Un ángel sin culpa.
Sole regresó a casa en un absoluto silencio, no podía dejar de pensar en esa bebé que llevaba su sangre, era su sobrina y sin embargo ella había negado brindarle ayuda.
Marcelo notó la seriedad en su prometida y se preocupó no era normal ese estado en ella, solía llegar y lanzarse a sus brazos, algo andaba mal.
- Algo anda mal?- Sole lo miró con pesar y el se acercó de inmediato.
- La hija de Gala y Gabriel ya nació...-
- Y eso es malo?-
- Supongo que no...- dijo ella encogiéndose de hombros.
- Pero...?-
- La niña nació con un problema en el hígado y necesita un donador, ni Gabriel ni Gala son compatibles.- Marcelo se preocupó con sinceridad por esa niña.
- Eso es terrible , que harán al respecto?-
- No lo sé...-
Sole comenzó a subir las escaleras hacía su habitación y Marcelo supo que no le había dicho todo.
- Sol, amor dime qué te pasa...-
Ella se abrazó a el , respirando con dificultad sintiéndose culpable por haberse negado a ir a su país.
- Quieren que vaya y me haga los exámenes para saber si soy compatible, pero me prometí no volver nunca...-
- Pero es tu sobrina y te necesita...-
- Ya lo sé! - Sole se apartó de Marcelo con brusquedad.- Pero sus padres...-
- Si la situación fuera diferente y fuera nuestra hija quién necesitara ayuda de Gala, como te sentirías si está se negara?-
- No es lo mismo Marcelo...-
- Es exactamente lo mismo amor.-
- Entonces que se supone que haga?-
- Tomar un avión de inmediato e ir a dónde te necesitan...-
- Vendrías conmigo?- Marcelo dudó un poco.
- Tengo algunas cosas que dejar listas, pero puedo buscarte ahí después, lo harás?-
- Sí, supongo que no estarías en paz hasta saber que lo hice, verdad?- Marcelo asintió y la besó dándole algo de tranquilidad.
- Se que te dañaron pero eres mejor que eso, ve y demuéstrale a tu padre que se ha equivocado contigo siempre.-
- Lo haré.- dijo ella sonriendo.
Muchas, muchas horas más tarde.
Escuchó al capitán indicar que estaban a punto de aterrizar en el aeropuerto internacional de Monterrey, y un escalofrío la recorrió hacía tanto que había salido de ahí huyendo y ahora regresaba de nuevo a ese lugar, ya en camino a la ciudad se comunicó con Marissa quién le indicó la dirección a la que tenía que llegar.
Era tan extraño escuchar a las personas hablar en español, había pasado mucho tiempo con el idioma italiano, las calles coloridas, la música, el aroma a comida tan distinto a su hogar con Marcelo, el hospital apareció ante ella y con miedo entró a él.
- Buenas noches busco la habitación de la señora Gala Greco Esposito...-
- Solesito...?- Rafael había escuchado de su llegada y no lo podía creer, después de todo lo que le habían hecho ahí estaba ella dispuesta a ayudar.
- Rafa!- el muchacho abrazó fuertemente a Sole y está le devolvió el abrazo con el mismo cariño.
- Te vez tan distinta, algo mayor, ahora sí pareces una mujer y no una niña...-
- Debería decir gracias?- dijo ella divertida.
- Que tonto soy! Gabriel te está esperando.-
- Entonces llévame hasta el -
- Que ha sido de tí en este tiempo...?- Sole caminó a su lado sintiéndose una intrusa en el lugar.
- Pues volví a la escuela y me voy a casar...-
- Casar? - ella asintió ante la sorpresa del hombre.
- Encontré a un buen hombre en Italia .-
- Vaya eso sí es una sorpresa...-
Llegando a la sala de espera, Sonia fue la primera en ver a Sole, se levantó llamando la atención de los demás e indicandoles que ya había llegado la esperanza que tanto añoraban.
- Cariño ya estás aquí!- Los brazos de Sonia rodearon a Sole con amor.
- Recién llegué , dónde está el médico?-
- El médico estaba esperando justo tú llegada...- la voz de Valentín era muy seria, era obvio que no la quería ahí y aunque Sole trato de ocultarlo bajo una máscara de frialdad, su desprecio caló hondo en su interior.
- Por favor acompáñame yo te llevaré con él...-
- Pero mis cosas...?-
- Yo las cuídare por ti Soledad,ve ...- Sole asintió ante un preocupada Marissa.
- Tuviste un buen vuelo?-
- Sí, gracias...- Gabe sonrió al verla caminar a su lado, se moría por abrazarla.
- Gracias a tí significa mucho lo que estás haciendo por mi hija...-
- Lo hago por Marcelo, no te confundas.- eso borró el gesto de felicidad de Gabriel.
- Al parecer el tiene el poder de hacerte una mejor persona...-
- Supongo...- respondió ella con sequedad.
Llegaron hasta la oficina del médico y entraron luego de su autorización.
- Usted debe ser Soledad Greco...-
- Solo soy Sole. -
- Disculpe...-
- Descuide, cómo está la niña...?-
- Estable pero debemos intervenir de inmediato, está de acuerdo en lo que hará?-
- En caso de ser compatible, cuánto tiempo tomará recuperarme?-
- Deberá pasar un mes aproximadamente en cama bajo cuidados estrictos...-
Sole miró a Gabriel con dudas y el temió de su arrepentimiento.
- Gabriel voy a casarme en tres semanas, estoy afinando los últimos detalles junto a Sonia, está situación hará que retrase todo...-
- Por favor Sole, te lo suplico eres mi única esperanza, salva a mi hija...- Gabriel tomó las manos de la joven y ella asintió al sentir el temblor de sus manos.
- Cuando puede hacerme los exámenes?-
- Ahora mismo si está de acuerdo...-
- Terminemos con esto cuanto antes...-
Media hora después Sole esperaba respuesta junto a Sonia y Marissa con quienes discutía la posibilidad de atrasar su boda.
- Marcelo esperara el tiempo que sea necesario, no te preocupes querida.-
- Sí Sole, ese hombre está loco por tí, te esperaría toda la vida si tú se lo pides...-
Gabriel la vio sonreír por esas palabras y unos celos nacieron en el, casi imperceptibles, pero muy reales.
- Señores...- todos se pusieron de pie ante la llegada del médico.
- Y bien?- preguntó Gabriel.
- Soy compatible?- siguió Sole.
- Lo es, usted tiene grandes posibilidades de ayudar a su sobrina, seguiremos con el plan?-
Toda miraron con miedo a la muchacha, temían que cambiara de idea.
- Seguiremos con el plan doctor, cuando me operarán?-
- Mañana mismo, ahora vaya y descanse se que viene de muy lejos y la necesito bien para mañana.-
- Aquí estaré a primera hora...-
- Dónde te estás quedando querida?-
- Aún no tengo hotel, llegué aquí desde el aeropuerto...-
- Quédate en casa con nosotros.- Sole negó rotundamente a Sonia ante la mirada atenta de Valentín.
- Gracias, pero prefiero un hotel donde estaré más cómoda.-
- Puedes venir a casa conmigo, hay una habitación de huéspedes disponible.- Sole sonrió con amargura ante las palabras de Gabriel.
- No .-
- Ven a mi departamento, hay espacio suficiente para los dos...- Gabe miró molesto a su hermano y este sonrió felíz de poder hacerlo enfadar.
- Bien pero debo advertir que Marcelo llegará pronto, está bien?-
- Claro! Muero por conocer a ese hombre que logró amarrarte.- Sole rió levemente.
- Mañana estaré aquí temprano, ya no tienen de que preocuparse.-
- Gracias, ve y descansa...- Sole asintió con la cabeza y salió tras Rafael que ya había avanzado.
Horas más tarde, Sole se comunicó con Marcelo y le informó de ser compatible con la niña.
- Compatible? Eso es fantástico mi vida!- su buen humor la contagió un poco.
- Supongo que sí...-
- Y ya la conociste?-
- No amor todavía no... Marcelo suenas super emocionado, creo que tu y yo buscaremos un bebé muy pronto...- la risa al otro lado de la línea le demostró que no era una mala idea.
- Nada me haría más felíz, pero primero debes terminar la carrera.- está vez fue ella quién rió.
- Ya lo sé, además podemos intentarlo muchas veces.-
- Ay Soledad! Ya te extraño...-
- No me digas soledad.-
- Me gusta como suena...-
- Bien, pero si encuentro un apodo para tí no quiero reclamos después...-
- No me quejaré lo prometo...-
- Bueno debo ir a dormir, mañana hablaremos un poco antes de entrar al quirófano, estoy algo asustada...-
- Todo saldrá bien amor, yo estoy contigo siempre...-
- Lo sé, te amo.-
Por la mañana Rafael la despertó, llegaron juntos al hospital donde un equipo médico la recibió, hicieron algunas pruebas de rutina y al ver que todo era positivo la prepararon para entrar al quirófano.
- Que miedo me da verte en esa cama.- Sole rió por las ocurrencias de Marissa.
- Gracias por tus ánimos hermana...- Marissa sonrió y apretó fuertemente la mano de Sole.
- Sabes... Gala no sabe que eres tú quién donará parte de su hígado para la niña.- Sole la miró sorprendida.
- Como que no sabe?-
- Valentín prefirió ocultar tu identidad no quería provocarle otro disgusto a Gala suficiente tiene con el miedo que ya siente...-
- Bueno, supongo que lo entiendo...-
- Marissa puedes dejarme un momento a solas con ella?-
- Claro Gabe, iré por café para todos ya vuelvo...-
- Siento que no te he agradecido lo suficiente por esto...-
- Créeme ya hablaste lo necesario...-
- Nunca dejarás de rechazarme?-
- Tranquilo no tendrás que soportar mucho tiempo mi actitud, pronto me iré y no volveré...-
- Eso es lo que más me aterra, no verte nunca más...- Sole no esperaba esas palabras y no supo que decir.
- Lo importante en estos momentos es que esa niña esté bien...-
- Tú y yo ya no importamos?-
- Gabe vete.-
- Vuelvo a ser Gabe...- dijo el sonriendo.
- Rayos! Solo déjame sola...-
- Di que ya no me amas y no insistiré.-
Sole mantuvo la mirada fija en el y no titubeó a la hora de negar ese sentimiento.
- No te amo.-
- Mentirosa...-
Sole no pudo evitar lo que pasó, Gabriel se acercó a ella en una velocidad impresionante, cuando fue consiente su boca estaba unida a la de ella, sus brazos lucharon por apartarlo pero fue imposible.
Sus labios se movían a un compás desesperado, buscando despertar en ella ese sentimiento que los había unido tiempo atrás, Sole se cansó de luchar en vano, los brazos de Gabriel la pegaron a su cuerpo en un abrazo fuerte y ella se rindió ante eso que su cuerpo había callado, besó a Gabriel con la misma intensidad que el lo hacía un carraspeó los regresó a la realidad de inmediato.
- Disculpé debo llevar a la señorita al quirófano...-
- Claro, claro. Pasé...-
Con una última mirada molesta de ella y una sonrisa de él se despidieron, los médicos le explicaron una vez más el procedimiento y como tomarían solo una pequeña parte de su hígado para la bebé, con su autorización la anestesiaron y comenzaron a trabajar.
Sole terminó el día inconsciente, el proceso fue todo un éxito tanto la niña cómo ella estaban bien, a la mañana siguiente despertó rodeada de su familia.
- Al fin despiertas bella durmiente!- Sole sonrió al ver a su hermanastra a su lado.
- Todo salió bien?-
- Si querida , Ángela está bien todo gracias a tí...-
- Ángela?-
- Así se llama tu sobrina...- Sole asintió conforme.
- Y Marcelo...?-
- Aquí estoy...- dijo el entrando a la habitación con un ramo de rosas blancas.
- Y llegó el príncipe de la bella durmiente!- Marcelo y Sole sonrieron por eso.
- Los dejaremos solos un momento, el médico vendrá más tarde a revisarte.-
- Gracias Sonia...-
- Gracias a tí cariño, estaremos agradecidos toda la vida contigo...-
Marcelo se sentó a su lado, y ella sonrió frustrada quería abrazarlo pero cualquier movimiento le dolía horrores.
- No te muevas, te lastimaràs... -
- Es que te extrañe...-
- Yo también lo hice, pero debes estar calmada, sigues siendo una mala paciente.- ella rió pero eso hizo que el dolor volviera.
Algunos días pasaron en el hospital, Marcelo se hospedaba en un lugar cercano y cada mañana llegaba con un ramo de flores distintas para mantener felíz y tranquila a su novia, sabía que en ese ambiente podía desesperarse y eso era algo que debía evitar a toda costa.
Había conocido a Valentín, claramente el no había sido lo que el padre de Sole esperaba y de alguna manera le complació superar sus expectativas, a Gala no había podido saludarla ya que la familia le estaba ocultando la identidad de la donante, y ver a la pequeña Ángela hizo que reconsiderara el ser padre próximamente junto a Sole.
- Un pasó a la vez Sole...- Ella quería caminar como alguien normal, pero aún le era difícil.
- Lo sé Marcelo es que ya quiero irme a casa y continuar planeando la boda, crees que aceptarían casarnos conmigo en este estado?- el negó entre risas.
- Eres increíble y te amo por eso, pero no hay prisa para casarnos...-
- Bien tendré que esperar otro poco...- Sole siguió dando pasos lentos en el pasillo del hospital, con Marcelo a su lado sosteniendola ante cualquier peligro.
- Pasos pequeños señora, recuerde que tuvo una cesárea algo delicada...-
- Lo sé, es solo que quiero ver a mi hija...-
Sole y Marcelo se miraron entre sí preocupados, Gala venía directamente hacia ellos y era imposible no verse, cuando la pelirroja vio a su hermana con esa vestimenta entendió todo sin necesidad de palabras, ahí estaba la donante de su hija.
- Que haces aquí...?-
- Un gracias vendría mejor...-
- Yo no te pedí nada Sole.-
- Claro que no, fue Gabriel quién me pidió estar aquí...-
- Gabe te llamó?-
- Sí...- dijo Sole con suficiencia.
- Pudimos esperar a alguien más no tenías que ser tú...-
- Eres increíble Gala, la vida de tu hija corría peligro y lo único que te preocupa es que tú marido me haya llamado, es que no ves al hombre a mi lado?-
- Señoritas no es el momento de discutir, ambas están delicadas...-
Sole y Gala siguieron mirándose con furia hasta que sole fue la primera en decidir marcharse.
- Volvamos a mi habitación amor...-
- Espera Sole... ya conociste a la niña?- Gala sintió un leve remordimiento, después de todo su hija iba a estar bien gracias a su hermana.
- Aún no.-
- Quieren conocerla...?- Marcelo fue el primero en asentir varias veces, Sole al verlo sintió ternura y termino por aceptar.
- Nos encantaría...-
La enfermera guió a todos hasta la sala de maternidad, donde los bebés que habían tenido problemas similares al de Ángela descansaban.
A través de la vitrina los tres observaron a una enfermera, que cargaba a una pelirroja que lloraba a todo pulmón.
- Es hermosa...- admitió Marcelo.
- Gracias...- dijo Gala enternecida por el hombre y orgullosa de ser la madre de esa bebé.
- Es idéntica a tí...-
- A excepción de los ojos, tiene los ojos de su padre...-
- Desde luego...- dijo Sole con incomodidad recordando esa escena antes de su operación.
- Espero con ansias el día que tengamos una así tú y yo...- Sole sonrió y recargo su cabeza en el hombro de Marcelo.
- Podemos buscar nuestro bebé cuando quieras...-
- Y la universidad...?-
- Podemos con todo eso, confía en mí...-
Marcelo besó levemente a Sole y Gala se sorprendió al ver esa conexión, tal vez en verdad Gabe había quedado en el pasado para su hermana, aunque no estaba muy segura de si su esposo pensaba igual.
Minutos más tarde les permitieron entrar al lugar, con vestimenta especial, Sole y Gala reían al ver como Marcelo trataba de cargar a la niña como si de un objeto de cristal se tratara, Marcelo sonreía emocionado por la bebé que dormía plácidamente en sus brazos, pero sobre todo por ver a las hermanas reír y estar en paz , confiaba en que todo se solucionará entre ellas pues quería ver a su prometida felíz y en paz de una buena vez.
- Sole gracias por salvar a mi hija...-
Sole sintió un nudo en la garganta y trato de mostrarse dura de nuevo.
- Bueno Marcelo me convenció, deberías agradecerle a él...-
- Gracias Marcelo, lo digo sinceramente...- el aludido sonrió animado y Gala sintió más empatía por el.
- No hay de que, al contrario gracias a ti por dejarnos conocer a este ángel...-
- Les gustaría quedarse al bautizo?- Sole abrió mucho los ojos y Marcelo se apresuró a contestar por ella.
- Nos encantaría...-
- Pero debemos volver a Italia pronto.- zanjó la castaña.
- Es una lastima... Sole quieres cargarla?- Sole miró con terror a Marcelo.
- No se hacerlo y no quiero lastimarla... -
- No es tan difícil, déjame ayudarte...- Gala tomó a la bebé de los brazos de Marcelo y con cuidado la colocó en los brazos de Sole.
- Te ves hermosa con ella...- Sole sonrió con sinceridad, la niña era como su nombre describía un ángel, que no tenía la culpa de la historia que había tras ella.
Los ojos de Sole y Marcelo se buscaron con amor, sabían bien lo que harían llegando a Italia, buscarían un bebé con esmero.
Gala sonrió felíz, luego de mucho tiempo realmente sintió que podían dejar todo ese pasado atrás, pero su sonrisa se esfumó al ver a Gabriel, ella lo conocía mejor que nadie, ardía de celos podía notarlo desde lejos, la escena que el miraba era a la pareja felíz con la bebé, ahí fue donde supo que Sole no representaba un peligro, pero Gabriel sí, Sole había continuado con su vida pero su marido aún estaba aferrado a ese pasado que tanto daño les había hecho a los tres.