Amores Perdidos [+18]

PerfectWriting13 द्वारा

120K 7.9K 554

Pierre y Alaska no saben que están ligados para estar juntos. Ellos solo saben que cada día se encuentran en... अधिक

Booktrailer
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9 🔞
Capítulo 10
Capítulo 11 🔞
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 🔞
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 🔞
Capítulo 26 🔞
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30 🔞
Capítulo 31
Capítulo 32 🔞
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38 🔞
Capítulo 39 🔞
Capítulo 40 🔞
Capítulo 41 🔞
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48 🔞
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59 (Final)
Epílogo
Agradecimientos
Caja de preguntas

Capítulo 1

5.6K 198 16
PerfectWriting13 द्वारा

"No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados"

Achile Tournier

***

Llevo dos años seguidos viviendo en Londres, quizás mi vida no fue tan planeada como se esperaba desde que llegué a este hermoso país.

Mi cabeza se encontraba llena de maravillosas ilusiones y de un solo objetivo que era poder ganar dinero con mi propia carrera para poder ayudar a mis padres a vivir de una mejor manera como ellos lo merecen, pero las causas grandes de mi futuro proyecto no fueron brindadas como me lo esperaba hasta hoy que podré realizar mi sueño.

Quizás no he sido de las chicas que han tenido suerte en el amor o de aquellas que han podido cumplir la meta de verse más fabulosa que una chica de Victoria's Secret, el problema de ello es que soy muy moderna y sencilla por haberme criado dentro de una familia pequeña y de haber vivido en los campos extensos de Texas.

Poco de lo que las personas conocen de mí es lo mucho que he llegado a sobresalir con lo dura que fue mi vida, estudiar y trabajar no estaban en mis planes desde que mi papá enfermo de pulmonía e insuficiencia renal con los insecticidas que olía a la hora de regar las frutas y verduras que mantenían en pie a la familia desde hace años y más agregando que luego mi mamá la despidieron de una de las fábricas de grupos agrónomos de la zona fue a la gota que derramo el vaso para que mi familia quedara en deudas y no tuviéramos la oportunidad de seguir en pie.

Mi papá en cama y mi mamá cuidando de él hacía que nuestra propia y pequeña granja y no pudiera seguirse manteniendo en pie y con lo poco experta que soy en los cuidados de las plantas fue lo que ocasiono para que varios compradores ya no siguieran queriendo comercializar y vender nuestros productos por lo mal cosechados que terminaron.

Así que no me quedo de otra que ocuparme de las obligaciones de mi padre, pase mañanas, tardes y noches cuidando las frutas y los vegetales que daban el provecho para que mi familia ganara unos buenos dólares en esos instantes pero supe de un momento a otro que esa no era mi vida me había pasado casi 4 años de mi adolescencia aprendiendo sobre los tipos de tierra, sobre como cultivar en cada época exacta, algunas plantas, hortalizas, granos, hierbas, semillas, arboles, etc., y de las medidas exactas de insecticidas que debía de echar para evitar las plagas o cualquier mal que le cayera a los cultivos.

Por un momento pensé en que había desperdiciado esos momentos de mi adolescencia en vez de haber aprendido en cómo vestirme mejor, a aprender a maquillarme y a poder ser más social con otras personas pero radicalmente uno no se puede esperar lo que quiere para la vida porque cuando cae la primera bomba no es de rendirse la primera vez sino que es de levantarse y seguir adelante a pesar que el daño ya está hecho.

Al final todas las prácticas de como sembrar plantas me llevaron a enfocarme en una carrera universitaria, no necesariamente alguna licenciatura en agronomía sino que termine por estudiar una licenciatura en nutrición y dietética; mis conocimientos previos sobre los vegetales y las frutas conllevaron a darme una de las mejores calificaciones en varias materias. Así que al graduarme había tomado la decisión de trabajar y darle un sustento a mis padres que ya se encontraban a una vejez próxima que comenzaba a plantearme la idea de que en algún momento los llegaría a perder.

Sin darle más espera al tiempo, decidí irme del país y trabajar, pero como ni una clínica o un hospital me aceptaba por tener poca experiencia laboral, tuve que trabajar mis primeros dos años como secretaria de unas oficinas judiciales, a pesar que lo que hacía no tiene nada que ver con lo que me gradué y prepare durante cuatro años, pero no podía cumplir el lujo de no trabajar cuando debía de pagar la renta de la casa más las medicinas y necesidades que mis padres requerían en aquel entonces.

Mi vida fue dura había veces que comía, otras no, no dormía por terminar los reportes, no me pagaban las horas extras y me explotaban demasiado así que renuncié a ese trabajo para tomar la decisión de continuar con lo que yo quería. Ahora por lo menos he alquilado una pequeña clínica donde hago mis servicios, con lo que gano ha sido suficiente para sobresalir y ahora no tener una deuda, mis padres viven bien y soy feliz con lo que hago. Quizás lo que no esté encajando hasta ahora en mi vida es el amor pero... Aun así es lo que menos le he querido tomar importancia.

Al salir de la clínica, fui directo al Starbucks que tengo cerca, pedí la misma bebida y postre que cada viernes compro, dejé en una mesa mis alimentos para ver la hora de mi reloj 17:35 pm, buena hora para alimentar mi estómago. Al sentarme, agarre el tenedor y partí un pedazo de mi pastel de caramelo para llevármelo luego a la boca donde deleite el sabroso sabor de la azúcar, el caramelo y el pan blando.

Como nos encontramos en comienzo de invierno, muchas personas vienen a éste lugar por cafés y capuchinos calientes, otros son rara vez que piden una bebida helada, pero no es de sorprenderme cuando existen personas que a pesar del clima, no cambiaran su bebida favorita.

Algo muy singular de ello que he observado en el poco tiempo que han comenzado a poner los adornos navideños son los cascabeles que han puesto en cambio de la campana que se encontraba sobre la puerta para escuchar cuando un cliente viene o se va satisfecho después de su merienda; pero a lo que voy es que la curiosidad más grande que se ha presentado en mi interior no son esos cascabeles sino un hombre que entra exactamente a las 17:40 pm a comprar su café y un postre diferente cada día.

Es extraño pero ambos casi coincidimos con la hora, la única diferencia es que él llega cinco minutos después que yo, que siempre tarda en elegir el postre y la bebida y se sienta en una mesa que queda a unos metros de la mía en donde en ocasiones hemos llegado a coincidir en ciertas miradas y sonrisas que en muchas veces terminan por cortarse porque evito su mirada o él sigue escribiendo en su laptop o leyendo el periódico del día.

Exactamente en el instante en que veo la hora en mi reloj, entra al local, aquel hombre que ha cubierto una parte de mis pensamientos en los últimos dos minutos, minuciosamente agarro el vaso de mi cappuccino y lo observo cuidadosamente, puedo ver cómo avanza con pasos lentos y cortos hacía la vitrina donde pedirá su postre, quizás sus rizados cabellos castaños caramelos con las puntas levantadas como una ola no es lo que me llama la atención ni tampoco que sus perfectos ojos negros que parecen dos ónix encontrados en unas ruinas es lo que hace elevar mi curiosidad, sino que hay algo en él que hace que tenga ganas de hablar con él y poder conocerlo más, pero el problema parte que desde un punto exacto en mi interior no quiere conocerlo, la razón en mi cabeza puede ser sencilla y posiblemente fácil de adivinar.

El motivo se encuentra en que él siempre coqueteaba con cualquier chica linda que se encontrara en el local, su arma mortal se focalizaba en su sonrisa, en su mirada y las tremendas y arrasadoras facciones que marcan su perfecto rostro, además, cada vez que lo observo de reojo, puedo ver como habla con la misma chica que lo atendía todos los días, como también saluda a varias que siempre coquetean con él; sin dudarlo, muchas de las mujeres que lo ven y él presta su atención en ellas, terminan por sonrojarse y bajaban su mirada para ocultar las sonrisas torcidas que aparecen en su rostro, al ver el efecto que él produce en ellas.

No negaré que si él hiciera lo mismo conmigo, como no me tendría a los segundos bajo sus pies pero debo de recordar que él debe de ligar con más de una chica en un día, lo cual si mis cálculos no me fallaran, tuviera ahora mismo más de una docena de chicas en su cama en una semana, lo cual en un mes hace 48 mujeres teniendo sexo con él y al año por lo menos unas 4,380 chicas gritando su nombre.

Es algo muy patético para mí que hombres así se terminen por acostar con tantas mujeres en un solo año cuando al final se terminan quedando con una de ellas, de la cual la llaman su esposa y amante a la vez y aunque me duela aceptarlo solo el 45% de esos hombres le siguen siendo fieles a sus mujeres a lo largo de su vida, para mientras que otros en un porcentaje mayor a que el anterior, terminan por ver a sus ex amantes para terminar por follarlas haciendo que cuando llegan a la casa, el mismo hombre toma un rol diferente ante su esposa después de haber tenido su aventura diaria y al final eso termina como si fuera un juego de "Adivina por quién te cambie esta noche".

Mi problema quizás no es aceptar que ese tipo de hombres son los que me atraen y quisiera tener una aventura con ellos por una noche pero con la condición de que sean solteros y sin compromiso pero lo grave de aquí es mi pregunta diaria, ¿quién se quisiera acostar con una virgen sin experiencia?

Si mayormente hoy lo que buscan los hombres son mujeres expertas que los conlleven a tener un buen orgasmo placentero, en mi caso eso será imposible; ni siquiera sé qué hacer para que un hombre por lo menos gima de placer. Así que en esa parte he fracasado.

Observo como él se sienta en la misma mesa de siempre, solo que esta vez, sacó su celular del bolsillo de su pantalón formal para comenzar a mover su pulgar izquierdo por el aparato para mientras que con su mano derecha agarraba el vaso que debe de contener posiblemente café, no debería de ser de mi importancia verlo pero algo en mi cabeza seguía diciendo que lo había visto en algún lugar o momento dado pero no recordaba a la perfección, es como si fuera un déjà vu, pero sería imposible cuando apenas coincidimos solo en este lugar; además, es posible que lo éste comparando con otra persona y más que pudo haber observado mi mirada puesta en él en ese preciso momento, lo digo, porque giró su rostro hacía donde me encontraba para dar por hecho que nuestras miradas se encontraran como otras veces.

Sus ojos oscuros me observaron por varios segundos que ni uno ni el otro los quitaba hasta que creí ver como la iris de sus ojos se movía de abajo hacia arriba, como si estuviera evaluándome, ni siquiera sé si interpretar que hasta sus ojos se quedaron puestos en el escote de mi blusa; con un rubor ardiente que se aproximaba para cubrir mis mejillas, aparte rápido mi mirada y luego seguí en lo mío para dejar de verlo y concentrarme en algún que otro objeto del local.

Cuando comprendí que ya me había quedado mucho tiempo sentada en el mismo lugar, tomé mi cartera, bote el recipiente del cappuccino y por último le di el plato a uno de los meseros que se encontraban limpiando las mesas vacías; sentí una mirada en mí pero sin darle mucha importancia salí de aquel local para encaminarme a casa, apenas camino unos metros cuando de nuevo empieza a nevar, haciendo que varios copos de nieve se queden incrustados en mi cabello para mientras que otros rozaban la piel de mi cuerpo; hace un poco de frío pero el momento se me hace acogedor, ya que en invierno se puede ver diversas cosas que me parecen divertidas y bonitas, como por ejemplo que en el vecindario donde vivo, puedo ver a varios niños salir por las tardes a jugar con la nieve que además de hacer guerras con bolas de nieve hacen ángeles, por lo cual a veces me les unía a pesar que me viera como una inmadura.

Puse las llaves de mi pequeño apartamento compartido, en la cerradura de la puerta y al girarla, comencé a entrar hasta sentir el cálido ambiente de mi hogar y más el delicioso aroma de las velas aromáticas de Glade esas de canela y manzana que se utilizan para varias ocasiones y las patrocinan para la navidad.

Dejé mi cartera en el sofá para luego irme hacía mi recamara y solo al ver mi cama, me tire en ella para abrazar las almohadas y envolverme en las suaves sábanas. Los copos de nieve que habían quedado en mi cabello comenzaba a mojarme que sentí al instante, como mi cabello se humedecía; después de unos minutos más, me quede dormida en mi cama sin saber a qué horas voy a despertar de nuevo para cenar.

— ¡Despierta dormilona!—me gritaron al oído.

—Déjame dormir, Cristal. —La empujé de mi cama.

— ¿No debes de ir a trabajar?—Abrí los ojos rápido.

Protesté antes de saltar de mi cama al ver lo tarde que es y lo pronto que debo de llegar para recibir a mis pacientes; busco la ropa de mi trabajo para luego entrar a la ducha pero me detuve al ver la risa de mi amiga hasta que me quede pensando en la nada que día es.

—Si estás pensando qué día es hoy te responderé rápido, es domingo—Achiné los ojos.

—Te mataré—Le dije.

Agarre la almohada y quise golpearla pero ella no me lo permitió, ya que la cama es la que nos divide para que ella no le pasara nada y yo, no la golpeara.

Odio que me levanten temprano, y mi compañera de apartamento lo sabe muy bien, tanto que me molesta que me haga esté tipo de bromas cuando me siento cansada y con muchas ganas de dormir por el clima.

Cristal, ha sido mi compañera y amiga de apartamento desde que llegué a Reino Unido, a veces puedo tolerarla y a veces, simplemente tengo ganas de ahorcarla, quizás está amistad es proveniente de un amor/odio cuando se trata en que ambas somos demasiado diferentes y eso sin decir, que a veces no soporto su conducta inocente, porque si yo digo que soy lo demasiado buena para no querer cometer tonterías, errores y malas decisiones precipitadas, ella es mucho peor que yo en ese sentido; a veces pienso que se debe a que sus padres son demasiado devotos a su religión que la involucraron a ella a seguir sus mismos pasos y en otras ocasiones, quizás pienso que es solo porque ella busca ese camino fácil, sencillo y bueno para no arrepentirse de sus propios errores y conflictos.

Estuvimos jugando como si fuéramos dos niñas pequeñas y más que intentaba darle un golpe con la almohada pero no podía porque sentía que si se la lanzaba, iba a terminar esquivándola hasta que la almohada golpeara un adorno y terminara por romperse. Así que cuando ella dejo de correr, le di tres golpes con la almohada hasta dejarla despeinada donde me burle de ella para mientras que ella terminaba por reír.

—Llamó Miranda dice que si la acompañas hoy a comprar ropa—mencionó al parar de reír.

— ¿Quieres acompañarnos?—la invité.

—No, la verdad tengo asuntos que hacer—cogió un tazón y saco un paquete de palomitas de maíz del almacén.

— ¿Asuntos? Pero pareces que comienzas a acomodarte muy bien en el sofá—mofé al verla tirarse en el sofá y buscar una película.

—Bueno, no ahora mismo, pero más tarde sí. Tengo un almuerzo hoy con mis padres, por eso te digo que no puedo—dejó la típica película navideña, "Mi pobre angelito".

— ¿A qué horas llamó Miranda?—Evite preguntar por sus padres, ya que si empezábamos a hablar de ellos, terminará por contarme sus planes con ellos.

—Hace una hora pero pasara por ti dentro de dos horas así que desayuna tranquilamente y luego ve a darte un baño. —Dejó de hablar conmigo para prestarle atención a la película.

Antes de empezar a prepararme para salir con Miranda, me hice unas tostadas francesas como desayuno y de la nevera saqué una botella de jugo de naranja; me entretuve mirando un momento la película para luego darme cuenta que me quedaba una hora, así que me levanté, recogí los platos, cacerolas, vasos y otros utensilios de cocina sucios para lavarlos, así que mientras que lo hacía me puse a cantar en susurros, eso me relajaba y a la vez, evitaba que pensara en problemas que debo de resolver con el tiempo. Cuando terminé de lavar todos los platos sucios, fui a darme un baño ligero porque sé que cuando se trata de darme una ducha, puedo permanecer más de media hora dentro con solo armar un karaoke o reflexionar debajo de la regadera, lo cual, este preciso momento no es conveniente cuando sé que Miranda, pronto llegará.

Observé en mi ropero lo que mejor puedo usar así que saque un medias negras, una falda color ocre, una blusa azul negro, un suéter negro, una bufanda del mismo color de mi falda, saque unos guantes y un gorro por el frío y por último me puse unas botas. No soy una maestra en la moda, pero mayormente la ropa que uso, es gracias porque Miranda es quien me ayuda a escoger buenas prendas, sin ella, creo que fuera otro desastre.

Cuando ya estoy lista, escucho como abren la puerta de mi habitación y pronto veo como Cristal entra, me di una vuelta y ella hace un rostro de horror al verme de pies a cabeza; sinceramente no sé porque siempre buscó su opinión cuando ella usa ropa muy antigua y poco usual para su edad; otro problema del cual no puedo coincidir con ella y piensa que yo siempre me pongo ropa provocativa para hombres cuando no es así.

Antes de decirle que se retirara, ella me anunció que Miranda llegará en 20 minutos, así que al verla marchar porque supuse que con la ropa que me he vestido puede provocarle una conjuntivitis, volví a quedarme sola y esos pocos minutos que me faltaban para que Miranda llegue, los aproveche para ponerme un poco de maquillaje y a la vez pintarme las uñas de un color frambuesa.

Salí de mi habitación mientras elegía una de mis carteras que están a un lado de la puerta de la entrada del apartamento, me despedí de Cristal diciendo que me saludara a sus padres y evitando a la vez, su rostro de preocupación al pensar que podía ser influenciada por Miranda a gastar mi dinero en cosas innecesarias; me apresuré en irme antes de escuchar un próximo argumento para terminar de ver como mi amiga y ex compañera de trabajo, ya se encuentra esperándome dentro de su auto.

—Hola amiga—saludo Miranda.

—Hola—nos dimos un beso en la mejilla como saludo al entrar a su auto.

— ¿Nos vamos?—sonrió la rubia de ojos claros.

—Claro. —Comenzó a manejar.

En el transcurso del camino empezamos a hablar de diversas cosas que hasta nos comenzamos a contar chistes que al reírnos mucho, evitábamos llorar o tener que enfrentar una esquela si un oficial se daba cuenta que ella había sobrepasado unas cuantas señales de tránsito al reírse y no verlas.

Pronto llegamos al centro comercial para ver como ella estacionaba el auto y bajábamos de él para adentrarnos a varias tiendas en donde ella gastaría el dinero que acaba de obtener de su trabajo; de lo que si conozco de mi amiga es que cuando se le entra algo en la cabeza, no hay nadie que la detenga para que termine por conseguirlo y principalmente, cuando se trata de ir de compras, ella terminaba por buscar la última ropa que ha salido de moda.

Para Miranda no es un gran problema gastar su dinero en lo que quería, ya que su estabilidad económica y soltería, hace que ella fuera capaz de salir adelante por su cuenta y de aquí a tres a cuatro meses de nuevo va a comprar más ropa para mientras que las que ya paso de moda, posiblemente las done o las venda por Internet.

— ¿Aun te sobran dedos para agarrar bolsas?—comentó ella feliz al salir de la tienda Zara.

—Lo dudo, tengo 10 bolsas en ambas manos y aun no sé cómo es que mis dedos no sé han quebrado—le expliqué al ver todas las bolsas que tengo en ambas manos.

—Aún falta una cosa porque comprar...—golpeó su mentón con el dedo índice.

— ¿Más ropa? ¿Más zapatos? ¿Collares? ¿Pulseras de oro o plata? ¿Broches?—Le ejemplifique para que recordara.

Su rostro cambio y mostro un enorme brillo de felicidad al recordar lo que le faltaba por comprar, así que ella solo dejo ir una risa para mientras que agarraba mis manos y me llevaba a una tienda enorme tanto de ropa de mujer como de hombres y niños.

Tuvimos que dejar todas las bolsas que Miranda y yo llevábamos en la mano en unos cubículos que están detrás del lugar de servicio al cliente, así que para mientras que pasábamos por todos aquellos pasillos de ropa donde no entendía que es lo que buscaba mi amiga, al final llegamos un pasillo donde leí las letras del cartel de manera lenta donde abrí mis ojos asombrada hasta sentir mis mejillas arder.

— ¡¿Lencería?!—Casi lo gritó.

Miranda dejó salir una carcajada al ver mi rostro un poco avergonzado, para ella es normal estar en un lugar donde vendan lencería, pero para mí, sigue siendo extraño y más cuando se trata de escoger algo sexy para lo que será su próxima cita.

— ¿Por qué necesitas nueva lencería?—ella me miro de una forma burlona.

—He tenido una larga jornada de gimnasio últimamente y me he estado viendo con un hombre muy guapo, así que me invito a salir...—levanté mi mano para que se detuviera.

—Comprendo muy bien que sucederá al final. —Ella volvió a reír. —Por lo menos dime que no es casado, tiene novia o acaba de terminar una relación. —La miré con preocupación si me decía sí en una de las tres opciones anteriores.

— ¿Qué? ¡No! ¡Ash! Esos son los que menos me atraen. Éste parece ser especial, pero para una aventura—intenté no ilusionarme al pensar que éste hombre podría ser el que se quedará con mi mejor amiga y ella sentara cabeza con él.

— ¿No has pensado en tener un año de castidad por lo menos?—le sugerí.

—Y pasar un año entero sin disfrutar mi vida y tener una como tú amiga la monja—reí al escuchar cómo se refería a Cristal.

—Bueno, me refería a que no tuvieras una vida muy activa con el sexo—concluí.

Ella pronto negó a tener esa vida que prefería que tuviera antes tener un embarazo no deseado o terminar por tener una enfermedad o infección de transmisión sexual; pero conociendo a Miranda, ella tratará de disfrutar plenamente de su vida antes de quedarse con ese hombre que hace tiempo deseo y al final le termino por romper el corazón haciendo que tuviera esta vida y cerrara sus propios sentimientos con respecto a tener una relación amorosa.

Observé como empezó a ver tantas lencerías que no sé cómo ella no era capaz de avergonzarse que varios hombres terminaban por verla o decirle unas palabras; varias mujeres están a nuestros alrededor probándose algunas prendas para lo que serían sus novios o esposos, no puedo creer como ellas se sienten cómodas con cualquier lencería, porque para ser sincera, en ese instante lo único que siento es una gran incomodidad.

Quizás Miranda tiene mucha razón, soy aún demasiado santa para afrontar esta realidad y mundo en que ciertas mujeres viven y exploran, pero la verdad es que estoy muy acostumbrada a estar solo sometida en mi trabajo que jamás he pensado en salir con un hombre y tener que reaccionar de manera sexy para estar con uno.

—Toma esto y espérame aquí.

Miranda puso en mis manos una lencería pequeña con un escote que dejaría ver mucho los pechos y que a la vez las bragas daban la sensatez que un hombre puede meter sus manos dentro y con solo saber eso me dio un escalofrío en mi cuerpo.

Miranda entro a los vestíbulos con tres lencerías de las cuales me imagino que se le verían bien en su cuerpo ejercitado, me quedé en mi lugar esperando que ella decidiera por una y aunque el tiempo corrió de forma lenta, solo intenté no mostrar mi nerviosismo al tener en manos una lencería corta que sigo evaluando y poniendo encima de mi cuerpo para imaginar cómo me quedaría al lucirla ante un hombre.

—Creo que no te vendría mal probarte esa lencería para mí—escuché una voz ronca y varonil detrás de mí.

Me fui dando la vuelta lentamente hasta quedar en frente de aquel hombre que nos encontramos exactamente todos los días en Starbucks, su sonrisa maliciosa y la dilatación de sus ojos me han hecho pensar que posiblemente se ha llegado a imaginar cosas indecentes conmigo y la lencería.

Antes de dirigirle la palabra, soy la siguiente en evaluarlo y pronto se me seca la boca al verlo sin su traje formal y ahora con ropa casual; se veía tan guapo que mis piernas tiemblan al verlo que hasta me he quedado sin palabras para murmurar.

—Soy Pierre Beckham—agarro mi mano y le dio un beso a ella haciendo que sintiera un corto circuito vagar por mi sangre.

Mi corazón late demasiado rápido que no sé la razón por la cual no puedo moverme ahora mismo, solo sé que es la primera vez que me sucede algo así y más,empezaba a tener miedo al imaginarme que él me puede comenzar a atraer.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Holis! Bueno, está es una de mis primeras novelas de las cuales será un poco diferente de las que he hecho, así que aquí habrán escenas para mayores de 18, como también palabras o acciones un poco duras de las cuales habrá un momento que odien de alguno de los dos protagonistas. Pero espero que les pueda gustar y la adoren!

Gracias por leerla!

Isabel Moz

पढ़ना जारी रखें

आपको ये भी पसंदे आएँगी

250K 9.7K 59
Libro #1 Los capítulos editados se encuentran diferenciados por números romanos y título en inglés. Ejemplo: I - the crown Tras la muerte de su padr...
461K 26.5K 85
NOTA Hola, soy yo otra vez. Paso a avisarles que ahora mismo estoy editado esta historia por lo tanto puede que haya cosas sin sentido, cositas de má...
174K 7K 55
Terminada. Te invito a leer la 3ra temporada.
No apto para artistas Heatherdelrey द्वारा

किशोर उपन्यास

1.1M 99.8K 45
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...