Lo primero que hago es llevarme la mano al lente y sacarlo del casco, luego lo vuelvo a colocar.
Verde.
-¿Qué pasó?- pregunta Hacha.
-Se encendió, estás en verde- murmuro aun en estupefacción.
Ninguno dice nada por varios segundos.
-¿Entienden lo que significa? Si eres verde estás infectado. O mejor... si eres verde es porque no llevas rastreador- dice Hacha.
-Eso no tiene sentido- dice Ben con la voz tensa.
-Tiene todo el sentido del mundo.
Ben levanta el arma hacia Hacha pero no la apunta directamente, aún -No.
-Vamos Zombi, nos recolectaron, nos entrenaron, nos marcaron y nos enviaron a exterminar a los pocos humanos que quedaban, es simple.
Él me toma por el brazo y me aleja de Hacha. Me pone tras él y empieza a retroceder lentamente.
-Las lentes muestran a los que no llevan dispositivo, no a los infestados.
-No te acerques- le advierte, pero ella sigue avanzando.
-Zombi...- le toco el brazo pero no baja el fusil.
-No la escuches, Liv.
-Nos enviarán en más misiones hasta que acabemos con todos los que no estén marcados, y luego se desharán de nosotros también. Nosotros somos la Quinta Ola.
Ben sube la punta del cañón hasta el pecho de Hacha y lo apoya sobre su corazón. Está a punto de disparar, tengo que hacer algo.
Me doy cuenta de que aún tengo el cuchillo de Hacha en la mano, así que no lo pienso dos veces.
Me lo llevo a la nunca y palpo con un dedo hasta encontrar el pequeño bulto alojado en la base de mi cráneo.
Paso la hoja de forma limpia, el dolor me aturde por un momento, pero lo extraigo.
-Zombi- le digo. Él se voltea y retrocede cuando me ve. Se queda de pie sin creerse lo que ve.
-Liv- es todo lo que dice.
-Oye, soy yo. Créeme, soy humana- no sé muy bien que decir -Hacha también lo es y tiene razón.
Él vuelve a mirar a la chica que está parada a un metro de nosotros.
-Ben- le digo suplicándole con la mirada. Me acerco a él despacio, sé que no va a dispararme. De hecho suelta el arma, se le resbala de los dedos, cae al suelo con un estruendo metálico.
Me mira muy serio y sé que tiene miedo de que en verdad yo sea uno de ellos, pero debo demostrarle que no es así -Soy yo- le digo. Me sigo acercando hasta quedar a pocos centímetros de él.
-Pruébalo.
Mi mente se queda en blanco un momento y mi cuerpo se mueve solo. Así que me acerco más a él y pego mis labios a los suyos.
Es un beso muy simple, aunque desesperado, ansioso, lleno de alivio... y demasiado corto.
Al separarme de él me cuesta un segundo extra recordar donde estoy y lo que acaba de pasar. Me siento demasiado aturdida. Y no sé por qué lo hice.
En realidad sí lo sé: fue porque quería. Y la verdad el momento se presentó solo.
Intento ordenar mis pensamientos ya que por un segundo sentí que estaba de vuelta en la secundaria, siendo la adolescente tonta y cobarde que nunca confesó sus sentimientos hasta que fue muy tarde.
Hacha carraspea disimuladamente, haciéndonos volver a la realidad.
Ben está a mi lado, también algo aturdido. Se aclara la garganta y se pasa una mano por la cara.
-Bueno, si ya comprobaste que es humana... terminemos con esto, ¿Le parece, Sargento?- dice ella, y yo siento como el calor sube por mi cuello hasta mi rostro. No me atrevo a mirarlo pero Ben debe estar igual que yo.
Subimos con cautela al techo y Hacha le dispara al francotirador. Luego, al ver el cuerpo descubrimos que era Reznik, nuestro Sargento instructor en Campo Asilo.
-Nos vigilaba- dice ella. -Quería asegurarse de que cumplíamos con la misión.
Él está en el suelo con un balazo en el pecho. Me acerco, algo plateado le brilla en la mano. Lo he visto antes.
Lo tomo para examinarlo. Es una pequeña pantalla con varios puntos verdes y números.
-Somos nosotros- dice Ben. -Son nuestros números, ahí está el resto del pelotón-. Señala un punto donde varias lucecitas verdes están reunidas. Sin embargo, no revela nuestras posiciones. Los dispositivos de seguimiento, nos lo quitamos.
Entonces para eso sirve.
Recuerdo que Walker tenía uno, lo vi la noche en que As y Jefferson murieron. Cuando intenté advertirles a mis compañeros que se alejaran, aunque ahora sé que no hubiera servido de nada. Walker sacó uno de estos, no una pistola, y en un instante acabó con todos ellos. Me recorre un escalofrío.
-Si no nos los hubiéramos quitado...- no término la frase pero no hace falta. Ellos también lo saben. Reznik nos hubiera descubierto y nos habría asesinado incluso antes de que pudiéramos verlo.
Ben distraídamente se lleva la mano a la nuca donde antes tenía el mini dispositivo. Dejó que se lo extrajera después de...después de que lo besé.
Con el dispositivo en nuestro poder nos alejamos de ahí y volvemos con el resto del pelotón. Ahora el camino está libre, al menos de francotiradores.
-¡Esto es una puta locura!- le grita Picapiedra a Ben cuando les cuenta todo al resto-¡Están locos! ¡Están Dorothy todos ustedes! ¡Les lavaron el cerebro!
-Oye...- empiezo, pero me interrumpe.
-¡Y tú estás igual! ¡Desde que entraste al pelotón y pusieron a Zombi como líder todo se fue al caño! ¡Es su culpa!
-¡Ya basta, Picapiedra!- le dice Hacha, pero ni siquiera a ella la escucha.
-¡Y esa cosa!- señala a la pantalla que tiene Ben en la mano. Tacita está en su regazo muy callada y examina el aparato como si fuese un nuevo rifle que le regalaron por Navidad -¡Es una mierda, nada de lo que dicen es cierto!
Ben, casi perdiendo los estribos lo fulmina con la mirada -¿Ves ese punto verde de ahí?
-Ése eres tú- dice.
-Zombi...
Me ignora -¿Sabes qué pasa cuando aprietas el botón verde?- y veo que se arrepiente casi al instante, pero ya es tarde.
Picapiedra le arranca la pantalla de las manos y aprieta el botón con ira.
Casi al instante se queda inmóvil y cae hacia atrás como un costal de papas.
Muerto.
Hacha toma a Tacita, que está en shock, del regazo de Ben y él se acerca a revisar el pulso del muchacho pero ya no hay nada que hacer.
La niña llora en brazos de Hacha y los demás hacemos silencio sin saber muy bien qué acaba de pasar.
-¿Sargento, que hacemos ahora?- pregunta Dumbo a punto de tener un ataque de pánico.
-Vas a quitarles el dispositivo a Bizcocho y a Tacita.
-¿Y luego? ¿Volveremos? ¡No podemos volver si son de... los Otros!- casi no puede decirlo.
-Claro que no volverán, Dumbo.
Estoy a punto de reafirmar sus palabras pero me detengo. Observo a Ben con detenimiento y entiendo a lo que se refiere.
-Quieres decir que no vamos a volver- le corrige Hacha. -Todos nosotros, Zombi.
Ben se pone de pie casi con pesar y sé lo que va a decir incluso antes de que él lo diga -Hemos dejado a uno atrás.
-¿Frijol? Zombi, no puedes volver por él, sería un suicidio.
-No puedo abandonarlo. Hice una promesa, Hacha.
-Ambos- digo poniéndome de pie y levantando mi fusil -Hay que volver por él, no se quedará solo con ellos en ese lugar.
Hacha posa su mirada en mí y en Ben varias veces, pone los ojos en blanco y resopla -¿Y qué proponen?
-No van a creerme si vuelvo ileso- dice él mirando el fusil que llevo en las manos. Esquiva mis ojos -Y no creerán mi historia tampoco.
-¿Y quién dice que vas a volver tú?- lo desafío. No puedo dejar que vuelva, no puedo permitir que su vida siga estando en peligro.
-Pues yo- me dice. Su voz no es autoritaria, sólo firme. Lo dice como si ya fuera un hecho.
-No, no te dejaré- niego con la cabeza. -Iré yo
-Eso no es discutible, Ice. Sé cuánto odias ese lugar y no permitiré que vuelvas.
-Zombi.
-Ice.
Nos miramos a los ojos durante un minuto completo y lo comprendo, jamás me dejará volver. Ha cambiado mucho pero sigue conservando esa determinación de hierro que tanto caracterizaba al antiguo Ben Parish.
Y lo odio.
Suspiro y bajo la mirada.
Esto no puede estar pasando.
-¿Dónde quieres la bala?- le pregunto, escucho mi voz lejana, como si no me perteneciera.
-No lo sé.
Miramos a Dumbo, que responde con miedo -Dispárale en el costado, de cerca. Y en este ángulo porque, si no, le perforarás los intestinos- nos señala.
Hacha levanta la cabeza y pregunta -¿Qué hacemos si le perfora los intestinos?
-Enterrarme, porque estaré muerto- veo que Ben intenta hacer que ella sonría. Ahora sí tengo ganas de dispararle.
-¿Cuánto tiempo te esperamos?- pregunta Hacha.
-Un día, máximo.
-¿Un día?- lo cuestiono. Está loco, es imposible.
-Ok, dos días. Si no volvemos en cuarenta y ocho horas, no volvemos.
-Si no vuelven en cuarenta y ocho horas, iré por ustedes.
-No harías tal estupidez, Ice.
No le respondo ni tampoco lo miro, el comprende que hablo en serio.
-¿Podrían... darnos algo de espacio?- le pide a Hacha y Dumbo. El niño se sonroja y se va rápido, en cambio Hacha se encoge de hombros y se aleja sin decir una palabra.
-Escucha Liv...- busca las palabras -Sobre lo que pasó...
-No importa, Zombi.
-Ben, Liv. Me llamo Ben, dime Ben.
-Tú me llamaste Ice todo el día.
-¡Es igual!- dice levantando la voz, está nervioso, muy nervioso. Los demás se voltean a vernos pero pierden el interés ante la mirada amenazante de Ben.
Sé que lo estoy enfadando pero no puedo evitarlo, necesito sentir algo para distraerme e ignorar el miedo a la posibilidad de nunca más volver a verlo.
-El tema es que... debemos hablar de lo que pasó.
-¿De qué?
-Sabes de qué, Liv ¿Por qué..?.- traga saliva -¿Por qué me besaste?
Suspiro -No lo sé, fue solo un beso y ya- miento. -Tenía que hacerte reaccionar, probarte que era yo y fue lo único que se me ocurrió. No es importante.
Claro que no voy a decirle que lo hice porque quería, que durante años imaginé cómo sería ese momento, aunque por supuesto nunca se habría ocurrido que sería en ésta situación particular.
No, no voy a decírselo.
-¿Qué no es importante? ¿Qué...?- se enfada, pero decide no seguirme el juego -Está bien, solo digo que podrías haberme avisado antes.
-Podrías haberme disparado.
-Jamás te dispararía.
-No podía estar segura, creías que era uno de ellos.
-Aun así, Liv. Jamás te haría daño, te lo prometí, ¿no? Que iba a protegerte.
-Jamás es mucho tiempo.
Suspira mientras se pasa una mano por el rostro, agotado -Ya no puedo con esto, no sé qué más hacer.
-Entonces no hagas nada.
-Eres insoportable- dice y me sonríe.
Es esa sonrisa que lograba derretirme por dentro y que aún ahora lo hace. No puedo evitarlo y sonrío también, eso parece animarlo.
-¡Quince minutos, Zombi!- nos grita Hacha desde donde está reunido el pelotón. Está sentada en el suelo sosteniendo su fusil, no nos ha quitado los ojos de encima desde que Ben le pidió que se retirara, y aunque ha disimulado de maravilla, una chica sabe notar esas cosas.
-Está bien- le contesta él, y vuelve su mirada hacia mi nuevamente -¿No hay otro beso?- pregunta con esa sonrisa pícara de galán que usaba en el instituto, yo levanto una ceja.
-¡Zombi!
-De despedida, claro.
-Ve- le empujo el hombro con suavidad. Su sonrisa se ensancha aún más y juro que ilumina todo el lugar.
Se da la vuelta para marcharse, Hacha lo espera para idear un plan -Tú y yo aún tenemos una charla pendiente.
Los árboles del parque son altos y frondosos, en su mayoría pinos, que nos ofrecen protección.
Ben, Hacha y yo nos encontramos a unos cuantos metros del resto, repasando el plan. Faltan solo cinco minutos para que vengan a recogerlo.
-Zombi, tu plan apesta. Vosch no va a creerlo- le dice Hacha. Está muy seria, al igual que yo.
-No necesito que lo crea, solo que lo piense por un par horas.
-Te descubrirán.
-¡Tres minutos, Sargento!- grita Dumbo.
Ben se voltea hacia mí -Tu turno- me dice.
Asiento -Respira profundo, ¿sí?- pongo mi fusil en su costado izquierdo pero Hacha me interrumpe.
-Espera, ¿Por qué tienes que estar herido?
-Tienen que medicarlo, así ganará más tiempo- le respondo yo. Lo hablé con él de antemano, necesita tiempo para encontrar a Frijol, no sabemos dónde lo habrán llevado cuando nos separamos de él.
Ben me vuelve a mirar y me hace señas para que prosiga.
No puedo creer que a la primera persona que le voy a disparar de verdad, con el fusil al menos, sea Ben. Me arrepentiré de esto, pero es necesario.
-Piensa en esos malditos Otros- le digo, y sin más rodeos tiro del gatillo.
El impacto lo tira al suelo, pero no grita, solo se queja.
-¡Zombi!- suelto el fusil y me coloco a su lado. Sus dedos se tiñen de rojo cuando se agarra la herida.
Al principio creo que se está ahogando pero me sorprende ver que está riendo -Parece que ahora sí me tienes rendido a tus pies.
-No seas idiota, no es momento para bromas ¿estás bien?
-De maravilla.
Lo ayudo a ponerse de pie y creo que puede sostenerse solo. Dumbo se acerca y todo parece estar en orden; la bala entró y salió limpiamente sin comprometer nada importante.
-¡Estamos listos!- grito.
Ben camina hacia el centro del parque mientras nosotros nos quedamos a los alrededores, escondidos entre los árboles.
No pasa mucho cuando el aire parece cambiar y cargarse de estática.
Ya vienen.
Veo como Ben corre al helicóptero mientras nosotros disparamos los fusiles contra la superficie blindada.
Él sube y el vehículo tarda un momento en elevarse. Esa es nuestra señal.
Corremos de vuelta hacia los edificios en el momento en que una balacera reduce a astillas los árboles donde habíamos estado hacía solo unos segundos.
Nos detenemos al llegar al edificio en el que Reznik había estado disparándonos hace apenas unas horas. Nos ponemos a cubierto y no pasa mucho tiempo hasta que vemos al helicóptero salir disparado hacia arriba hasta perderse en la noche.
Por favor, cuídate mucho Ben Parish.
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Hola, feliz domingo! Espero que disfruten el capítulo, un poquito más largo ésta vez, para compensar el retraso 😅😅