Me paso toda la mañana esforzándome el doble.
Una: por el dolor.
Dos: para evitar a Zombi.
Se pasa todo el entrenamiento persiguiéndome, buscando excusas para hablar conmigo o sentarse a mi lado en los descansos.
Me duele verlo. Sus ojos no dejan de buscar los míos, pero no soy capaz de corresponderle. Estoy furiosa, y a la vez muy decepcionada. Varias veces intenta darme alguna orden directa, pero me las arreglo para evitar que se me acerque mucho.
Y lo que más me molesta de todo: justo hoy, es día de combate cuerpo a cuerpo.
Hago pareja con Dumbo, que parece algo nervioso. Nunca hemos sido compañeros antes, y este tipo de cosas se me dan bastante bien. Al menos cuando no estoy llena de heridas y hematomas en todo el cuerpo.
Ben hace pareja con Hacha. Reprimo una sonrisa, después de todo Frijol estaba en lo cierto. Así que los ignoro, que hagan lo que quieran mientras me dejen en paz.
Por el dolor, el tiempo se pasa lento entre combate y combate. Pero todo mejoró un poco cuando finalmente entré en calor y los músculos dejaron de doler tanto, El único problema fue el sudor, que me hacía arder las heridas. Aun así me las arreglé para aguantar casi toda la hora y media sin pensar mucho en eso.
Finalmente llegó el momento del último combate de la mañana, pero me encuentro a Ben. Veo que todos los demás ya tienen pareja, así que no me queda otra que quedarme con él. Estoy segura de que lo hizo a propósito.
-Liv, yo...- empieza, pero lo golpeo en el hombro para que entienda que esto es una pelea y que me lo tomo en serio – Está bien- dice. Nos ponemos en posición de combate y empezamos.
Yo doy los primeros golpes, mi puño derecho y mi rodilla izquierda, pero toma mi brazo y me bloquea. Casi suelto un quejido por el dolor, pero me contengo. Ben sonríe, cree que me ha ganado, pero antes de que pueda hacer algún comentario paso mi otro brazo alrededor de su cuello y me doy un impulso levantando mi otra pierna para darle en el estómago con la rodilla que tengo libre.
El golpe lo deja sin aire y me suelta, intenta recuperar el aire.
Ben siempre me supera, porque es mejor y tiene más fuerza. Pero por otro lado, mide una cabeza más que yo y su cuerpo es más pesado que el mío.
Y ésta vez es diferente. Ésta vez estoy llena de ira y adrenalina.
Después de unos minutos de golpes inofensivos y bloqueos, me hace una llave y pega su pecho a mi espalda.
Me enoja que ya conozca todos mis movimientos, pero yo también conozco los de él. Es una espada de doble filo, se trata de quién la use mejor.
-Hagamos un trato, Liv- dice en mi oído lo suficientemente alto para que solo yo pueda escuchar -Si yo gano, me dejarás hablar y tendrás que escucharme sin quejarte.
Mientras está distraído esperando mi respuesta me deshago de su gancho y me separo de él.
-Y si yo gano- le digo, apretando los diente, me duelen las costillas, tal vez sí me rompieron una la noche anterior -me dejarás en paz.
El asiente. Lo empujo para apartarlo de mí, ya que está bastante cerca.
-¡Esto es un combate, soldados!- nos dice Reznik desde el otro lado del salón. Nos ve con una sonrisa, y estoy a punto de ir y escupirle en la cara.
-Vamos, Liv. Todo o nada- me sonríe Ben.
-Si yo gano- le digo -no solo me dejarás en paz- continuamos la pelea, pero sé que me está escuchando. -También solicitarás mi transferencia a otro pelotón.
Se queda quieto un segundo, sorprendido, pero asiente y continúa -Trato hecho.
Está seguro de que me va a ganar como siempre y yo tendré que tragarme mis propias palabras. Pero se equivoca.
Barre mis pies con una patada y caigo al suelo. Se me escapa el aire de los pulmones y un dolor agudo me atraviesa el estómago. Me duele todo. Ben se posiciona sobre mí y me mira con esa sonrisa de la que tanto presumía en el colegio.
-Gané- me dice.
Niego con la cabeza -Aún te falta el disparo final.
Lleva la mano a su cinturón, buscando su arma.
Pero no está ahí.
Aprovechando su desconcierto, lo empujo y rodamos hasta que yo quedo encima de él. Le aplasto los brazos con mis rodillas, saco mi pistola y la de él, que robé durante el combate, y coloco una en su estómago y la otra en su cabeza.
-Yo gano. Estás muerto- le digo.
Presiono el gatillo, pero la pistola está descargada. Ben arruga las cejas en una mueca de confusión, de decepción. Acaba de perder.
Me pongo de pie y le lanzo la pistola, él la atrapa en el aire sin dejar de verme.
Le doy la espalda, y me alejo. -Eso fue muy impresionante- me dice Hacha cuando paso por su lado. No está siendo irónica ni nada, habla en serio.
-Gracias.
-Veo que funcionó la motivación de anoche- me volteo y veo a Reznik a unos cuantos pasos de mí. Sigue sonriendo -. Espero que haya podido descansar, Soldado Ice, cancelé la carrera de ésta mañana sólo por usted.
-Ya veo- digo. No se enoja, es como si nada pudiera perturbarlo, ha estado toda la mañana con nosotros y nos ha gritado muy pocas veces.
-Disfrútelos, son todos los que tendrá- extiende su mano, pero no le hago caso. Eso lo irrita, aun así no me grita, solo deposita lo que sostenía en uno de los bolsillos de mi mono de entrenamiento, luego se retira.
Cuando se va, meto la mano al bolsillo y veo que es un pequeño frasco de aspirinas.
Maldito Reznik.
Durante una semana, Ben mantiene su promesa.
Me da espacio, no intenta hablar conmigo más que para darme órdenes igual que con todos los demás.
Por otro lado, Hacha deja de ser tan insufrible conmigo. Ahora que estoy distanciada de Ben al igual que ella, parece que le caigo mejor. Ya no me ve con privilegios por ser la "amiga de Zombi", estamos iguales y me respeta. Ahora todo tiene que ver con quién es mejor, no con los sentimientos.
En el resto del pelotón notan la distancia entre Ben y yo, pero hacen como si no. Intentan disimular en los silencios incómodos, o cuando Ben me da una orden buscando mi mirada y no lo consigue. En lo que respecta al cambio de pelotón, no hay noticias. Ben me ha dicho que la solicitud está hecha, pero no le creo. En realidad ni siquiera sé si es posible, Vosch me puso aquí, no va cambiarme porque se lo pida, pero fue algo que dije en la furia del momento.
Además él sigue pasándose por los entrenamientos para vigilarnos y ver qué tanto vamos mejorando.
-¿Soldado Ice, como va con la puntería?- me pregunta cuándo estamos en medio de una sesión de tiro.
-Excelente, señor.
-¿Y qué tal sanaron los golpes?
Aprieto la empuñadura del revólver, aun en mis manos -Mejor.
Lo que es cierto, las heridas ya sanaron, solo quedan las cicatrices y algún que otro hematoma que se volvió amarillo, pero ya no duele tanto.
-Bien, debes vengar a la humanidad, no lo olvides.
-Señor, no, señor. Nunca lo olvido- le digo apretando los dientes.
-Es bueno saberlo- dicho eso, se aleja. Aún con la sangre hirviendo, vuelvo a apuntar mi arma y agujereo la diana que está frente a mí.
-¿Oye, estás bien?-Ben se acerca.
-Sí, Zombi.
-¿Te dijo algo? Sé que él puede ser algo...
-¿Qué más me puede hacer?- le contesto con ira. No puedo evitarlo. Saco otro cargador de mi bolsillo y lo coloco en la pistola.
-Escucha, sé que yo...
-¡No quiero hablar contigo!- llamo la atención de algunos otros soldados que están cerca, pero les hecho una mirada desafiante y apartan la mirada. De todas formas bajo la voz -No todavía.
Él suspira y luego habla -¿Y qué quieres hacer?
-Alejarme de ti. Eso quiero.
Veo que empieza a molestarse -¿Vas a abandonar a Frijol entonces?
Está intentando atacarme para que me quede. Quiere que me sienta culpable. Está usando todas las cartas que tiene, el as bajo la manga. Pero no me va a manipular.
No me provoques, Ben. Ambos podemos jugar sucio.
-No. No lo estoy abandonando. Sé que lo cuidarás bien.
-Liv...
-¿Podrías dejar de llamarme así?
-¡Está bien, veo que no vas a cambiar de idea!- mira hacia el otro lado del campo, levantando las manos con irritación -Hasta ahora no había solicitado tu transferencia esperando a que te calmaras, pero haré lo que quieras. Esta misma noche le pediré a Reznik que te reasigne a otro pelotón. Imagino que estarás contenta. Es lo que querías desde el principio.
-Al final todos tendremos lo que queremos- digo yo.
-Si tú lo dices- se aleja hacia el otro lado del campo a paso rápido, molesto.
Mientras lo observo caminar suelto el aire que no sabía que había estado conteniendo.