Getenic - Camren©

By SophieAlwman

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―Pero mi padre sabía que era mío. ―dijo molesta Lauren―. ¿Qué demonios se supone que haré? ―Yo, yo...yo cuida... More

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Epílogo

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By SophieAlwman

14 años después.

Dinah miraba fijamente a su hija, quien le daba una cátedra sobre profesores mal obrados, pendejos y viejos verdes, la verdad que solo le escuchaba a medias, ya tenía 16 años siendo muy paciente, su hija era un regalo que le llenaba el mundo de vida, pero esa tarde ya no podía procesar la cantidad de información que su hija le daba, que un viejo de matemáticas, que la rana verde de la traumada de biología, que la escuela completa estaba contra ella, que sus amigas todas ya tenían novio, que ella la molestaba con eso, que no la dejaba salir con ningún chico.

La verdad que ya no sabía que más le decía su hija frustrada por haber sacado un 8 en su clases de álgebra, nota que a ella le hubiera encantado tener cuando estaba en su colegio, la hermosa chica miraba a su madre frustrada y molesta, era caso perdido, ella no había visto como se había quemado todas las pestañas estudiando para tener la mejor nota, peeeeeroooo noooo, la cabeza de rana de una tal Kirchoff le había ganado por 25 centésimas, cifra insignificante para muchos pero para ella eran la muerte, Dinah miró la diminuta mancha que había en su escritorio con interés inusual, como que si la oscura marca le contará algo más entretenido que una tal Kirchoff copiándose en los exámenes, luego se revolvió en su asiento intentando recordar lo que Lauren le había dicho sobre Sophia que ya tenía 17 años, la cual estaba por cumplir 18, la condenada chica era un demonio como Lauren en la escuela, mientras que su hermana de 12 años era una santa palomita, la verdad que extrañaba a las chicas, había estado unas veces en Alemania con Lauren y su esposa hace muchos años, la pequeña que le decía como mil cosas del colegio ahora frente a ella tenía apenas 5 años la últimas vez que viajó y Sophia le había dicho en perfecto alemán al oído, "La pequeña Anielka será mi esposa".

Eso le había hecho dar una buena carcajada. Anielka dijo ahora algo referente a la barbarie de los Franceses contra unos jugadores de quien sabe qué deporte que Dinah pasó por alto, pensaba en como había cambiado el mundo entero con la llegada de su pequeña ahijada, bueno ahora una hermosísima doncella de casi 18 años, seguro que si la veía no la reconocería.

―¡MAMÁ! ―dijo molestísima la pelinegra ojos marrones brillantes, eran igual a los de su esposa― ¿Me has prestado un poco de atención?

―Claro, claro cariño. ―contestó ella sin saber porqué ¿En que demonios se había perdido?

―Pues, no parece. ―dijo ella dolida con su madre.

―No es eso hija pensaba en tu madrina Camila... ¿Recuerdas? Espero que regresen a Miami pronto...

Claro que la recuerdo, ―dijo ella aún dolida con su Madre― claro que recuerdo al huracán de Victoria y a su hermanita que es un amor... ¿Cómo es que se llama la pequeña?

―Kristina ―dijo ella sonriente.

―Si la peque... Pero no me cambies de tema... ¿Me darás permiso de salir con Alex?

―¿Quién es ese?

―¡Esa! ―dijo ella furiosa― ¿Te das cuenta que no me pones atención? Es mi mejor amiga, ¡Mi mejor amigaaa! ―dijo histérica.

Calma, calma. ―dijo ella apenada― ¿A dónde van?

―¡Diooos! ―dijo la chica molesta― ¡Nos vamos a la LUNA! ―dijo fuera de sí, mirando a su madre seria― Te he dicho como mil veces que me pusieron un 8 en matemáticas, la vieja verde de Biología casi me rapta y que iré con mi amiga al ¡ZOO!―Dinah miró su teléfono de escritorio encenderse y con una seña le pidió paciencia a su hija para que la dejara hablar.

Ella dolida se dejó caer pesadamente en el sofá despotricando insultos para nadie en particular, pero Dinah si dio un insulto que dejo muda a Anielka.

―¿Pero en que putas esta pensando Lauren Jauregui?―un minuto ¿Ese no era el nombre de la esposa de su madrina? Pensó Anielka y entonces pensó que algo malo le pasó a su hija mayor, tragó saliva un poco asustada― ¡Pues ponla de inmediato! ―gritó Dinah― Si, sí, Lauren, Lauren, calma soy yo... ¿Qué? ¿Qué estas loca? ¿Qué es lo que te pasa? ¿Cómo que ya se vino?―Anielka miró a su madre de repente sonreí, su madre ya estaba completamente loca, primero vociferaba como condenada ahora reía como nena con juguete nuevo― ¡Dios, Claro que estoy súper feliz veré de nuevo a Kristina Michelle Jauregui! ¡Pero te mataré Lauren por el susto! ―Anielka no entendía nada hasta que la puerta del despacho de su madre se abrió de golpe y apareció Lauren Jauregui con su hija pequeña de la mano y Camila Cabello sonriendo a su vieja amiga, la emoción las embargó y las cinco saltaron para darse un gran abrazo, Camila abrazó fuertemente a su ahijada y Lauren apretó junto a su hija menor a Dinah, poco después la esposa de esta gran amiga de Lauren se unió emocionada, y las lagrimas comenzaron a aparecer, 14 años fuera, mucho tiempo sin verse, pero un segundo...

―Que ternura. ―se escuchó desde la puerta a una preciosa joven de estatura media, con unos ojos verdes como Lauren y un hermoso cabello castaño como chocolate liso y rebelde como en otros tiempos lo era el de Lauren que ahora lo usaba largo y finamente acomodado, tenía una contextura delgada pero mas fuerte que la de Lauren, más parecida a la de Camila, unas rebeldes pequitas se podían apenas distinguir de su morena nariz, sus ojos brillaban con inteligencia, vestía unos vaqueros azules y una camisa con cuello de tortuga negra lo que la hacía verse despreocupada, su sonrisa igualita a la de Lauren que dejaba ver sus perfectos dientes blancos, Anielka sintió maripositas en el estomago al ver a su terremoto nuevamente ante ella con aires de aventuras y de muchas travesuras― ¿Así que a mi no me saludan? Bueno, luego me quejo con el abuelo Mike. ―dijo con voz traviesa.

―Dios, esta es la pequeña Sophia Victoria.―dijo Dinah asombrada pero no tanto como su hija.

Las dos en una. ―dijo ella divertida― ¿Acaso creías madrina que me pasaría mis 18 en Alemania? ―dijo ella, pero se podía notar el acento ya muy marcado del otro idioma madre de la chica, su hermanita una preciosa pelinegra ojos marrones como los de Camila y cabello ondulado sonrió.

―Yo también quería cumplir años en la tierra natal de mis mamás, es muy hermosa, todo lo que he visto me ha gustado ―dijo ella, tenía una voz increíblemente parecida a la de Camila, Dinah le sonrió, ella era fruto de ese alocado experimento de los viejos Mike y Alejandro, seguro que estaban más que orgullosos, esas chicas eran un encanto además de ser las nietas más amadas de Miami.

―Hablas muy bien el ingles. ―dijo Anielka hablando por primera vez, los ojos de Sophia la taladraron, ella se sonrojó.

Claro, pero mi hermana me ha tenido que ayudar mucho, la verdad que ahora el alemán se me hace más fácil.

Claro enanita preciosa. ―dijo Sophia entrando― Toda la vida has hablado alemán, má, ¿Puedo ir a ver al abuelo Alejandro? ―dijo mirando esperanzadoramente a Camila.

No, nos iremos todas juntas a ver a los padres de tu madre. ―dijo Lauren, Sophia reprimió su temperamento como lo hacía cuando estaba pequeña.

Tenía cosas que hacer con el abuelo antes. ―dijo abrazando a su madrina― Hola ―le dijo a la sonrojada Anielka, que retrocedió un paso, cuando ella le extendió la mano― Vamos, no muerdo...

Claro, yo...hem, han pasado muchos años desde que te vi la ultima vez, em ¿Cómo estas?

―Genial ―dijo ella.

Bien. ―dijo Camila alegremente sacando de la incomoda situación a Anielka ya que parecía que a Sophia le encantaba molestarla― No se diga más vamos por mis padres, ellos ya nos esperan para que comamos algo juntos y luego nos acompañen a la mansión donde viví con Lauren 3 años antes de irnos de Miami ¿Qué opinan?

Genial ―dijo la madre de Anielka contenta.

Por mi es lo mejor, tenemos muchos de que hablar.―comento Dinah contenta.

Claro.

―Bien. ―dijo la pequeña Kristina― Quiero comer algo americano...

―Yo quiero perder el acento alemán. ―dijo Sophia con una sonrisa para Anielka, quien se contentó con mirar hacia el suelo sonrojada. Camila lo notó y Lauren igual y Camila quiso molestar a Sophia.

Claro, además debes contarle a Dinah cuantas chicas dejaste con el corazón roto en Alemania... ―Sophia se sonrojó de golpe y miró a su madre apenada.

A ninguna. ―dijo ella caminando presurosamente hacia la salida, Anielka se rió de lo chistosa de la situación. Sophia era una preciosa joven.

El regreso a Miami de la pareja fue vistoso, la prensa anunció su llegada un mes después de que las chicas regresaran, Camila tan preciosa como siempre, mientras Lauren se miraba muy madura, su hija menor era una dulzura, las hermanas Jauregui se adoraban, nunca discutían y Sophia protegía mucho a su pequeña, les encantaba aprender, así que las dos eran prodigios, Sophia en la música y las matemáticas y Kristina en la química y la electrónica, solo que la pequeña de las hermanas apenas comenzaba a descubrir su amor por la física, mientras que Sophia recién llegada a Nürenberg comenzó a mostrar un grandioso talento por el piano y la ciencia más cierta de todas las matemáticas.

Habían tenido una vida tranquila en Alemania y el idioma no fue barrera para las nenitas, ambas tenían casi como lengua materna el alemán, bueno Kristina había tenido que aprender el ingles, pero su hermana le ayudó mucho al igual que sus madres quienes le hablaban solo en ingles. Al regresar a Miami la menor de las Jauregui había llorado un poco al dejar a sus amigos del colegio y muchos buenos recuerdos, pero la mayor le hizo ver que la distancia es una barrera no imposible de romper una vez cada año, pero igual Sophia sabía que dolía dejar tantas cosas y recuerdos atrás, pero sabía que era lo mismo que les había pasado a sus madres cuando ella era muy pequeña, ahora todo era tan diferente, ver a su madrina, a su alegre abuelo Mike tan juguetón como siempre, a su centrado abuelo Alejandro con su bonita noni a su lado, amaba a su noni, ella la amaba también, la noni siempre con su paciencia... Pero Anielka, esa niña era algo de otro mundo...si bien había tenido tres novias en Alemania, ninguna de ellas le era tan especial como le era Anielka con esos brillantes ojos marrones. Sophia miró como Camila observaba su mirada estudiosa sobre la chica, ella se sonrojó y Camila le sonrió.

De regreso en Miami era como un sueño para Lauren, mirar a Sophia y a Kristina ir al colegio sin temor de un ataque o algo le hacía sentir una libertad en extremo preciosa, Camila la besó esa noche tres meses después de haber recuperado la nacionalidad americana, se miraron contentas con ese amor tan joven como al principio, la ojiverde con ese sedoso cabello largo aprisionó a su esposa contra la pared besando el cuello de Camila, esta sonriendo por las cosquillas se logró liberar de Lauren.

Espera Jauregui. ―dijo ella sonriendo― ya casi llegan Sophia...y...

Sophia siempre tarda. ―dijo Lauren acariciando el seno derecho de Camila, esta sonrió con un rubor sobre su rostro.

Espera cielo. ―dijo ella― ¿Sabes cuantos años tenemos de casadas?

―17 años y 3 meses. ―dijo Lauren de inmediato sin dejar su presa a huir, Camila se acomodó mejor contra la pared para que Lauren acariciara mejor su cuerpo.

Si... Y pronto Victoria tendrá 18 años. ―dijo ella comenzando a besar a Lauren.

―¡Eres una tramposa! ―se oyó desde el otro lado las risas de sus hijas, la voz suave de Kristina se confundió con la de su hermana que reía de buenas ganas.

―¿Pero a que no estuvo divertido? ―le dijo la otra cuando cruzaban el umbral tirando los útiles...

―Pues la verdad adorada Vico,me pareció comiquísimo. ―dijo esta destornillándose de la risa.

―Pobre Kirchov. ―dijo Sophia corriendo con su hermana dentro del pasadizo hacia sus cuartos, las dos se detuvieron al ver a sus madres paradas frente a frente muy rojas.

―Y...y ¿Ahora que fechoría hicieron? ―dijo Lauren tratando de no verse nerviosa, pero la camisa desacomodada no ayudaba mucho.

―Mira Kris, nuestras mamás, no pierden el tiempo. ―dijo Sophia huyendo de su madre cuando dijo eso.

Camila sonrió y abrazó a su hija menor.

―¿Cómo te fue cielo? ―dijo la castaña mientras se oía el escándalo y las risas de las otras dos.

Gut ―dijo ella en alemán sonriendo― es was gut (Estuvo bien) ―dijo ella aún en alemán mientras algo caía pesadamente en el piso de arriba― Creo que alguien saldrá lastimado, si no intervienes ―dijo ella besando a su madre y señalando hacia arriba.

No te preocupes... Ya has pensado en qué le haremos a tu revoltosa hermana para su cumple...

―Creo que sí. ―dijo con una risita típica de Alejandro― Empacarle a Anielka. ―Camila rió de buenas ganas.

Créeme que ya lo he pensado.

Las chicas tenían muchas cosas en común, pero cuando Sophia se sentía con ganas de desahogar cosas sentimentales lo hacía con su madre ojiverde, mientras que Kristina lo hacía con Camila, a pesar de que eran hijas de vientres diferentes se cruzaban en cuanto a sentimientos, Camila pasaba muchas cosas con Kristina hija de Lauren en cuanto a su gestación mientras que Sophia de Camila, pero se identificaba más con Lauren.

Así que después de correr por toda la mansión, Sophia y Lauren sentadas en el desván abrazadas descansaban de sus fechorías. Lauren acariciaba el liso cabello de su hija, mientras ella descansaba en su regazo.

Má, creo que me gusta Anielka. ―dijo con voz suave luego de un rato.

Ya veo, ¿Ella lo sabe?

―No.

―¿No se lo piensas decir...?

―No lo sé... Creo que tiene novia.―Lauren miró a su hija en la oscuridad y le dio un beso en la frente.

―¿Cómo sabes eso?

―Bueno, su mejor amiga Alexa, parece...creo que ellas son novias...no lo sé...siempre están juntas y no me da tiempo de decirle nada. ―dijo ella mirando a su madre y abrazando más a su mamá.

¿Te acuerdas lo que le dijiste a tu madrina hace mucho tiempo?, tenias como unos 8 años, ellas nos visitaron en navidad y conociste a la nena de 6 años...

―¿Qué dije?―preguntó la chica mirando con curiosidad los ojos verdes reflejos originales de los de ella.

Que ella sería tu esposa.―la joven se sonrojó violentamente.

―¿Eso dije? Pobre madrina, la debí traumar... Que horror no lo recuerdo...

―Bueno, fue hace mucho. ―dijo Lauren comprensiva― Yo creo que te gusta hace mucho...

―Bueno...no sé, verla de nuevo...y estos meses siendo su amiga...me han comenzado a hacer efecto...me gusta mucho como es ella. Pero no veo que yo le guste a ella...cuando la molesto ella...bueno, ella no me nota má, me desespera...

―Creo que debes de cambiar de estrategia.

―¿Cómo conquistaste a mi madre? ―preguntó con curiosidad la joven Jauregui, Lauren se revolvió incomoda,

¿Cómo había conquistado a la más dulce doncella de Miami siendo ella una prepotente, orgullosa y altanera joven?

―Bueno...fue extraño, ella y yo nos gustábamos en la Universidad, algo salió mal y nos separamos...sin ser novias, el destino con apellido Jauregui es una larga historia, tu madre se embarazó de mi óvulo y bueno, como aún la amaba intente acercarme...algo me decía que ella aún me amaba...era, mi oportunidad.

―Genial ―dijo ella― solo la embarazo y ella me amará. ―dijo en broma Victoria mirando la palidez de su madre y ambas estallaron en una carcajada.

Pronto en Miami, Sophia comenzó a ser un sex simbol tal como lo dijeron, sus madres una tarde de broma mientras estaba aún en el vientre de Camila.

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