Miré hacia mi escritorio y Jer estaba apoyado en él hablando con Clare. Caminé hacia ellos, mi mal humor no había desaparecido. Ahora que me daba cuenta desde que había vuelto todo había cambiado y yo que siempre estaba alegre me había vuelto en una persona malhumorada ¿qué cosas no? Y todo por un maldito hombre.
-Eh fiera ¿qué paso ahí dentro?- preguntó Jer dirigiendo su mirada a mí. Me dejé caer sobre mi silla y suspiré frustrada. Me llevé la mano a mi sien y la masajeé, si íbamos a trabajar así esto no tenía buen final.
-¿Qué le dijiste al bombón? Bueno le gritaste, Jeremy sin ofender- dijo Clare mirándome también y echándole una mirada a Jer. Miré a ambos y gruñí nada más escuchar la palabra “Bombón”
-Jer ¿te presentó Chris a su nuevo novio?- pregunté enderezándome y apoyándome en el escritorio. Jer me miró con el ceño fruncido y finalmente negó- Pues bien, el capullo de ahí dentro es el novio de Chris.
-Espera ¿me estás diciendo que el señor Di Giovanni tiene novia?- los ojos de Clare se abrieron tanto que creí que se le iban a salir de las órbitas.
-¿El señor qué?- preguntó Jer como si no acaba de entender lo que acaba de decir mi compañera.
-El señor capullo para mí, es el novio de Chris y como podéis comprobar somos como el agua y el aceite, como el perro y el gato, como los polos opuestos- expliqué para que ambos entendieran lo que estaba diciendo.
-Entonces haber si me aclaro- dijo Clare moviendo su mirada de mí a Jer- Tu compañero de trabajo es el novio de vuestra amiga y él y tu sois el odio en personificado- Nunca mejor dicho, asentí y Jer seguía pensativo- yo creía que entre ustedes dos había algo.
Ahora eran mis ojos los que iban a salirse de sus órbitas- No en este mundo- contesté seriamente ¿cómo podía haber pensado algo así? ¿Yo y ese, ese perro? Ja. En el mundo de Yupi porque en este mundo no.
-Ya hablaremos tú y yo- Jer me miró y yo asentí, dirigió su mirada a Clare- ¿te parece bien a esa hora?- Clare asintió sonriendo como una niña a la que le acababan de dar una piruleta- Fiera tú puedes venir si quieres- me dijo eso y se alejó de nosotras.
Miré a Clare con una ceja levantada pidiendo una explicación de lo que acababa de presenciar, Clare rió, pareció una risa tímida- Jeremy me invitó a comer, no de ese tipo de invitación que estás pensando sino como amigos- explicó antes de que yo dijera algo. Clare creía que yo tenía a Jer como de mi propiedad y no era así, deseaba que él se fijara en otra mujer.
-Pues entonces gracias por la invitación pero me quedaré aquí delante de una montaña de papeles- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-Entonces ¿entre el señor Di Giovanni y tú no hay nada?- preguntó inclinándose hacia mí y en voz baja.
-No, nada de nada ¿tan difícil es eso?- estuve a punto de chocarme con el escritorio, era obvio que mi odio por él era nada más que eso odio.
-Es que cuando os miráis parece como si os comierais con la mirada. Por cierto por ahí se acerca el bombón- seguí la mirada de Clare y era verdad que se dirigía hacia donde yo estaba. Bajé la mirada a la pantalla del Mac.
-Amelia- su voz no mostraba ningún signo de enojo, era suave.
-¿Qué?- no dejé la pantalla mientras tecleaba.
-A las doce en la sala – podía sentir su mirada clavada en mí pero no aparté la maldita vista de allí.
-Tengo trabajo que hacer a esa hora, y en lo que queda de tarde- no tenía nada que hacer después del almuerzo pero no quería estar con él- tendrá que dejar lo que sabe Dios que tiene planeado para otro momento.
-De acuerdo- levanté la vista cuando ya lo vi de espaldas caminando hacia el ascensor. De reojo vi que Clare me miraba atónita.
-¿Qué fue eso?- preguntó mirando de Dominic a mí.
-Así es la forma de mandar una indirecta de vete a la mierda- contesté con un encogimiento de hombros.
-Dios ¿viste como te miraba? Amelia a mí no me engañas ¿qué pasó entre ustedes?- insistió y yo ya me estaba cansando, entre nosotros no pasó nada.
-¿Escuchaste la parte en que es el novio de mi mejor amiga?- pregunté girando mi silla hacia ella.
La entrevista con la señora Smith era en una de las salas de la séptima planta. Cada vez que pisaba esa planta, mi mirada se iba directa hacia la última sala, que en estos momentos estaba vacía y lo había estado desde la última vez que yo había estado allí. A las doce en punto la señora Smith con uno de sus guardaespaldas se encontraba sentada frente a mí. Había hecho esto miles de veces y sabía controlar cada situación a la perfección. Anna, así se llamaba la mujer mayor que parecía una estirada pero cuando empezaba a hablar era como una de esas abuelas que te dan galletas recién horneadas.
La entrevista como bien había previsto había sido un éxito y la mujer me ofreció ir a tomar un café con ella un día de estos. Le tomé la palabra. Cuando se hubo ido ya era mi hora libre, pero en vez de ser libre fui a la máquina dispensadora y conseguí algunos snaks, no era lo más saludable y si Chris me hubiera visto atiborrarme de esas cosas me hubiera echado la bronca del año pero cuando tienes una mesa llena de montones de papeles lo único que puedes comer es algo así.
Esa hora se hizo eterna y estuve a punto de tirar todo lo que tenía sobre el escritorio. Rebusqué en el bolso olvidado y mi móvil no estaba ahí, maldije. Si no estaba ahí ¿donde cojones lo había dejado?
Clare y Jeremy aparecieron por el ascensor riendo, me quedé mirándolos. Ahora que me fijaba hacían una linda pareja, él siendo tan Jer y ella expulsando elegancia y alegría por cada uno de sus poros. Sonreí al verlos.
La tarde se me pasó igual que la hora libre menos por la suerte de que ahora no me encontraba sola y Clare me daba temas de los que hablar. Cuando salí había parado de llover y le agradecí a Dios de ser tan generoso. Le envié un mensaje a Stev desde el ordenador del trabajo avisándole de que ya volvía a casa y que estuviera preparado para cuando llegase. No recibí respuesta pero sabía que iba a estar esperando en la entrada del vestíbulo con su sonrisa resplandeciente. Y no me había equivocado allí se encontraba con un jersey negro, sus vaqueros y sus viejas Converse. Sonrío al verme salir del coche y caminé hacia él, enganchándome a su brazo.
-Preparado para una sesión de Amelia- dije empezando a caminar hacia el Starbucks.
-Preparado para todas las que tú quieras- dijo jalándome más cerca de él, resguardándome del frío.
El Starbucks no estaba lleno, más bien la mitad de las mesas estaban vacías no como los demás días. Pedimos nuestros cafés y nos sentamos cerca de la ventana. El cielo seguía nublado y otro chubasco se acercaba, pero el tiempo iba a ser así en lo que quedaba de otoño hasta que empezara a caer los copos de nieve. Era lo que más me gustaba, ver las calles cubiertas de nieve y viendo la Navidad transcurrir en las calles de Nueva York.
-¿Qué tal te fue con los desesperados vecinos?- pregunté tomando un sorbo de mi café y me quemé la lengua.
-Me las apañé- contestó mirando su vaso- ¿y a ti que tal?
-Bien, no estuvo mal después de todo- dije mirando por la ventana.
-¿No estuvo mal después de todo?- esta vez me miraba fijamente y tuve que contestar.
-¿Te acuerdas de Dominic?
Asintió mientras bebía su café latte- el novio de Chris, claro que me acuerdo aunque me di cuenta de que ustedes dos no se llevan demasiado bien ¿me equivoco?
-Ese es el problema. Sobre lo que pasó en el restaurante y luego en ese antro…- me agarró la mano.
-Amelia no es nada ya te lo dije. Me lo pase bien, joder demasiado bien- dijo con una sonrisa.
Sonreí también, él era demasiado bueno y sincero para ser tratado como lo traté el sábado- pero aún así quiero disculparme, me emborraché y lo eché todo a perder.
-No echaste nada a perder y ahora cuéntame que pasó con ese hombre- bebió de nuevo pero sin apartar su mirada de mí y su mano.
-Stev no lo soporto, él es un imbécil pero no puedo decirle eso a Chris, está muy ilusionada con él que si digo algo creo que le estropearé todo- dije suspirando, hablar con Stev siempre me hacía bien porque algunas cosas que Chris no conseguía entender, él lo hacía y siempre había sido un gran apoyo desde que apareció en mi vida.
-Te entiendo ¿te hizo algo Amelia?- preguntó en su rostro pude encontrar preocupación y su mano se apretó en la mía.
-No, si no ahora mismo no podría caminar- contesté riendo para tranquilizado pero ¿y si le decía que me había besado? Y no sólo una vez sino dos veces. Lo pensé por un momento pero no. No podía contarle eso ¿qué iba a pensar de mí?
El rato que pasamos allí sentados fue el mejor del día, con Stev las horas se pasaban volando y me encantaba pasar el tiempo con él. Al final decidimos volver porque él tenía que volver a su puesto de trabajo y ya iba retrasado casi media hora por mi culpa.
Cuando volvimos al edificio me despedí de él y mientras subía en el ascensor pensé en decirle si quería ir a comer el viernes conmigo, a lo mejor si pasaba más tiempo con él mis sentimientos podrían cambiar. Sí, será lo mejor. Las puertas del ascensor se abrieron y salí sumida en mis pensamientos sin si quiera darme cuenta de que alguien estaba parado frente la pared de la puerta de mi apartamento.
-¿Qué haces aquí?- pregunté caminando hacia él. No iba vestido como yo estaba acostumbrada a verlo sino con unos simples vaqueros y un jersey de cachemir gris. Dominic me miró y sonrió.
-¿Qué haces aquí?- volví a preguntar ya que él no contestó. Me giré dándole la espalda y saqué la llave de mi apartamento.
-Tengo algo que te pertenece- contestó finalmente, dejé la llave a medio girar y me volví hacia él que había acortado la distancia entre los dos.
-¿Qué se supone que tienes de mi? Porque que yo recuerde no te di nada.
Su mano fue a su bolsillo y cogió algo, cuando lo sacó y me lo enseñó ¿cómo había acabado mi móvil en sus manos?- Devuélveme eso- dije lanzando mi mano hacia él pero fue más rápido y lo volvió a guardar.
-No- entrecerré los ojos mirándole fijamente- si quieres que te lo devuelva tendrás que invitarme a entrar- dijo cruzándose de brazos. Los músculos de sus brazos se tensaron. Tuvo que leer mi rostro de “estás de coña ¿verdad?” porque siguió- Pues tendré que contestar la próxima vez que suene.
Mi estómago se encogió, seguramente todas las llamadas perdidas que tendría eran de Chris y si él contestaba ¿Iba a pensar que qué hacía su novio con el móvil de su amiga? Y esos pensamientos podrían ser malinterpretados. Me tenía acorralada de todas las maneras. Muy astuto por su parte pero no se iba a salir con la suya.
-Creí haberte dejado esta mañana las cosas claras, parecías el hombre que pillaba las indirectas al vuelo, pero veo que eres como los demás un perro salido mujeriego que hace cualquier cosa por meterse en las bragas de la primera mujer que ven por su camino- dije mirándole de arriba hacia abajo. Joder estaba increíblemente bien con esa ropa.
-Eso dolió- dijo fingiendo que estaba ofendido con lo que le había dicho- ¿me crees si te digo que eres la única mujer que no cae en mis encantos?
-¿Me crees si te digo que no soy tan idiota como tus Barbies?- repetí cruzándome de brazos yo también. En esas Barbies no estaba incluida Chris, ella sabía lo que escogía pero este tuvo que ser un desliz que tuvo.
Frunció el ceño. Bien hecho Amelia. Mini punto para la gata- definitivamente eres peor de lo que imaginaba- dijo negando con la cabeza como si quisiera deshacerse de algún pensamiento.
-Siento si te desilusioné y creíste que podías manejarme a tu antojo- me volví de nuevo y abrí la puerta dejándola entreabierta. Todavía tenía que pensar cómo hacer para que me devolviera el jodido móvil- Y ahora dime qué es lo que quieres conseguir entrando ahí y no toda esa mierda del móvil.
¿Realmente creía que iba a tragarme todo lo del móvil sabiendo que tarde o temprano me lo iba a devolver? Me miró, me miró y me miró, y yo cada vez me sentía más incómoda con él allí sin decir palabra- está bien- dijo levantando las manos en señal de rendición- ¿no me vas a invitar verdad?
-¿Tú qué crees? Que te voy a dejar, voy a caer en la tentación y después voy a estar comiéndome la cabeza una y otra vez sabiendo que mi mejor amiga es tu pareja. No señor no.
-Amelia prometo no hacer nada, sólo quiero hablar contigo- por como dijo mi nombre podría haberle creído pero no.
-¿Por qué no te vas y tú vives tu vida junto a Chris y a mí me dejas tranquila?- pregunté apoyándome en el marco de la puerta. Tendría que ser clara con él si quería que no se volviera a acercar a mí.
Me miró, me miró y me miró. Empezaba a odiar eso. Se aclaró la garganta y desvió la mirada. Por primera vez él había apartado la mirada, no sabía si eso era algo bueno o malo- porque no puedo- contestó tensando su rostro.
-¿Cómo que no puedes? Tan difícil es caminar hacia allí y salir por la puerta- dije señalando hacia las escaleras.
-Condenadamente difícil- dijo mirando de nuevo hacia mí ¿hacía donde quería llegar con esto? Porque yo no le veía ningún camino. Me llevé la mano a la sien y masajeé, este hombre me daba dolor de cabeza, un increíble dolor de cabeza.
-Ni sé ni quiero saber el por qué pero te quiero lejos de mi vista ahora- dije señalando de nuevo hacia las escaleras- y me da igual si contestas a las llamadas o si no me devuelves el puto móvil pero ahora mismo te quiero fuera de aquí.
Sus ojos se oscurecieron, volviéndose de un azul cielo al azul del fondo de los océanos. Dejó el móvil sobre mi mano y se giró sobre sus talones, dándose media vuelta. Me quedé allí parada mirando el móvil como si nunca antes hubiera visto una cosa así. Las palabras que había dicho podrían haber causado problemas. Me volví hacia el interior de mi apartamento, cerré la puerta tras de mí pero algo me lo impedía. Miré hacia el suelo y allí se encontraba la punta de las botas de Dominic, seguí mi mirada hacia arriba y en cuanto menos me lo esperé tenía sus brazos alrededor de mí y sus labios sobre los míos.
El enojo no había desaparecido y apreté mis labios. No hice ni un solo movimiento y él seguía sosteniéndome. Aquello estaba mal, muy mal. Podría aparecer Steven o incluso Christy y podría ver lo que estaba pasando en la entrada de mi apartamento. Lentamente se fue separando de mí aunque parecía que no quería dejarme ir. Abrí los ojos y me quedé mirándole, sus ojos habían vuelto a ese azul que tanto me gustaba. Oh no. Pensé en que podía decir o hacer pero mi mente estaba tan atónita como mi cuerpo y no pensaba con claridad. Dominic siguió esperando a que yo dijera algo.
-Fuera- fue la primera vez que mi voz sonaba con autoridad pero tras ese tono era pura pasión que había despertado en mí algo que pensé que no volvería a sentir en algún tiempo y ahí estaba, esperando a aparecer con cada roce de este hombre. Nunca pensé que esa palabra pudiera tener tanto efecto en las personas porque cuando me di cuenta él ya no se encontraba allí, había desaparecido.
______________________________
Holaaa mis amores!! Aquí está el nuevo capítulo de "Amor mentiroso" espero que os guste y necesito saber opiniones!!! tambien me encantaría saber que quieren que pase? Por favor no olvidéis dejar comentarios y votos :3
AVISO IMPORTANTE!! A partir del capítulo que voy a subir mañana saldrán escenas un poco más fuertes- por no decir bastantes aunque son light para mí..- Supuestamente debería de ponerlo para mayores de 18 pero lo aviso porque pueden reportarme la novela y todo ese rollo :(
Mañana más de Amelia y Dominic!! Por cierto les puse nombre "DAMELIA" qué dicen? Voten #TeamDominic o #TeamSteven e.e??
Muchas gracias a todos mis lectores!! Hasta pronto!!
Pdt: les invito a pasar por mi otra novela "Por ese primer beso"!! y de paso quiero recomendar a una amiga que es increíble al igual que su novela; pasen por "Crazy love in Greece" Prometo que os encantará.
Os ama GCRodri <3