Getenic - Camren©

By SophieAlwman

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―Pero mi padre sabía que era mío. ―dijo molesta Lauren―. ¿Qué demonios se supone que haré? ―Yo, yo...yo cuida... More

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Epílogo

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By SophieAlwman

Lauren dejo de sentirse molesta al ver a su novia y a su hija en espera de ella en el despacho de Camila, la peque se había quedado dormida en esas mochilas de bebés que Camila usaba para no acostumbrarla a los brazos, y que Camila preparaba para que Lauren se la pusiera, a Camila en lo particular le encantaba que Lauren la llevara, ya que había notado que la voz de la ojiverde era una especie de calmante para ella.

Lauren sonrió a su mujer y beso con cuidado a la pequeña Victoria cuando se colocó correctamente la mochila.

―¿Estás lista ricitos?―dijo Lauren en voz baja.

Si amor, solo saco copia a unos papeles y nos vamos a ver a tus adoradas monjas. ―dijo en broma Camila sonriendo a Lauren, esta hizo una mueca chistosa.

―Bien, ¿Dónde está el gorrito de Victoria? Hay frío ahí fuera. ―dijo acariciando el cabello liso de su hija.

En su bolsito... ¿Podrías ver si no se ha hecho en sus pañales? Creí verla enrojecer antes de colocarla dentro del cargador...

―Bien... Espero no se moleste.

―No lo hará, pero si se molestará si no la cambias.―dijo Camila tomando unos casos de unas consultas y salió dando un beso a Lauren.

Lauren con cuidado sacó a su hija y comprobó que si estaba, bueno, ya saben, pero como buena mamá en segundos tenía a la peque lista y esta en medio de risitas nuevamente en su cargador

Se ha despertado, es mejor así duerme más durante la noche. ―observó Camila regresando con las copias listas.

. ―dijo Lauren que miraba a su hija cómo se destornillaba de la risa,aparentemente de nada, pero si supieran como le encantaba a Sophia reírse de sus madres.

Bueno, ¿Nos vamos amor?

―Claro.

Las adorables mamás salieron del consultorio mientras Sophia Victoria se reía abiertamente de las caras que ponía Lauren, movía los piecitos de un lado a otro de la risa, Lauren y Camila se reían de la chiquita, Lauren la llenó de besos mientras Victoria chillaba divertida.

Caminaron por el pasillo y subieron a la limusina y con la niña de casi cuatro meses en sus protectores brazos. La peque a pesar de su edad era pequeña, pero muy fuerte, ya sostenía muy bien su cabecita y manejaba sus manitas con destreza, las cuales nunca estaban tranquilas, ahora halaban con fuerza la camisa de Lauren intentando acercar el rostro de su madre para curiosear de cerca su nariz, oigan no todos los días puedes comerte la nariz de tu mama. ¿O alguno ha intentado hacerlo con éxito?

Creo que tiene hambre. ―dijo Lauren divertida.

No, le acabo de dar yo.―dijo Camila sonriendo― Creo que se quiere comer tu nariz, dice que la tienes apetitosa.

―¿De verdad Sophi? ―le dijo a su chiquita mientras la limusina ya cruzaba la ciudad― ¿Te quieres comer mi nariz?―la niña dijo buuuuaaa y se rió. Con sus piernitas se impulsaba para intentar ver la nariz de Lauren. Camila intentó calmarla hablando con ella y acariciando sus piernitas.

Ya, Sophia, ya deja de jalonear a tu madre... Vamos cielo mío...

―Piooooooaaabuuu ―chilló la chiquita molesta, ella quería esa nariz y no se lo iban a impedir... Que testaruda ¿A quien habrá salido?

Victoria. ―dijo Lauren acariciando su cabecita, pero con voz un poco autoritaria― Tranquila chiquita.―La peque se le quedó viendo arrugó su frente y dio un sonoro grito de protesta y rojita comenzó a llorar.

―Shhhh, tranquila. ―dijo Camila con una voz muy dulce acercándose a besarla.

Princesa, no llores... Por favor. ―dijo Lauren con voz suave a la chiquita, la niña las miró a las dos y sus lagrimitas de protesta cesaron y se entretuvo con los botones de la blusa de Lauren.

Ella parece entender lo que le dices. ―dijo Camila aún muy cerca de Lauren, esta la miró extrañada.

―¿Tú crees?

―Te hace caso. Cuando llora por algo, no muy seguido, pero cuando lo hace me cuesta contentarla. ―dijo Camila tranquila― Ella sabe que eres su madre, eres su figura de responsabilidad. ―dijo por primera vez psicoanalizando a Lauren, la pelinegra la miró un tanto confundida mientras Sophia Victoria jaloneaba su botón para ver que demonios hacía en la camiseta de Lauren.

―¿Y tú que eres para ella?―preguntó llena de curiosidad Lauren.

Bueno, he notado que cuando me ve, bueno, cuando la dejo con mi madre y luego me ve, sonríe muy contenta, se abraza de mi y me chupa el cuello. ―dijo Camila muy conmovida― Soy la persona que representa su seguridad, creo.

―Nada de que crees, lo eres. ―dijo Lauren muy contenta.

Bueno, sí... Ella nos ha dado por si sola los roles, es lo más normal en los niños, ellos no tienen complejos de ningún modo, así que no ve nada extraño que tú estés de su parte, que la cuides y que le des ordenes... Ella sabe muy bien quienes somos. ―dijo muy contenta Camila besando la mejilla de Lauren, y luego se oyó un ¡Plack! Y el botón de Lauren salió volando, Victoria intentaba alcanzarlo con sus manitas, Camila ahogó una carcajada y Lauren se rió de buenas ganas.

―¡Oye pequeñita no me desnudes!

Si no le dices que lo deje arrancará uno a uno tus botones. ―le advirtió Camila buscando un peluche para que se distrajera la niña y no terminara con todos los botones de Lauren, ya que al no ver efectiva su recuperación comenzaba su labor con otro.

***

Durante lo que quedó de trayecto las chicas intentaron convencer a la chiquita que los botones no eran para jugar, luego bajaron de la limusina frente a una especie de convento en donde las esperaban las monjas que habían solicitado la entrevista con Lauren y su novia, sus agentes aseguraron el área y las chicas bajaron con la pequeñita envuelta en un ataque de risa ya que el patito que su madre le había dado daba un sonoro zumbido que al parecer le encantaba escuchar, Lauren le colocó su gorrito, el cual lanzo lejos, Camila lo colocó de nuevo y el gorrito terminó otra vez en el suelo, Lauren se lo puso nuevamente por el frío y al notar que se lo quería quitar nuevamente dijo "No" muy seria, las dos se miraron muy molestas, pero luego la bebita apretó a su patito y al escuchar el sonido se rió y no intentó quitarse nuevamente el gorrito, Camila rió satisfecha, su hija a pesar de tener un carácter como el de Lauren, era obediente, eso era muy Cabello.

Cruzaron un jardín muy hermoso y a pesar de que el invierno estaba casi en su apogeo las rosas eran brillantes y muy hermosas, Lauren pasó casi corriendo por ahí, entró con la niña, dentro del lugar que era muy tibio y para sorpresa no había casi nadie esperando, solo una mujer de mirada muy tierna las miraba desde un escritorio de madera muy hermoso y con una mezcla de curiosidad observó a Lauren, segundos después entró Camila con su guardespaldas y el bolso de Camila en sus manos, la mujer que vestía un típico hábito negro se levantó de inmediato y extendió las manos en forma de agradecimiento a un Cristo que había en una pared, las chicas se miraron y el agente se encogió de hombros, al terminar se acercó amablemente y sonriendo.

―Usted debe ser Lauren Jauregui y ella Camila Cabello ¿Verdad?―dijo con voz muy tranquila.

Sí, las mismas. ―Dijo Camila despacio, es que la voz se multiplicaba ahí dentro.

Enhorabuena, esta hermosísima criatura debe ser vuestro bebé, ¿No es así señorita? ―dijo ella alegremente, Lauren y Camila se sorprendieron era primera vez que alguien de la iglesia les hablaba como si todos los días llegaba a una capilla un par de mujeres con un hijo de ellas.

. ―dijo Lauren, Sophia hizo acto de presencia haciendo sonar su patito, como diciendo "Aquí estoy".

Que bueno, pasen, la madre superiora quiere hablarles, por favor síganme. ―dijo ella haciéndose seguir riendo por lo que había hecho la pequeñita. Las chicas caminaron unos momentos por el atrio de lugar que se miraba desierto, pero luego vieron a más monjas trabajando y haciendo el jardín con mucha calma, luego entraron a un lugar que parecía una librería antigua y un poco fría, ahí las esperaba una mujer que leía con mucho interés lo que Camila y Lauren distinguieron como un Corán... La biblia de los musulmanes, hecho que no dejó de sorprender un poco a Camila― Hermana Hernandez, la familia Jauregui ha llegado. ―Anunció la primera mujer― Disculpen que no me he presentado. ―dijo ella antes de que la otra hablara― Me llamo Lucía, ella es la madre superiora, Sor Ally Hernandez, ¿Quieren un té?

―Si gracias. ―dijo Camila, Lauren asintió también, observando a la mujer que era la madre superiora, tenia una mirada de paz muy profunda y de mucha sabiduría, las chicas se sentaron en compañía de su acompañante frente a la Sor, mientras la hermana Lucía iba por el té.

Muchas gracias por venir, sé que la iglesia no les ha dado nada de paz en estos días. ―dijo ella con voz suave y como pidiendo disculpas.

―No hay problema. ―dijo Camila tranquila.

Bueno, se preguntarán que hacen aquí. ―dijo ella con una sonrisa― Después de que media comunidad católica se comportara tan hipócrita. ―dijo con una sinceridad digna de Lauren Jauregui.

Bueno, he de admitir que me sorprende.―habló Lauren sacando a la niña de su cargador para poderla recostar en el otro mecedor ya que jugaba con su patito un poco incomoda, la mujer la miro y sonrió.

Aquí esta el té. ―dijo la hermana Lucía con unas tasas humeantes de té para todos los presentes y sentándose junto a su superiora.

Muchas gracias. ―dijeron las chicas.

Es una hermosura. ―dijo Lucía contenta, Camila sonrió agradecida mirando a su niña darle vueltas al patito como intentando descifrar de que estaba hecho.

Muchas gracias.

Bien, la noticia que ha recorrido al mundo conmocionándolo es que ustedes tienen una hija.―dijo ella luego de observar a la pequeña con un educado interés.

Es verdad. ―susurró Lauren― Es nuestra hija.

―Claro, de eso no tengo dudas. ―dijo la señora sonriendo― Es la imagen de las dos, no tengo que dudar que esa chiquitita es su hija, para nada, tampoco las he invitado para decir sermones fuera de lugar, no, las he invitado para darles mis mas sinceras bendiciones por este milagro del Dios a través del hombre. ―las dos se quedaron sorprendidas, el mismo guardespaldas se quedó sorprendido, la niña lanzó lejos el patito.

Wow, eso nos toma...Bueno, de sorpresa, no lo esperábamos. ―dijo Camila por fin con educación y agradecimiento y dando de nuevo el pato a su hija.

Claro las comprendo. ―dijo la hermana Lucía.

El mundo está lleno de incomprensión, de odio, de envidia , de miedo y sobre todo de discriminación. ―continuó la Sor― Pero no todas las personas somos así, nuestra congregación está ligada a la Iglesia Católica pero no estamos obligadas a seguir sus estatutos y como verán, no discriminamos a los homosexuales ni sus deseos de tener hijos y mucho menos si estos son propios, su hija es especial y eso las hace especiales a ustedes, por ello, aunque nos sancione la Iglesia, les queríamos pedir, claro solo si ustedes quieren... Bautizar a su hija en este convento.

Camila y Lauren se miraron asombradas.

―¿No les traería esto problemas con la arquidiócesis?

―Sí, pero no nos importa. Lo hemos pensado desde que supimos del extraordinario nacimiento de la pequeña y nos convencimos al ver a Lauren defender a su hija y decir unas cuantas verdades a un obispo que no entiende el verdadero amor de Dios. ―Lauren se sonrojó, ya que a su mente le venia el papelazo que le había dado a un clérigo.

Bueno...yo... ¿Qué opinas Camila?

Me parece bien. ―dijo Camila― Nosotras creemos en Dios, y sabemos que Él ama a todas y cada una de las especies sobre este planeta, por ello, quiero que mi hija sepa ese verdadero significado de la fé, espero que no te moleste Lauren.

―A mi me parece bien.―dijo esta tranquila, Sophia comenzó otra vez a reír esta vez era por haber descubierto como lanzar cosas a su madre, le había dado a Lauren en media cara. Todos rieron.

Las mujeres fijaron la fecha del bautizo para dos días antes de la boda, y luego se despidieron con unos efusivos abrazos, la pequeña fue cargada por media docena de monjas y ya cuando anochecía molesta lloró de hambre, sus madres entraron al auto y Camila amamantó a la chiquita, contentas viajaron en rumbo a su hogar.

Bueno y hablando de la intimidad... Pues, a pesar de que Lauren se moría de caliente, Camila había decidido que solo dormirían juntas y hasta después de la boda se tendrían la una para la otra, decisión que casi mata a Lauren de un infarto, ¿Cómo demonios pretendía Camila que se aguantara, si Camila era demasiado sexy para Lauren? Pero esta, juntando toda su fuerza de voluntad aceptó y para sorpresa de Camila, se cambió de habitación nuevamente discutiendo un poco con Camila, esa noche mientras se iba al otro cuarto, a Camila le pareció muy exagerado, pero Lauren se justificó diciendo que le era torturante tenerla cerca y no poseerla.

Camila aún así se molestó un poco, pero Lauren no cambió de opinión, mientras que Sinuhe intentaba hacer ver a Camila que era mejor, pero Camila dijo que así no le ayudaría con Sophia por las noches, Lauren juró que sí, ya que tenía un transmisor ella.

Camila encontró eso ridículo ya que tendría que ir y venir de habitación y muy molesta se encerró en el estudio con la chiquita toda esa tarde sin hablar con nadie. Lauren no quiso molestarla, era mejor que no se molestara más así que se fue a trabajar sin intentar hacer que Camila la comprendiera.

En la tarde Camila la miró molesta, mientras Sophia dormía en su cargador en la mesa en donde cenaban. Lauren leía el diario intentando no verse afectada por la miradilla de Camila, pero esta no soportó la indiferencia de Lauren y se vio obligada en comenzar la discusión mientras su padre y madre miraban entretenidos sus platos.

―¿Me estas evitando Lauren? ―dijo con voz calmada.

―Para serte sincera, sí Camila, te estoy evitando. ―dijo Lauren dejando a un lado el diario― Estás molesta y es mejor que te calmes.

―No estoy molesta. ―dijo molesta Camila― Solo creo que es una idiotez que no duermas conmigo. ―Dijo esta, Alejandro carraspeó suavemente e incomodo con la situación, Camila lo ignoró― Solo porque no quiero tener sexo contigo.―Lauren enrojeció un poco, Sinuhe miró a Camila desde el otro lado de la mesa con desaprobación.

Camila, no es momento para discutir eso.―dijo Lauren con pena― Está bien, dormiré contigo nuevamente...

―Claro. ―dijo Camila aún molesta― Huyes de la verdad, solo te molesta que no quiera tener sexo, de no estar preparada para ti, eso es todo, pero ahora como no ves como zafarte de la verdad quieres dormir conmigo... ―Sinuhe intervino.

Camila, Lauren fue clara esta mañana... Por favor no discutan, no es nada bueno...

―Pero es la verdad. ―dijo esta molesta, Lauren estaba roja de la pena.

Camila, por favor... No sigas, ya dije que duermo contigo, perdona que te hice pensar eso, solo...que, solo quería respetar lo que sientes, pero comprende que es difícil, te tengo cerca y me cuesta...

―Excusas. ―dijo Camila seria y levantándose de la mesa.

Tomó a la bebita y camino a su habitación. Lauren miró a sus suegros y a los pocos segundos ella también dejo la mesa. Camino a la habitación de ambas y entró, Camila cambiaba a la nenita para acostarla aprovechando que estaba profundamente dormida, Camila no dijo nada al ver a Lauren.

―¿La llevo yo a su cuna?―preguntó con timidez Lauren.

Camila asintió sin decir nada y dejó a la niña en la cama mientras ella se cambiaba, usualmente lo hacía delante de ella pero esta vez lo hizo en el baño, Lauren notó esto, pero no dijo nada, tomo a la chiquita y la tuvo en brazos un buen rato, contemplándola.

Eres la bebita más hermosa que yo haya visto.―le susurró a la nenita antes de acomodarla en su camita-cuna.

Camila salió y se acostó sin decir nada. Lauren se cambió rápidamente y entró a la cama y sin decir nada se abrazo de Camila. Esta se tensó un poco pero no se resistió― Camz, sabes que te amo, espero que lo sepas.

―Lo sé, pero eres tonta Lauren.

―No es eso. ―dijo esta besando su cuello― Pero es verdad que me provoca tenerte, eres hermosa Camz...

―Estoy gorda. ―dijo esta seria.

No estas para nada gorda, ―dijo Lauren sonriendo― eres muy hermosa, eres natural y tienes una sonrisa muy tierna, ¿Cómo puedes creer que no me gustas como estés? Te amo, escucha bien, te amo. ―dijo besando aún mas apasionada el cuello de Camila.

Bien, bien. ―dijo Camila sintiendo cosquillas― Yo te amo igual. Perdona, solo que...bueno, pensé que era por el sexo...

―No es solo por eso. ―dijo Lauren adormilada― Es por lo preciosa que eres amor mío, ahora descansa, mañana es el bautizo de Sophia

―Es verdad. Te amo.

―Buenas noches ricitos, descansa, sueña con los angelitos. ―dijo antes de cerrar los ojos con cansancio.

―Y tú sueña con los diabliyos, descansa.―Lauren rió entre el sueño.

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