Skye no sabe si sentirse asustada, trise, angustiada o aliviada. Es demasiado para ella, o para todos en general. Han pasado menos de 24 horas y todo lo sucedido es mucho para soportar. Le duele la cabeza, solo quiere descansar. Se supone que iba a ser un día normal (o lo más normal que pueda ser si eres Skye), pero reencontrarse con sus antiguos amigos, ser parte de un tiroteo o saber que tus dueños están muertos y probablemente vengan a investigar a tu casa no es algo de un día cotidiano.
La cockapoo inhala profundo y exhala, tratando de relajarse. Y solo tratando porque es imposible que lo haga. Está hiperventilando, sus respiraciones mucho más rápidas de lo normal. Ahora le duele más la cabeza, y se siente mareada. Oye voces a su alrededor, pero no reconoce de quienes son o que dicen. Tampoco es que le importe, su mente solo piensa en lo último que pasó.
Sus dueños están muertos. Heridos por balas en el tiroteo y fallecieron desangrados en el camino al hospital. Sin embargo, las noticias no lo hicieron parecer como algo trágico, ellos eran parte de la asociación criminal. En específico, los co-líderes y las personas más cercanas a la verdadera mente criminal. Realmente no se lo veía venir, nunca en todo su corto tiempo de vida.
Skye respira aún más rápido. Van a venir a investigar, la policía va a venir a investigar cada detalle y espacio de la mansión. Esto es malo, muy, muy malo. Si sus dueños eran criminales significa que pensarán que ella es una también. Y teniendo a los demás en su casa tampoco ayudaría. Ni siquiera deberían estar aquí, no tienen permiso y no fueron registrados en ningún lado. Nada bueno puede salir de esto.
¿Y si es Chase quien viene a investigar? No, no es posible. Chase está herido, es la lo más probable. Aunque Skye no sabe nada, ella no estuvo ahí, y por suerte Marshall salió justo a tiempo. ¿Y Si fueron ellos la causa del tiroteo? ¿Y si fueron sus dueños quienes mataron a todas esas personas?
Su nombre es lo último que escucha antes de que su vista se vuelva negra.
_
«Ok, ok. Estos hombres si que saben demasiado», piensa Chase mientras se encuentra sentado dentro de una camioneta negra. Aún tiene la venda en su torso, pero la herida ya ha cicatrizado un poco y no duele tanto. El único problema es el ajuste que le pusieron, demasiada fuerza le han puesto al agarre.
Adelante y costado suyo se encuentran lo que son ahora sus compañeros de trabajo. Black Cube, la nueva agencia que lo contrató, tiene trabajadores muy experimentados y profesionales. Con razón que descubrieron que trabajaba antes en los Paw Patrol, no se lo había contado a nadie, ni siquiera a su antiguo jefe. No sabe si es algo bueno o malo que sepan esa información.
O tal vez ni sea importante, ¿De qué les serviría saber que Chase trabajó antes para los Paw Patrol? No sirve, seguramente lo dijeron para demostrar algo, o solo porque quisieron. No tiene ninguna relación ni relevancia. De todos modos, no es como si pudiera volver con ellos.
Chase voltea su cabeza hacia la ventana, fijándose en el camino y las calles. No hay nadie afuera, vacío completamente; como si fuera una ciudad fantasma. Aunque no es ninguna sorpresa, está prohibido que la gente salga. Todos deben estar dentro de sus casas. De echo, ni siquiera ellos tienen que salir, pero tienen un permiso para hacer una investigación así que los dejaron salir.
Y hablando de la investigación, se encuentran camino ahí. ¿El lugar? Una mansión cerca al límite de la ciudad. La casa de los co-líderes de la agencia criminal que va más de un año investigando. O más bien espiando, pero es momento de atacar a la fuerza. Si el sigilo no funcionó, tendrán que ir con todo a por ellos. Aunque no con todo, si ya están muertos.
—Ya estamos cerca —interrumpe una voz en los pensamientos de Chase. El pastor alemán voltea su cabeza hacia el dueño de la voz, el mismo hombre que fue a visitarlo en el hospital. Aún no le tiene confianza. Puede que no le agradara a su antiguo jefe, pero está seguro que no pudieron regalarlo de la nada y sin ningún aviso. Pero que va a hacer, está atrapado con ellos gracias a un contrato que él nunca accedió.
Y un contrato que nunca vio. Nunca le mostraron lo que había escrito en él. Chase solo lo vio una vez y ya está nada más. ¿Y si es falso? Eso explicaría por qué su antiguo jefe nunca le dijo nada. Probablemente se lo hayan robado o estafado. O probablemente Chase solo está pensando sin sentido y perdiendo su tiempo.
—Alisten sus cosas, señores —vuelve a hablar el líder, otra vez sacando a Chase de sus pensamientos. —y canes —termina el hombre. Mirando a Chase con una sonrisa que no le provoca comodidad.
Sin embargo, el pastor alemán lo deja pasar. Seguro su mente está jugando con él. Sí, seguro es eso. Debieron de dañarle algo más aparte de su espalda. O tal vez sí debería dormir un poco. Pero ahora no, es momento de la acción. Está más cerca que nunca de encontrar las respuestas.
El vehículo se detiene. Ya llegaron. Uno de sus compañeros abre la puerta, mostrando la mansión en la que van a investigar. Extrañamente, no hay ningún perro guardián. Pero se escuchan gritos dentro, cuatro voces distintas que Chase logra identificar. Le parecen conocidas, demasiado para su gusto.
Bajan del carro uno por uno, Chase es el último. Mientras caminan, las voces se escuchan más fuertes y Chase las reconoce aún más, pero todavía no sabe de quienes son. Incluso escucha lo que dicen. "Vamos a morir", "Todo es tu culpa", "Ya nos jodimos" son algunas frases que escucha y son las que gritan más fuerte. Definitivamente saben que están viniendo, y no parecen muy tranquilos por ello.
Ahora están enfrente de la puerta. Chase ve como su líder toca un vez la puerta y las voces se callan. Silencio total, como si estuvieran paralizados. Y quien sabe, tal vez si lo estén. Pero del miedo.
Abren la puerta y encuentran a cuatro cachorros dentro. Un dálmata, una cockapoo, un raza mixta y un bulldog.
Ahora es Chase el paralizado.
_
Skye despierta lentamente. Abre los ojos pero ve todo borroso. ¿Qué ha pasado? Los vuelve a abrir y reconoce a Rocky frente suyo.
«Ah, sí. Ya me acuerdo», piensa mientras se levanta. Se sacude y estira, al parece no fue grave lo que le pasó. Sin embargo, lo grave es lo que va a pasar. ¿Cuánto tiempo estuvo inconsciente? Espera que no mucho, necesitan tiempo para pensar en algún plan.
—¿Estás bien? —pregunta Rubble preocupado. Ver a Skye desmayada le trae recuerdos que prefiere no pensar.
—Sí, sí —responde la cachorra cortante a la preocupación de su amigo. Voltea su mirada a Rocky —¿Cuánto crees que falta para que lleguen? —le pregunta mientras se vuelve a voltear y camina hacia la ventana. No hay nadie afuera por suerte, así será más fácil saber si vienen.
—No mucho —responde el raza mixta al ver la hora. Se acerca rápidamente a la ventana y levanta atentamente una oreja. —Escucho sus sirenas, tenemos poco tiempo
—¿Tienes algún plan? —pregunta de nuevo la cockapoo, ahora más nerviosa e intranquila. Ella también escucha las sirenas y no parece que se demoren tanto en venir por una calle vacía. Demonios, si tan solo no se hubiera desmayado.
Por otro lado, Rocky suspira y niega —Ninguno —responde —estamos jodidos
—¡Cómo que no tienes ningún plan! —grita de la nada Marshall, intentando parecer positivo. Sin embrago, ¿cómo puede estar positivo en una situación como esta? —¡Tú eres el inteligente aquí, piensa en algo! —exclama mientras se acerca más al cachorro mixto. No parece bien, está hiperventilando al igual que Skye antes.
—¡¿Y por que yo tengo que pensar en algo?! —responde Rocky defensivo, dándose ya por vencido en salir de ahí. —¡Si es que tanto quieres salvar tu trasero mejor piensa tú en un plan!
—¡Ya lo hice! —grita Marshall, su actitud positiva desapareciendo por completo y siendo remplazado por una molesta —¡pero me dijiste que era estúpido?
—¡Yo no te dije eso! —. Rocky se señala con una pata, ofendido. Luego señala a Skye, quien solo está quiera viendo la discusión —¡Fue ella quien te dijo eso!
—¡A mí no me metas! —reclama la cachorra, parándose y acercándose a ambos canes. Nadie está tranquilo, todos molestos y alterados. Rubble están en fondo llorando y susurrando inaudiblemente. —¡Yo no tuve nada que ver con esto! —se defiende.
—¡Pues es por tus dueños que vienen a investigar! —. Rocky se acerca a la cachorra con una expresión molesta, que si no es por qué Skye se siente igual le estaría dando miedo. Rubble sigue llorando en la esquina, sus murmuros ahora más altos.
Skye se queda en silencio, sin ideas para defenderse. Sí es cierto que son sus dueños la causa por la que van a venir a investigar, pero también es la de ellos por no pensar en algún plan mientras ella estaba inconsciente. ¿Acaso ellos no piensan? Skye estuvo desmayada casi una hora y a ninguno de sus amigos se le ocurrió pensar en un buen plan para salir de ahí. ¿Qué clase de amigos tiene?
Pues al parecer ellos no son los únicos estúpidos. Mientras Skye sigue en la discusión ninguno se da cuenta que las sirenas se escuchan más cerca. Lo único que oyen son sus gritos y los llantos de Rubble que pasaron de ser susurros a gritos.
De la nada, se escucha un golpe en la puerta. Los cuatro se quedan paralizados. Ya están aquí. Están en la puerta, a solo un paso para entrar. Ahora sí están jodidos, demasiado. Ni hay marcha atrás, la cargaron. Nunca debieron pelear.
La puerta se abre y se muestra a varios policías serios entrar...
...y a un pastor alemán.