos que me enviaste y me di cuenta que ahora ya no solo son los tejidos blandos en donde se encuentra el sarcoma, ahora se ha trasladado a los vasos sanguíneos y temo que dentro de dos a tres meses pueda diseminarse en los músculos, tejido fibroso y cartílago. —Me cubrí la boca con la mano.

— ¿Cómo lo descubriste que ya se ha trasladado en los vasos sanguíneos?—pregunte.

—Porque en un reporte con fotografías ha comenzado a tener moretes en algunas partes de su piel. —Enarco la ceja.

—Pero... ¿Eso no es una angiosarcoma de piel? Es algo diferente que una de órganos—digo extrañada.

—Lo sé, pero cabe la posibilidad de lo que te he mencionado. Su tumor en maligno y eso significa que crece más rápido que uno benigno, lo cual el riesgo de vida se asevera más... Tendré que hacer otros estudios, así que organizaré una cita con los rayos X, tomografía computarizada y resonancia magnética. —Me preocupaba la cantidad de exámenes.

— ¿Otra novedad?—comente.

—He contactado a otros cirujanos, oncólogos y médicos de radiación para que la evalúen, es posible que ellos puedan ayudarnos. —Trago hondo.

—Gracias por la ayuda, Ted. Te debo una. —Mencioné.

—No es nada, Alaska. Si tengo más noticias, te las comunicaré pronto. —Suspiré.

—Sí, gracias.

Colgué la llamada para luego pasarme las manos sobre el cabello, las malas noticias aumentan y la verdad, la posibilidad de hacer el trasplante de hígado pueda ser la mejor opción de supervivencia para Ruby, la idea que el sarcoma crezca durante los próximos días, semanas o meses me atemoriza, porque pueda ser que ella no pueda vivir más de tres a cinco años y eso que con suerte, porque aunque las terapias funcionen no garantizan aún el 100% de la eliminación de todo el angiosarcoma.

Me levanto del sofá y entre todos los libros de la biblioteca busco alguno de medicina general, no soy especialista en estos casos como el de Ruby, pero quizás pueda encontrar algo más que pueda encajar con perfección en el tratamiento, encuentro algunos libros y los empiezo a sacar de la estantería hasta que al quitar uno de ellos me encuentro con un agujero delgado, me extraña ver ese hueco ahí que pronto alargo la mano y la dejo entrar para buscar si contiene algo y por supuesto, pronto siento como mis dedos tocan papel y la espera es poco tolerante cuando agarro un rollo y del hueco saco un periódico viejo; dejo los libros a un lado para extenderlo, abro los ojos y agito mi cabeza a los lados al ver lo que se encuentra en la portada con imagen y letras grandes...

—Esto no es posible...

Vuelvo a leer para ver si no me he equivocado, pero entre más mi mente o mi boca repasan las palabras, al fin y al cabo, lo que ven mis ojos es lo correcto que dice el periódico y no solo eso, ver la imagen de Pierre sangrando y siendo llevando en una camilla hacia una ambulancia.

"Presunto homicidio deja a un joven herido con arma blanca en estado de coma en el hospital"

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Continuará...

1Mon cher amour: Mi querido amor.

2Mon ange: Mi ángel.

3J'adorerai ton corps ce soir, mon amour: Adorare tu cuerpo esta noche, mi amor.

4Un bel ange qui défait le diable lui-même avec la livraison de son âme et de sa passion: un hermoso ángel que derrota al mismo demonio con la entrega de su alma y pasión.

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