El cabello rubio de Félix cae sobre la almohada desordenado, cuando se despierta siempre tiene el cabello my alborotado, adoro despertar junto a él, pero ahora tengo tantas cosas en las que pensar que simplemente me resulta imposible perderme en la imagen de su cuerpo dormido.
Me sigo preguntado ¿Qué era lo que yo sentía por Cat Noir? Tikki ayer nos aseguró que entre ese superhéroe y yo no hubo nada, pero había algo en las acciones de él anoche que estoy segura de que él seguía con la esperanza de que pudiera suceder algo, estire mi brazo para tocar los cabellos de mi novio y jugar un rato con ellos.
- ¿Estas despierta Tikki? – susurre y ella apareció revoloteando frente a mí.
- ¿Pasa algo Mari... Bridgette? – me pregunto ella.
- ¿Me gustaba la moda cuando era Marinette?
- Si, muchísimo, incluso ya hacías diseños, ganaste un concurso de diseño de Gabriel Agreste y Adrien lo uso en un desfile, también diseñaste las gafas de Jagged Stone.
- ¿Diseñe las gafas de Jagged Stones? ¡¿Conozco a Jagged Stone?! – dije levantándome de un salto.
- Si, se conocen... también diseñaste la portada de uno de sus discos.
- ¿De quién hablan? – pregunto Félix que con tanto alboroto se había despertado.
- Conozco a Jagged Stone – le dije emocionada, yo adoraba la música de Jagged, Félix asintió poniendo los ojos en blanco, a él por su parte prefería la música clásica.
- Genial – Dijo cerrando los ojos de nuevo, fruncí el ceño molesta por su falta de ánimo... pero era Félix, siempre fue algo frío, recién comenzó a abrirse más cuando llevábamos años de habernos conocido.
Hace cuatro años conseguí entradas para un concierto de Jagged Stone, una para mí y la otra para Félix, como sabía que ese día mi querido novio solo tenía planes de quedarse en casa tomando café y leyendo un libro, me tome algo de tiempo para contarle de nuestro nuevo compromiso, el día anterior al concierto se lo anuncie, recuerdo su mirada que parecía decirme "¿Enserio quieres meterme en un concierto de Rock?", le insistí durante un rato y a la final termino cediendo. Claude, Allegra, Allan y Niall irían también, eso ayudo en algo a que Félix no se resintiera a ir tan firmemente. El concierto estuvo genial, Félix no se quejó... aunque se notaba que no era su sitio favorito para estar, creo que disfruto más de la cena en un restaurante de comida rápida que tuvimos después del concierto, Félix no me reprocho nada pero al día siguiente consiguió entradas para otro concierto, algo más serio y aburrido, algo que le combinaba muy bien, un concierto de la sinfónica cuyo repertorio esta vez se componía de Adaggios... aunque no todas las obras, creo que lo más era movido fue un Andante, específicamente la sinfonía de la sorpresa de Hayden, que era un señor con el mismo sentido del humor que Félix que se dio el trabajo de hacer una sinfonía completa muy piano (con volumen muy bajo) para con un acorde fortísimo despertarme con un sobresalto que casi me para el corazón, cuando mire a mi alrededor me encontré con Félix medio riéndose de mí.
- Tengo que enfrentarme a mi antigua yo – decidí levantándome de la cama rápidamente, Félix me siguió con la mirada medio dormido -. Me presentare frente a mis padres y le aclare a ese chico que entre nosotros no hay nada.
Félix que seguía medio dormido se forzó a terminar de despertarse bien y comenzar a alistarse. Desayunamos por el camino y cuando nos estacionamos frente a la casa de quienes Tikki dice que son mis padres, perdí de golpe toda mi determinación de esta mañana, solo ver a aquellas dos personas dentro de esa panadería, apartados de mi por una calle... temí que Tikki se hubiera equivocado, hace tiempo había aceptado que nunca encontraría a mi familia, que nunca recuperaría a aquella chica que fui antes de perder la memoria, y ahora que tenía mi pasado a una calle de distancia... tuve miedo de lo que podía descubrir ¡Soy tan cobarde que es frustrante!
- Hagámoslo mejor otro día – le susurre mientras me encogía, incluso llegue a recostarme sobre mis piernas, Félix suspiro.
- Si lo hacemos otro día igual te entrara recelo – me dijo haciendo una pequeña mueca.
- Es que... no sé si puedo hacerlo ¿Y si no me creen?
- Te creerán, cuando entramos a esa tienda esas personas te observaban como si ya te hubieran reconocido – dijo Félix estirando el brazo para acariciarme la mejilla, esta vez fue mi turno de suspirar y me quede en la misma postura que me había puesto -. Está bien, volvemos mañana, no quiero forzarte.
- Gracias Fél – le susurre mientras volvía a incorporarme.
Félix volvió a encender el auto y yo apoye mi cabeza en la ventana, temía que recordar mi pasado cambiara la vida que tenía ahora... aunque ya lo había hecho, me había enterado que era francesa pero no me sentía como si lo fuera, cada que pienso en mi hogar sigue viniendo a mi cabeza la imagen de Londres desde la ventana del departamento donde vivimos Félix y yo, cuando pienso en mi familia solo puedo pensar en Félix y cuando pienso en mis amigos, solo aparecen los rostros de las personas que conocí en Londres.
¿Habré tenido amigos aquí en París? Lo más seguro es que si, en el colegio debí de tener muchos ¿Quizá también tuve una mejor amiga y un mejor amigo? ¿Qué hacía cuando salía con ellos?
Tengo una mejor amiga ahora, Allegra, aunque ella es un poco mayor a mi nos llevamos de maravilla, es como mi hermana mayor, desde que la conocí nos reuníamos a charlar alguna que otra tarde y yo le contaba de todo, ella me escuchaba y casi siempre me daba consejos, nunca me ha fallado cuando he necesitado su ayuda ¿Habré tenido aquí París a alguien que tan siguiera se le asemeje?
Hay algo más que me detiene de entrar a esa panadería y decirles que soy Marinette y que hagamos una prueba de ADN para terminar de comprobarlo. ¿Qué sucedería si no puedo llegarles a querer? Son mis padres... se supone pero... ahora no tengo ningún vínculo afectivo con ellos.
- ¿Quieres tomar un helado? – pregunto Félix que ya había estacionado el auto y no me di cuenta, asentí con la cabeza olvidando todas las dudas que se acumulaban en mi cabeza.
- Si ¿De nuevo compraremos los helados de André?
- Si, la última vez que los compramos me gustaron mucho ¿A ti no?
- Claro que me gustaron, sabes, he escuchado que son los mejores de todo París – Dije desabrochándome el cinturón de seguridad y saliendo del auto -. También escuche que las parejas que toman los helados de André permanecen siempre juntas.
- Esas son supersticiones para atraer turistas y adolecente enamorados – dijo Félix cerrando el auto y acercándose para tomarme de la mano.
- ¿Es que no crees que estaremos juntos para siempre? – le pregunte poniendo los ojos grandes y brilloso, él pareció nervioso.
- No... no es eso, lo único que digo es que lo que nuestra relación no necesita de ningún helado mágico para durar para siempre – le abrace de improvisto y Félix se ruborizo, quizá ya tenga treinta pero no ha cambiado mucho desde que le conocí, sigue diciendo cosas muy dulces sin quererlo y luego se avergüenza de ello.
En el puesto de los helados había fila así que me agarre del brazo de Fél y me acomode para esperar. ¿Alguna vez habría probado esos helados cuando era Marinette? Descarte inmediatamente esa idea de mi cabeza, no se me ocurre una razón por la cual quisiera tomar un helado del amor sin Félix a mi lado... aunque quizá hubiera comprado uno para intentar adivinar quién sería mi alma gemela.
- ¡No puedo creer que Ladybug estece de vuelta! ¡y yo ni siquiera fui la primera en verla! Estoy perdiendo mi toque – dijo una voz femenina detrás de nosotros, me puse tensa y Félix también pareció haberse puesto alerta.
- Me pregunto que habrá estado haciendo todo este tiempo – le replico una voz masculina.
- No tengo idea pero lo averiguare – dijo la chica -. El Ladyblog vuelve a estar activo.
Al fin llego nuestro turno y el heladero sonriendo nos preguntó con amabilidad.
- ¿Qué desea esta joven pareja de ingleses? – nos preguntó, ese hombre realmente parece amar su trabajo, esa alegría con la que atiende no puede ser actuada.
- Dos helados – dijo Félix sin decir ningún sabor, luego de la anterior compra, Félix ya no discute por elegir el sabor del helado.
A veces la gente suele confundirnos con ingleses... es lógico, yo hace poco también creía serlo, tenemos un ligero acento producto de todos los años que hemos vivido allá, Félix vive en Inglaterra desde hace diecinueve años y yo... desde hace diez, aun me resulta imposible pensar que antes vivía en otro lugar, ¿Cómo llegue desde París hasta Londres? Por más que lo pienso no encuentro una explicación lógica.
Note que la pareja de detrás de nosotros se había callado y me gire para encontrarme con dos personas cuyos rostros no conocía de nada.
- Hola – saludo la muchacha.
- Hola – le respondí y me gire para tomar el helado que André me ofrecía.
- ¿Bridgette...? – pregunto la chica dudosa.
- ¿Nos conocemos?
- No... bueno, sí, soy amiga de Adrien y estaba en esa reunión cuando casi dejas caer los macarons.
- A veces suelo ser realmente torpe – dije avergonzada, Félix que ya había terminado de pagar se paró junto a mí.
- Alya, Nino – dijo André -. Que desean.
- Hasta luego – se despidió Félix dando media vuelta, yo también me despedí y caminamos hasta el coche.
- Creo que esa chica quería decirme algo más – le dije, Félix arqueo una ceja.
- Probablemente te diría que saludes a Adrien de su parte ¿Qué otra cosa quería decirte ella?
- Tienes razón – asentí.
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Curiosidades.
Me parece necesario aclarar ciertos términos musicales que no suelen ser muy manejados.
Adagio y Andante son dos ritmos lentos.
La sinfonía de la sorpresa de Hayden fue hecha específicamente para despertar a quienes se duermen en los conciertos de música clásica, comienza muy piano y de la nada llega a un acorde que es fortísimo.
Piano (No me refiero al instrumento) se simboliza como "p" en la partitura y significa en volumen muy bajo si se escribe "pp" significa pianísimo y es en un volumen apenas audible.
Forte se representa con una "f" cursiva y significa que el volumen es alto, si tiene "ff" es fortísimo y hay que tocar aún más fuerte.
Ya que estoy, os contare alguna de mis anécdotas, la sinfonía de la sorpresa de Hayden también me daba sueño y terminaba siempre cabeceando hasta que ese acorde fuertísimo me despertaba... el problema era que yo estaba tocando también, como los repasos eran después del colegio y llegaba cansada, esa melodía tendía a sonar como un arrullo.