Amor bajo llave.

By marla98

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Dos vidas que se cruzaron de la manera equivocada , una relación prohibida desde muchas perspectivas, una pas... More

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By marla98

Entre tus brazos.

Sole maldecia en español e italiano por igual, la oscuridad de la cocina la abrazaba y el fuerte ruido provocado por las gotas de lluvia silenciaba su molestia, Marissa se disculpaba una y otra vez tratando de calmar a su hermanastra a distancia.

- Lo único que te pedí fue silencio Marissa!-

- Ya sé! Es que me enojé tanto, ellos siempre pretendiendo ser una familia perfecta, que falsedad!- Sole apretaba el puente de su nariz buscando calma.

- Ese ya no es asunto mío...- Marissa dudó en darle la nueva noticia, pero dado que ella no podía callarse nada lo soltó tan rápido que fue inevitable el daño.

- Hay algo más que tienes que saber...-

- Que otra cosa les dijiste?- preguntó Sole más molesta a cada segundo.

- No es sobre tí, bueno sí, pero no directamente contigo...-

- Marissa ya dilo!-

Marcelo bajó con cautela las escaleras, minutos atrás había notado la ausencia de Sole en su cama, a cada paso escuchaba más molesta a su novia, pero de nuevo el problema del idioma lo afectaba, no entendía ni una palabra que ella decía.

- Vas a ser tía!- Sole abrió los ojos tanto como fue posible, su respiración se detuvo y creyó haber escuchado mal pero Marissa la miraba con gesto sincero.

- Que...?-

- Gala está esperando un bebé de Gabe...-

- Pero si se acaban de casar...- dijo Sole ausente.

- Pues no perdieron el tiempo al parecer...-

- Gala es brillante...- murmuró con amargura Sole.

- Tú papá está muy feliz...-

- Sí, me lo imagino.-

- Estás bien...?- preguntó Marissa con cautela.

- No lo sé...- admitió ella con sinceridad.- había enterrado a Gabriel no había vuelto a pensar en el, hasta ahora.

- Pero tú tienes a Marcelo, no tienes de que preocuparte...-

- Ya lo sé. Marissa tengo que irme, hablamos luego.-

- No vayas a pensar más tonterías, tú tienes a tu hombre, se felíz soledad...-

- Hasta luego Marissa, dale un beso a Sonia y a Polita de mi parte.- Sole cerró la laptop y apoyó su frente en una mano.

Un bebé... una punzada de dolor la invadió y una tristeza inexplicable se instaló en ella, incapaz de seguir sentada abrió la puerta de la cocina esa que daba a la salida, la lluvia inmediatamente la mojó, ella respiró varias bocanadas de aire marino, tratando de asimilar la noticia.

Iba a ser tía. En otros tiempos habría sido felíz por eso, pero ahora no podía, y se sintió culpable y egoísta, ese bebé no tenía culpa de nada, pero sobre todo, ella tenía a Marcelo, no había otra cosa que pudiera desear, el era todo para ella y sin embargo Gabriel arruinaba su paz de nuevo.

- Si te quedas ahí vas a enfermar...-

Marcelo la miraba curioso cruzado de brazos, su cabello algo revuelto por estar en cama le pareció adorable a Sole.

- Te desperté?- el sonrió y se acercó a ella.

- Desperté al no sentirte en cama...- ella sonrió cuando la apartó de la lluvia y cerró la puerta.

- Y viniste a buscarme solo por eso?-

Marcelo la tomo de la cintura y la sentó en la barra de la cocina, apartó el cabello mojado de sus hombros y comenzó a secarla con su propia camisa.

- No duermo bien sin tí, lo sabes...-

Sole sonrió con amor y un par de lágrimas se le escaparon seguidas de muchas más.

- Que haría yo sin tí?-

- Hey... que pasa?- Marcelo limpió sus lágrimas preocupado.

- Nada, nada...creo que estoy algo sensible ...-

- Eres muy mala mintiendo, malas noticias de México?-

- Escuchaste todo...?- el se encogió de hombros.

- Fue difícil no escuchar, sueles alzar la voz cuando estás molesta.-

- Me escuchaste aún con esa lluvia?- el asintió riendo.

- Hablas muy fuerte mi amor.- Sole soltó una carcajada, pues ella sabía que eso era verdad.

- Te adoro.- Sole se abrazó a él como una niña pequeña y besó su mejilla haciendo más ruido del que pretendía.

- Que cambio de humor tan drástico, estás en esos días...?-

- Marcelo!- Sole rió nerviosa y sonrojada.

- Vamos a dormir.- ella asintió y trato de bajarse pero él no lo permitió.

- Marcelo vamos a caernos!- el comenzó a subir los escalones con ella abrazada a su cintura.

- Mujer de poca fe...-

Entre risas lograron llegar a la habitación que compartían la mayor parte del tiempo, a pesar de tener la suya Sole prefería dormir abrazada a él y perder la conciencia entre besos y caricias inocentes, aunque esa noche ella ya no quería más inocencia, necesitaba convencerse de que el era el indicado, tener la certeza de que era suya al cien por ciento, ya lo sabía pero necesitaba sentirlo.

Marcelo la dejó unos minutos sentada en la cama, el sonido del agua le indicó a Sole que el llenaba la enorme tina de baño, se sintió algo nerviosa como si fuera la primera vez que compartía su cuerpo con un hombre, pero está vez era diferente, ella sabía que el la amaba y ella también a él, el amor mandaría en cada una de sus acciones y eso la emocionaba pero la aterraba al mismo tiempo, nadie había visto su cuerpo luego de las operaciones, tenía algunas cicatrices en sus pechos provocadas por las cirugías, de repente se sintió insegura pero al ver la sonrisa que le dedicó Marcelo logró silenciar sus inseguridades.

- Listo, el agua está a buena temperatura ve y toma un baño te estaré esperando, hay algunas cosas que debo revisar...-

- Hablas mucho...- Sole lo silencio con un dedo sobre sus labios.

El trato de hablar de nuevo pero ella lo cayó con un beso profundo y lento, las manos de Marcelo rápidamente la pegaron a él, esa era la necesidad que tenía de ella, rápida, su cuerpo reaccionaba a ella como si de él mismo aire se tratara.

El cuerpo de Marcelo chocó contra la puerta del baño, Sole lo apretó más contra si y gimió al sentir como el reaccionaba a ella con deseo pues cierta parte de su anatomía lo delataba, sus manos traviesas acariciaron su abdomen y tomaron con fuerza sus caderas pegando más su cuerpo al de ella, un gemido ronco escapó de la boca de Marcelo y ella sonrió contra su boca.

- Que pretendes diabla...?- Sole besó varias veces sus mejillas con amor.

- Solo quiero que nos duchemos juntos...- todo el valor que había juntado se fue en esas palabras, sonrió con algo de nervios.

- Estás segura?- ella asintió ante el escrutinio de él.

- Muy segura, pero si tú no quieres está bien...- Sole dió media vuelta para buscar algo de ropa y quiso reír al sentir la mano de Marcelo en sus hombros, sabía que el haría eso.

- Me encantaría... pero no quiero que creas que te estoy presionando a hacer algo para lo que no estás lista.-

- Jamás pensaría eso de tí.-

- Bien, hagámoslo...- Sole sonrió y tomó su mano.

En el baño los novios sonrieron nerviosos por igual, Sole estuvo por desabrochar su blusa de dormir pero el se lo impidió y se encargó de esa labor, con ternura se deshizo de cada botón, deslizó la prenda por sus hombros y la miró cautivado, su piel blanca estaba cubierta por pecas perfectamente esparcidas, la tela rosa palo de su sostén contrastaba perfectamente con esos perfectos lunares, el sonrió al verla sonrojarse.

- Bella ragazza ...-

Marcelo la besó tratando de llevarse con el los nervios que la consumían, pero contrario a eso, Sole le transmitió su pasión, las manos de ella lo exploraron a placer, tardandose más de lo necesario en su espalda, ella amaba eso de el, tan ancha, tan fuerte, sus fuertes abdominales la enloquecían y con algo de picardía apretó su trasero pegando su cuerpo más al suyo.

Él con algo de confianza impulsada por la pasión, desabrochó con maestría su sostén, la prenda fue cayendo entre besos y caricias, agitados se separaron por falta de aire, Marcelo acarició su mejilla y ella cubrió su desnudez algo tímida.

- Eres la mujer más hermosa que he visto...-

- Aún con mis cicatrices...?-

Él la abrazó y la calidez que el desprendía fue algo que Sole nunca había sentido, el la completaba, formaba parte de ella.

- Te amo más aún con ellas.- Sole alzó la vista rápidamente, era la primera vez que oía eso de sus labios de manera oficial.

- Qué?-

- Te amo.-

- Yo...-

- Shhh lo dirás cuando estés lista...-

- Es que ya lo estoy, estoy lista para amarte, para estar siempre contigo, para lo que venga mientras estés conmigo... te amo Marcelo .-

Se besaron poco más y cuando estuvo listo Marcelo fue el primero en entrar al agua, aún tímida Sole se deshizo de su pantalón de dormir, el consiente de su timidez alcanzó el interruptor de la luz y cambio la intensidad de esta, dejando la habitación en penumbras pero aún así con la capacidad de observar todo, Sole se sorprendió un poco no sabía que eso se pudiera hacer, con cuidado entró y los brazos de Marcelo la atrajeron a él para evitar que se hiciera daño.

Ella se relajó al sentir su espalda pegada al pecho de él, el silencio fue su aliado pues no necesitaban palabras, Marcelo acariciaba sus brazos para relajarla, ella disfrutaba cada caricia.

Poco a poco las manos de Marcelo se aventuraron más en su cuerpo, una de ellas hacía círculos lentos y deliciosos en su abdomen y la otra acariciaba sus pechos, el corazón de Sole latía acelerado por la pasión que sentía, su cuerpo ardía por donde los labios de el dejaban rastro, desde sus hombros hasta el lóbulo de su oreja, ella se estremeció y tembló entre sus brazos que cada vez la pegaban más a su hombría.

Cada vez más perdida en ese mar de sensaciones, Sole giró su cuerpo y termino sentada a orcajadas sobre el, sus brazos se enredaron en el cuello de él atrayendolo inevitablemente a su boca, Marcelo era suyo y se lo hizo saber al besarlo con hambre, las manos de Marcelo recorrieron su espalda de arriba a abajo, y tal como ella hizo apretó su trasero, Sole ardía por el, se probaron hasta saciarse pero el fuego que ardía en ellos no se apagaba, se necesitaban con urgencia, estaban listos para dar el siguiente paso.

- Te amo, te amo, te amo...- le dijo el entre besos.

- Demuéstralo, anda hazlo...- el sonrió aún más cautivado por su belleza salvaje y apasionada.

Tomó las caderas de Sole y la posicionó bien entre sus piernas, ella gimió alto al sentir a Marcelo entrar en ella despacio, no dejaron de verse a los ojos en todo momento, ella sonrió al sentirlo completamente en ella.

- Te amo Marcelo...- el comenzó a moverse ganándose suspiros por parte de ella.

- Demuéstralo...- Sole sonrió pegándo su frente a la de él.

Comenzaron una danza ardiente, apasionada, llena de amor. Marcelo formaba círculos con sus caderas y alzaba a Sole de vez en cuando arrancando su nombre de su boca y una que otra palabra en ese idioma que el no entendía.

Sole lo besaba como si nunca lo hubiera hecho, Marcelo se estaba adueñando de cada rincón de su cuerpo, tomándolo como suyo, conquistando más ese corazón que latía solo por el.

Ella tomó el control quería llevarlo al cielo, ese lugar mágico y sagrado en el que se sentía desde que lo conocía, movió sus caderas de manera más rápida y el se enterraba en ella con más profundidad, ambos jadeaban y sudaban, aún así no se daban tregua, ardían como una hoguera intensa, más rápido, más rápido, más fuerte, más intenso, Sole sintió su cuerpo encogerse para después explotar y terminar de arder junto a él, un sonido ronco y sus manos aferrándose más a ella le indicaron que el había terminado también, Sole se abrazó a el y recuperó poco a poco el aliento.

Con ternura acarició su barba, Marcelo aún tenía sus ojos cerrados, lucía relajado parecía casi dormido, pero la fuerza de su abrazo decía lo contrario estaba más despierto que nunca.

- Hey...- Sole besó su nariz tratando de despertarlo.

- Hey...- dijo el acariciando su rostro , algunas gotas de sudor bajaban por las mejillas de Sole.

- Te amo.- Sole lo dijo con seguridad, no solo para él sino para ella misma.

- Ahora lo sé.- dijo el sonriendo.

Volvió a abrazarla, llevándose en ese abrazo cualquier miedo o duda que ella había sentido antes de hacer el amor.

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