Belleza Oscura [En Librerías]

By JessRe

5.7M 571K 226K

Alayna Novak es una asesina sin corazón, pero cuando su camino se cruce con el de Luca Vitale, despertará en... More

¡Belleza Oscura en Librerías!
Sinopsis 🦋
Prólogo 🦋
Capítulo 1 🦋
Capítulo 2 🦋
Capítulo 3 🦋
Capítulo 4 🦋
Capítulo 5 🦋
Capítulo 6 🦋
Capítulo 7 🦋
Capítulo 8 🦋
Capítulo 9 🦋
Capítulo 10 🦋
Capítulo 11 🦋
Capítulo 12 🦋
Capítulo 13 🦋
Capítulo 15 🦋
Capítulo 16 🦋
Capítulo 17 🦋
Capítulo 18 🦋
Capítulo 19 🦋
Capítulo 20 🦋
Capítulo 21 🦋
Capítulo 22 🦋
Capítulo 23 🦋
Capítulo 24 🦋
Capítulo 25 🦋
Capítulo 26 🦋
Capítulo 27 🦋
Capítulo 28 🦋
Capítulo 29 🦋
Capítulo 30 🦋
Capítulo 31 🦋
Capítulo 32 🦋
Capítulo 33 🦋
Capítulo 34 🦋
Capítulo 35 🦋
Capítulo 36 🦋
Capítulo 37 🦋
Capítulo 38 🦋
Capítulo 39 🦋
Capítulo 40 🦋
Capítulo 41 🦋
Capítulo 42 🦋
Capítulo 43 🦋
Capítulo 44 🦋
Capítulo 45 🦋
Capítulo 46 🦋
Capítulo 47 🦋
Capítulo 48🦋
Epílogo 🦋
SECUELA DISPONIBLE 👑

Capítulo 14 🦋

111K 11.7K 3.3K
By JessRe


Alayna

Me desperté temprano sin necesidad de ninguna alarma. Salí de la cama con un bostezo mientras la luz de la mañana iluminaba la habitación. Mi ansiedad no me había permitido dormir mucho porque ese día conocería a las chicas del prostíbulo. Estaba molesta, pero también intrigada.

Sentía mucha empatía por las chicas indefensas y abusadas. No podía mantenerme al margen de esto. Ayudaría a Luca sin importar a dónde nos llevaran las siguientes decisiones. Éramos nosotros dos contra el mundo. ¿Me sentía atraída hacia él? Los hombres nunca fueron de mi agrado, pero el príncipe amenazaba con ser una gran excepción a mis reglas. ¿Cuántas más rompería por él?

Me di un baño y después me vestí. ¿Por qué Luca aún no me había buscado? Faltaban cinco minutos para las diez y quería terminar con esto pronto. No me agradaba la gente impuntual, tocaban un nervio en mí. Su habitación estaba justo frente a la mía. Tenía la puerta entreabierta. Toqué una vez, pero no respondió y decidí entrar. Escuché la ducha correr y una canción reproduciéndose. Lana del Rey. Interesante elección.

—¿Luca? Es hora.

No hubo respuesta.

—¿Luca? —Lo intenté de nuevo.

Debería irme y no invadir su privacidad, pero avancé unos cuantos pasos hacia otra puerta abierta y lo vi. En mi línea de visión directa estaba una enorme pared de cristal empañada y él se encontraba más allá. Mi corazón latió con tanta fuerza que podía sentirlo golpear mi pecho.

El vapor se cernía en el aire, pero no era suficiente para ocultar su cuerpo. El aroma a jabón y loción de hombre golpeó mis sentidos. Ahí estaba, de espaldas, desnudo bajo el agua con la cabeza inclinada y una mano colocada contra la pared. Sus piernas eran musculosas al igual que su trasero. ¿Por qué seguía mirándolo?

Me mordí el labio con una excesiva violencia que dolía. Nunca en mi vida había deseado tanto a un hombre como lo hacía ahora. ¿Qué me pasaba? Reprendiéndome a mí misma, negué con la cabeza y retrocedí. No quería que me sorprendiera espiándolo. Estaba vulnerable, sonrojada y un poco avergonzada.

Al salir del baño, encontré a una mujer acomodando la ropa de Luca en el armario. Su rostro arrugado estalló en una enorme sonrisa cuando me vio.

—¿Tú eres Alayna? —preguntó.

Asentí observándola. Había estado en la mansión más de dos semanas, pero no conocía a la mayoría del personal. Eran muchos. Imposible de recordar todos sus nombres.

—La misma.

—Soy Amadea, es un placer conocerte —extendió la mano y la estreché.

—Hola —Forcé una sonrisa y disimulé la agitación dentro de mí —. ¿Puede decirle a Luca que vine a buscarlo?

Me miró con una sonrisita de complicidad. Sabía que había espiado al príncipe.

—¿No lo encontraste?

—Está dándose una ducha y no quise molestarlo. —Me encogí de hombros.

—Yo le digo, ten un buen día.

Todavía pensaba en Luca cuando salí de la habitación y solté un suspiro. Me costaría alejar la imagen de él desnudo. ¿Por qué tuve que verlo? Debía buscar pronto a alguien o quizás recurrir a él para sacarlo de mi sistema. Era ridículo. Siempre iba detrás de lo que quería y no descansaba hasta obtenerlo. ¿Por qué no acababa con el juego de una vez? Ambos deseábamos rendirnos a la atracción, pero me asustaba.

Una vez que estuviera en su cama no querría salir de ahí.

🦋

Luca

Había pasado un tiempo desde la última vez que fui al prostíbulo y me preocupaba las condiciones en qué se encontraban las chicas. Conocía el nombre de cada una, pero ellas me odiaban. Solo era cercano a Yvette, una niña de ocho años que siempre me recibía con alegría y me contaba qué caricaturas veía en la televisión. Fue secuestrada en Milán y era tan inocente que me rompía el corazón. Pensé qué mentira le diría esta vez para calmarla y no asustarla. Ella echaba de menos a su madre.

El prostíbulo no era el lugar más seguro, pero no me quedaba otra. Además, contaba con la ayuda de Berenice. Ella protegía con su vida a las niñas y se aseguraba de que no les faltara nada. Las manteníamos ocultas en un sótano del prostíbulo con todas las comodidades. Mi padre era tan perezoso que nunca había venido a registrar como iba el negocio. Pensaba que estaba bajo control. Esperaba que siguiera así.

Miré un segundo a Alayna. No era alguien que se quedaba callada por mucho tiempo. No hizo ningún comentario sarcástico y su humor negro había desaparecido.

—Vale la pena todo lo que estamos arriesgando —afirmé, rompiendo el silencio —. La mayoría son niñas que merecen recuperar las vidas que perdieron.

—Por supuesto que lo vale —respondió—. ¿Investigaste de dónde vienen?

Mantuve mis ojos en la carretera frente a nosotros, nervioso por lo que venía.

—Leí de cada una. Mi padre conserva datos de sus familias para amenazarlas o usarlas en su contra —exhalé—. Si alguna de ellas escapa él no dudará en matarlos.

Mis nudillos se blanquearon alrededor del volante mientras conduje.

—Hijo de puta repulsivo—Miró por la ventana

—Pensé en la posibilidad de enviarlas a sus casas, pero mi padre tiene comprada la justicia de Palermo —Rechiné los dientes—. También controla el aeropuerto y otros medios que impiden cualquier intento de escape.

—Entiendo. ¿Entablaste algún tipo de amistad con ellas?

Me tensé y pensé en la niña rubia inocente de ojos azules. Yvette era como mi hermana. Ella dormía con su oso de felpa rosa y soñaba con ver de nuevo a sus padres y hermanos. Me contó que vivía en una casa grande y tenía un jardín. Estaba preocupada de que los girasoles se marchitaran en su ausencia.

—Lo supuse —dijo Alayna cuando no respondí—. Si nada sale como lo planeaste, tendrás el corazón hecho trizas. Es lo que sucede cuando te permites tener debilidades y tú posees muchas. ¿Quieres que las enumere?

—Estoy metido en esto hasta el cuello, no hay vuelta atrás.

—No puedo asegurarte que todo saldrá bien, pero si mueres sabrás que lo intentaste.

Me dolía el pecho.

—Gracias por el consuelo.

—Siento sonar muy dura, pero es la realidad. Tenemos que pensar en todas las posibilidades. Buenas y malas.

Por supuesto que pensaba en cada maldita posibilidad. La mayoría de mis pesadillas me mostraban a mi padre descubriendo y matando a las chicas frente a mis ojos. Me estremecí ante el pensamiento y . No quería considerar la parte mala. Esto tenía que salir bien sí o sí. Me negaba a aceptar otra cosa.

—Muchas de ellas me ven como su enemigo, pero no lo tomo personal. Me sentiría igual si estuviera en la misma situación.

—Eres demasiado noble.

Le di una sonrisa suave.

—Alguien tiene que serlo, el mundo está muy jodido.

Registró su arma antes de abrir la puerta del auto. Frente a nosotros había un club de striptease con paredes rosas y letreros de neón. Estaba abierta las veinticuatro horas del día a la semana. Ninguna de las mujeres que trabajaban aquí tenían un descanso de los abusos.

Rafael, el hombre de seguridad, me recibió con una leve inclinación de cabeza. Sus ojos curiosos evaluaron a Alayna antes de centrarse en mí. No lo conocía con profundidad, pero era amable conmigo y un respetuoso hombre de cuarenta años. Berenice confiaba en él.

—Señor.

—Rafael.

. La mariposa era una depredadora peligrosa con aspecto de ángel. Una entidad sanguinaria que no pasaba desapercibida. Permaneció detrás de mí cuando entramos al prostíbulo. Más luces rosas de neón decoraban las paredes y los sofás acomodados tenían el mismo color. Había un escenario dónde se desarrollaba un espectáculo a pesar del horario. La bailarina inclinaba su cuerpo contra el delgado tubo.

Quería saber qué pensaba Alayna. Su mirada distante no reflejaba nada. Cerca de la barra me encontré a Berenice, conocida como Madame Marino. Sus ojos se abrieron ampliamente y sus labios temblaron por la emoción. Sí, había pasado un tiempo y la pobre mujer se estaba volviendo loca.

—Luca...

Ella tenía más de cuarenta años, pero no los aparentaba gracias a las cirugías estéticas. Era una mujer atractiva de cabello castaño y cuerpo delgado. Se había ganado mi respeto y mi cariño. Más de una vez le ofrecí mi ayuda para salir de allí y rechazó todas las propuestas. Pensaba que no merecía nada bueno.

—¿Cómo estás?

Besó mis mejillas con delicadeza y controló el temblor que la azotaba.

—Sobreviviendo cómo puedo —Se rió y sus ojos verdes se llenaron de lágrimas —. No esperaba verte hoy.

Apreté su huesudo hombro.

—Lamento no haber venido antes, Berenice.

—No te preocupes—Caló el cigarro y miró a Alayna—. ¿Quién es tu amiga?

Mi acompañante respondió antes de que lo hiciera por ella.

—Soy Alayna Novak, su escolta.

Berenice subió una ceja interrogante.

—Ella lo sabe —asumió.

No estaba molesta, solo intrigada.

—Sí.

No me cuestionó. Su confianza en mí era inquebrantable.

—Síganme —pidió—. Por aquí.

Avanzamos a las escaleras del segundo piso. Nadie nos miraba ni susurraba. Algunas personas que trabajaban allí sabían que manteníamos ocultas a las niñas, pero nunca intercedieron ni nos delataron. Las mujeres no querían que ellas tuvieran el mismo destino. me hizo conservar la poca fe que tenía en la humanidad. No todo estaba perdido.

Entramos a una oficina cubierta de polvo y después Berenice empujó con cautela que daba paso a otra habitación. Las niñas dormían en un sótano, lejos de la atención de los pervertidos. Escuché una vieja televisión reproducirse y vi cajas de pizza tiradas en el suelo. Había camas, sábanas y cuerpos aferrados al otro. Solté el aliento que estaba conteniendo y sonreí. Era un alivio saber que todas seguían en buenas condiciones. No tenían libertad, pero sí bienestar. No lidiaban con pedófilos ni violadores. Estarían bien. Alayna palideció cuando vio que eran más de cinco.

Unos pasos se arrastraron por el suelo y después una pequeña figura apareció en mi campo de visión. Vi a una niña de cabello rubio y grandes ojos azules mirándome con esperanza. Yvette...

—¿Luca?

Me puse de cuclillas y tragué el nudo que se formó en mi garganta. Su cabello estaba más largo de lo normal y el vestido rosa rozaba sus tobillos.

—Hola, pequeña.

En un segundo ella corrió a mis brazos y la sostuve con los ojos cerrados. Su cuerpo temblaba y lloraba con la cara en mi cuello. Joder... No me gustaba visitarlas porque odiaba la impotencia que me generaba verlas encerradas y no poder hacer nada por el momento.

—Te extrañé mucho —sollozó Yvette—. Pensé que te olvidaste de mí.

Acaricié su cabello trenzado.

—Nunca me olvidaría de ti —Mi voz sonó ronca por la emoción.

Las demás me miraron recelosas y mantuvieron la distancia. Me aparté torpemente de Yvette con una sonrisa.

—¿Todavía conservas a Ula? —Miré a su peluche.

Soltó una risita.

—La amo.

La última vez le pregunté qué quería y ella me rogó que le trajera un peluche rosa. No la había soltado desde entonces.

—¿Qué te tomó tanto tiempo? —preguntó una voz enojada desde el fondo.

La poca iluminación no me permitió ver por completo su rostro, pero sabía quién hablaba. Era Anna. La mayor de todas, con catorce años. Cada vez que la miraba me recordaba a Kiara.

—Estuve ocupado —respondí—. ¿Cómo están?

—¿Y tú qué crees? ¿Cuándo nos iremos de aquí?

Alayna continuó sin pronunciar ni una palabra.

—Niña. —Berenice habló en mi defensa—. Luca trabaja en eso. Les dije que no será fácil.

Yvette notó la presencia de Alayna y sonrío. Su boca sin algunos dientes se curvó.

—¿Quién es la mujer bonita?

—Alayna —Se presentó ella para mi alivio—. Es bueno conocerte, Yvette.

—¿Eres la novia de Luca?

Me sonrojé.

—Maldita sea, no —Se burló Alayna—. Mis gustos son mejores.

Las chicas se rieron ante la broma de mal gusto. Muy chistosa.

—¿Tú sabes porque estamos aquí? —Le preguntó Olivia. Me resultó extraño porque ella casi nunca hablaba. Era una pequeña morena de ojos marrones.

—Luca me ha dicho que está ayudándolas —contestó Alayna.

—Luca es un mentiroso —dijo Anna de nuevo.

—¡Anna, por favor! —La reprendió Berenice.

—No, está bien. Aún no he cumplido mi promesa y eso me convierte en un mentiroso —dictaminé—. Sé que es doloroso porque todas extrañan a sus familias y es difícil creer que volverán a verlos.

Anna se paró bajo el foco y pude ver mejor su rostro. Sus ojos brillaron con rencor y resentimiento. Me veía como su secuestrador.

—Tú no sabes lo que se siente —escupió —. Tus hombres me alejaron de mi familia y ahora estoy en un maldito prostíbulo rogando verlos de nuevo algún día. Dudo que nos entiendas cuando eres el principal responsable de nuestras desgracias.

Mi corazón se encogió. Quería reparar el daño que ocasionó mi familia a miles de mujeres, pero jamás sería suficiente. Arruinaron sus vidas. Les robaron la inocencia, los sueños, las ganas de vivir.

—Él no es responsable de nada —intervino Alayna—. Sé que apesta estar encerrada aquí las, pero es la mejor opción que podrán encontrar. ¿O prefieren lidiar con los monstruos sin ninguna protección? Están desesperadas, frustradas, tristes y dolidas, pero Luca juró que regresarán con sus familias. Es un hombre de palabra y cumplirá su promesa.

No podía respirar. Se sentía como si alguien hubiera absorbido el aire de la habitación y mis pulmones estuvieran a punto de colapsar. Era reconfortante escucharla defender mi honor. Me recordó que ya no estaba solo.

—O cómo última opción tienen la salida muy cerca.

Un dolor me subió por el pecho.

—Alayna, no —Le advertí.

—Pueden escapar cuando quieran, nadie las detendrá —Hizo una pausa y evaluó a cada chica —. Pero tengan en cuenta que no llegarán muy lejos. Serán atrapadas de nuevo y les irá mucho peor.

Nadie fue capaz de responder.

—La única esperanza que tienen es él. —Me señaló con una sonrisa—. Es un idiota, pero daría todo para que sean libres. Soy testigo de eso, me suplicó por ayuda.

Berenice sonrió.

—Es un gran chico.

Alayna y yo nos miramos fijamente. Yvette me abrazó de nuevo y lloró en mi hombro mientras la consolaba. Quería sacarla de aquí, protegerla de los males que abundaban en esta mierda de lugar. Quería que fuera feliz y regresara a su casa para que se ocupara de las flores de su jardín.

—Luca es el mejor—dijo Yvette.

🦋

Salimos por la parte trasera del prostíbulo. Las chicas parecían más tranquilas después del discurso que dio Alayna. Me quitó un gran peso de encima. Esa noche dormiría mucho más relajado sin pensar demasiado en lo que harían si Berenice no podía controlarlas. Sentía que a partir de ahora todo sería mejor.

—Gracias por eso.

—No lo hice por ellas.

Mi mirada se trasladó a sus labios húmedos. Eran carnosos y perfectos. Besables. Me imaginé su boca sobre la mía. ¿A qué sabía? El pensamiento envió una oleada de excitación a mis venas. La sujeté entre la pared y mi cuerpo. Olía tan bien.

—¿Entonces por quién? —pregunté. Rocé mis labios sobre su mejilla, agarré sus caderas y la presioné más fuerte contra la pared.

Se le puso la piel de gallina.

—Tú sabes la respuesta —aspiró un poco de aire. El fuego bailó en sus ojos azules. No sabía si era una advertencia o una invitación.

—Quiero que me lo digas —supliqué—. Por favor...

Soltó otro suspiro.

—Por ti.

Empuñé su cabello y aplasté mi boca sobre la suya. Era deliciosa, justo como la había imaginado en mis fantasías retorcidas. Un gemido de placer se abrió camino por mi garganta cuando nuestras lenguas se tocaron y luego se entrelazaron. Siempre me consideré un buen besador, pero mierda, Alayna era una experta.

Tomamos y dimos sin ninguna delicadeza. Fuimos salvajes y codiciosos. Mis manos se movieron hacia sus muslos y continué mi exploración hasta sus nalgas. Había deseado tocarla de esta manera. Cristo, la quería tanto.

El mundo se detuvo cuando tomamos lo que necesitábamos, aquello por lo estuve hambriento desde que la conocí. Estaba duro como la mierda, así que la acerqué para que pudiera sentir mi excitación. Eventualmente, tuvimos que parar a tomar aire. Me alejé y miré fijamente su rostro sonrojado.

—Eres tan hermosa cuando bajas la guardia.

Su labio inferior estaba hinchado por nuestro beso. Antes de que pudiera detenerme, le robé un mordisco rápido que la hizo gemir en mi boca.

—Aprovecha y toma lo que puedas —dijo sin aliento—. La próxima vez tendrás que suplicar.

Y entonces unió de nuevo sus labios contra los míos.

🦋

Instagram: JessiR17

Twitter: JessiRivas17

Facebook: Jessica Rivas

Tiktok: Jessica_Rivas17

Continue Reading

You'll Also Like

655K 48.1K 51
~TERMINADA~ Libro #3 (Saga Nosotros) CUARTA TEMPORADA PRÓXIMAMENTE ____________________________________________________ Tres hermanos. Hijos d...
337K 35.9K 31
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aqu...
9.3K 875 25
Las personas dicen que alguien solo cambia por amor. Pero él. Él cambió sólo por dolor. Por desesperación. Su nueva personalidad nació a través d...
7.9M 440K 126
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...