Amor bajo llave.

By marla98

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Dos vidas que se cruzaron de la manera equivocada , una relación prohibida desde muchas perspectivas, una pas... More

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By marla98

Mío de nuevo.

Varias semanas habían pasado desde el regreso de Marcelo y con el la vida se había llenado de alegría en Villa Nascosta , Alba era una niña mucho más consentida que antes, todos los días a primera hora del día salía con su padre a recorrer las playas y construir castillos de arena, mientras ellos se desaparecían por largas horas Sole se dedicaba a trabajar arduamente en administrar el lugar, por las tardes Marcelo recibía fisioterapias, a pesar de la gran movilidad con la que ya contaba Sole había notado como sus piernas y brazos se adormecían constantemente y mientras el recibía terapias ella se dedicaba a jugar con su cangrejito, quien la había abandonado mucho desde la llegada de su padre, eso le daba celos a Sole aunque se esfumaban al verlos juntos, era mágico y hermoso como se conectaban, tan iguales y ella los amaba más si era posible.

Aquella tarde el sol ya comenzaba a marcharse, Sole recorría la playa con Alba dormida en sus brazos su pequeña había caído rendida luego de jugar con Marcelo y después con ella, como una madre orgullosa admiraba la belleza de su bebé y en momentos como esos no podía evitar preguntarse si su madre la habría amado tanto como ella amaba a su hija o si su padre alguna vez en su remoto pasado se habría sentido tan orgulloso de ser su padre, porque Marcelo era un padre excepcional, en su mirada había orgullo y completa felicidad cada vez que veía a esa pequeña pecosa , con una tristeza profunda abrazó y acerco más a su hija.

- Haré mi mayor esfuerzo porque seas una niña muy feliz Alba, te lo prometo.-

Marcelo había terminado con su terapia desde hace un buen tiempo y se había dedicado a revisar papeles , además de participar en las nuevas actividades que tenían en el hotel, desde hace días había notado que muchos jóvenes llegaban a Villa Nascosta para perderse del mundo y practicar algo de surf, eso le agradó, aunque había tenido sus dudas sobre el manejo de Sole, ella lo estaba sorprendiendo, le estaba demostrando ser muy capaz, como gerente, como madre y como compañera de vida.

Ahora admiraba absorto a la mujer de su vida, llevaba un buen rato caminando de un lado a otro con la hija de ambos, el había decidido no interrumpirla, sabía que para ella los momentos a solas con su hija eran muy preciados y reconfortantes, Sole necesitaba de Alba como si fuera el aire que respiraba y la niña sentía lo mismo por su madre, a pesar de haberse perdido tanto de ellas estaba convencido de que el amor que los unía a los tres lo había hecho en todo ese tiempo.

El habría mantenido su postura de no interrumpirlas, pero el ver a Sole limpiarse lagrimas lo puso alerta y con cautela caminó hasta donde ella se encontraba.

- Sole, ¿ todo bien?- ella giró sonriendo como siempre y eso estaba comenzando a cansarlo, ella solía ocultarle lo que realmente sentía para no preocuparlo.

- Si, todo esta bien. Estaba a punto de ir a acostar a la niña pero me distraje un poco...-

- Deja que te ayude Alba es algo pesada para ti.- Sole le entregó a la niña divertida.

- No soy tan débil Marcelo.- el le sonrió divertido.

- No quise que sonara así.-

Ambos entraron a su casa y dejaron a la pequeña en la cama, como solía ocurrirles muy seguido se quedaron admirando completamente enamorados a su bebé.

- Ella es tan hermosa...-dijo Marcelo orgulloso.

- Lo es.- coincidió ella sin ver a la niña, estaba muy concentrada en el.

El notó como lo miraba y se acercó a ella como un animal a su presa, Sole fue mas rápida enredó sus manos en su cuello y lo pegó a ella, con ansias se besaron y se acariciaron el calor en el que ardían como si fueran un fuego inagotable no tardó en aparecer, llevaban días tratando de estar juntos y no habían podido, apenas se separaban de Alba y ella despertaba, pero aquella noche iba a ser diferente, Marcelo ya lo había planeado.

Horas mas tarde luego de interrumpir su sesión de besos a causa de la niña y su ya no sorprendente manera de interrumpir a sus padres, ambos limpiaban la cocina, el se encontraba relajado, cada vez su cuerpo se sentía mejor, además tenía a su mujer y a su hija, la vida era buena.

Sole por su parte estaba exhausta su cuerpo le pedía vacaciones, además de las caricias de su pareja, una sonrisa divertida cruzó su rostro recordando la primer noche de Marcelo ahí, habían escapado a su oficina para hacer el amor y 10 minutos después Alba tocaba la puerta llorando pues había tenido una pesadilla en la que príncipe no había despertado, el resto de la noche ambos habían llenado de mimos y amor a su pequeña, pues en el fondo habían tenido la misma pesadilla.

-¿Que ocurre?- preguntó el curioso.

- Estaba pensando, al paso que vamos difícilmente lograremos estar juntos de nuevo.- Marcelo la abrazó desde atrás y ella se recargó en el sintiéndose en paz momentáneamente.

- Te tengo una sorpresa...- habló el muy bajito en su oído provocándole escalofríos.

- ¿Qué es?- quiso saber ella curiosa.

- Si te lo digo ya no sería sorpresa.- Sole rio divertida por eso y se cruzó de brazos tal y como lo hacía Alba.

- Anda dime, por favor príncipe...- Marcelo la lleno de besos en el cuello haciendo que riera mas fuerte.

- Ve y ponte algo cómodo, tu y yo tendremos una cita.- los ojos de Sole se iluminaron y el supo que había dado en el blanco, su mujer pedía a gritos descansar y divertirse.

-¿ De verdad?- preguntó ella emocionada, el le acarició la mejilla con ternura, era la mujer mas hermosa que había visto.

- De verdad.-

Sole se separó rápidamente de el y corrió hacia las escaleras, luego recordando algo muy importante regresó hasta el con la misma velocidad de antes.

- Te amo príncipe.- Marcelo no tuvo tiempo de responder, ella ya había salido corriendo nuevamente.

Sole bajó minutos después con un entallado vestido rojo que resaltaba mas su curvilínea figura, eso le robó el aliento a su novio que no podía dejar de observarla.

- Cierra la boca Marcelo o nos vas a inundar en saliva...- dijo Marissa divertida desde un sofá cercano.

- Marissa no te burles de el, Sole se ve muy linda esta noche.- Sonia admiraba con cariño a la pareja que se veía como unos recién casados.

- Gracias por cuidar a la niña por mi Sonia, cualquier cosa ambos llevamos nuestros teléfonos, llama si ocupas algo , de verdad lo que sea...- Sonia le puso un dedo en los labios a la ansiosa madre.

- Cariño la niña estará bien, ve y diviértete.- Sole asintió y tomo la mano de Marcelo.

Algunos minutos habían pasado desde que habían dejado atrás al hotel y al estar en medio de la nada Sole no podía adivinar a donde irían, eso le causo risa a Marcelo que la veía seria tratando de descifrar el lugar de su cita.

- No te diré a donde iremos.-

- Bien, puedo adivinarlo.- aseguró ella.

- Quiero verte intentarlo.-

-¿ Y si adivino cual será mi premio?- Marcelo apretó fuertemente el volante del auto, Sole lo veía muy seria esperando su respuesta y el divertido contestó.

- Un beso.- Sole sonrió con determinación y no dijo nada en unos minutos.

Poco a poco la ciudad se abrió paso entre ellos, los negocios y algunos sitios de interés llamaron la atención de Sole y sonrió enternecida.

- Se a donde vamos, al lugar en el que nos conocimos...-

- Nos conocimos en un hospital.- le recordó el divertido y ella no tardó en reír.

-Bien, vamos al hotel al que me llevaste mientras estaba muy muy ebria.- el asintió y ambos rompieron a reír.

El lugar apareció ante ambos y luego de una muy emotiva charla del dueño del lugar con Marcelo, el hombre se había alegrado mucho de volver a ver a su amigo con bien, Sole sospecho que eso ocurriría muy seguido con el resto de conocidos de su novio, le esperaba una muy interesante temporada.

Ya en su habitación una gran cena los esperaba, una cama cubierta de pétalos blancos y una botella de vino, Sole se llevo las manos a la boca muda de la impresión, realmente no esperaba eso.

- Sorpresa...- dijo el abrazándola.

- Pero, ¿ que es todo esto?- dijo ella conmovida.

- Necesitaba demostrarte de alguna manera lo mucho que te amo y lo agradecido que estoy contigo por haberme hecho padre de una maravillosa niña y por haber esperado mi regreso luego de tantos años.-

Ella no pudo aguantar el llanto y el la abrazó rápidamente, Sole no podía hablar eran tantos sentimientos que por fin estaban saliendo, y el tenerlo ahí junto a ella era increíble aún no podía acostumbrarse a eso, era como un sueño.

- No tienes nada que agradecerme, tu habrías hecho lo mismo por mi...- dijo ella cuando se sintió capaz de hablar nuevamente.

- Si hay algo que pueda hacer para recompensarte dímelo , haría lo que fuera por ti...- dijo el acariciando sus mejillas con dulzura.

- Hazme tu esposa cuanto antes, es lo único que necesito para sentir que es real y no un sueño...- Marcelo se quedó mudo unos segundos y su mente ya había comenzado a trabajar en ello.

- Podemos casarnos en ese salón que construiste, ¿ te gustaría?- ella asintió varias veces emocionada.

- Me encantaría pero ahora solo quiero una cosa más, se mío de nuevo...-

La boca de Sole buscó con urgencia a la de Marcelo, sus manos ansiosas se encargaron de desnudarlo, la imagen era gloriosa y sensual, su novio no pudo evitar arrancarle el vestido que quedó inservible en el suelo, desnudos se acariciaron con ímpetu reconociéndose, amándose como si fuera la primera vez, el se volvió loco al sentir de nuevo cada curva del cuerpo de ella, Sole ardía con cada caricia de Marcelo y con su boca que recorría con hambre su cuello y sus pechos.

La sensación de ser uno de nuevo fue real y potente, ambos buscaban el placer del otro al ritmo del mar y con cada jadeo, cada suspiro, las piernas de Sole se aferraban mas alrededor de su cintura, Marcelo borracho de pasión la elevaba y aferraba mas a el marcando un ritmo candente y torturador, sin despegarse ni un poco ambos lograron liberar esas frustración que había sido eterna para ellos.

- Te extrañe mucho.- dijo ella refugiada entre sus brazos y con sus piernas entrelazadas.

- Para mí fue como haber estado por primera vez contigo...-

-Después de 5 años, podemos decir que fue otra primera vez...- Marcelo soltó una carcajada y la llenó de besos haciéndola reír.

- Te amo Sole y muero de ganas por tener otro bebé contigo...- ella se incorporó sorprendida y sonriente.

-¿Otro bebé?- el asintió serio.

- Me perdí tanto de Alba, quiero experimentar ser padre desde el principio, quiero acompañarte en cada paso... ¿estás de acuerdo?- preguntó el cauteloso ya que ella seguía muy sorprendida.

- Claro que quiero, podemos empezar a trabajar en ese bebé desde ya.- Marcelo volvió a reír y los labios de ella lo callaron, demostrándole que hablaba muy enserio sobre trabajar en ese bebé.

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