Incertidumbre
Parte 2.
Sole hablaba por teléfono bastante ocupada, al ser la encargada del hotel debía ocuparse de la imagen que este daba en la industria, lo hacía bastante bien desde hace años y en su manera de expresar se veía el paso del tiempo en su persona.
La falda de tubo color esmeralda, junto a esa blusa blanca de recatado escote y esos enormes tacones que dejaban a la vista sus uñas sin esmalte alguno la hacían ver como una mujer madura.
Alba miraba aburrida a su madre, era verdad que pasaban mucho tiempo junto a príncipe pero la mayoría de ese tiempo su madre trabajaba, un leve movimiento en la cama hizo que su madre girara rápidamente.
- Creo que estoy enloqueciendo... - Alba dudó en contarle o no a su madre lo que había estado presenciando desde días atrás.
- Príncipe se movió?- Sole asintió angustiada.
- Me pareció verlo mover su mano cariño, tal vez le hacen falta besos, ya le diste su beso de hoy?- la niña negó divertida.
- Perdón príncipe, olvide darte tu beso hoy, pero la culpable es mamá siempre te está dando besos y no me deja hacerlo a mí...- Sole soltó una carcajada y tomó a la niña en brazos.
- Eres una pequeña mentirosa!- Sole comenzó a hacerle cosquillas a la niña haciendo que se retorciera entre sus brazos.
- Basta mamá! Déjame!- entre risas lograron que sus voces se internaran en la cabeza de Marcelo.
- Hola, hola...- Gala entró junto a Ángela.
- Ángela!- Alba bajó de los brazos de su madre y corrió hasta su prima, Gala y Sole se miraron divertidas, ese par era inseparable.
- Que hacen aquí Gala?-
- Vine a hacerme unos exámenes, no he sentido muy bien...- la menor se acercó preocupada a su hermana.
- Todo está bien?- Gala desvío la mirada hacia Marcelo confundida.
- Vaya por un segundo creí verlo parpadear...- Sole regresó hasta la cama y acarició el cabello negro del hombre.
- Hace días presentó una extraña actividad cerebral, Federico dice que pudo haber sido una reacción instintiva, algo normal pero para mí puede ser una esperanza...-
- Tal vez el día de su despertar esté muy cerca, no pierdas la fe.- Sole abrazó levemente a su hermana.
- No la he perdido, aún creo en el...-
- Mamá tengo hambre...- Alba miraba a su madre haciendo pucheros.
- Yo te llevaré a comer, y después iremos al cine con Leo, quieres venir?- a Alba se le iluminaron los ojos y miró a su mamá en busca de permiso.
- Anda ve... pero portante bien, ok?- la niña abrazó a su mamá felíz.
- Sí!- las pelirrojas no esperaron a la pelirroja mayor y salieron corriendo.
- Bueno te veo más tarde en casa...-
- Gala no hemos terminado de hablar, ok?- la mayor sonrió misteriosa y salió dejándola con dudas.
Sole se sentó a lado de Marcelo, en esa cama había espacio para ambos, con nostalgia apoyo su cabeza en el hombro de él y comenzó a platicar como si no hubiera pasado el tiempo.
- Faltan pocos meses para que Alba cumpla años amor y sabes que me pidió de regalo?-
Marcelo se mantuvo impasible, pero podía oírla solo que su cuerpo no lo obedecía, el tacto de los dedos de Sole entrelazandose con los suyos, era revitalizante, la corriente que desprendía su piel junto a la suya lo hacía querer despertar de ese sueño al que se veía encadenado, pero su cuerpo no lo obedecía.
- Quiere verte despierto, es ahí donde me doy cuenta de que mi niña está creciendo es el primer cumpleaños en el que lo pide... -
Sole se incorporó asustada, un leve apretón en su mano la hizo dejar de hablar, devolvió el apretón a Marcelo en busca de una respuesta y se sintió en el cielo cuando de manera casi imperceptible volvió esa acción.
- Estás escuchándome? Por favor Marcelo siento que estoy soñando, despierta amor...-
Con cariño besó su frente una y otra vez, sus mejillas, sus labios y sus ojos pero nada.
Con lágrimas dejó caer la cabeza en su pecho, el llanto contenido por años salió en ese momento, las noches de soledad, cada día de ver a su hija crecer sin el, todos esos sentimientos guardados la rebasaron en ese momento.
- Marcelo tus padres me amenazaron con quitarme a mi hija si la sigo trayendo aquí, porque creen que tú eres una causa perdida, y si ellos logran apartarla de mí no te lo voy a perdonar, así que despierta...-
Sole lo miró con esperanza una vez más pero el seguía igual, maldijo en español y se levantó molesta con lágrimas aún corriendo por su rostro.
Tomó las cosas de Alba y su laptop y se encaminó hacia la puerta, necesitaba algo de alcohol que la hiciera olvidar por unos segundos la larga lucha que llevaba en sus hombros.
- Nunca entendí lo que esas palabras quieren decir...-
Sole se detuvo en seco, su mano quedó estática en el pomo de la puerta, sus piernas no soportaron el peso y estuvo a punto de caer.
Cerró los ojos creyendo estar soñando, tal vez era su desesperación que la hacía imaginar su voz, quiso dar la vuelta pero el miedo a que no fuera real era muy alto, y el dolor que le causaría eso era uno al que tenía pánico de enfrentarse, respiró hondo varias veces y al final decidió hacerlo, no perdía nada con soñar.
Al darse la vuelta Marcelo lucía como siempre, Sole derramó más lágrimas calientes por la decepción, con cuidado puso de nuevo las cosas en el sillón y se acercó a él.
- Estoy llegando a mi límite, ya sueño despierta con tu voz ...-
Sole no aguantó más las ganas que tenía de besarlo, tantas noches soñando con sus caricias y despertar sin el eran horribles, fue una caricia breve pero al separarse de él , el ver sus ojos mirarla confundido le hizo dar el gritó más alto de su vida, Sole cayó al suelo de la impresión, respiraba agitada, estaba segura que se había golpeado el codo derecho y que probablemente saldría una marca en otra parte del brazo, Marcelo parpadeó varias veces de manera lenta tratando de acostumbrarse a la luz del lugar, su vista se posó en ella y la sorpresa se hizo presente en el también, no comprendía el porque lucía más madura, esa vestimenta elegante era algo que su Sole no usaría a menos que fuera algo importante, esa larga cabellera rubia, le hizo cuestionarse el tiempo que había pasado ahí, su rostro tenía rasgos más afiliados y finos, sin duda alguna era la mujer mas hermosa que había visto y ella lo veía como si de un fantasma se tratara.
- So...le...?- ella asintió aún asustada, estaba en shock pero el verlo sonreír, el ver qué después de años de angustia de créer que tal vez nunca iba a volver, hizo que volviera a llorar de manera inconsolable.
Marcelo se preocupó y trato de levantarse pero de nuevo esa pesadez se lo impidió, su cuerpo no respondía a lo que su mente ordenaba, trató de mover una mano y sonrió al ver que con esfuerzo la podía levantar, Sole seguía cada uno de sus movimientos llorando más con cada uno, sus mejillas enrojecieron culpa del llanto incontrolable que salía en cantidades que el nunca la había visto derramar, Sole se pellizco el brazo con fuerza, para después abrazarse a sí misma y seguir en ese llanto que parecía no tener fin.
- Está pasando?- Marcelo no entendía nada y ella menos.
- Que pasó conmigo... porque estoy aquí...?- Sole se levantó con torpeza ante esas palabras, Marcelo siguió cada uno de sus movimientos fascinado por su belleza.
- No estoy soñando! De verdad estás aquí de nuevo mi amor...- Sole se abalanzó sobre el y besó sus mejillas muchas veces.
- Sol, sol, me aplastas cariño...-
Ella rió mientras seguía llorando, una combinación bastante extraña.
- Si mi amor te aplasto, sigue hablando dime lo que quieras , pero háblame...-
- Déjame verte...- con esfuerzo Marcelo levantó su mano hasta tocar la mejilla húmeda de la rubia.
- Tú voz es más bonita de lo que la recordaba...- Marcelo la miró confundido, como era posible que olvidará el sonido de su voz?
- Cuando teñiste tu cabello...?-
- Hace años...-
- Años...?- preguntó el aún en su confusión.
- No recuerdas nada verdad?- el negó unos segundos para después alarmarse.
- El fuego Sole... Gala y Ángela estaban dentro del fuego...- Marcelo comenzó a alterarse y Sole no supo que hacer.
- Ya pasó amor, todo está bien...-
- Ellas están bien?- Sole lo abrazó queriendo fundirse en el, aún no creía que el hablara con ella.
- Todo está bien, todo va a estar bien amor te lo prometo...-
- Sol...-
- Si...?- pregunto ella rápidamente.
- Bésame, siento que hace siglos no lo haces...-